viernes, 22 de agosto de 2025

POEMAS DE INDRAN AMIRTHANAYAGAM


TENTACIÓN

 

Me sentaré en tus ojos hasta que

me mires. No tengo otro proyecto,

puedo quedarme años y horas.

 

He dejado a otros la prosecución

de la guerra, la competencia

para que todos se sientan

 

agobiados o muertos.  Estoy fresco

como una limonada.  Me visto

en ropa casi del aire. Me pongo

 

el maquillaje de los salones

de Francia.  No tengo nada

que hacer sino darte gozo.

 

Soy tu sirviente, mis hombros,

mi cerebro, mis manos,

mis caderas están pulidos

 

para que puedas resbalar sobre ellos.

¿Por qué cruzas las fronteras?

¿Por qué no me miras?

 

 

ZAPATOS VIEJOS

 

¿Dónde se encuentran los mangos,

las tropas de monos,

los flamencos en su cuenca,

en el riachuelo, el elefante

que se baña en el océano?

 

No hay huellas de tus primeros

ocho años en los últimos versos,

y los chismosos dicen

que has olvidado tus antepasados;

eres amnésico,

 

comes la experiencia

como un sándwich,

digieres países como un monstruo

mientras sigues tu camino,

y usas anteojos de sol todo el día.

 

¿Qué dices, has puesto tu traje

de la mañana al lado de la cama,

y tus zapatos que compraste

de oferta en una tienda

de la calle ocho en Manhattan

 

que iba a cerrar para siempre?

¿Recuerdas tu alegría,

zapatos hechos en Inglaterra

para todos los climas…y tus herederos

y su tarea de vestirte cuando mueras.

 

 

ASÍ DE SIMPLE

 

Anda resfriado el poema

a un ritmo mesurado

por estornudos.

 

Cae en la estación

Patriotismo

a medio verso,

 

y su autor baja

rumbo

a Reynosa 63.

 

Ahí le espera

un desayuno

de mangos y

 

huevos,

un amigo,

poemas,

 

tristeza

por nuestros

desaparecidos,

 

regocijo

por habernos

encontrado de nuevo.

 

 

LÍNEA

 

Dado que asignaron

tres horas a los poetas

que en lo cotidiano

 

batallan con

una soledad malévola

y se quejan

 

de que nadie

les da bola

fueron pocos

 

los que cruzaron

la línea trazada

por el moderador;

 

el nivel

de corrupción

no fue tan alto.

 

 

IDILIO ÚTIL

 

Me queda

la esperanza

de que el archivo

 

de nuestro idilio

–su diseño,

plan de trabajo,

 

dónde colocar

casa, jardín,

alberca–

 

será expuesto

una tarde

y un par de visitantes

 

–una pareja– dirá

“así es como se debe

construir un hogar”.

 

 

BUDISMO

 

Ten por seguro

que tu carne

va a podrirse

–la lección es otra–

 

que sabiendo

lo que sucederá

en el escenario

que los personajes

 

experimentarán

un giro hacia

una catarsis

y un campo

 

de cadáveres

que tú –

por elección propia –

por no haber dejado

 

fluir tus deseos

dentro del río

a tu lado

vas a construir

 

un monumento

al lenguaje,

hecho de metáforas,

que tiene su propio sistema

 

de riego para los cultivos,

que no requeriría

más en esta vida, y

– por supuesto –

 

el propósito

de estas meditaciones–

es ni sufrir ni

gozar más del sexo.

 

 

METRO

 

Prefiero tomar el Metro.

La mujer de largas pestañas,

espejo, tinta,

pelo chino,

prepara su cara.

 

La jovencita

da leche a su bebé;

espera el tren

mientras hacen

un ajuste al itinerario

 

–así la morena,

vestida de morena,

puede entrar tranquila

y tomar asiento

al lado del poeta.

 

Hay música, trova,

corridos y clásicos

de rock, todo

a diez pesos, el boleto

del metro a dos

 

y el viento refrescante

generado por el tren

entre estaciones

y los nombres

Salto del Agua

 

Cuauhtémoc

Juanacatlán

la Línea Rosa.

Hay secretos mexicanos,

catacumbas,

 

templos enterrados

bajo la Catedral Metropolitana,

y el Metro,

telaraña de colores

que me atrapa

 

y todavía en el tren

alisa su cabello

la morena

 

 

CAMPO

 

En pleno vuelo

al lado de dos nuevas amigas

descubro otra vez la propuesta

que me lleva a sembrar

cultivos extranjeros

 

porque el mejor

espantapájaros

habla griego

o latín o sánscrito

idiomas que ya

 

han visto su auge

que podrían descansar

en paz y dejar su ropa

multicolor

su cabello lacio

 

u ondulante

como las olas

que superó Odiseo

fragmentos de una lírica sáfica

misteriosa

 

por la que hemos perdido

a lo largo de los siglos

hasta este terreno

y su espantapájaros

que guarda

 

en los brazos

dorados de tanto sol

un tatuaje

una pista de aterrizaje

para el pájaro bizarro

 

y conquistador

que va a depositar

ahí su cáscara

de maíz.

 

 

GINSBERG

 

¿Cómo lo conociste?

cuéntame de tu padre

la vez que fuiste con él al aeropuerto

para recoger al barbudo

con armonio.

 

Dime de nuevo

el consejo que te dio

sobre los poemas:

que debemos quitar

la mitad al borrador,

 

y la historia

del segundo padre

cómo Ginsberg dijo

al público esa noche

que solía leer

 

con su propio

padre poeta

y aquí de nuevo

un asunto familiar

Guy, Allen, y su hijo:

 

La Trinidad.

Ay, Ginsberg nos dejó

Howl, Kaddish, Sunflower Sutra,

¿Y tú qué vas a dejarnos?

¿Cómo vamos a recordarte?

 

 

JUÁREZ

 

                   I

 

Ni moscas, ni jejenes: alitas

nacidas en el polvo, mitocondria

se entrelazan dando vueltas

en el aire ante la mesa

donde los poetas hablan

de escribir sobre cadáveres.

 

 

 

                   II

 

 

 

No se puede caer

en estas barrancas y pasar

la noche tranquila, levantarse

a la mañana y caminar

para buscar agua dulce

del arroyo cercano que fluye

 

a través de los terrenos baldíos

y su maleza de plástico,

zapatos, tangas, dientes.

 

                   El continente de atrás

 

Hay una verdad que no se niega

con un saludo al orden, a la iglesia,

a la democracia, la actitud pesimista

natural de los mexicanos, que buscan

escapar su realidad, según mi amigo,

de vivir con falsas esperanzas,

pasar la tarde larga con sus

bocadillos, vinos, amantes,

 

mientras en el oriente

hombres encogidos aseguran

la producción rápida de piezas

para autos, heladeras, parrillas,

además de magos de resina

y vacas de plástico

para el pesebre mexicano,

las fiestas americanas.

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/86_87/amirthanayagam.html

 

 

La cosecha en otoño

 

Está bien. No hay problema. Su libro llegará

en el momento adecuado. Escribir es una actividad

que se hace en silencio o escuchando música,

y editar un poema y ponerlo en manuscrito

es un motivo de celebración. También cuando

el libro llega de la editorial y puedes

leerlo como si fuera el producto de otra vida,

otra experiencia. Pero finalmente la noche

viene y puedes decir a los fantasmas

que despierta: eso es genial. Es genial.

Disfrute de su tiempo. A mí me gustaba el mío.

Y nadie puede negar que ahora hay dos

nuevos poemas —este el segundo—

de este día de octubre bastante frío.

 

17 octubre, 2022

 

 

Soluciones internacionales

 

¿En qué piensa Barbecue cuando se mira en el espejo

frente a la basura, junto a la niña violada y a los niños,

sus ojos asustados? ¿Qué hacen los demás

 

líderes de la federación G9, los bandidos,

los forajidos que bloquearon el camino hacia

la gasolina, el agua, la paz. Pero su bloqueo

 

no impide la circulación del vibrio cholerae

y la eventual muerte de algunas decenas

de personas. La muerte lenta. Pero Barbecue

 

sugiere que entre en el gobierno, nombrar

ministros, y así lograr la paz. No es una idea

descabellada. Pensamos en Colombia,

 

cómo ese país resolvió su guerra civil

con el perdón y la integración.

Y un antiguo líder rebelde se convirtió

 

en su presidente. Uno piensa en Sri Lanka,

donde el gobierno mató a todos los líderes

de la guerrilla pero no mataron los sueños

 

de los Tamiles de tener sus derechos a ejercer

sobre su tierra, su lengua, sus costumbres.

No, amigos míos, no podéis matar un sueño.

 

¿Cuál es el sueño de Haití? La paz

a cualquier precio, incluso si un asesino

se convierte en el Ministro de Cultura?

 

Mira lo que ocurrió en Ruanda tras el genocidio

donde viven los asesinos junto a los familiares

de sus víctimas. Es posible. ¿Es necesario?

 

14 de octubre de 2022

 

 

Oración, 12 de octubre

 

Nuestra Señora de Aparecida estoy

aquí con muchos éxitos para celebrar,

mis hijos que se están convirtiendo

en lectores, los libros que he escrito,

la salud que por el momento

no muestra ningún signo

del esperado final, pero debo

 

admitir y pedir un favor,

que me envíes una compañera

para tener una conversación sobre

de todo y de nada en el que

podemos expresar nuestros

miedos más arraigados

sin miedo, sin rechazo.

 

12 de octubre de 2022

 

 

Preguntón

 

Siempre con tus preguntas

imposibles, querido. La búsqueda

de la verdad no puede abarcar

en la concepción de ellas. Acaso,

¿no somos pequeños dioses?

 

¿No podemos cultivar los jardines

y cuartos y platos a nuestro gusto?

Dime si hay algún valor entonces

en nuestra educación liberal,

de hurgar en diccionarios y aprender

 

multiplicaciones infinitas de Pi.

Dime si vamos a morir sin saltar

(al menos en los sueños) río y mar

y tierra y tiempo entre nosotros.

 

 

Elefante de regreso

 

Llego con mi panza como una maleta.

Y veo donde pueda acomodarla

para que no se la note en la foto

o que vuelva la inspiración

de un chisme. Y siempre viajo

con mis libros, tanta grasa y carne

para esparcir en la mesa de la cocina.  

 

Vengan a comer queridos anfitriones.

Tengo imágenes de la isla,

del elefante que bebe alegre

con su madre en el río

al lado de los cocoteros.

 y los mangos y los mangostanes,

el muchacho todavía en casa

antes de la expulsión

(digo migración) del paraíso.

 

 

Invitación al tiempo

 

No escribo lírica siempre. He cruzado al país

de la prosa y del ensayo. He esbozado cuentos

y poemas noticieros. Pero ante las torres  

 

del lenguaje barroco con sus puertas llenas

de senderos sin salida y flores derramándose

nunca he quitado mi sombrero y admito

 

que me siento bien, sin sentido de falta,

y te invito a hacer tus arreglos

con los fanfarrones y por la luz del día  

 

ven con nosotros. Tenemos espacio,

una tienda grande. Y te necesitamos

para la guerra final entre el bien

 

y el mal. La lírica y todas las expresiones

que no ofrecen música verbal, donde viven,

muertas en vida, poetas que componen  

 

cada día sus epitafios ante el jurado

de generaciones muertas

 

 

La flor en el cuaderno

 

Él camina con su flor por todo el parque

y en las calles aledañas hasta al edificio

donde vive su amiga. Le dice al portero

 

aquí estoy con mi flor y arriba vive otra flor,

mi amiga, y en cada departamento hay

flores y flores de distintos lares y en el techo

 

un jardín de flores y en el edificio de enfrente

plantas y arbustos y flores hasta

se llama el barrio, como aquel de Lima,  

 

Miraflores, pero no quiere confundirse

con una sola colonia en este mundo

que quiere descolonizarse, variarse,

 

 

y celebrar el derecho a contradecirse—

siguiendo así el mandato del

gran Dios nuestro, Walt Whitman.

Entonces sí ando siempre

con una flor en la mano

y otra en el cuaderno.

 

 
Buscar

 

Tengo tantas preguntas

sobre aquel Pueblo Rico

en la falda oriental

 

de la montaña.

¿Se llama

Embera Chami  

 

el pueblo indígena

y katío su lengua?

 

¿Y se la conserva

ahora por escrito? 

¿Hay diccionarios

bilingües:

 

 

español y katío?

Y ¿cuál es el papel

del municipio  

 

y de la región

en conservar

esta herencia

lingüística,

esta manera

antiquísima

de nombrar

la experiencia?

Y ¿por qué debo

 

saber yo,

historiador,

autonombrado,

 

de una Colombia

donde buscando

oro lo encuentro

 

en el canto de

un pájaro

en Pueblo Rico?

Tomado de:

https://www.laraizinvertida.com/detalle-3136-indran-amirthanayagam-

 

 

Varado

 

No puedo seguir escribiendo poemas de amor. Ellos despiertan

hambrunas dormidas, perturban mi proceder tranquilo, profundizan

constantemente el bajo nivel de ansiedad que yace en mí,

revelado, tendré que admitir incluso cara a cara

con el objeto de mi delirio, que estoy

enganchado, forrado y aplastado en el suelo del barco de pesca de arrastre,

y solo tú, querido lector, puedes decir: regresa ese pescado

al mar, deja que el compañero nade, sin grilletes, libre. Pero

es la naturaleza de la lectura —vivir vicariamente—

así que no creo que tú, lector, vayas a intervenir.  Yo solo puedo

resistir el anzuelo y el gancho, escribiendo, a cambio, irónicamente, un libro.

Tomado de:

https://laninfaeco.com/2021/04/10/tres-poemas-de-indran-amirthanayagam-sri-lanka/

 

 

Partiendo

 

Walt explota al impactar con la mente. La nada se convierte en todo, el todo en nada,

se invierte la ecuación: poemas, práctica democrática, frenología, el descubrimiento

de la India. No existe un guijarro bajo el cual Walt Whitman no asome. Me enamoré

de él otra vez en la parada de descanso Walt Whitman de la autopsita de Nueva Jersey. Quise

titular un libro Gran Muñeco Inflable de Walt Whitman. Se retiró a Camden, atendió a los heridos

en Washington, recorrió todo Paumonok, Manhattam y Staten Island, a través de

Brooklyn, Queens y el Bronx. Se convirtió en nuestro primer poeta caminante americano,

y el más fotografiado de su tiempo. Me dio licencia para vagar, socializar, acercarme adonde fuera

que mi corazón quisiera y ahora que he vuelto para quedarme, me invita a ir de nuevo.

 

 

La canción hoy

 

Te oigo cantar. Conozco tu canción. Vadeaste

hasta un gomón, te subiste a un bote de remos. Te colgaste

de un carguero. Tenés un celular y una foto,

y un nombre y número ahí guardados. Llamarás

cuando llegues. Atravesarás el desierto. Sortearás

el muro. Le rezarás a Dios. No volverás.

 

(Versiones Ignacio Oliden)

Tomado de:

https://alpialdelapalabra.blogspot.com/2025/05/indran-amirthanayagam-poemas.html

 

 

Certeza

 

No hay otro camino.

No hay otra mano.

 

No hay otra oración.

No hay otro beso.

 

No hay otra vuelta.

No hay vuelta tampoco

 

solo el viaje constante

al futuro hasta al día

 

de la muerte repentina

o de poco a poco.

 

26 de marzo, 2024

 

 

Diálogo

 

Al final del día

 

y al principio

es una conversación

 

conmigo mismo

hasta que algún

 

pájaro en su vuelo

 

decide-

por una razón

conocida

 

sólo por Dios

o algún instinto

que atraviesa

 

las especies-

de dejar

su vuelo

 

y posar

en una rama

y escucharme.

Tomado de:

https://www.quira-medios.com/indran-amirthanayagam/

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