domingo, 7 de noviembre de 2021

POEMAS DE JOSÉ MIGUEL ULLÁN

 

(30 de octubre de 1944, Villarino de los Aires /23 de mayo de 2009 Madrid, España)


Un dibujo de abril para María Zambrano

 

Avant l’aurore, dans la forêt triangulare

Alfred Jarry

 

La exactitud vivida de lo que contemplamos

en la blanca mirada del agua

no nos deja ser el destino

-pero nos da, sin levantar la mano,

la mansa sensación de ir acercándonos

al felino escondite de aquel encuentro:

 

Menos borroso que una hermandad,

ventana.

Y más anónimo que un lirio,

espejo

 

Un manantial, una hermandad republicana {alguien

tenía que decirlo), un lirio

-y la voz temblorosa

(«la poesía va contra la justicia»)

de la primera luz,

al despertar perdida

en la corazonada discontinua del bosque.

 

Unidad

 

Unidad, nos hemos salvado,

 

aunque fuera preciso creerse

en los brazos del sueño primero:

esas sombras que cruzan el Duero

para oírse gemir en la noche

de la otra orilla, al desnacer,

lo mismo:

 

¿Qué es esto que yo no he sido?

 

Manjar lento

 

Benditas sean las cosas que llegan siempre tarde

y no lo sienten

–perdidas ya de vista o bien batidas

o incluso blanquecinas al sol del tacto–;

 

su demora nos libra del sofoco

propio de cualquier logro puntual

engullido

sin pasar por el paladar («¡a otra cosa!»)

de la gratitud no rentable.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-jose-miguel-ullan/

 

 

De "El jardín de Damasco":

 

Al abrigo del viento sólo hay muerte

     todo vuela viajero pez o espada

             nada decae brote o flor te engañas

el cuerpo cae pero dueño empero

                                     de otro saber

 

caer caer

                            no reo

de alguna nube levadiza tala

  escritura y razón

                           oh red

                           ondean esculturas

  salta al cielo

para caer

         caer en otro amor y pende

         ángel del hilo del olvido que

al abrigo del viento sólo hay muerte

 

En la laguna habita nuestro espíritu.

Dibuja:

             aguas arriba, el humo;

             aguas abajo, el fuego.

Tu sueño halla en el fondo la salida: el eclipse total.

 

Entrad, entrad desnudos en la última noche de la nieve

enemiga.

 

Dichoso será aquel que se prolongue

y en medio de las llamas no se encienda. entrad, entrad

cayendo como las dinastías.

 

La sangre

     ofrece un nombre

         a lo siempre anterior.

 

Mediodía del cuerpo transparente

deja el imán para el otoño dicho

penetra hasta el cristal confía

en el asombro que atraviesa el aire

signo intocable dilatado asilo

 

Si has llegado hasta el trono, multiplica tu fe. Inmutable,

sé infiel al escarmiento de la cera.

 

Aquí, en el altivo campo de las ofrendas, una mano despoja y

reconoce las ardientes estrellas que florecen cuando toda

escritura se apaga. Así es mi canto: ausencia.

 

 De "Ardicia":

 

1

En la noche risueña del destierro, libre ya de la ley y del instinto, un charco de agua clara

me detuvo. Mojo el dedo cordial trazando un círculo y su humedad al paladar le encasca.

 

2

Llora, porque toda mirada entraña error.

Mas los andrajos, horca, palio y cruz no morián por este llanto. Mejor, fulgir 

a solas y rezar en balde. ¿Como el topo? Así; dueño de la penumbra y de su

asfixia.

Hablando por hablar. A ciegas. Ojo del corazón, quema el paisaje.

 

3

Persistente, la rosa. Esclavos somos de raíz. Rosa hedionda, zozobra y

estupor de la mordaz melancolía. 

A la fosa nasal llama la Historia con sus inciensos categóricos. Corre el

verso al runrún del sacrificio, de mar a mar y seductor.

¡Musa servil! Sobre tu altar, un huracán de esperma.

 

4

El sordo dios: la carcajada inmóvil.

Murmullo de otra luz será tu fe. Aléjate de la espresión forzada o del silencio amilanado.

Oye tan sólo la armonía neutra de lo indeciso e indomable. Deja abierta la puerta más sumisa.

Esa ignorancia zumbará en tu oreja. Fraternalmente.

 

5

Si la mano va y pierde la cabeza y, en un doble ademán de supresión,

rompe la flecha y borra el blanco, ciérrase luego sobre el gran reloj, sangra y se

ofrece al vilipendio abyecto, nada esperes que iguale esta pasión, Teoría.

A todo lo dás diles que bueno.

 

Otros poemas:

 

Bethel

 

                                 Despertó Jacob de su sueño y dijo: "O

                              sea que Yaveh se halla en este lugar. Y

                          yo andaba sin saberlo." Luego, asustado

                               prosiguió:  "¡Qué temible es este lugar!

                         ¡Aquí está, sin duda, la casa de Dios; aquí

                          está la puerta del cielo" Al alba, Jacob se

                              levantó, tomó la piedra de la que había

                  hecho su cabezal y derramó aceite sobre ella.

                                                 Y llamó a aquel lugar Bethel...

 

Allana, ortiga, el enemigo valle.

Murmullo solo de enlutado, ay, loro

ora que el hoyo de aleluya estalle.

Halle el caudillo su final desdoro.

 

A un sofle fust tot perdu:

cuando la orina de algún niño acalle

la parda pompa de este pompo coro.

 

Del arco corres, pues corrupta herida

veda la risa corroyendo el ceño

si hace mudanza no letal tu brida

ayer cautiva por cautivo ensueño.

 

A un sofle fust tot perdu:

Cuando la airada Babilaña pida

helechos, leches, coliflor sin dueño.

 

El esqueleto volador rabudo

robusto honor por sorda ausencia ha roto.

No pasarán. Pero el solemne embudo

a cada larva le rapiña el voto.

 

A un sofle fust tot perdu:

Cuando los huesos del tapir que anudo

sean lascivia para terco choto.

 

Exhuma, oh templo, tu abultada espuma

al pocho día de plumaje grave,

y venza o coma la esperanza suma

carcoma, roncha y cuajarón süave.

 

A un sofle fust tot perdu:

Cuando el pepino prominente asuma

rajar la crisma de la misma hoy nave.

 

Fulgores de basílicas mayores

cierren -y cruz y raya- el desvarío.

Ruinas de mármol, orinal de honores,

de tripas corazón y siga el lío.

 

A un sofle fust tot perdu:

Cuando la mano, sin decir ni pío,

tache la noche. (Coridón, no llores.)

 

 

De corazón a corazón...

 

                                               yo no robé, no asesiné; fui niño

                                        y en cambio me golpean y golpean

                                                                                                Gelman

 

de corazón a corazón

hirientes

aluvional la carta y la alianza

voy a buscarte en roca compañera

deslizando los naipes por la manga

los naipes por el pecho

los naipes por la casa

y aquel fuego de flechas sin manzanas

yo te diré

que no aguardo feliz junto al estrago

de la tormenta patria

 

apasionadamente cruzaremos

la frontera de tierra maniatada

mientras prevés la hora bajo las catedrales

y te arrojas al músculo

porque te llamo en nombre del andamio

porque de acumularte mi memoria repica

y aquí las decisiones

los versos apagados

narrar calladamente el olor del destino

del pájaro maldito

de las llaves sumisas

(ah el traidor rendimiento)

que descubren la cama

y amigos siempre amigos

bebedores de muerte

que decimos a todos

venid venid venid

este es el llanto

 

cuánta desesperanza milenaria

al trenzar el cordón bajo la encina

mientras el beso a poco

la hoguera por mañanas

letanías vigentes de joaquín

húmedas letanías

y decirte que adiós que hasta la tarde

pero con una duda

imperdonable

amada

por su sabor a no sé qué sabido

en las dolidas calles

repletas de tristeza

repletas de amargura

bofetones pacíficos

 

todo está caro

amor

por las esquinas

y ayer peor y qué vendrá mañana

obligado silencio sempiterno

cerca del descubrir la dentadura

la calavera en fiebre

por encima de tanto salmo al padre

nosotros no diremos el vocablo sufrido

como dice ramón

palabras anchas

y para darme cuenta

para amarte sabiéndonos con miedo

del hachazo en la espalda

rompo todo naufragio

me levanto del féretro

te tomo de la mano

rompo las prohibiciones ya previstas

o sea rompo todo

rompo a llorar a silenciar las cosas

el labio solitario

por ti y por mí

por cuantos

renunciamos a hablar del arcoiris

y desfilan amigos como félix

estimulando el grito

velozmente la red

enumerados

(mucho perdón os pido)

como quien relatara

una fila de muertos entrañables

relatada por muertos

como tú y yo

como la noche misma

como abanicos muertos

pese al miedo en la palma de la mano

el corazón la carta y la alianza

 

"Amor peninsular" 1965

 

Doble filo

 

La aurora rumorosa al niño apenas

de la baraja destronado impide

palidecer por esas manos llenas

del halo oval (ceniza ayer) y arenas

 

donde la hora boreal divide

blanco de azul y vendaval de venas

al par que el labio con su luz se mide:

 

-Tu cicatriz, el tacto y la manera

de reflejar en la madera el corte

no dicen lo que dice, aunque cayera

este al oeste tras la pejiguera

de la doblez de ser mundana y norte,

una mirada - que la tuya, ay, fuera

si el retrato quedárase en la corte.

 

     -Pero queda por ver, al ver tan dura

           señal de no trocar la vista en ojos,

    pues no hay durar de claridad segura,

    qué chispas de esperanza me asegura

  dicha empedrada, mas jamás rastrojos,

       cuando del humo la corriente oscura

ascienda en busca, a mi pesar, de enojos.

 

quisiste comenzar de otra memoria

casi invisible tenedor así

así

(nada de nada)

muertos bajo la diestra del limón

cerróse cual conviene el instrumento

que a todo vaticinio satisface gota a gota

 

                 de otro pulpo de un casi

        así empezaba aquel comienzo

entre aire y ceja por atajos remos

            entre bandadas de caballos

                                               y luego

                   de desposada iniquidad

                      otra hora otra espada

 

obediente al metal

a la alianza

otra orilla mentida donde nunca

pero ahora quién da

pobre rodilla un día

como alivio (me digo) como espejo

que no ve que no va

 

                   obediente al cristal

   entre comienzo y fin sin lago

volveremos (me dices) a jugar

   el lazo peligroso está tendido

                         como fuera de ti

    aprisionado en otro invierno

   cortaremos el hilo de la aguja

 

apunta a ciegas el mortal testigo

tan diestramente al encumbrado intento

nada quiere temer

no despertar salvo en el otro brazo

mas libre de rencor

el recuerdo del pan

en soledad de decisión dorada

 

que nada ve y que va (más azúcar / más luz)

                       de no decir si el corazón cual río

                                                    temer quisiera

                  acaso preso de ese mismo empeño

                                                   partir quisieras

                                                 breve y probado

           por el nudo del susto aún más cortable

 

mira cómo empeora la esforzada ceguera aquí

en la farsa invencible y a deshora

las viñas miraremos otras danzas

así quienes hacen racimos del apodo

coronada de tinta o de sospecha se hielan

pendientes de una sola palabra trasquilada

de bronce o de cordero [afila los sentidos

 

                  la risa sustentada allí

cara a cara las viñas miraremos

                 unas y otras se hielan

       quienes concurren a la seña

                 pese a las lanas gimen

                   otra punta otra daga

                         afila las espuelas]

 

así quisiste comenzar a desbarrar

ni a tiros y contra el blanco

contra el éxtasis sacado a concurso

contra las fuentes contra los senderos

y contra todo aquello que se larga sin ruido

contra los trepadores envidiosos

contra la corte y confección fisgando

 

                contra los árboles que no se mueven

                      contra el silencio su vivito gemelo

                   contra los ácidos cristales coleantes

                                                  contra el chupete

                     contra las flores que miran al cielo

            porque contemplan otras sombras fijas

la manera incruenta de almidonar otro poema

 

quisimos convertir la vida en una descansada porfía

quisimos fortalecer la imagen desde la barrera

quisimos desmentir que las abubillas roncan además

quisimos elogiar el color por los colmillos

quisimos asimismo cortar zas por lo insano

quisimos buscar agua en el parchís

queremos comprobar que el secreto es la llave

 

pero la mesa estaba servida

pero la mesa estaba servida

pero la mesa estaba servida

pero la mesa estaba servida

pero la mesa estaba servida

pero la mesa estaba servida

aunque la mesa esté servida

 

Y no sabiendo jamás

lo que el doble filo es,

bese a la silla sus pies;

que no hay más

aquí que allí.

 

 

Testamento

 

la voz es voz

                      hiciera

añicos las palabras redentoras

 

...la quijada blandida,

la mueca de tu hermano,

la saliva secreta, la agonía

capaz, de darte posesión primera,

última ya (oh cuerpo ensangrentado),

herencia de este salmo, tierra ajena,

fuga para siempre, libertad cautiva...

 

la voz es voz

no existe

 

no existe aroma nuevo

 

          cerrad mis párpados

 

"Mortaja" 1970

 

 

 

Tres y trino

 

                                 Para Sarah Gorby, acompañada

                                         a la guitarra por Jean Bonal.

 

 

Tres vecinas en mi cama.

Tres. Tres. Tres.

Giro y giro como un pez.

Tres vecinas. y otra vez.

Corrióseme la persiana.

Desperté.

 

¡Vana fue aquesta mañana

sin las tres!

http://amediavoz.com/ullan.htm

 

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