ESTO NO ES UN POEMA, ES UNA PROMESA
Al borde de las
lágrimas, de la cordura y de la guerra,
me siento impotente, sin
esperanzas y sin vida.
¿Qué les diré a los jóvenes?
Cómo decirles, “…tu voz no
significa nada para quienes
piensan que la vida es el control
de los demás y la codicia? ¿Y dónde
están seguros quienes tratan
de no hacer daño a los demás?
Yo no quiero hacer daño a nadie, ¡Dios lo sabe!
En Irak, los niños miran con miedo
el cielo de la noche, como si
no hubiese estrellas, sólo bombas en el
Cosmos.
Y le temen a la tierra, porque
ahora cuentan los cánceres
de sus capuchas, donde
antes no los había.
¿Y cómo les diré a los jóvenes yanquis
que la cultura popular no tiene nada que ver
con la justicia ni con todo lo que los
aísla del mundo? ¿Y cómo gritaré,
si no me queda voz?
¿Y quién responderá a mis preguntas?
No será Rachel Corrie. Está muerta.
Y no importa lo que diga algún ejército.
He visto las fotos
Iba vestida de un color naranja
luminoso y estaba viva un minuto antes, y luego muerta
bajo los escombros, un minuto después.
En cuanto a mí, al parecer
ya me dejan insensible los palestinos
muertos, porque el asesinato de esta
muchacha
blanca de Olympia, Washington,
me ha partido el corazón y me ha helado la sangre.
Unos diez palestinos han caído
asesinados desde
ayer, cuando una excavadora Caterpillar,
conducida por un hombre,
demolió ese hogar que era su cuerpo.
Si alguien conoce a su familia, transmítanle
mi pésame y mi dolor.
Su teléfono, que le servía para las reuniones,
está en internet.
Allí se puede
leer lo que contaba sobre su experiencia en
Palestina.
Era una buena escritora.
Hay gente que dice,
“Para empezar,
no debería haber estado allí”.
Ahora está muerta.
“¡Que se joda!”.
Ahora está muerta.
“¡Puta traidora!”.
Ahora está muerta.
¿Qué les diré a los jóvenes sobre la
no violencia, cuando
pueden ver
por sí mismos
que ni el naranja luminoso ni el megáfono
ni las cámaras ni la ciudadanía yanqui
impiden que a uno lo maten?
Recuerdo los tiempos en que linchaban a muchachos
negros
y los descuartizaban por mirar a mujeres blancas.
Ahora los dólares de los impuestos aplastan la
contestación
dondequiera que florezca.
Escudos humanos para objetivos humanos.
Hay palabras que retiro. Las
recupero
y ya no le permitiré a nadie que dicte mi
lenguaje.
No existe un “ala derecha”, un ala es natural,
y el asesinato
puede ser humano, pero no natural,
incluso si los animales se devoran entre sí.
¿Es eso lo que somos, animales?
Si es así, reivindícalo, hijo de puta.
No existe una “madre de todas las bombas”.
Blair, Sharon, Bush, todos
tienen madres y no importa lo que hagan, hay
algo que aman.
El poder blanco, el petróleo, la necesidad de ser
los únicos elegidos por Dios, lo que sea,
pero aman algo, porque
sus madres los amaron.
Una bomba no ama nada, no tiene madre y
no se ocupa de la vida.
No existe una madre de todas las bombas,
Sólo la autodestrucción de la humanidad.
No existe seguridad en ser un matón. Lo sé, porque
me han intimidado y sé,
con mis primeras canas, que el poder
verdadero
no se ejerce sobre otros, sino sobre uno mismo.
Esto no es un poema, no es una amenaza.
Es una promesa.
Dios tiene más imaginación
que todos nosotros juntos y no sé
cuál será la forma de retribución, pero
he visto antes el karma y lo veré
de nuevo y, entonces, proclamaré
los nombres de los inocentes y me pondré de lado
de aquellos que mantuvieron sus manos limpias
de sangre
y sus corazones limpios de odio.
Hoy es difícil no sentir odio. Pero a mí
me han amado, yo he amado y sé
que quienes deshumanizan a su enemigo
se deshumanizan a sí mismos.
La paz y la justicia son divinas.
Rachel Corrie escribió,
“A pesar de todo, estoy segura de que por mucho
que hubiera leído, asistido a conferencias,
visto documentales y escuchado relatos personales,
nada me hubiera preparado
para la realidad de la situación
aquí.
No es posible imaginarla hasta que se ve,
E, incluso entonces,
una es consciente de que la
experiencia
no tiene nada que ver con la realidad: con las
dificultades
que tendría el ejército israelí si disparase
contra una ciudadana
estadounidense, y con el hecho de que yo tenga dinero
para comprar agua,
pero el ejército destruya los pozos y, por supuesto,
con el hecho
de que siempre me queda la opción de marcharme de aquí.
A nadie
de mi familia, en mi ciudad,
le han disparado nunca un misil, mientras
conducía su coche,
desde una torre al final de una calle.
Tengo un hogar. Puedo ir a contemplar
el océano.”
Ahora está muerta. Y el océano
echará de menos su mirada. Palestina añorará
su corazón, pero su familia
recordará su coraje.
Y el presidente de los Estados Unidos de
América
(¿cuándo ocurrió otra vez?) ha
declarado la guerra contra Irak y se nos prometen
muchas muertes.
¿Qué les diré a los jóvenes sobre lo que sea?
En especial sobre humanidad y moralidad.
Un mes antes de que la mataran, Rachel
escribió a los suyos,
“Mucha gente quiere que la escuchen,
y yo
creo que debemos usar nuestros privilegios de
internacionalistas para que esas voces sean escuchadas
sin intermediarios
en los Estados Unidos, en vez de a través del filtro
bienintencionado
de internacionalistas como yo. Sólo estoy
empezando
a aprender, en lo que espero que sea
una intensa experiencia,
sobre la capacidad organizadora de la gente
contra toda clase de dificultades,
y sobre la capacidad de resistir.”
Exijo más apelativos: heroica, valiente, soldado.
Esta mujer joven hizo lo impensable,
no pestañeó, no dudó en dar un paso al frente, no
se echó atrás
ante la muerte. ¿Qué mayor diferencia puede haber
que la fragilidad de un cuerpo de mujer frente a una
máquina
de destrucción?
¿Qué mayor historia se puede contar?
Al borde de la guerra, ojalá nos infundan fuerza
aquellos que Rachel Corrie
defendió hasta morir. Al borde de la guerra, ojalá
nos inculquemos esperanza. Al borde
de la guerra -¡un momento!- esto no es una guerra.
Al borde de lo que sea este nuevo
proyecto imperialista, ojalá Rachel Corrie
esté viva en nuestra resistencia, en nuestra búsqueda
de la justicia y en el espíritu de femenina hermandad.
Al borde de la guerra, ojalá recordemos
lo divinos que pueden llegar a ser los humanos.
Lo que haré
No bailaré al ritmo de su tambor de guerra.
No prestaré mi alma y mis huesos a su tambor
de guerra.
No bailaré a su ritmo.
Conozco ese ritmo, es un ritmo sin vida.
Conozco muy bien esa piel que usted golpea.
Estuvo viva aún después de cazada, robada,
expandida.
No bailaré al ritmo de su tambor de guerra.
Yo no voy a estallar por usted.
Yo no voy a odiar por usted,
ni siquiera voy a odiarlo a usted.
No voy a matar por usted.
Especialmente, no moriré por usted.
No voy a llorar la muerte con asesinato ni suicidio.
No me pondré de su lado ni bailaré con bombas
porque todos los demás están bailando.
Todos pueden estar equivocados.
La vida es un derecho, no un daño colateral
o casual.
No olvidaré de dónde vengo.
Yo tocaré mi propio tambor.
Reuniré a mis amados cercanos y nuestro
canto será danza.
Nuestro zumbido será el ritmo.
No seré engañada.
No prestaré mi nombre ni mi ritmo a su sonido.
Yo bailaré y resistiré y bailaré y persistiré y
bailaré.
Este latido de mi corazón suena más alto que
la muerte.
Su tambor de guerra no sonará más alto que
mi aliento.
Tomado de:
https://www.isliada.org/poetas/suheir-hammad/
ROMPER (CLARO)
(aquí)
isis se estaba acordando de sí misma
todo ese viaje todo ese dolor
confundo espíritu wa carne
especialmente en la oscuridad
viste
lo que pasó fue nación wa honor wa religión wa lenguaje
todo lo que me conformó fue ilusión sin forma
tras la cirugía se despereza isis bordando y buscando
su cuerpo
(jerusalén)
habibi fuma cigayer en su tumba esperando la
resurrección
(Bagdad)
si los ladrones ven tu belleza entonces saquearán
algunos piensan ellos liberadores wa algunos salvadores
wa ooohh chica algunos hasta te amarán
largo el camino
(nueva Jerusalén)
cuando dice que él no es ese créele
actúa como si supieras
(aquí)
es el poema
vivido en un cuerpo fracturado
una reliquia de guerra
ana soldado de nadie
jalas
ana instrumento de nadie
ana propia música
ana propia musa
jalas tanto romper
ROMPER (HERMANA)
Ramallah está cerrada
zei un corazón obturado wa fortificado
bas dentro una -a la espera- una -contenida-
respiración
gaza está ardiendo
zei un corazón que se alimenta de sí mismo
tan hambriento confundiendo
llama con calor
ciudades wa mujeres mueren así habibi
wa ciudades wa mujeres viven
ROMPER (EMBARGO)
entre nosotros muro wara muro wa ana no soy yinn wa ana
no soy fénix entre nosotros yama muros ya allah primero
wa último
dentro de mí rompiendo la puesta de sol sobre canaan
hacia
egipto río corriendo entre mujeres llevan a sus hombres
incriminados arrinconados memoriales el umma di amén
cigarrillos
combustible gaza kemet dedos cruzados una mano pájaros
un mechón
el sueño tras el sueño
pescador solitario mar del abuelo
gaza goteando éxodo resonando extranjero ahuyentado
romo cifra
absoluta gracia pimienta caligrafía se busca
caricaturista se busca médico se busca moderado se busca riguroso se busca baba
cazado
alguna gente excava lo que ama como saqueada pirámide
vacío
estómago preocupado abalorio rastrea estas calles
carbono 14
proporcionada informe oscura escondida agua
habibi canto alma primero alma puño buscada creada
gazelle criminal
saltando valla habibi canto abajo muros con canción con
canción que trato de alcanzar
Tomado de:
https://www.tumblr.com/expressdelgato/5505957789/tres-poemas-de-suheir-hammad-para-el-d%C3%ADa-de-la
RUPTURA EN RACIMO
Toda la Historia Sagrada, prohibida.
Libros no escritos predijeron el futuro,
proyectaron el pasado,
pero mi cabeza desenvuelve lo que parece no
[tener límite,
la violencia creativa del hombre.
¿Qué hijo, el de quién, será?
¿Qué hijo varón perecerá un nuevo día?
La muerte de nuestros niños nos impulsa.
Acariciamos cadáveres.
Lloramos mujeres, es complicado.
A las putas les pegan a diario.
Se obtienen beneficios,
se ignora a los profetas.
Guerra y diente esmaltaron, echaron sal,
[a infancias de
limón.
Todos los colores corren, nadie es firme.
No busques sombra detrás de mí.
La llevo dentro.
Vivo ciclos de luz y oscuridad.
El ritmo es mitad silencio.
Lo veo ahora, nunca fui una y no la otra.
Enfermedad, salud, violencia tierna:
pienso ahora que nunca fui pura.
60 / Suheir Hammad
Antes que forma, fui tormenta, ciega,
[tonta —aún lo
soy.
La Humanidad se contrae ciega, maligna.
Nunca fui pura.
Niña consentida antes de madurar.
El lenguaje no puede reducirme.
Experimento de manera exponencial.
Todo es todo.
Una mujer pierde 15, puede que 20, miembros
[de su familia.
Una mujer pierde seis.
Una mujer pierde su cabeza.
Una mujer busca en los escombros.
Una mujer se alimenta de basura.
Una mujer se pega un tiro en la cara.
Una mujer le pega un tiro a su marido.
Una mujer se amarra.
Una mujer da a luz a un bebé.
Una mujer da a luz a las fronteras.
Una mujer ya no cree que el amor la encontrará
[algún día.
Una mujer no lo creyó nunca.
¿Adónde van los corazones de los refugiados?
Rotos, insultados, colocados en un lugar de
[donde no son,
no quieren que no se les vea.
Enfrentados a la ausencia.
Lloramos al otro o no significamos nada de nada.
Mi espina se curva en espiral.
El precipicio corre hacia y desde los seres
[humanos.
Dejamos atrás bombas de racimo.
Minas de facto.
Dolor en llamas.
Cosecha de tabaco contaminado.
Cosecha de bombas.
Cosecha de dientes de leche.
Cosecha de palmas, humo.
Cosecha de testigos, humo.
Resoluciones, humo.
Salvación, humo.
Redención, humo.
Respira.
No temas a lo que ha estallado.
Si has de temer, teme a lo que no ha explotado
Tomado de:
https://fundarte.gob.ve/web/wp-content/uploads/2016/03/libro_poesia-palestina.pdf

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