FRAGMENTO 1
En diciembre de 2016, volví a Corea del Sur. Lo hice como
traductora, es
decir: volví como extranjera. Y, como tal, era invisible para
la mayoría.
Deambulé por el centro de Seúl en busca de mi yo infantil,
que se había
quedado allí mucho tiempo atrás. Como extranjera, solo
entendía el idioma
de las alas: las alas de los animales totémicos de los viejos
palacios por
donde solía corretear y jugar. A los tejados tradicionales
bajo los cuales crecí
les habían salido alas, igual que a las cumbres que hay
detrás de la plaza
Gwanghwamun. Ya no me reconocían entre una multitud de otros
extranjeros
(turistas, más bien). Aun así, continué buscando más alas, mi
idioma
de regreso
FRAGMENTO 2
Entonces llegó el terror
Nos apretujaron unos con otros
El que tenías detrás se veía obligado a apoyarse contra la
pared, luego tú
te apoyabas contra él y el que tenías delante no podía hacer
otra cosa que
sentarse en tu regazo
Así es como dormíamos
como cucharas
como brotes de soja
Entonces llegó el terror
FRAGMENTO 3
Operadores de
cucharas
brotes de soja
paliza, paliza, paliza
entonces vinieron todos
entonces terror
entonces corea
FRAGMENTO 4
En realidad, éramos todos ángeles. Éramos ángeles de blusas
blancas como
grullas cuelliblancas. ¿Dónde están nuestras madres? No
echamos la culpa
a nuestros padres. Están heridos y enfermos. Nosotros también
nacimos
durante la guerra, el año de la revuelta estudiantil, después
del golpe,
siempre en plena ley marcial. Todos somos huérfanos,
huérfanos que no son
huérfanos. Ángeles que no son ángeles. También nosotros
lloramos.
También cantamos, oblongos oblongos
FRAGMENTO 5
Queridos ángeles, hoy os hablaré de la importancia de la
nación, de una
nación que no es una nación. El ángel del genocidio con
respaldo
estadounidense se ha marchado a Hawái. Hasta nunca. Ahora
debemos dirigirnos
a nuestra eternidad. ¡Nuestra eternidad de óbelo! ¡Nuestra
eternidad de
lo oblongo! ¡Nuestra eternidad de guerra! ¿Estamos huérfanos
de belleza?
¿Somos ángeles de eternidad? ¿Quiénes somos, en realidad?
Tomado de:
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-colonia-dmz-de-don-mee-choi/
La huérfana Yu Gi-myo
(13 años)
Salí cojeando del arrozal para buscar a mi familia. Mi madre
estaba muerta, pero en su espalda mi hermano pequeño todavía estaba vivo. Se
había cagado. Lo desaté y lo puse sobre mi propia espalda. No me acuerdo si
lloraba o no. Mis oídos se entumecieron después de los disparos de
ametralladora. Los soldados regresaron para revisar. Me hice la muerta. Estaba
encima del vientre de mi madre. De su boca abierta yo todavía podía oler la
sopa de fideos que había almorzado. Un fideo alrededor de su cuello parecía un
collar. Alguien se quejó y dijo: Acaba conmigo. Así que los soldados volvieron
a disparar. Cuando salí de la trinchera, la gente de la aldea dijo: ¡Mira los
pies de tu hermano! Miré por encima del hombro. No tenía pies. Solo vi sus
pantalones sucios y harapientos. Cuando llegué a casa, la gente de la aldea
estaba adentro apiñada pues sus casas habían sido quemadas. Dijeron: Mira ese
bulto de carne que tienes en la espalda. Me hice la sorda. Fin.
La huérfana Yi Jeong-seon
(7 años)
Tenía ganas de ir al excusado mientras el discurso seguía,
pero mi madre me dijo que me quedara con ella. Me abrió un pequeño hueco y me
dijo que me acostara. Entonces, ¡bum! me desmayé. Cuando abrí los ojos en el
hueco estaba oscuro. Toqué cuerpos sin brazos, sin piernas, sin cabezas,
buscando a mi madre. Mi cabeza dio un sinfín de vueltas. Vi a mi madre vestida
de blanco con el pelo suelto alejándose de nuestra casa. La seguí. Y la Osa
Mayor me siguió a mí. Hasta atravesé la Vía Láctea. Lo que vi fue un fantasma,
entonces me di vuelta y caminé de regreso. Ya mi hermana estaba en casa.
Lloraba todos los días. No pude ir a la escuela. No pude comer. Sobreviví un
año solo comiendo avena de sésamo.
La huérfana Kim Seong-rye
(15 años)
Vi un sinfín de cuerpos calcinados. Vi filas y filas de
cadáveres.
Un año más tarde, un día lluvioso de verano sentí llantos que
venía del hoyo. Oblongo oblongo.
Vi fantasmas flotar en el bosque. Volaban en círculos
alrededor de mí.
La huérfana nueve
Hice un tur en la Escuela No. 6 de Ilya Kabakov. Es una
escuela imaginaria, abandonada en el desierto, igual que un huérfano. Un
crítico famoso dijo que la escuela y los niños representan el futuro, ¡una
utopía! No, esto no es un discurso. A lo mejor soy la única que piensa así,
pero la representación puede ser mágica. La crueldad y la belleza —¿cómo
conviven? Quisiera que las ocho huérfanas asistieran a esa escuela. Podrían
haberles enseñado a los niños rusos cómo hacer fideos verdes con hojas de camelia.
Y los niños rusos podrían haberles leído su cuento de hadas preferido:
“Blancanieves”. El guía nos contó que una enorme serpiente vivía sola en el
patio de la escuela, entre la hierba descuidada y unos árboles secos donde
ningún pájaro se posa. ¡Qué vacío! Pero el salón de música era encantador.
Había muchos cuentos escritos por los niños. Escribían de los sucesos en su
aula, de cómo repararon la escuela, de cómo se portaron en un viaje a un museo,
y así. Sus cuadernos tirados por el piso de madera cubierto de polvo no eran
muy diferentes de los míos: “cuadernos abandonados que nadie necesita”, según
el artista. Quisiera que las huérfanas escribieran sus cuentos de la escuela
también. Pensaba que al piso le hacía falta una buena limpieza con aceite de
sésamo, la manera en que los niños le sacaban brillo al tablado en mi vieja
escuela, cuando me fijé en una tarjeta postal descolorida con una mariposa.
Otra tarjeta junto a ella tenía unas rosas de color rosa. ¡Qué perfección! El
artista lo había pensado todo, como lo hace un niño. Las rosas parecían unas
flores de camelia, así que se las dibujé rápido a mi madre. Mi madre siempre
buscaba las flores de camelia en nuestra huida. Quisiera que las huérfanas
también pudieran dibujarles rosas a sus madres. No sabía que Blancanieves
también volara con los ánsares nivales. Pero, es lo que pintó el artista, como
si fuera uno de los niños: Ilustración para el cuento de hadas de Ostrovsky
“Blancanieves”. De hecho, finge ser todos los niños de la escuela imaginaria
mientras me hago la sorda. A lo mejor soy la única que piensa así, pero su
traducción de “La doncella de nieve” en “Blancanieves” es sublime. Como dije,
la representación puede ser mágica. De todos modos, se expone a Blancanieves en
la vitrina junto al mural para anuncios. Quisiera que también se expusieran los
retratos de las huérfanas, detrás del cristal. Entonces ¡vivirían para siempre
en una utopía! ¡Ojalá! Parece que Blancanieves puede tocar la Vía Láctea.
¡Ojalá!
¿Quién soy yo?
Tú eres Halo
¿Quién soy yo?
Tú eres Oblongo
¿Quién soy yo?
Tú eres Nieve
¿Quién soy yo?
Tú eres Rosanieves
Tomado de:
https://www.vallejoandcompany.com/2021/04/15/huerfanas-11-poemas-don-mee-choi/
Desfile de suicidio
Padre–cianuro=
Observemos más detenidamente el arma más temida usada por los
Estados Unidos en la guerra de Corea, un polvo gelatinoso compuesto por
naftalina y palmitato
(por consecuencia, napalm)
65% de ácido oleico + 30% de ácidos grasos de coco + 5% de
ácido nafténico
requiere el muy discutiblemente necesario abrazo abrasador
requiere gasolina y mezclado (por consecuencia, gasmez)
es decir que los obreros surcoreanos meten napalm en polvo en
tanques de gasolina
La humedad es el mayor problema para mezclar el napalm
Rojos muertos sin una sola marca sobre su cuerpo (por
consecuencia, apenas)
Los almacenes hechos de madera y pueblos de techos de paja,
tan comunes en Corea, venían como anillo
al dedo para los bombardeos, como también las ciudades de
madera de Japón
(por consecuencia napalm) + (por consecuencia gasmez)
doble consecuencia
Hija–cianuro=
Una pequeña confesión
Solía pensar que mi padre era un extranjero
Quería crecer para ser una extranjera como mi padre
Finalmente me convertí en una extranjera
Ya no me hago la que escribo en inglés
porque el inglés es un extranjero como yo
pero sigo haciéndome la extranjera… ¡qué tontería!
porque eso soy en inglés
Ahora me hago la flor
¡una flor garabateada!
Porque no soy Eterna
Garabateo
Porque no soy Ovario
Garabateo
Porque no soy Antera
Garabateo
Porque no soy Pétalo
Garabateo
Porque no soy Belleza
Garabateo
Soy una extranjera que escribe en inglés
porque el inglés es un extranjero como yo
Prescribo recetas para los heridos y los enfermos
¡República Garabato!
¡Qué tontería!
¡Sin duda no es una margarita!
Clozapina
Doble consecuencia
Clozapina… clozapina, genérico a disposición en plaza, sí, de
disolución oral, de uso restringido a pacientes que no han respondido a
medicamentos comunes o de riesgo por conductas suicidas recurrentes, con
receta, sí, mantener a menos de 86 grados Fahrenheit, la administración… la
administración se va aumentando lentamente hasta que se encuentra la dosis
óptima, estudios en animales sugieren que no tiene mayores efectos secundarios
en el feto. Oh, feto… feto, lentifica la función intestinal, los músculos del
ojo y la vejiga, es mareos, es aumento de la salivación, es ritmo cardíaco, es
dolor de cabeza, es temblor, es riesgo… riesgo, puede usarse durante el
embarazo si el médico lo considera necesario, efectos… efectos, de disolución
oral, se secreta por la leche materna, además… además, él mismo, ella misma, no
obstantemente necesario, si el médico lo considera necesario. Oh, temblor…
temblor, de una posición acostado o sentado a la posición de pie, es
necesariamente necesario. Oh, leche… leche, entonces estaba lista para salir
volando por la única ventana en mi altillo, donde me escondía sola, con una
bolsita de cianuro en el bolsillo, después prácticamente volé por el techo de
tejas de los vecinos, casi escapando de la captura del controlador de la
democracia comunista procolonial para la vida, después casi minuciosamente le
conté a mi hija, un vaso de agua, una cuchara, trabé su puerta en silencio. Oh,
casi… casi, efectos necesarios de disolución oral, los músculos del ojo y la
vejiga. Oh, vejiga… vejiga, una afección por la que el intestino deja de
funcionar, luego casi minuciosamente le conté a mi hija, hortensias audaces
salivando, saludando el jardín en construcción de las señoras. Oh, belleza de
la publicidad, luego un riesgo creciente de muerte en circunstancias no
aclaradas, un vaso de agua, una cuchara, trabé su puerta en silencio, de una
posición acostada o sentada a la posición de pie, casi necesariamente
Tomado de:
https://opcitpoesia.com/don-mee-choi-apenas-guerra-hardly-war-version-de-florencia-ferre/
Berlín: 28.6.2019
El viento del oeste sopla sobre una franja de desierto frente
a la ventana de mi apartamento, orientada al norte: la radio Deutschland, el
círculo incesante de Mercedes Benz y las vallas metálicas instaladas para la
construcción de nuevas viviendas. Solo las vallas me recuerdan mi hogar: el
interminable alambre de púas que cruza la cintura de una nación. Se esperaba
una temperatura más fresca esta mañana antes de que llegara la ola de calor en
un día. El 28 de junio de 1950, en Seúl, tres días después del comienzo de la
guerra, mi padre se lavó la cara y miró las estrellas en una noche despejada,
luego decidió dirigirse al centro de la ciudad. Las fotos de la guerra aún no
habían aparecido en los periódicos nacionales. No había nadie en la carretera.
La Puerta Este seguía en pie, pero la comisaría estaba vacía. Las vías
brillaban bajo las estrellas, pero no se veían tranvías. Simplemente me lavé la
cara alegremente y miré el círculo de Benz iluminado al amanecer, y finalmente
capté una señal remota de mi padre. V6. La V a menudo representa violencia y
virtud. Un eufemismo, quizás. No sabía qué pensar del 6, salvo que el 6
persiste como junio y que viene después del número cinco, que se ha establecido
discretamente como 5=0 en un glosario de juegos de palabras translingüísticos.
Como mi padre hizo hace setenta años con su hija no nacida, canalicé mi voz
hacia los cañones más remotos del desierto: «¿Estás bien, República de Corea?».
No tengo hijos, así que no me queda más remedio que canalizar hacia el desierto
de la memoria.
En mi futura ciudad de las dos Coreas, comencé a revivir las
intensas sensaciones de separación de mi hogar. Me las quitaba a media mañana,
paseando por mi espacioso apartamento, y volvían al día siguiente. El incesante
canto de los gorriones posados en los altos abedules frente a mi balcón no
hacía más que acentuar mi dolor. Esta inexplicable dolencia, que comenzó en
Hong Kong cuando salimos de Corea del Sur durante la dictadura, se había
agravado con los años y luego había remitido un poco a medida que me asentaba,
a menudo adormeciéndome con un trabajo que implicaba traducción tras
traducción. El inesperado regreso del dolor de mi infancia me impulsó a buscar
las ondas remotas de mi padre, mi otro universo. El anillo de Benz era una
especie de radar. Como una brújula, funcionaba magnéticamente y, como era de
esperar, también tenía una enorme capacidad de sensibilidad sónica. No tardé
mucho en localizar la ubicación exacta. Volví a ver a mi padre en un puente.
Esta vez estaba en el Glienicker Brücke, entre Berlín y Potsdam. El destino de
la cintura de Corea se decidió en la Convención de Potsdam de 1945, por
Churchill, Stalin y Truman. Desde donde estoy, mirando al norte, la geopolítica
de la división ha sido erosionada por el viento incesante, desvanecida o
sepultada bajo la arena. La cintura de Corea sigue siendo fatalmente
intrascendente. Mi padre me saludó desde la distancia, desde su dimensión
actual: ¡Seguimos sin estar bien!
Tomado de:

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