El decir de la Gente
No me importa lo que digan
si lo que he dicho es cierto.
No me importa lo que harán,
sino lo que quedó hecho.
Las palabras poco sirven,
lo que sirven son los hechos.
Contar…
El paso por la frontera…
los campos de concentración
y montañas de tristeza:
la lucha para vivir
guardando la esperanza
de volver a nuestra tierra,
que nunca quedó olvidada.
Mas la angustia,
la cizaña de pensamientos dispersos,
debilitaron las fuerzas
de aquella juventud sana,
que se marchó voluntaria…
al maquis, la resistencia
y a reivindicar España,
cuando habían pasado
por los campos de exterminio
cuya tragedia ¡fue amarga!
Trabajar; de todo un poco,
en el bosque, la mina, el campo.
Ha sido a fuerza de años,
con una espina en el alma
que nos fuimos integrando
a esta tierra de Occitania
que en los reculados tiempos
se entrelazó con Hispania.
¿Queréis escribir la historia,
oír contar, cazar palabras?
Mortecida la memoria
que ya poquísima queda…
es como hacer el inventario
cuando una manga de viento
parte de lo que hay, se lleva.
El cristo detrás del telón
Si penetras
en la piedra
como penetra
la hiedra.
Si eres tan
fuerte y tan bueno
como predica
la Iglesia
¿porqué no paras
las guerras?
¿por qué das
vida a los tiranos
y alimentas
las miserias?
¡No! tus ojos
son de cristal,
y tu corazón,
de piedra.
¡Dicen que eres
inmortal!
mas, nada en
este mundo
arreglas.
¿Para qué
tantas plegarias?
¿Para qué
tantas mentiras?
si el engañar
a los hombres
no es una
acción moral.
¿Para qué
rogar al cielo?
si de allí
nada vendrá
si no son rayos
y truenos,
la lluvia o
el vendaval.
Con tus ojos
de cristal
y tu corazón
de piedra,
pasa un año,
otro año,
y todo lo
malo queda.
Nunca lograrás
ver nada que
a tu conciencia
conmueva,
porque ella,
si la hubiere,
fuera de piedra
o madera.
Mi único Dios
en la tierra,
es el fluido que
en mí se integra.
La onda, que
me penetra,
vaporosa y etérea.
La que da la vida
al instante
en que aparece
la materia.
Ya ves, las
palomas vuelan
y nunca vieron
tu presencia.
Y el más humilde
soldado, al momento
de la muerte,
no le asistió
tu presencia.
Por eso el hombre
te hizo, con los
ojos de cristal,
y el corazón,
¡de piedra!
sin poderte
dar un alma,
ni darte
inteligencia.
Sólo eres
parapeto
de los que,
tras de ti,
tejen hipocresías
para anular
al que piensa.
Mas el pensar
igual vuela,
como se elevan
las águilas
y escapan.
Como escapan
los rayos de luz,
cuando atraviesan
la niebla.
Por eso se oyen
murmullos y el eco
aporta quejas.
Luego, si algo
hay de inmortal
¡sólo es la luz
y la tierra!
¡Ah si tus ojos
vieran!
y tu corazón
no fuera,
como lo es, el
de un muerto,
tendrías que
delatar lo que
se lleva en secreto
y que, delante de ti
dicen y hacen,
sin contar
con tu respeto.
Eso prueba que no
pudieron inculcarte
el sentimiento.
De tenerlo, de pena
te morirías,
porque los que
te cobijan
son esencia
de mentiras,
recubiertas
con un paño
tejido con hebras
de maldad y engaño
Tomado de:
https://poetryalquimia.wordpress.com/2023/01/01/5-poemas-de-sara-berenguer/
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