martes, 6 de agosto de 2024

POEMAS DE ELDER SILVA



 

El caballo de mi padre

 

El caballo mastica el sol entre los pastos

la luz azulada

que asordina las horas del verano en la pradera.

 

El caballo de mi padre come en los brotes

de alfalfa, flores de macachín (rosadas),

Las pobrecitas flores del tero

que asoman en la hierba.

Espanta los jejenes con su cola

y a los tábanos.

Pone en duda el bostezo del mediodía

cayéndose sobre su propia sombra.

 

El caballo de mi padre ramillea entre ortigales

elige en el jugo de la gramilla

tras las retamas que explotan, entre carquejas.

 

El caballo de mi padre

se alimenta de poesía.

 

(La frontera será un tenue campo de manzanillas, 2003)

 

 

Aseo personal

 

Mientras aprieto el sachet

del dentífrico

y estiro el gusano de la pasta de

dientes

en el cepillo rojo,

me estremecen tus pasos.

El mismo ruido en la cocina

el agua otra vez llevándose

las migajas de la cena

de anoche (¿acaso la última?)

 

Mientras el dentífrico

se aplasta en mi boca

y me devuelve a lo que

nunca tuve,

pienso que la coartada

del silencio

echará a perder estos gestos

cotidianos

que nos justifican

en este rescoldo del planeta.

 

(Sachet, 2009)

 

 

Volver 2

 

Vuelvo al barrio

como esos caballos viejos

al patio donde comieron

alfalfa fresca

alguna vez.

Vuelvo por la vereda

destruida.

“Rey Maikol”

“El Villa es un sentimiento

lo demás, solo detalles”.

 

Y la chimenea de la fábrica

no es una amenaza para el

verano.

Salto los pozos

y sigo tras el traqueteo

del carro papelero.

 

Algo raro sucede:

coleccionan revistas

que no hablan de sus corazones

ni salen las fotos de sus hijos

de rodillas flacas.

Y coleccionan páginas

de diarios atrasados

(¿qué historia no?)

donde jamás cotizan.

 

Es raro este barrio

y lo quiero arrinconar.

Aunque sea acá

en este boliche de orilla

donde todos parecen

aburridos para siempre

porque he vuelto.

 

(Sachet, 2009)

 

 

Agua Enjabonada

 

Cuando tiendes la ropa en el alambre

esperas algo más que un lavado

perfecto.

Sientes deseos que tu camisa blanca

se purifique algo en el tendedero

que el sol se recueste en el suéter

comprado en San Pablo

y lo vuelva más naranja

y apague la borrasca del día

y la falta de confianza.

 

Cuando veo mis medias sacudidas

por el viento

espero no sentir el cansancio

de esa danza

cuando me las ponga para ir al trabajo.

Hay cierto alivio

y suspiras como en un spot

donde publicitan jabones

y hasta crees que algo ha sucedido

con tu ropa

cuando la descuelgas

para ordenarla en el ropero.

 

El olor a ropa limpia

tiene la belleza de tus ojos

mirando en un cielo atardecido

y algo de la escandalosa impureza

del agua enjabonada.

 

(Agua enjabonada, antología 1982- 2012)

Tomado de:

https://mondragonvaracchi.com/2022/10/17/elder-silva-diez-poemas-y-dos-ineditos/

 

 

Aspirinas 

 

El despertar es un blister de

aspirinas.

 

Es el sol que enceguece

cuando te reconoces en una cama

ajena.

 

El despertar es tu ropa

(y la de ella)

desperdigada por la alfombra

como un ademán del último

día en esta tierra.

 

El despertar es el beso suave

del verano

y del “directo” de Mikel Laboa y

Luis Llach, cantando

por la autonomía de los vascos.

 

Esto último

nada tiene que ver con la resaca,

ni con el sexo en esta ancha cama

de la calle Cabrera,

pero hace al contexto.

 

No lo nieguen.

 

 

Aguas envasadas

 

¿Alguien sabe

cuál es la relación secreta

entre la metafísica

y el agua mineral?

 

¿Porqué las burbujas que suben

y suben en el envase verde

se transforman en nada?

 

¿La nada es una burbuja?

 

¿Entre la burbuja y la tarde

escapan los ojos de una mujer

amada?

 

O acaso las burbujas

son señales de un mundo nuevo,

de una ciudad sin nosotros.

 

De una ciudad imaginada

con burbujas como caricias

haciéndonos cosquillas

en el ombligo, en el pubis.

 

En todo caso

es bueno beber cuando se tiene sed

y que el agua mineral caiga

como una redecilla,

entre el esófago y el pecho,

donde el corazón derrama afectos.

 

 

Recuerdos de vos

 

No son muchos.

Destaco el helecho

que me regalaste para

mi cumpleaños

(y que en parte se lo

comieron las hormigas),

una foto en Tiatucura

entre el verde del Salsipuedes

y tus ganas de retorcerle el

cuello al mundo.

Y esas medias caladas

que te quedaban sex,

pero que arrolladitas entre

mis medias,

son poca cosa

y dan un poco de lástima.

 

 

La vida es sueño 2

 

Tuve dos sueños.

Uno medio cantado

donde me besaba con mi ex

bajo la frazada

y era como chupar un caramelo

el sabor en mi boca.

El otro es más raro.

y aunque no lo puedo

reconstruir del todo,

el scrip es más o menos así:

hay un patio con ropa

secándose en la cuerda,

gallinas en una jaula.

Mi hermano Beto

con un futbolista de un

cuadro de barrio,

riéndose ambos.

Y sentada en la puerta

de la casa,

mi amiga Melisa

con los pies desnudos

y el pelo muy negro

come unas naranjas en silencio.

Mastica el hollejo

con una delicia aprendida

en sus antepasados,

y escupe las semillas

como tratando de desprenderse

de una culpa personal.

 

 

Sponsor

 

Hasta el gordo

que trabaja en un barco

de pesca

se sienta ahora a tomar cerveza

en los mediodías

a la hora de ese sol

terrorífico,

y se reclina en una

reposera

que promociona el

verde y blanco y rojo

de Heineken.

 

 

Instantes de hotel

 

Cuelgo las medias

en el calefactor del cuarto

y así aún humeantes

dan un poco de pánico.

A la mañana ya estarán secas

y saldré con ellas

por calles de La Boca

y con ellas me sentaré

a escuchar a los mejores

poetas del continente

que prestigian este

workshop de invierno.

 

La poesía –no hay dudas-

mejora mucho con los pies

calientes.

 

 

Bolt, el más rápido

 

Usaín Bolt ganó en Beijing,

para sorpresa de todos

y angustia de los chinos,

y en Lousana también

llegó a los saltos.

Más oro, más oro,

Arriba en el podio

y flashes de Jamaica

para el mundo.

 

Corre como para envidiarlo

speede por las pistas de

terracota,

por las rayas blancas

del planeta

y ya van a estudiar sus

músculos en la National

Geographic.

 

Pero atención,

ningún complejo de

inferioridad:

 

“¿Bolt, acaso podrías

escribirme un poema

acerca de esta triste mañana

de setiembre

en Buenos Aires?”

 

 

Efecto de una Quilmes

 

Con una Quilmes

mantenida a –18 grados

en el estómago,

el amor me cae favorable,

como la Primavera

que ya estalla

en los patios de Barracas.

 

Unas muchachas brasileras

entran a un sex shop

(¡sorpresa en el

imaginario poético!)

y dos paraguayitos salen

de una fábrica de pastas

a repartir pedidos.

Y yo empiezo a comprender

que el efecto diurético

de la cebada patria

es el precio irrisorio

que se puede pagar,

que se debe pagar

sin dolores.

 

Lo demás son ademanes,

vagas señales en el

tránsito

por donde van nuestros

corazones gemelos.

 

 

La envenenada

 

Patas arriba

la prima hermana de Kafka

agoniza y deplora

el momento en que posó su

cáscara

sobre los restos del Neocid

que puse al lado del tomo segundo

de la poesía completa de

Drumond de Andrade

con postfacio

de Sergio Buarque de Hollanda.

Tomado de:

https://alpialdelapalabra.blogspot.com/2010/07/elder-silva-poemas.html

 

 

PERFECCIÓN

 

A cierta hora de la tarde

tengo la certeza de que algo bueno vendrá

desde el bosque cercano.

El 77 cruza por Cabrera

sin detenerse en la parada,

los pájaros ya se han callado

y la luna ni por asomo.

A cierta hora de la tarde

vuelvo a pensar en el poema perfecto,

en la señal precisa cercana a la verdad,

y me quedo con tu pelo en mis sábanas anoche

(ese paisaje en blanco y negro)

y con casi todos los días anteriores de tu boca.

 

 

EL “PATA”

 

Ha muerto el “Pata”,

un negro grande con la pierna de palo

que vivía en el tercero.

Sus hermanos lo han llorado hasta la madrugada.

Han traído cerveza por dos veces

y ha venido el repartidor de pizzas a ayudar al estómago

de los deudos.

Los bomberos salieron tres veces en la noche,

sin apuros,

siempre con el coro al bardo de los perros.

El “Pata” estaba lleno de deudas

y lo asediaban a diario los cobradores sin ventura,

primos hermanos de Shopenhauer.

Anoche, es posible que en el viaje de ida y sin retorno,

mi vecino haya recorrido todos los cajeros automáticos

sin recordar el número de su caja de ahorros.

Y en todas partes el mismo letrero imperativo:

“insert coin”, “insert coin”.

 

 

ASDROMELIAS

 

En nuestro último encuentro

te regalé asdromelias.

Y cuando nos conocimos,

fresias.

Y así, para celebrar los cuatro cumpleaños

que pasamos juntos,

siempre encargué claveles o dalias.

O unas rosas que te emocionaron

tanto como un vaso de vino.

Cuando estuviste triste

felpillas, marimoñas, nomeolvides,

o flores silvestres

para celebrar nuestro amor junto al Polanco.

¿Qué flores te llevará tu amante

cuando seas apenas un par de medias

tiradas en la alfombra?

¿Será capaz de llevarte flores

a escondidas de su mujer?

 

 

TAREAS DOMINICALES

 

Atender a los evangelistas.

Sintonizar una radio donde pasen canciones de Joao Do Vale.

Juntar los vasos y las copas. Limpiar los vasos y las copas.

Atender a los evangelistas y hablarles de Trosky y de Lenin

para que no vuelvan.

Tomar mate solo.

Esperar a que despiertes para llamarte

mientras miro a la reina de la primavera en joggin.

Seguir con la mirada a los mormones.

Ver como cambia el bosque en las mañanas.

Ver como el sol se lleva las mejores flores

y prepara un dia sofocante.

Comprar cebollas y pimientos rojos.

Almorzar sin los niños y esperar

a que empiece a rodar la pelota

en la cancha de Rampla Juniors.

 

 

“TRIFÁSICO”

 

Mis circunstancias, Ortega, son estas:

Llueve en la Unión como para que se acabe el mundo,

no tengo dinero de nuevo

Y el “Benedetti” me ha dicho que un camión mató al

perro de “La Chapita”.

Ahí en la calle, a la entrada del bar.

Mis circunstancias, señor, son pésimas se imagina,

por lo que no queda otra que escribir esta literatura

de desgracia.

Si pudiera decirle otra cosa le diría.

Si pudiera salir a pasear el perro de Walter sería bonito,

como un juguete.

Pero mi circunstancia es otra, amigo olvidado.

Tomado de:

https://extramurosrevista.com/elder-silva-la-poetica-impura/

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