Entramos hoy en la atmosfera de un prolífico autor que se interna en varias áreas del arte y aquí tomamos un puñado de sus poemas como abrebocas e invitación a entrar en su maravillosa producción
Barbas en remojo
Las barbas de tu vecino
embobadas ante la sibila de Delfos
la Musmé, la enjoyada y luminosa Susana
Las barbas de los choclos
las barbas florecidas
las barbas de las máscaras
vigilantes ante las majas en el balcón
la dama del unicornio
y las costureritas vigiladas de Pedro Longhi
Las barbas de los expedientes
las barbas en bares decimonónicos
poseídas ante Ío poseída por la nube
y la muchacha de los bulevares del desnudo rojo de formas
encerradas
Las barbas no sólo bárbaras sino cruciales
y las barbas epigramáticas
expectantes ante Marcelle Lender bailando el bolero de
Chilpéric
la Venus y las nueve ninfas que danzan en el parnaso de
Andrés Mantegna
y la troupe de mademoiselle Eglantine en franco cancán
Las barbas del barbero
a por las barbas
las blancas barbas
y las meretrices del salón de la rue des Moulins.
Miguel Ángel Buonarroti
Potente solitario
alma, cuerpo, cosas
las manos de su Dios, su tierra, sus parientes
Tributo al biógrafo:
la Batalla de los Centauros
en la corte de los Médicis
y la Virgen de la Escala
Extraedor de mármoles
mucho enaltecer
Clemente Séptimo abriendo su biblioteca Laurenciana
El relieve en el meollo
capturado en el relieve.
“Flora Futurista”
Nos intercepta en nuestros caminos
y alecciona
Es bella
(y nos afilia a las percepciones de Oswaldo Bot)
Reímos.
Duccio de Buoninsegna
Entre deudas y deudas
y privación y privación
de juramentos de fidelidad
al Capitán del Pueblo
Entre no marchar con las milicias ciudadanas
y practicar la brujería
Entre dos apaciguantes ángeles bizantinos
y un gótico serpear.
Exclusionista
No hay paisaje
En verdad, sólo pinta
su propia exclusión del paisaje
el pintor.
Víctor Chab
Restos
del oficio
de vivir
en un incendio
Figura medieval a la carrera
Vivir
en el incendio
que resta
del oficio.
Loro y gato
Un loro
vivo
encima
del blanco desnudo
cadáver
del desdichado
burgués
Saliendo de un cuadro
un gato
el último
de esta
noche
saltando y corriendo
cenándose al loro
vivo
encima
del blanco desnudo
cadáver
del desdichado
blanco desnudo
burgués.
Pablo Picasso
Me quedo con tu ojo derecho
con tu suma de destrucciones
con dientitos que sin embargo son una sonrisa
con ése y con cualquier otro de tus sombreros y bonetes
a candoroso sobrenivel de las cabezas
Dicen lo que son esos dedos desnudos
estrellitas erectas
en franjitas erectas
había lo bonito debajo de los cuernos
En el ojal un colibrí
despunta donde yo vi una llamarada
Labios o peces de los arrabales en las paredes de una
capilla
un cura de espaldas a una mujer de perfil
invitación a los bordes de una mujer de espaldas
plaza de sombras y banderas
pisan toro y torero
un seno rubio despierto debajo del collar
rostro del tamaño de su pezón sorprendidísimo
Demasiadas escarolas detrás de los pabilos
disponiendo de orejas, manoplas o tal vez marimoñas
y perpetuando un guitarrón asimétrico
ojo con el que me quedo
Una gata me huele antes de enloquecer
y se fuga entre curvas y penes aguileños
y un gallo en pastel se fuga con la gata.
Menos de medio litro
Menos
de
medio litro
de vino tinto en la botella
delante del botellón
al lado de la quesera
encima del mantel
que cubre la mesita
circular en el cuadro
que la mujer del pintor
apoyó contra el respaldo
de una silla.
Senos de tahitianas
Se diría que los recuerdo
y que hasta estuve allí
Me exhibía entonces al natural
con ellos todo es más simple
Al ciudadano le di
el olivo que es el olvido
Mis construcciones insistían
en situarme al fresco
Descalzo, mis valores de siempre
tendían a disiparse
Al náufrago le cabía
pintar y amar.
Salvador Dalí
“Que no es bacía, sino yelmo”
pintor que escribe relojes blandos
y diserta impregnado del aura de Onán
Delicada extirpación de números
en la medusa.
Mentada
Virgen del mil trescientos
de labiecitos incautos e insuficientes
con lujoso atavío de intensos dorados
mentada por cronistas contemporáneos
sin citar la fuente
afligida y conmovedora.
Pictórica
Confiscadas por Gauguin cinco bonitas esfinges sentadas de
Oceanía
no cesa de morir Cézanne, sobre la mesa viva de alcohólica
naturaleza muerta
con las cuatro estaciones arrojándose desde los tejados de
Pissarro
es incuestionablemente en el jardín donde desayunaremos con
Monet
un rápido secreto susúrranse personajes de Daumier
atinente al puente de Corot
y a que Delacroix guía al pueblo
y Gainsborough la carreta del mercado
grandilocuente consecuente Courbet recostado entre tus
cortesanas
(dama como maja y el embozado Goya con el estoque)
mientras robamos a una bella gorda con Toulouse-Lautrec
¿y qué viene siendo de la consabida “demasiada verdad” del
Velázquez retratista en tonos de infanta?
ah, si con la tijera del sastre de Moroni
lográramos cortar un mechón de cabello de la repantigada
Venus de Tiziano
ah, cómo nos agradaría asistir con Giorggione a su
atribuido concierto bajo el sol y el follaje
tomados de la blanca mano de Lucrezia Panciatichi, quien
tomará con mayor firmeza a Bronzino de la mano
quien tomará a su vez a Margarita de Parma, la gobernadora,
quien a su Moro tomará
para que triunfe —y no triunfe— Brueghel el Viejo con los
batallones
El Bosco satírico aleccionando sobre las delicias y los
desvaríos
(no espantemos a la encajera del católico Vermeer)
¿se percatan, Matisse, de tus deliberadas berenjenas?
¿admitirían la representación de uvas en ese racimo de
Braque?
eclipse en la mirada de la mulata de Portinari
cuando Manet nos trae y nos deja a Stéphane Mallarmé
trabajan en el paisaje las gentes de Derain
y duerme reposa descansa en la cama que cubre su rojo
escarlata el artista Van Gogh.
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