domingo, 4 de agosto de 2024

POEMAS DE KAZUKO SHIRAISHI


Lago amarillo

 

puedes pescar aquí         peces deliciosos

 

 

 

y ponerlos en tu mesa

 

pero el lago es amarillo          para ocultar su profundidad

 

los indios que viven cerca del lago

 

también ocultan su fondo

 

quizás los peces vivan en sus ojos

 

o deliciosos espíritus canten al hervir con odio

 

las profundidades de sus ojos oscuros        nadie puede ver algo vive 

 

en el lago amarillo sin mostrar su forma sobre la mesa

 

 

Jugador de fútbol

 

Un jugador de fútbol

 

patea una bola,

 

todos los días, patea una bola.

 

Un día pateó al amor tan alto

 

que éste quedó en el cielo

 

y jamás regresó.

 

 

La gente piensa que debe ser el sol,

 

 

 

que debe ser la luna

o alguna nueva estrella.

 

En mi interior

 

también pende una bola,

 

suspendida en el cielo,

 

que nunca regresó.

 

Ustedes pueden verla

 

convirtiéndose en llama,

 

en amor, en estrella.

Tomado de:

https://www.revistaelgolem.com/2020/05/10/poemas-de-kazuko-shiraishi/

 

 

Mi tribu de arena  

En Riverside no hay río.

El río está seco en Riverside desde 1911.

En el verano de 1980 aparezco por primera vez en Riverside.

69 años después de haberse secado el río.

Allí descubro que Riverside es de hecho una entrada hacia el desierto. Allí de pronto las criaturas de la tribu de arena empiezan a moverse en mi interior y buscan la salida, de prisa, ¡ay! hacia el desierto. Toman la salida mientras pronuncian la palabra mágica, -Riverside, Riverside-; salen atropellándose, volando, hermosos espíritus construidos con granos de arena seca, afuera, hacia el desierto.

 

Mis pensamientos tiran siempre hacia el desierto, hacia donde hay arena, tierra seca, sin importar en qué lugar me encuentre, aire caliente y seco donde hasta al mismo sol se le quema la garganta, y la tribu arenosa anidada en mi interior adquiere vida de pronto, cuando descubre ausencia de agua, ni una gota de agua en Riverside, y así se lanza cantando, descalza, alegremente silbando, danzando hacia el desierto. Entonces poco a poco me hundo hasta quedar sepultada en esta multitud de arena y mi memoria empieza a remontarse, hacia atrás, centenares de miles de años atrás. ¿Es éste el arenal de los indios yaquis de California o es el desierto del Sahara? ¿Estoy a orillas de la sagrada Uluru o en las planicies de Australia? Entre más atrás se remonta mi memoria, más ambiguos se tornan mis recuerdos... Quizá yo sea lo arcaico, quizá me haya quedado dormida. El tam-tam de los tambores me despierta a veces; mas ya convertida en arenosa tierra, adormecida, ¿cómo podría emerger del todo de mi sueño?

En Riverside no hay río.

Seco Riverside, tierra enigmática, puerta al desierto en donde no hay ni rastro de agua: ¿por qué eres una pura entrada sin salida, por qué está el desierto plagado de entradas sin una sola puerta? El desierto es una entrada

Una entrada abierta a todos

Una entrada abierta a otra entrada

Cada vez más hacia adentro

Tribu de arena, intrépida hermandad, guerreros míos que al olor de la arena corren hacia el desierto, sin saberse bien por qué, no por locura, ni por ir a alguna parte, sólo por puro instinto, sólo el amor al regreso.

De adentro de mi cuerpo regresan hacia su nido, hacia la madriguera original, como si fueran bestias, pájaros o peces. En la tarde calurosa oigo sus aleteos.

Los ojos los ven y no los ven. Tribu de arena, más evidente que la poesía, río seco, grande y ancho.

 

Poder fantasmagórico, ánimas de la arena que adoptan la forma del río...

 

(1982)

 

 

Traducción del japonés por Atsuko Tanabe y Sergio Mondragón y del inglés por Jesús Vega, con la participación de Haydé Zavala.

 

 

Ulises en estos tiempos

 

Al volverse, no encontró rostro alguno

 

ni siquiera uno nuevo que le perteneciese

 

el rostro es un país

 

y el suyo era invadido por la ideología roja.

 

Sin rostro,

 

sin labios que besar,

 

su propio rostro dejándolo atrás

 

se pone en marcha.

 

Su tierra natal yace bajo un extraño mapa.

 

Sólo la firma del vientre de su madre

 

es el pasaporte del país natal

 

busca a tientas un nombre

 

él dejó su país él es Ulises

 

no conoce el regreso.

 

Ulises, incapaz del retorno

 

Ulises, sin fecha posible de retorno.

 

Llevando a su mujer, niños y flores,

 

encendiendo la antorcha de un poema

 

Le grita al mar abierto:

 

¿hay alguien?

 

¿algún rostro que pruebe su existencia?

 

Mil, millones, billones de cambiantes criaturas

 

aman el mar nocturno

 

y las estrellas caen en las olas.

 

Él escucha su música en búsqueda infructuosa del país interior.

 

Se une a los ascetas del amor.

 

 

 

Aunque pueda crear miles,

 

cientos, miles de rostros

 

nunca podrá encontrar

 

ni siquiera palpar

 

el rostro del país recién nacido.

 

 

 

Así que hoy, otra vez

 

Ulises cruza el mar

 

y toca tierra

 

en un antiguo pueblo del Midwest, en América.

 

Penetra a un edificio

 

a las dos de la tarde,

 

nadie repara en él

 

porque no es asistente personal del Presidente,

 

ni gánster con revólver,

 

ni un músculo campeón mundial de boxeo.

 

Él es alto, y es bello, con una nariz recta

 

posee una escondida dignidad, y un fuego

 

pero no es propietario de otras características.

 

Así que, si no es violento,

 

ni exhibe sobre el pecho medallas honoríficas

 

la gente pasará por su lado, sin verlo,

 

porque la Filosofía es un ente invisible.

 

En estos tiempos nadie le tema a los fantasmas,

 

y si están vivos, menos,

 

por lo que pasa inadvertido durante miles de años.

 

No muere nunca.

 

No le está permitido.

 

Él es Ulises, un invisible mito.

 

Muy borracho me dice:

 

“¡hoy me siento tan bien!”

 

Porque realmente puede llegar a estar borracho,

 

¿es que puede embriagarse en el mar de licor

 

oyendo las sirenas?

 

¿Conocerá en verdad a la Sirena?

 

La voz de la Sirena cambia a Elvis.

 

¿Es Presley una Sirena?

 

¿Puede un disco de la era rock and roll

 

llevarlo hacia Penélope?

 

 

Me habla sobre un hombre que visitó la India

 

nombrado Snyder, ávido de realizarse

 

me habla del arte de vivir libremente

 

pensando que es igual a devorar el arco iris,

 

o a hacer el amor con el mismo arco iris.

 

Él espera alcanzar esas nubes lejanas

 

mientras que la Sirena

 

se duerme sin que le hagan el amor

 

oyendo un disco de Elvis.

 

 

 

Ulises se despierta,

 

regresa del almuerzo

 

y casi a la hora de acostarse descubre

 

que no hay rostros que pueblen el espejo

 

ni el cuarto donde habita,

 

de pronto se da cuenta que es Ulises

 

a quien le es imposible regresar.

 

No puede regresar carece de país a donde ir.

 

Desplazándose siempre.

 

 

 

Oigo un blues

 

del país solitario de ese hombre sin nombre

 

más allá de ese jazz de Dixieland

 

retrocedo en el tiempo miles de años

 

hasta llegar al baño primigenio

 

del primer nacimiento de este mundo.

 

 

(1975)

 

 

            Traducción de Ayako Saitou

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/54_55/kasuko.html

 

 

LEÑA

 

en el interior del planeta se apila la leña

allí viven montañeses

el hermano menor medio sordo

la carne de la hermana mayor sensible

el padre vuelto eternidad

la madre arrostra los descendientes

en el interior de ese planeta se apila la leña

la entraña ardiente de la hermana aguarda

la creciente la nívea parte de su hermano

en una historia escalofriante

sólo el fuego es esperanza o melancolía

hermano y hermana apilan la leña

en el interior que arde

 

en la cabaña en la cima de la colina

dentro de la sangre de la carne

se sigue consumiendo y apilando la leña de un tiempo invisible

 

 

SER

 

hubo algo parecido en una cuesta amazónica

y en las selvas indonesas

voló ligeramente sobre sus alas

desvaneciéndose como vértigo después del segundo viaje separados

pero existió realmente

como luz y sombra en cópula súbita

estremecido levemente el aire silencioso.

Tomado de:

https://bitacoraparalugaresreencontrados.blogspot.com/2011/01/poemas-de-kazuko-shiraishi.html

 

 

Meditación ardiente

 

Soy una meditación que quema.

Dentro guardo una isla acuosa,

pájaros marinos y la luna llena.

Alquilo un hogar a los cocodrilos del Nilo.

Mi meditación no es agua azulada

sino rojo deseo.

Creciendo en sus ojos

alimento los cocodrilos con un sol deleitable

y los dejo dormir.

Vivo en una meditación que quema

oyendo la isla acuosa golpeada por las olas

callada silenciosamente.

 

 

Pájaro carpintero

 

Aparece un pájaro carpintero que industrioso

perfora un hueco en la cabaña.

Un hombre vuela y lo amenaza.

 

Durante 8 años el hombre

construyó la casa

para su esposa y dos hijos,

entonces,

antes que el pájaro perforara el hueco,

otro invisible

llegó y picoteó a la esposa.

 

De ahí la mujer

voló hacia alguna parte

y no regresó más.

 

Aparece un pájaro carpintero que industrioso

picotea la cabaña de un hombre.

Tomado de:

https://sienteloconoido.es/kazuko-shiraishi-y-toshiko-hirata-voces-del-japon-actual/

 

 

El hombre de ojos encendidos

hay fuego en sus ojos

arden cuando se fijan en mí

hasta las mentes frías y los estómagos helados

se calientan

pues guarda el sol africano en sus ojos

orgullo de la familia Zulú

durante la revolución

la carne que asó en el horno

era tan sápida

en la sala sus gemelos de un año Ra y Re

se turnan los chillidos

sus ojos encendidos suavemente juegan con ellos

cantándoles mientras

la tierra crece ardiente y satisfecha

de momento en la sala

del hombre de ojos encendidos

Tomado de:

https://poesiauniversalblog.com/2024/06/17/el-hombre-de-ojos-encendidos-kazuko-shiraishi/


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