viernes, 16 de agosto de 2024

POEMAS DE ANTONIO PEREIRA NOBRE


ORACIÓN CON MI CUERPO

 

Me desnudo.

Estreno una manera

de sentirme de sangre y no de ropas.

¿Cómo saber, si el frío los ataba,

la posible extensión de nuestros brazos?

Aquí me llama el mar hasta su boca,

y el hombre aquel que se tendía oscuro

desenreda su cuerpo y lo levanta

lento de asombro hacia la luz hermosa.

Hoy rezo con mi cuerpo, por mi cuerpo,

tan cercano de mí, tan fiel y amigo,

verdad a la que toco y que me toca.

 

 

BIOGRAFÍA

 

Los poetas nacen en feligresías apartadas,

de concejos con nombre de lluvia cayendo.

En ciudades como Castelo Branco

o Vila Real, como Viseu

o Braganza,

crecen a mocedad con un cuaderno

que llevan bajo el brazo,

pegado al corazón.

Luego van a Coímbra y una imprenta

compone su saudade personal:

la ceniza del mirto,

el otoño del Távora,

las islas de la bruma,

las alas de los sueños,

el alma de los árboles,

el libro de las mágoas,

la sombra azul del humo.

...Hasta un día en que tocan con la mano

el pecho de otro hombre,

tan duro y contrincante de la niebla,

y es una chispa roja lo que salta,

la poesía

necesaria.

 

 

EL PUDOR ERA UN METEORO

 

El pudor era un meteoro

el pudor era un meteoro como la lluvia y el viento

el pudor era un meteoro como la lluvia y el viento y el fuego de santelmo

el pudor era un meteoro como la lluvia y el viento y el fuego de santelmo y la nieve y el rayo

el pudor era impredecible más que todos los meteoros juntos

porque no hay cabañuelas para el pudor,

sabes que va a llegar,

no dónde, cuándo,

si con la furia de la tormenta,

si en el agua sumisa de las lágrimas.

 

… Y la tarde pasaba larga larga,

jugando a un botón más, oh riesgo hermoso.

Tomado de:

https://tertuliaspoeticas.blogspot.com/2023/12/antonio-pereira-todos-los-poemas.html

 

 

¡VANIDAD, TODA VANIDAD!

 

¡Vanidad, amor mío, toda vanidad!

Escucha: cuando yo, un día, si alguien más,

Tus amigos tengan contigo amistad,

(Si esto es amistad) más de la que tú tienes hoy.

 

¡La vanidad es lujo, gloria, caridad,

toda vanidad! Y, si piensas bien,

verás, perdona esta crueldad,

que el amor de tu madre es vanidad...

 

¡Vanidad! Un día la fortuna me dejó sola

y me encontró sola en el mar con mi barco,

¡y no me ayudó en la tormenta!

 

Hoy vuelves con tu aire sereno,

pero yo, ¡mira! Los miro...

¿No es esto una vanidad en mí?

 

 

LA NAVIDAD DE UN POETA

 

En cierto reino, en un rincón del planeta,

donde nacieron mis abusadores, mis sacerdotes,

hay cuatro candelabros, un poeta

que nunca antes había sido visto vio la luz.

 

¡Tan listo como surgió de una vida inquieta,

Tan listo como nación, nacieron sus ideas,

La fe falsa, en una traición abyecta,

¡Como bandidos en caminos reales!

 

 

Y, aunque soy descendiente, rama

de ese árbol de Héroes que, en medio de peligros

y guerras, lucharon por el ideal:

 

¡No me importa nada, País! Sea mi maestro

Carlos o Celda Teresa… Amigos,

¡Es una pena haber nacido en Portugal!

 

 

PARA CUALQUIER PERSONA

 

el primer hombre

 

¡Qué hermoso mundo! ¡Y solo yo! ¡Qué tortura!

¡Nadie! Mi padre es el cielo. Mi madre es la montaña.

 

la montaña

 

Mi cabello está sobre pinos oscuros

y las venas de mi cuerpo sobre ríos azules.

 

los ríos

 

¡Somos el sudor que hace y suda el verano,

somos, en energía, el agua bendita de la Luna!

 

la luna

 

Soy la bala, detenida en el aire, de esta guerra

que hago contra Dios, en su comienzo, en la Tierra...

 

la tierra

 

¡Y yo fui una de las manzanas, entre otras la primera,

que cierta Virgen vio caer de un manzano!

 

el manzano

 

¡Muchos más por caer! ¡Ven a recogerlos!

¡Sacude al hombre y caen las estrellas!

 

las estrellas

 

En el mar, en la noche, reflexionamos, miramos,

y así formamos Estrellas de Mar...

 

el mar

 

Soy sacerdote. Mis Santos Evangelios son desde ahora:

¡Ilumina mi altar, relámpago rojo!

 

el relámpago

 

Somos (a diferencia de lo que está escrito)

Los tatuajes-fuegos de esta cueva del Infinito…

 

el infinito

 

Soy el mar sin tormentas, donde por fin descansas.

Aquí ven y desaloja el Río de la Esperanza…

 

esperanza

 

¡Me morí, hermanos! pero allí cayeron en mis vestidos,

En tu mundo: Si se los cuentas a los cipreses.

 

los cipreses

 

Para señalar al cielo, como dedos fúnebres,

Nos plantaron en el pulpo de los cementos silenciosos...

 

los cementerios

 

Sótano, literas, ¡todo lleno!… ¡El cielo absorbido!

¡Este infierno de muertos no cabe en Josafat!

 

los muertos

 

Los siglos caen unos sobre otros, como bloques,

y nosotros estamos siempre dormidos, ¡eternamente dormidos!

Tomado de:

https://recantodopoeta.com/5-poemas-de-antonio-nobre/

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