domingo, 20 de julio de 2025

POEMAS DE HENRY DAVID THOREAU - PARA REFLEXIONAR-


Todas las cosas se encuentran en curso

Todas las cosas se encuentran en curso,

En el suelo terrenal,

Los espíritus y los elementos

Tienen sus caídas.

 

La noche y el día, año tras año,

Altas y bajas, cerca y lejos

Estos son nuestros propios aspectos,

Estos son nuestros propios remordimientos.

 

Los dioses de la tierra,

Que permanecen para siempre,

Los veo en lejanos promontorios,

Extendiéndose a ambos lados;

 

Escucho los sonidos de una noche dulce

Desde su terreno indestructible;

Engañándome nada más con el tiempo,

Llévame a tu clima.

 

 

La lluvia de verano

De buena gana tiraría los libros, leer no puedo,

vagan entre las páginas mis pensamientos,

buscan la pradera, donde hallan más rico alimento,

y no reparan en puntería ni en denuedo.

 

Bueno era Plutarco, y también Homero,

rica fue de nuestro Shakespeare la hora revivida,

lo que Plutarco leyó no era ni bueno ni verdadero,

ni los libros de Shakespeare, si de la gente no fueron su vida.

 

Aquí, tumbado bajo la rama del nogal,

¿qué me importan las guerras griegas o la ciudad de Troya,

si se libran ahora batallas más justas

entre las hormigas en la cima de este montículo?

 

Que espere Homero hasta que haya un resultado,

si las rojas o las negras, a cuál favorecen los dioses,

y vea si el Áyax de más allá domina la falange

pugnando por lanzar rocas contra la hueste.

 

Decidle a Shakespeare que me busque en hora exenta,

que ahora estoy ocupado con esta gota de rocío,

que no recibo, que el cielo amenaza tormenta,

lo veré pronto, cuando el cielo esté azul.

 

Tendido fue este lecho de pastos y avena silvestre,

hace un año, con más habilidad que la que gastan los monarcas.

Una mata de trébol es almohada para mi cabeza,

y las violetas cubren mis zapatos.

 

Y ahora las nubes lo han precintado todo con su afecto,

y suavemente el viento se hincha para decir que va todo bien,

aprisa cae disperso el chirimiri,

algunas en el estanque, algunas en la campanilla.

 

Estoy empapado en mi lecho de avena;

pero mira ese globo rodando por su tallo,

ahora flota como un planeta solitario,

y ahora se hunde en el dobladillo de mi traje.

 

De los árboles en el campo cae gota a gota

esa rara riqueza que destila cada rama;

el viento solo hace todos los ruidos,

sacude los cristales si de hojas es su cama.

 

Vergüenza le da al sol mostrar su cara,

cómo iba a fundirme con sus rayos;

convertidos en un duende, me gotean los rizos,

ufano va en un manto que de gotas goteara.

 

 

Amistad

Pienso en un momento de amor, y mientras pienso,

El amor es para mí un mundo,

Carne única y la más dulce bebida,

Y estrecho vínculo de conexión

entre el cielo y la tierra.

 

Solo sé lo que es, no cómo ni por qué,

Mi mayor felicidad;

Por mucho que lo intento,

Ni aunque fuera a morir,

Podría explicarlo.

 

De buena gana le preguntaría a mi amigo cómo puede ser,

Pero cuando llega el momento,

Entonces el amor es más bonito

Que cualquier cosa para mí

Y así enmudezco.

 

En efecto, si se conociera la verdad, el amor no puede hablar,

Sólo piensa y actúa;

Aunque seguramente me fugaría

Sin la ayuda del griego,

O cualquier otra lengua.

 

Un hombre puede amar la verdad y practicarla,

La belleza puede admirar,

Y no omitir la bondad,

Tanto como corresponda

A la reverencia.

 

Pero solo cuando estos tres juntos se encuentran,

Como siempre se inclinan,

Y crean una sola alma en el asiento,

Y un refugio favorito,

De la belleza;

 

Cuando bajo formas afines, como amores y odios

Y una naturaleza afín,

Proclamamos que somos compañeros,

Expuestos a destinos iguales

eternamente;

 

Y cada uno puede ayudar al otro, y prestar servicio,

Apretando más fuerte los lazos del amor,

Del servicio nunca se arrepentirá

Mientras que uno y uno hacen dos,

Y dos son uno;

 

En tal caso un solo el hombre lo hace totalmente demostrable

Plenamente como el hombre puede hacerlo,

Qué poder hay en el amor

Su alma más íntima se mueve

Irresistiblemente.

_____

Dos fuertes robles, quiero decir, uno al lado del otro,

Resisten la tormenta del invierno,

Y a pesar del viento y la marea,

Nace el orgullo de la pradera,

Porque ambos son fuertes

 

Por encima de ellos apenas se tocan, pero socavan

Hasta su fuente más profunda,

Su admiración se encontrará

Sus raíces están entrelazadas

Inseparablemente.

Tomado de:

https://www.cuerpomente.com/frases/10-poemas-henry-david-thoreau-mas-inspiradores_13987

 

 

MI VIDA HA SIDO EL POEMA

Mi vida ha sido el poema

Lo he escrito,

Pero no podría vivir por los dos

y pronunciarlo.

 

NIEBLA

Nube, de áncora baja,

Aire de Terranova,

Cabecera del manantial y fuente de los ríos,

Paño del rocío, mercería del sueño,

Y servilleta extendida por las Hadas;

Pradera a la deriva del aire,

Dónde florecen y rejuvenecen hileras de violetas,

Y en cuyo laberinto pantanoso

Se escucha los bramidos del avetoro y vadea la garza;

Espíritu del lago y de los mares y ríos,

Llevando sólo el perfume y la esencia

De las hierbas curativas ¡solo a los campos de los hombres!

 

 

SOY EL SOL DE OTOÑO

A veces un mortal se siente en sí mismo la naturaleza

No es su padre pero su madre se agita

dentro de él, y él se vuelve imperecedero con su

inmortalidad. De vez en cuando ella reclama

parentesco con nosotros, y algún glóbulo

de sus venas le robará a la nuestra.

 

Soy el sol otoñal,

Con los vendavales de otoño mi estirpe corre;

¿Cuándo el avellano echara sus flores,

O la uva madurara bajo mis enramadas?

¿Cuándo terminará la cosecha o la luna del cazador

¿Gire mi medianoche hasta mediados del mediodía?

Soy todo lo marchito y lo amarillo,

Y a mi corazón endulzo.

El mástil está cayendo dentro de mi bosque,

El invierno está al acecho dentro de mis estados de ánimo,

Y el crujido de la hoja marchita

Es el canto de mi dolor…

 

EPITAFIO DEL MUNDO

 

Aquí yace el cuerpo de este mundo,

Cuya alma ¡ay! al infierno es arrojada.

Este joven excelente desde hace mucho tiempo pasó,

Su hombría de plata fue tan rápida,

La edad de hierro finalizó;

Dijo es en vano, su carácter,

Los distintos destinos, que acontecen,

En qué año murieron, cuándo se levantarán,

Sólo sabemos que aquí yacen.

 

La luna

                                        El tiempo se desgasta, no ella, ella guía su carruaje;
                                                         La mortandad se encuentra bajo su órbita.
 

                                                                                                                      Raleigh

 

La luna es un lucero lleno de rayos inalterados

Se acumulan en el cielo del este,

No destinada a estas noches cortas para siempre,

Pero brilla constantemente.

 

Ella no se apaga, pero, para mi fortuna

La que sus rayos no bendicen,

Mi camino descarriado declina rápidamente,

Sin embargo, ella no brilla menos.

 

 

Y si ella débilmente brilla aquí,

y su luz palidece,

Sin embargo, todos los días en su propia esfera

Ella es dueña de la noche.

 

De hecho, en realidad, no puedo decirlo,

De hecho, en realidad, no puedo decirlo,

A pesar de meditarlo bien,

Lo qué era más fácil exponer,

Con todo mi amor y todo mi odio.

Seguramente, seguramente, has de confiar en mí

Cuando digo que me das asco.

Oh, te odio con un odio

Eso sería de buen grado aniquilante;

Sin embargo, a veces, contra mi voluntad,

Mi querida amiga, te quiero todavía.

Sería una traición a nuestro amor,

Y un pecado por encima de Dios,

Ni un ápice de aplacar

Por un odio puro e imparcial.

 

Todas las cosas se encuentran en curso

 

Todas las cosas se encuentran en curso

En el suelo terrenal,

Los espíritus y los elementos

Tienen sus caídas.

 

La noche y el día, año tras año,

Altas y bajas, cerca y lejos

Estos son nuestros propios aspectos,

Estos son nuestros propios remordimientos.

 

Los dioses de la tierra,

Que permanecen para siempre,

Los veo en lejanos promontorios,

Extendiéndosen a ambos lados;

 

Escucho los sonidos de una noche dulce

Desde su terreno indestructible;

Engañándome nada más con el tiempo,

Llévame a tu clima.

 

LA TARDANZA DEL POETA

En vano veo la mañana mejorar,

En vano observo el occidente brillar,

Quien ociosamente mira hacia otros cielos,

Imaginando la vida por otros caminos.

 

En medio de tanta riqueza sin límites,

Aún, estoy solo y pobre por dentro,

Los pájaros han cantado su estío,

Pero aún mi primavera no inicia.

 

He de esperar el viento de otoño,

Obligado a buscar un día más apacible,

y no dejar atrás nidos extraños,

¿No hay bosques aún resonando en mi verso?

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/henry-david-thoreau/

 

 

Naturaleza

¡Oh Naturaleza! No aspiro

Ser el más alto en tu tarea,

Ser un meteoro en el cielo,

O cometa que puede alcanzar lo alto;

Sólo un céfiro que puede soplar

Entre los juncos junto al río bajo;

Dame tu lugar más privado

¿Dónde correr mi carrera aérea?

En algún hidromiel retirado y no público

Déjame suspirar sobre una caña,

O en el bosque, con el estruendo de las hojas,

Susurra la tranquila tarde en:

Todavía me queda algo de trabajo por hacer,

Solamente... ¡que esté cerca de ti!

Porque preferiría ser tu hijo

Y alumno, en el bosque salvaje,

Que ser rey de los hombres en otro lugar,

Y el más soberano esclavo del cuidado:

Para tener un momento de tu amanecer,

Entonces comparte el año desolado de la ciudad.

Tomado de:

https://poets.org/poem/nature-1

 

 

LA CALIMA

 

Trama del sol, tú, tela etérea,

tejida con la estofa más tupida de la naturaleza,

canícula visible en agua y aire, seco mar,

de la mirada eres la última conquista;

ardua labor del día hecha materia; del sol, polvo,

aérea superficie en los contornos de la tierra,

estuario de éter, emboscada luz,

aire rompiente en olas, oleadas de calor,

delicado asperge veraniego en mares interiores;

pájaro solar de alas transparentes,

mochuelo de los mediodías, plácido plumón,

si en páramo o rastrojo alzas el vuelo, ave sin canto,

asienta tu serenidad sobre los campos.

 

 

A UN GAVILÁN DE CIÉNAGA EN PRIMAVERA

 

Hay salud en tus alas grisáceas,

y es la salud que brinda la naturaleza.

Dime, tú, reliquia de modernas alas,

¿alguna vez Natura estuvo mala?

Con tus alas, tú, a cada impulso,

la salud y el solaz nos mandas,

los males y el dolor espantas,

vuelve la vida en ti a su curso.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-h-d-thoreau/

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