PRIMER DOLOR
En aquel tiempo, cuando era pájaro, solía empinarme
hacia el sol, que como bondadosa madre me insinuaba
caer a pique en el mar
Recuerdos de niño demente
Lucidez que reina en el momento de morir.
VISIONES
No me quites la memoria no me quites la visión de
todos los lugares donde mis tripas donde mis alas
pactaron contigo, ángel oscuro
Ángel ávido y vengador de la noche elegida para
amar con todos los elementos del mundo
No me quites ni un mendrugo de memoria soy tan
ociosa para morir
No me quites la memoria del pequeñísimo instante
en el que parpadean los ojos y es una brecha letal
que espanta a quien se animó a pactar la unión de
tu negrura de ángel enjaulado y el fulgor de los
esponsales de los hermanos
juntos alguna vez en la
Gran Obra
Llegó el momento
Benditas las lluvias que nos anunciaron nuestro beso
tan largo, nuestra estadía en la intemperie, con
plegarias sin destino, amado, las tantas que fui en
el filo de la tierra, ángel oscuro, quién será quién
a quién me entrego
El ángel es un resto de dios y no perdona
El que yo amo olvida el hambre en el momento de la
cena
Y no me quites la memoria, ni la más pequeña
memoria desgarrada, por si reviviera la bellísima
caricia en un ahora, ven aquí, no hay daño si nos
une la carne y el cielo
memoria de carne de cielo
CARTA MUERTA
Mi señor
alguna vez te he obedecido desde las sombras
fantasmas en los anónimos que hayan besado mis
tierras
Te guardo el castigo de un amor en las veredas de tu
cuerpo mientras sueñas mientras hueles mientras
trepas ese sol de madrugada, el que mora entre tu
aliento y mi aliento
Señor no pidamos permiso para empaparnos en el
único delirio de las bestias celestiales, late un bello
gemido en las caricias de la niña perversa que se
entrega a siestas prohibidas entre tu aliento y mi
aliento, perversa niña gratitud en todas las pasturas
delicadas y salvajes, señor alguna vez te he obedeci-
do fuera del pacto con las aves que se pierden, niña
perversa heme aquí
yo, señor, que te advengo en los horizontes
del deseo
yo, señor, con los colores sagrados del que ama
yo, señor, desde el precipicio qie siempre está
en lo alto
yo, señor, que no creo
que creo, señor, en el alcohol que tu boca
derrama en mi vida
Señor de los barcos que parten, hacia dónde... señor
de las moradas habitadas por labios tan tristes,
señor de mis labios tristes tan cerca de la tierra, mi
tierra, la de los fugitivos que te obedecieron alguna
vez
Toco tu enjambre de estrellas en el bello gemido de
niña perversa y sabia al revés
Señor tírame la tabla que flota en todas las aguas,
señor que te vas, señor mi señor pero nada me
salva ni tu tabla ni los pájaros
Adoratriz de tu sol niña perversa
Y quiero y me uno a ti, señor,
en la deriva
POETA INCIERTO
Quieran los barcos no desesperar en las brújulas locas
Sea así por los náufragos, quiera el mar no aliviarlos
Sucio lujo del odio, el invento de probables
salvatajes:
¿a quién? ¿de qué curioso lugar en la ignorancia?
Señor Dios, no permitas que mi señor me otorgue
piedad
En los naufragios hubo una vez en que amarse no
tuvo culpa ni castigo. Quieran los mares ser impíos
en nombre de la Piedad
Dónde estamos, amor mío, cuando nuestro triunfo
nos premia con lo inalcanzable, cuando nuestra
extrema cercanía no deja lugar a lo cercano,
ese árbol, ese aletear en la cornisa
ese escalar en cualquier calle
Que hubo un terreno que dejó de ser baldío, que
hubo un temblor de besos de demonios…
Quieran los barcos ser brújulas locas, enamoradas
brújulas locas
PLENA SED
Sólo me recibe la intemperie
Cuando me despiden las odas familiares, cuando vago
sola en la espuma de los sementales de Dios, la
intemperie me cubre con su manto ávido de destruir
fronteras
Ábreme, amado, ábreme en el dominio del aire y del
sueño. Iremos juntos a velar a nuestros hermanos
del sol
Sólo quiero que la intemperie nos una en la alborada
de los que buscamos oro en la ciénaga iluminada
por la palabra libre
Intemperie, sálvame del sofisma de los sabios
impuros, de las canciones laudatorias en la boca del
Domesticador
INOCENCIA DESPUÉS
Inocencia, no desesperes en la culpa de los cuerpos
marchitos
Ellos nunca fueron elegantes, nunca un fulgor echó
sobre ellos su hechizo
Inocencia de bellas crueldades, acompáñame a
recorrer lugares reservados a los dioses burlones,
que juegan a devorar toda ley inventada por sus
vástagos
mira mis rodillas poco sumisas en el reino del verano
Mira mi escondrijo lleno de cofres que guardan
ropajes saturados de hastío en las maravillosas
familias
Mira la sombra de despedidas apresuradas, erróneas,
que se convirtieran en reflejos extremos del amor,
oh tembladeral de vidas
Te invito a pasear conmigo en los bosques, matas de
pelo en el lomo de la loba, en las axilas con olor a
cielo, en el duelo de los romances perdidos
Porque contigo he de cruzar leyendas majestuosas,
despojos feéricos, insignificantes cuartos perdidos
en la hondura de tu estigma, resurrecta orden de
no obedecer al amo más que cuando se acerca el
mediodía del espanto en el recinto vecino allí,
donde el muerto querido alza una copa de alcohol y
aúlla concediendo una visita al infierno
Tu ríspido imperio me eriza, me vuela, me estremece,
me hace desear padecer partir sin consuelo. Tu
sombra anega, pasionaria de los viajes trazados en
el vértigo del soñador
Puta mágica sagrada
https://actaliteraria.blogspot.com/2013/12/celia-gourinski.html
Vengo
Vengo de un país donde grandes animales del ayer
anuncian su
perpetuidad en un océano de sol
Hago el amor en antiguos agasajos, con alimañas,
cangrejos,
bichos de una historia pasada
Sobre arenas de playas habitadas por aves obesas,
posaremos en
los vientos con la mirada tras la
mirada del
ángel que fuera el horror
Vengo en ti
ya no hay más en nunca
En el fondo de mi noche
Astros silvestres caen con la solemnidad de mi gato
cuando se
desespera
Astros hirvientes me poseen oscuros como el sueño
de un dragón
en la medida de un hombre
Museos arrobadores dentro de mis ojos gigantes
cuando la
especie decae en los letargos
Hembras al calor de velas invertidas. Estigmas,
solamente
estigmas en mi pecho condecorado con
los remansos
en este río que se eleva al fondo de mi
noche, de mi
desnuda cabeza
Paisaje íntimo
Tantas ciudades tantos cielos derramados con inso-
lencia tantos
caracoles vacíos que ya no narran
historias de
mar tantos comedores de vagabundos
hambrientos
tantos bichos noctámbulos en la
mitad del
vértigo de madrugada tantos habitantes
incautos y
verdes ojeras y resplandores de hogares
donde sólo
quedan cenizas y todo tanto más, cuando
se avecinan
ceremonias nupciales y cada vez y cada
amante y
tanto en cada melancólica despedida en
tanto revés
de tus señas y tantas irreverencias hasta
la sombra
secreta y en cada movimiento lento y
sagrado
cuánto fuego en la alborada de los niños,
en los
zapatos gastados, en los sombreros que se
ponen las
nubes y cuántos mediodías sin sol y sin
negrura y
tanto desparpajo y tanto recorrido por
zonas
peligrosas y cuánto en tantas constelaciones
del silencio
y del naufragio
[Inocencia feroz, Argonauta, 1999]
Tomado de:
https://campodemaniobras.blogspot.com/2022/04/celia-gourinski-tres-poemas.html
Gravedad
Hay tanta muerte en los arrepentimientos
En verano se ama caminar bajo la lluvia, en medio de
los pájaros y
adornarse con el barro de los adioses,
ganando su infinita
gracia de la tristeza
En verano es bello el agobio del calor y los yacarés
que juegan con
los hombres mansos en la orilla de
la laguna
Sí, es bello no pedir perdón ni en una estación ni en
las otras
No me arrepiento de haber besado a quien asesinó en
la cima del
amor, hay tanta muerte en los arrepentimientos
Demiurgos con sus filtros me penetran y susurran
cuán pocos
inmortales persisten en el recuerdo
Tomado de:

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