ALGUNOS MICROBIOS
se liberan a sí mismos
por medio de suicidio
del cuerpo en el que se han establecido.
Ellos susurran en tu oído
que choques tu vehículo contra la pared
o vueles un puerto.
Incluso la locura,
nuestro singular reclamo de superioridad,
es nada más que una deficiencia de vitaminas.
Todo esto, y aún estás dudando
de qué tan rosa
son mis pezones
a pesar de que te dije que son rosados.
Los microbios susurran por Vitamina D
a mí, susurran por aminoácidos,
plasma amarilla, y un hombre
que la morfina te arrebata
a medida que el oxígeno lo sostiene por el brazo.
Me toco a mí misma para vivir libre
de enfermedades arteriales y dolencias gástricas.
Contrarresto a los microbios
con suplementos
que me dan dolores de cabeza
y una buena posición en la clase media
que se protege a sí misma de una muerte dolorosa.
Solía tener miedo de pasar hambre
en el frío
del olvido.
Ahora le temo a microbios con voz.
OH DIOS, HEMOS CRECIDO
y no puedo distinguir
entre una melodía kurda y una iraquí.
Quien sea que inventó
apretar los senos con un bra,
el creador de esta gran prisión,
debería ser enjuiciado.
DESDE QUE ME DIJERON QUE MI AMOR NO VOLVERÁ DE LA GUERRA
Lo he intentado todo:
Dios, por ejemplo,
me apoyé en su pecho y oré,
y en esa alfombra, de una vez por todas,
acepté que mi amor
no volverá, y que si él lo hiciera
no me reconocería.
Probé suerte en la política,
memorizar canciones patrióticas,
hacerme amiga de legisladores,
guerreros admirados,
pero con las estaciones y los ánimos
cambian sus caras
tal como lo hacen sus discursos
una vez que están cerca de mis bolsillos.
Y fue entonces que acepté que mi amor
no me reconocería incluso si él regresara.
Desde que me dijeron que mi amor
no regresaría de la guerra,
he estado escribiendo los nombres de nuestros hijos
en las nubes y en diarios,
documentando sus cumpleaños,
tallas de zapatos, los poemas que recitan,
y así de una vez por todas
es que acepté que todos ellos
no regresarían de la guerra,
así como yo tampoco.
Las traducciones al español son de Luis Rodríguez, a
partir de las versiones de los textos en inglés de Fady Youdah.
Tomado de:
Introspectiva
Estoy esperando que la hija de un mártir valiente
Se ponga de pie y grite
Toma tu patria
Y regrésame a mi padre
La flor de almendro sabe que la vida es corta
Pero sus capullos se quiebran y bostezan
Y solo cuando caen sobre la acera del colegio
La felicidad florece
Ni todos los minutos de silencio
Pueden regresar a la vida una voz
He vivido una vida tan repleta de héroes
Y de completos bastardos
Que ya no puedo distinguir entre unos y otros
He visto niños
Que dieron a sus padres a la patria
Pero nunca he visto a la patria
Darle un huérfano a un padre
Quiero que todos vivan y que nadie se rinda
Ni siquiera mis demonios
Ni siquiera tus demonios
Y tal vez si ninguno de nosotros se rinde
Todos resurjamos
De este infierno
Silbando
¿Percibes el agujero en mi cuello?
Ya no recuerdo si fue una bala o una palabra
Pero estoy segura que un par de labios lo han
atravesado
Y dejaron su silbido ahí
Por esa razón escuchas este vaivén
Cada que volteo la mirada hacia el pasado
O adelante, hacia el futuro
Soy una mujer indigente
La que vive en un checkpoint
Las cosas triviales me hacen feliz
Como que mi día transcurra sin ver ni un burdo y
aburrido soldado
Aquí escribo mi nueva novela
Es sobre el carnicero que deseaba volverse violinista
Enojado y perverso
Pero su mano lo traicionó
Por un agudo, brillante cuchillo
Tú sabes lo desolador que resulta
Estar solo y vivir en el checkpoint
Aclamando cosas banales
Como trascender siendo una poeta charlatana
Y ver obreros exhaustos cargando sus bolsas
Repletas de plátanos, guabas y leche Tnuva
Soy una mujer solitaria
Que ha vivido en esta tumba durante años
Hasta el momento, no he visto ángeles ni demonios
Pero definitivamente veo muchos soldados aburridos
Imágenes dolorosas
Te contaré acerca de esas imágenes dolorosas
Congeladas
1
Veinte hombres
En abrigos de cuero viejo
Jugadores en deportivos baratos
Rostros de barbas sudadas, dolor y frío
Bocas cubiertas con bufandas y manos y capas
La nieve cubriéndolo todo
Y en el encabezado se lee:
“Sirios esperando en la lluvia y el frío para comprar
pan”
Invitándome a ver el detalle de sus fotografías
No entro
No soy ninguna santa
Solo soy una criatura aburrida
Que busca imágenes dolorosas
Para llorar un poco y agradecerle a Dios
Por la bendición de un hogar cálido
Y después cubrir con más harapos la ventana
Para detener el silbido del viento
2
“Para más imágenes dolorosas, de click aquí”
No puedo creer en su duelo colectivo
O en sus demostraciones de amor en público
No puedo creer en aquel interminable discurso de
justicia
O en su discurso de la convicción
Si no eres un poco perverso
Sabré que eres demasiado perverso
Hay cosas
Que no pueden ser reales
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2021/11/poesia-palestina-maya-abu-al-hayyat/
SUFRO DE UNA FOBIA LLAMADA ESPERANZA
Cada vez que escucho esa palabra
recuerdo las decepciones
que se han cometido en su nombre:
los niños que no regresaron,
las dolencias que nunca fueron curadas,
el recuerdo que nunca envejece,
todos ellos tienen la esperanza aplastada
debajo de sus alas mientras que aplasto
este mosquito en la cabeza de mi hija.
*
Los afligidos solo tienen lo desconocido.
Es su único sustento y herencia.
El dolor no tiene lógica. Todas las cosas redimen
el dolor, excepto tus preguntas racionales.
*
Deseo que nadie se vaya
y que nadie venga.
Cada partida es un golpe de ficción
y cada regreso
un pulmón perforado.
UN CAMINO EN EL QUE PERDERSE
Como el resto de ustedes
pensé en escapar.
Pero tengo este miedo a volar,
esta fobia a los puentes congestionados
y accidentes de tránsito,
a aprender un nuevo idioma.
Mi plan es una escapatoria sencilla,
una salida práctica:
empacar mis hijos en una maleta
e irnos a un nuevo destino.
Las direcciones me confunden:
No hay un bosque en esta ciudad,
tampoco un desierto.
¿Sabes de algún camino en el que perderse
que no termine
en un asentamiento de colonos?
Pensé en hacerme amiga de los animales,
de los adorables, como sustitutos
para los juguetes electrónicos de mis niños,
pero realmente quiero un lugar donde perderme.
Mis hijos crecerán,
sus preguntas se multiplicarán,
y yo no digo mentiras,
pero los maestros distorsionan mis palabras.
No soy de guardar rencores,
pero mis vecinos son muy entrometidos.
Yo no reprendo,
pero los enemigos asesinan.
Mis hijos crecen,
y nadie ha pensado todavía
en transmitir las últimas noticias de la hora,
cerrar los canales religiosos,
sellar los techos y paredes de las escuelas,
poner fin a la tortura.
No me atrevo a hablar.
Todo lo que hablo sucede.
No quiero hablar.
Preferiría desaparecer.
Tomado de:
https://santarabiapoetry.com/59-ano-9-maya-abu-al-hayyat-sufro-de-una-fobia-llamada-esperanza/

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