lunes, 21 de julio de 2025

POEMAS DE KIM KWANG – KYU -DESDE COREA DEL SUR NOS HABLAN-


Norte Sur Este Oeste

 

En primavera las verdes olas van en aumento

 

Extendiéndose hacia el norte, hacia el norte.

 

Sin obstáculos, sin cercas, no hay alambre de púas o líneas de demarcación militar

 

que las detengan.

 

Viajan hacia el norte.

 

Cruzando los llanos y las montañas,

 

Azaleas y arbustos desertan también hacia el norte.

 

En verano las aves cantan

 

Se escucha el croar de las ranas

 

Y es lo mismo en todas partes.

 

En otoño, cae una avalancha de tonos dorados

 

Que viaja hacia el sur, hacia el sur.

 

Sin obstáculos, no hay zona que los detenga

 

Viajan al sur.

 

Por los ríos

 

Por los valles

 

Florecen cosmeas y hojas carmesíes que cruzan la frontera sur.

 

En invierno el sabor helado del vinagre

 

Y la picante sopa matutina.

 

Siempre es igual.

 

Norte Sur Este Oeste: sin hacer distinción

 

El blanco cubre el mundo por igual

 

no se puede contener la nevasca.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2017/01/muestra-de-poesia-coreana-contemporanea/

 

 

Monte de ánimas

En mi pueblo natal había un monte extraño.

Era el monte de ánimas y nunca nadie lo escaló.

 

El monte de ánimas no era visible de día.

Mientras que una niebla densa cubría la mitad de abajo,

las nubes tapaban lo que sobresalía; sólo

nos quedaba adivinar dónde se ubicaba.

 

Tampoco se ve de noche el monte de ánimas.

En despejadas noches claras a la luz de la luna y con estrellas uno

sí podía echar una mirada fugaz a su figura negra,

pero era imposible decir su altura o su forma.

 

Un día me sobresaltó el deseo repentino de ver el monte

de ánimas -nunca abandonó mi corazón- tomé

el bus rápido a mi pueblo natal. Pero cómo me cuesta

decirlo, el monte de ánimas había desaparecido por completo, y al

preguntar a los habitantes del pueblo, ya desconocidos para mi, juraban todos,

que en esta región nunca había habido semejante monte.

 

 

 

Espíritus

Pssst

 

Mira el coche negro

que se avecina por la oscuridad

Mira este hombre en ropa cotidiana

que desaparece fumando por el callejón

Mira estas manchas de aceite extendiéndose por el suelo desolado

Mira estos pedazos de hierro diseminados por la calle

 

Si no ven los rasgos de los espíritus

deben de ser ciegos

 

Están en el polvo suspendido, en el cemento

que se asienta con cada respiro en el pulmón

hasta ahogarnos finalmente

 

Si no oyen las voces de los espíritus

deben de ser sordos

 

Oigan las voces de aquellos cadáveres

que se pudren hundidos en el agua

Oigan las voces de aquellos cuerpos maltratados

colmar por cada chimenea el cielo

Oigan el quejido de la boca terca, que no abre los labios hasta el fin

Oigan resonar los gritos de las órdenes del desfile por la serena plaza sin árboles

 

Pssst

 

 

 

Muerte de un cangrejo joven

Un cangrejo joven

capturado junto a su madre tropieza del cesto de un vendedor

mientras los cangrejos grandes penden de una cadena de paja

escupiendo espuma y matraqueando inútilmente con sus tenazas

huye, gatea de costado por el asfalto

en busca de su niñez, el juego de las escondidas en el lodo,

la libertad del mar

Estira sus ojos, mira por todas partes

y luego muere bajo las llantas del camión militar

totalmente aplastado

 

Donde se pudre su cadáver, de un lado en el polvo

asciende una luz celestial que nadie vislumbra.

 

 

 

Pasos en la oscuridad

Parecen despertarse, frotándose los ojos, cuando

comienza a madrugar. Entre ellos muchas caras que también conozco.

El viejo director de la escuela de música tradicional se pasa

la mano por la barba con dignidad sobre el sofá de su sala. La

abuelita de Nuha-Dong remienda un calcetín, puesto

sobre una perilla rota.

No te metas con la política, así pasa mi padre el tiempo, hojea

almanaques antiguos y se ocupa de su chacra.

Mamá, que padeció un síncope cosechando arroz, todavía está acostada

delante de la puerta de la alacena. Mi hermana mayor

se inclina una y otra vez orando por los muertos al

Bodisatva del Ultramundo.

La mascarilla de los excelentísimos políticos Kim Gu y Chuksán –

uno sangrando aún por el atentado, el otro colgado – también están

allí. Amigos, que perdieron sus vidas en la Revolución de Abril,

deambulan hasta hoy en sus figuras juveniles, luchadores

que se quemaron de protesta, sufren graves quemaduras.

Por lo tanto, a medianoche no sólo nuestra casa y la hacienda, sino que toda

la ciudad y la provincia, montañas y campos, ríos y mares,

están llenos de muertos, es muy difícil esquivarlos.

Por eso es pesaroso caminar por esa espesa oscuridad.

 

 

 

Nacimiento de una roca

 

¿Habrá rocas

en el valle más profundo

que nadie haya pisado?

Fui a las montañas

en busca de una roca

que desde el principio del tiempo esté sola, sin ser vista.

 

Bajo pinos remotos

a la ladera sin sendero

había una roca

¿Hace cuánto

estará

esta roca vestida

de musgo

aquí?

 

¿Dos mil años? ¿Veinte mil? ¿O doscientos millones?

 

No

de ninguna manera

 

Si realmente nadie la ha visto hasta ahora

entonces

esta roca

desde ahora está

aquí

 

En el instante

que la vi

nació la roca

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/62_63/kim.html

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