domingo, 27 de julio de 2025

POEMAS DE MARY OLIVER -REVISITANDO SU OBRA-


ROSAS

 

Todo el mundo se hace de vez en cuando

esas preguntas para las que no existe

respuesta: el origen del mundo, la existencia de Dios,

qué sucede cuando se baja el telón

y nada lo detiene, ya no habrá besos,

ni Súper Bowl, ni visitas al centro comercial.

 

“Rosas salvajes”, les dije una mañana.

“¿Tenéis las respuestas? Y si las tenéis,

¿me las daríais?”

 

Las rosas sonrieron dulcemente. “Perdónanos”,

respondieron. “Pero como puedes ver,

justo ahora estamos totalmente

ocupadas siendo rosas”.

 

 

MOMENTOS

 

Hay momentos que exigen ser cumplidos.

Como decirle a alguien que le amas.

O regalar tu dinero, todo.

 

Tu corazón palpita, ¿verdad?

No estás encadenado, ¿verdad?

 

No hay nada más patético que la prudencia

cuando lanzarse podría salvar una vida,

incluso, posiblemente, la tuya.

 

 

¿HABLAN LOS ÁRBOLES?

 

¿Le responden los árboles al viento

cuando el viento les hace alguna invitación?

Como algunos de nosotros, ¿hablan también con el sol?

Pienso que sí, y si tal creencia requiere de una prueba,

déjame añadir que a veces

se quejan mucho.

 

Pero hay más.

 

 

 

Si puedes escuchar a los árboles en sus horas tranquilas

seguro que también podrás hacerlo después,

gritando en el aserradero.

 

 

ME COMPLACE DECIRLE

 

Señor Muerte, me complace decirle, que hay

fisuras en su largo abrigo negro. Hoy

Rumi (muerto en 1273) vino a visitarme, y no por

primera vez. Es cierto que no habló con

su lengua sino desde la memoria, y si

era alto o bajo, lo desconozco.

Pero era tan real como el árbol bajo el que

me encontraba. Sólo porque algo sea físico

no significa que sea lo mejor. Él

me ofreció un poema o dos, y empezó a pasear.

Me senté un rato sintiéndome satisfecha

y sintiendo también la satisfacción en el árbol. ¿No

se comparte todo en el mundo? Y uno

de los poemas contenía un árbol, así que

por supuesto el árbol se sintió incluido. Así es

Rumi, capaz de zafarse sin dificultad

de su largo abrigo negro, oh Señor Muerte.

 

 

ME DESPIERTO POR LA MAÑANA

 

¿Por qué la gente sigue pidiendo ver

el documento de identidad de Dios

cuando la oscuridad abriéndose a la mañana

es más que suficiente?

Sin duda cualquier dios podría apartarse asqueado.

Piensa en la reina de Saba acercándose

al reino de Salomón.

 

¿Crees que ella preguntaría:

 

“Es este el lugar”?

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/mary-oliver-2/

 

 

AGOSTO

 

Nuestra vecina, alta y rubia y vigorosa, la madre de tantos hijos, está enferma. No sabíamos que estaba enferma, pero viene hacia la cerca caminando como una mujer que balancea una espada en el interior de su cuerpo.  Además de que su largo cabello ha desaparecido y es corto, repentinamente, es gris. No la reconozco. Incluso se me ocurre que no es ella sino su madre. Pero es su voz al borde de la risa, la misma voz que hemos escuchado durante años sobre los matorrales.

 

Cada verano lo hijos, ahora crecidos y algunos con hijos propios, vienen a visitar. Nadan, dan largas caminatas por el puerto, preparan cenas para doce, para quince, para veinte. Temprano por la mañana dos hijas salen al jardín y con lentitud se adentran en los precisos y silenciosos movimientos del T’ai Chi.

 

 

 

Todos sonríen. También el padre sonríe y construye castillos en la arena con los niños y maneja de vuelta a la ciudad y maneja de vuelta al campo. Se contrata a un carpintero: se repara un techo, se reconstruye un pórtico. Todo lo que pueda ser arreglado.

 

 

 

Junio, julio, agosto. Cada día escuchamos sus risas. Yo solo pienso en la pintura de Van Gogh, el hombre en la silla. Todo mal, ningún lugar al que ir. Las manos sobre sus ojos.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2023/09/poesia-norteamericana-mary-oliver/

 

 

Una o dos cosas

 

 

 

1.

 

No me molesten.

Acabo

de nacer.

 

 

2.

 

El vuelo rítmico de la mariposa

la lleva por el país de las hojas

con delicadeza, y le permite ir

donde quiere ir, donde quiera que eso sea, se detiene

aquí y allá para embriagarse con las húmedas copas

de las flores y con el barro negro; hacia arriba

y hacia abajo se columpia, con frenesí y sin rumbo, y a veces

durante largos, deliciosos momentos se está perfectamente

perezosa, y cabalga inmóvil en la brisa sobre el tallo suave

de alguna flor común.

 

 

 

3.

 

El dios de la tierra

vino a mí muchas veces y dijo

tantas cosas sabias y deleitables, yo estaba tirada

en el pasto escuchando

su voz de perro

voz de cuervo

voz de rana: ahora

dijo, y también ahora,

y ni una sola vez mencionó siempre,

 

 

4.

 

pese a haber eternamente existido

como una herradura punzante

en el centro de mi mente.

 

 

5.

 

Una o dos cosas son todo lo que necesitas

para recorrer la laguna azul, la honda

hojarasca de los árboles y las rígidas

flores del relámpago —un profundo

recuerdo del placer, un filoso

conocimiento del dolor—.

 

6.

 

¡Pero para soltar la herradura!

Para eso necesitas

una idea.

 

7.

 

Durante años y años luché

solo para amar mi vida. Y después

 

la mariposa

se elevó, ingrávida, en el viento.

“No ames tu vida

demasiado”, dijo,

 

y se esfumó

entre el mundo.

Tomado de:

https://www.otroparamo.com/web/articulo.php?ed=66&ar=544

 

 

 

Poema de la mañana

 

Cada mañana

el mundo

vuelve a crearse.

Bajo los rayos

 

 

naranjas del sol

las amontonadas

cenizas de la noche

otra vez se transforman en hojas

 

y regresan a lo alto de sus ramas —

y las lagunas parecen

telas negras

con islas pintadas

 

hechas de flores de verano.

Si tu naturaleza

es ser feliz

 

vas a nadar a lo largo de suaves senderos

 

 

horas y horas, y tu imaginación

iluminará cada lugar.

Y si tu espíritu

lleva en su interior

 

la espina

más pesada que el plomo —

si todo lo que podés hacer es

arrastrarte por el camino —

 

hay todavía un lugar adentro tuyo

una bestia gritando que el mundo

es exactamente lo que quería ser—

 

cada laguna con sus lirios encendidos

es una plegaria, escuchada y respondida

generosamente

cada mañana

 

te hayas atrevido, o no

a ser feliz

te hayas atrevido, o no

a rezar.

 

 

Gansos salvajes

 

No tenés por qué ser buena.

No tenés por qué caminar de rodillas

cientos de kilómetros a través del desierto, arrepintiéndote.

Solamente tenés que dejar que el suave animal de tu cuerpo

ame lo que ama.

Contame del dolor, tu dolor, y yo te contaré del mío.

Mientras tanto, el mundo sigue girando.

Mientras tanto, el sol y los nítidos cristales de la lluvia,

atraviesan los paisajes,

las llanuras y los bosques profundos,

las montañas y los ríos.

Mientras tanto, los gansos salvajes, en lo alto del cielo, puro y azul

vuelven a casa otra vez.

Quienquiera que seas, no importa cuán sola estés,

el mundo se ofrece a tu imaginación,

te llama como los gansos salvajes, áspero y apasionado,

anunciando una y otra vez tu lugar

en la familia de las cosas.

 

 

El viaje

 

Un día por fin supiste

lo que tenías que hacer, y empezaste

a pesar de las voces

y los malos consejos

a tu alrededor —

a pesar de que toda la casa

empezó a temblar y sentiste

aquel antiguo tirón

en los tobillos.

“¡Arreglá mi vida!”

gritaba cada una de las voces.

Pero no te detuviste.

Sabías lo que tenías que hacer

aunque el viento hurgara

con sus dedos rígidos

en tus cimientos —

aunque su melancolía

fuera terrible.

Ya era bastante tarde

una noche salvaje

y el camino estaba lleno de ramas

caídas, y de piedras.

Pero de a poco

mientras dejabas atrás las voces

las estrellas empezaron a arder

a través de la tela de las nubes

y una nueva voz apareció

y lentamente

la reconociste como propia

y te hizo compañía

mientras caminabas con pasos largos

más y más adentro

del mundo

decidida a hacer

lo único que podías hacer —

decidida a salvar

la única vida que podías.

Tomado de:

https://www.jardinlac.org/post/el-trabajo-del-sue%C3%B1o-4-poemas-de-mary-oliver

 

 

Rabia

 

Eres la canción oscura

de la mañana;

serio y despacio,

te afeitas, te vistes,

bajas las escaleras

en tu ropa de salir a la calle

te vas en coche, y te conviertes

en el sabio y poderoso

que hace todos los días

posibles en el mundo.

Pero eres también la canción roja

por la noche,

tropezando a través de la casa

hasta la cama de la niña,

hasta la rosa húmeda de su cuerpo,

dejando tu sabor amargo.

Y para siempre esas noches gruñen

la delicada maquinaria de los días.

Cuando la madre de la niña sonríe

ves en sus pómulos

una verdad que nunca vas a confesar;

y ves cómo la niña crece—

tímidamente, agachándose por las esquinas.

A veces en la noche amplia

oyes el grito más lastimero,

un momento sobrecogedor y terrible.

En tus sueños ella es un árbol

que nunca va a brotar—

en tus sueños ella es un reloj

que dejaste caer en las piedras oscuras

hasta que nadie pudiese unir las piezas—

en tus sueños has mancillado y asesinado

y los sueños no mienten.

Tomado de:

https://latribu.info/poesia/las-paredes-contiguas-iv-mary-oliver/

 

 

ME PREOCUPABA

 

Me preocupaba mucho. ¿Crecerá el jardín? ¿Los ríos

fluyen en la dirección correcta? ¿La Tierra gira

tal y como se nos enseñó? Y si no es así,

¿cómo lo corregiré?

 

¿Habré hecho bien? ¿Me equivoqué? ¿Me perdonarán?

¿Lo podré hacer mejor?

 

¿Algún día podré cantar? Incluso los gorriones

pueden y yo, bueno,

parece que no tengo remedio.

 

¿Me está fallando la vista o me lo estoy inventando?

¿Me volveré reumática?

¿Tendré tétanos? ¿Demencia?

 

Pero un día me di cuenta de que toda esa preocupación no llevó a nada.

Y me rendí. Y tomé este viejo cuerpo mío

y salí a la mañana

y canté.


Tomado de:

https://pijamasurf.com/2022/06/me_preocupaba_un_poema_de_mary_oliver_sobre_lo_inutil_que_es_dejar_de_vivir_por_estar_todo_el_tiempo_preocupados/

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