Albania, 2008
La inquietud de miles de años, y caballos
salvajes.
Fluye un río de misterio y sangre.
Ahí, en el viento caliente,
una historia mancillada,
hambre y un misterio desconocido.
Rodeado por silencio y miedo.
Inglaterra, 1998
Todo estaba bien mientras estábamos solos.
Entonces sucedió algo.
Vinieron todos ellos.
Estaban saltando en el agua y divirtiéndose,
recibimos caricias y desaparecieron, riendo.
Brilla el sol.
Cierro mis ojos
y pregunto
quiénes son ellos,
quiénes somos nosotros.
Austria, 2008
No sé por qué no me entienden,
por qué se ríen de mí.
No sé por qué no me entienden,
por qué no hacen su vida
tan simple
como yo la he hecho.
No entiendo por qué no miran al mundo
de la manera en la que yo lo hago.
Ellos ven que no hay nada de qué
preocuparse,
que la tierra todavía permanece,
que la vida es más que uno, dos, tres,
que la luna está sonriendo constantemente,
que las nubes están jugando con el viento,
que el río se regocija,
y que nuestras casas se han convertido en
cuentos de hadas.
No sé por qué no me creen
cuando les digo que me siento de maravilla.
Pakistán
Mujer
Nos hallamos en el surco del dolor
sale el sol y una tormenta en el cielo.
Nos hallamos paralizados
debajo de un cielo rojo, atardece,
y un dolor glacial.
¿Está este Dios develando nuestros rostros?
¿Se atreve a mirarnos a los ojos?
¿A quién otorga nuestra calma?
¿Nuestra vida?
Palestina, Gaza, 2005
Sostengo un tesoro en mis manos.
Sostengo un tesoro en mis manos.
Alguien vino y me dio un tesoro.
Todo lo que tengo lo estoy sosteniendo en mis
manos.
Alguien vino y me dio un tesoro.
Estoy sosteniendo un tesoro en mis manos. Mi
tesoro.
No lo dejaré ir. Sostengo un tesoro en mis manos
Mi tesoro.
Pakistán, Kashmir, 2005
Están regresando.
En medio de árboles invernales.
Dentro del hambre.
En medio de las ruinas de la creación de Dios.
Están regresando.
Sin barcos ni botín.
Sin esperanza ni risa.
Sin canción ni plegaria.
Sin Biblia ni sol.
Ellos están regresando.
entre niños llorando y paganismo,
entre embarcaciones petrificadas,
rebaños masacrados,
almas errantes.
Están regresando.
Hacia los tiempos que se van,
hacia el dolor
que alimenta a la luna
y ahuyenta a los dioses.
Bosnia y Herzegovina, 1994
Dejamos la muerte y miles de mentiras.
Dejamos la ciudad llorando
madres, padres, soldados,
y el fin del mundo.
Dejamos la ciudad de los héroes.
Atrás dejamos esperanzas y sueños,
y todos los dioses en cuyas manos estamos.
Cuando partíamos cruzamos el río
que fluye hacia el mar.
Todo el camino hacia el mar,
eran naranjos en flor.
Eso hacían, por lo menos ayer.
Venezuela, 2010
Estamos aquí junto al océano.
En la arena, al lado de las olas.
Nos tenemos sólo a nosotros mismos
y las estrellas en el cielo.
De noche.
Estamos aquí junto al océano
Escuchando la canción del viento.
Una canción
de la blasfemia en la tierra,
de los soldados en la orilla del mar,
de los esclavos en los botes,
de las nuevas banderas,
de niños hambrientos,
de madres
encadenadas en grilletes,
de padres muertos.
Estamos aquí solos
junto a las turbulentas olas,
en el sol, en los rastros del crimen,
y vemos el juego de este mundo.
*
N. de la T. Estos poemas han sido traducidos de las versiones al inglés de Tina
Mahkota.
Traducción
de Julia Melissa Rivas Hernández
Tomado de:
Las tierras Vascas, 2005
Yo no sé, realmente no sé
Yo no sé, realmente no sé
Despacio, despacio, debería decir adiós.
Bosnia y Herzegovina 01 jpg (ataúdes en la pared)
Dejamos de contar.
Dejamos de contar las miradas desamparadas,
los llantos de desesperación, los senderos hacia lo
desconocido.
Dejamos de contar las coincidencias,
las memorias y las anotaciones en el libro del dolor.
Olvidamos los nombres descoloridos
y anotamos los números.
Los números de ataúdes, en nuestra vida.
Slovakia (una mirada desde la ventana)
Estoy sentada y viendo desde la ventana.
Esto es todo lo que queda.
Esto es todo.
La ciudad de almas cansadas,
una vida envuelta en memorias,
y la locura cubierta por el vacío,
geometría y silencio,
una máscara de la historia.
Esto es todo lo que queda.
Esto es todo.
Estoy sentada y viendo desde la ventana.
Esto — ¿no es cierto? — solía ser mi casa,
con un arbusto de jazmines en el jardín.
Nicaragua 01 jpg (el autobús)
Nos enfrentamos a miles de mentiras y toda la sangre.
Nos enfrentamos con las madres de los héroes, gente
pisoteada
y todas las caminatas rumbo a los cementerios.
Nos enfrentamos a amenazas,
con la insufrible tortura de nuestro país
y los ruegos por la muerte.
Esperamos por nuevos papeles,
gozo y una vida con nueva narrativa.
Hemos estado esperando por el final.
No hay un final.
Nicaragua 02jpg (una mujer con un niño)
Intercambio. Esta infernal
calle de ciudad por una casa en la colina. Intercambio la mirada de los hombres
por papayas en flor en el jardín, por un río en la aldea. Intercambio.
Interminables colas por un segundo de vida, por una comida de felicidad.
Intercambio. Memorias por una puesta de sol. Intercambio. Un montón de
tonterías por los colores en el cielo. Intercambio. Este tedioso dolor por las
risas de los niños y por palabras mágicas. Intercambio. Un alma cansada por un
libro de plegarias. Intercambio miedo y realidad por las estrellas en el cielo.
Hoy no
Me encerré a mí misma y busqué palabras.
Palabras verdaderas, palabras para personas que son
mías.
Para mi hermana, para mi hijo.
Y para ellos.
Estoy buscando palabras. A mi manera.
Estoy buscando palabras que digan todo.
Aquellas pequeñas, las únicas.
Aquellas simples y cortas.
No sé lo que está pasando.
¿No será que estoy partiendo ya?
No puedo encontrar las palabras.
Mis palabras, aquellas que son verdaderas.
No puedo partir sin ellas.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2020/03/poesia-eslovena-marusa-krese/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario