TENTACIÓN
Me sentaré en tus ojos hasta que
me mires. No tengo otro proyecto,
puedo quedarme años y horas.
He dejado a otros la prosecución
de la guerra, la competencia
para que todos se sientan
agobiados o muertos.
Estoy fresco
como una limonada.
Me visto
en ropa casi del aire. Me pongo
el maquillaje de los salones
de Francia. No
tengo nada
que hacer sino darte gozo.
Soy tu sirviente, mis hombros,
mi cerebro, mis manos,
mis caderas están pulidos
para que puedas resbalar sobre ellos.
¿Por qué cruzas las fronteras?
¿Por qué no me miras?
ZAPATOS VIEJOS
¿Dónde se encuentran los mangos,
las tropas de monos,
los flamencos en su cuenca,
en el riachuelo, el elefante
que se baña en el océano?
No hay huellas de tus primeros
ocho años en los últimos versos,
y los chismosos dicen
que has olvidado tus antepasados;
eres amnésico,
comes la experiencia
como un sándwich,
digieres países como un monstruo
mientras sigues tu camino,
y usas anteojos de sol todo el día.
¿Qué dices, has puesto tu traje
de la mañana al lado de la cama,
y tus zapatos que compraste
de oferta en una tienda
de la calle ocho en Manhattan
que iba a cerrar para siempre?
¿Recuerdas tu alegría,
zapatos hechos en Inglaterra
para todos los climas…y tus herederos
y su tarea de vestirte cuando mueras.
ASÍ DE SIMPLE
Anda resfriado el poema
a un ritmo mesurado
por estornudos.
Cae en la estación
Patriotismo
a medio verso,
y su autor baja
rumbo
a Reynosa 63.
Ahí le espera
un desayuno
de mangos y
huevos,
un amigo,
poemas,
tristeza
por nuestros
desaparecidos,
regocijo
por habernos
encontrado de nuevo.
LÍNEA
Dado que asignaron
tres horas a los poetas
que en lo cotidiano
batallan con
una soledad malévola
y se quejan
de que nadie
les da bola
fueron pocos
los que cruzaron
la línea trazada
por el moderador;
el nivel
de corrupción
no fue tan alto.
IDILIO ÚTIL
Me queda
la esperanza
de que el archivo
de nuestro idilio
–su diseño,
plan de trabajo,
dónde colocar
casa, jardín,
alberca–
será expuesto
una tarde
y un par de visitantes
–una pareja– dirá
“así es como se debe
construir un hogar”.
BUDISMO
Ten por seguro
que tu carne
va a podrirse
–la lección es otra–
que sabiendo
lo que sucederá
en el escenario
que los personajes
experimentarán
un giro hacia
una catarsis
y un campo
de cadáveres
que tú –
por elección propia –
por no haber dejado
fluir tus deseos
dentro del río
a tu lado
vas a construir
un monumento
al lenguaje,
hecho de metáforas,
que tiene su propio sistema
de riego para los cultivos,
que no requeriría
más en esta vida, y
– por supuesto –
el propósito
de estas meditaciones–
es ni sufrir ni
gozar más del sexo.
METRO
Prefiero tomar el Metro.
La mujer de largas pestañas,
espejo, tinta,
pelo chino,
prepara su cara.
La jovencita
da leche a su bebé;
espera el tren
mientras hacen
un ajuste al itinerario
–así la morena,
vestida de morena,
puede entrar tranquila
y tomar asiento
al lado del poeta.
Hay música, trova,
corridos y clásicos
de rock, todo
a diez pesos, el boleto
del metro a dos
y el viento refrescante
generado por el tren
entre estaciones
y los nombres
Salto del Agua
Cuauhtémoc
Juanacatlán
la Línea Rosa.
Hay secretos mexicanos,
catacumbas,
templos enterrados
bajo la Catedral Metropolitana,
y el Metro,
telaraña de colores
que me atrapa
y todavía en el tren
alisa su cabello
la morena
CAMPO
En pleno vuelo
al lado de dos nuevas amigas
descubro otra vez la propuesta
que me lleva a sembrar
cultivos extranjeros
porque el mejor
espantapájaros
habla griego
o latín o sánscrito
idiomas que ya
han visto su auge
que podrían descansar
en paz y dejar su ropa
multicolor
su cabello lacio
u ondulante
como las olas
que superó Odiseo
fragmentos de una lírica sáfica
misteriosa
por la que hemos perdido
a lo largo de los siglos
hasta este terreno
y su espantapájaros
que guarda
en los brazos
dorados de tanto sol
un tatuaje
una pista de aterrizaje
para el pájaro bizarro
y conquistador
que va a depositar
ahí su cáscara
de maíz.
GINSBERG
¿Cómo lo conociste?
cuéntame de tu padre
la vez que fuiste con él al aeropuerto
para recoger al barbudo
con armonio.
Dime de nuevo
el consejo que te dio
sobre los poemas:
que debemos quitar
la mitad al borrador,
y la historia
del segundo padre
cómo Ginsberg dijo
al público esa noche
que solía leer
con su propio
padre poeta
y aquí de nuevo
un asunto familiar
Guy, Allen, y su hijo:
La Trinidad.
Ay, Ginsberg nos dejó
Howl, Kaddish, Sunflower Sutra,
¿Y tú qué vas a dejarnos?
¿Cómo vamos a recordarte?
JUÁREZ
I
Ni moscas, ni jejenes: alitas
nacidas en el polvo, mitocondria
se entrelazan dando vueltas
en el aire ante la mesa
donde los poetas hablan
de escribir sobre cadáveres.
II
No se puede caer
en estas barrancas y pasar
la noche tranquila, levantarse
a la mañana y caminar
para buscar agua dulce
del arroyo cercano que fluye
a través de los terrenos baldíos
y su maleza de plástico,
zapatos, tangas, dientes.
El continente de atrás
Hay una verdad que no se niega
con un saludo al orden, a la iglesia,
a la democracia, la actitud pesimista
natural de los mexicanos, que buscan
escapar su realidad, según mi amigo,
de vivir con falsas esperanzas,
pasar la tarde larga con sus
bocadillos, vinos, amantes,
mientras en el oriente
hombres encogidos aseguran
la producción rápida de piezas
para autos, heladeras, parrillas,
además de magos de resina
y vacas de plástico
para el pesebre mexicano,
las fiestas americanas.
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/86_87/amirthanayagam.html
La cosecha en otoño
Está bien. No hay problema. Su libro llegará
en el momento adecuado. Escribir es una actividad
que se hace en silencio o escuchando música,
y editar un poema y ponerlo en manuscrito
es un motivo de celebración. También cuando
el libro llega de la editorial y puedes
leerlo como si fuera el producto de otra vida,
otra experiencia. Pero finalmente la noche
viene y puedes decir a los fantasmas
que despierta: eso es genial. Es genial.
Disfrute de su tiempo. A mí me gustaba el mío.
Y nadie puede negar que ahora hay dos
nuevos poemas —este el segundo—
de este día de octubre bastante frío.
17 octubre, 2022
Soluciones internacionales
¿En qué piensa Barbecue cuando se mira en el espejo
frente a la basura, junto a la niña violada y a los
niños,
sus ojos asustados? ¿Qué hacen los demás
líderes de la federación G9, los bandidos,
los forajidos que bloquearon el camino hacia
la gasolina, el agua, la paz. Pero su bloqueo
no impide la circulación del vibrio cholerae
y la eventual muerte de algunas decenas
de personas. La muerte lenta. Pero Barbecue
sugiere que entre en el gobierno, nombrar
ministros, y así lograr la paz. No es una idea
descabellada. Pensamos en Colombia,
cómo ese país resolvió su guerra civil
con el perdón y la integración.
Y un antiguo líder rebelde se convirtió
en su presidente. Uno piensa en Sri Lanka,
donde el gobierno mató a todos los líderes
de la guerrilla pero no mataron los sueños
de los Tamiles de tener sus derechos a ejercer
sobre su tierra, su lengua, sus costumbres.
No, amigos míos, no podéis matar un sueño.
¿Cuál es el sueño de Haití? La paz
a cualquier precio, incluso si un asesino
se convierte en el Ministro de Cultura?
Mira lo que ocurrió en Ruanda tras el genocidio
donde viven los asesinos junto a los familiares
de sus víctimas. Es posible. ¿Es necesario?
14 de octubre de
2022
Oración, 12 de octubre
Nuestra Señora de Aparecida estoy
aquí con muchos éxitos para celebrar,
mis hijos que se están convirtiendo
en lectores, los libros que he escrito,
la salud que por el momento
no muestra ningún signo
del esperado final, pero debo
admitir y pedir un favor,
que me envíes una compañera
para tener una conversación sobre
de todo y de nada en el que
podemos expresar nuestros
miedos más arraigados
sin miedo, sin rechazo.
12 de octubre de
2022
Preguntón
Siempre con tus preguntas
imposibles, querido. La búsqueda
de la verdad no puede abarcar
en la concepción de ellas. Acaso,
¿no somos pequeños dioses?
¿No podemos cultivar los jardines
y cuartos y platos a nuestro gusto?
Dime si hay algún valor entonces
en nuestra educación liberal,
de hurgar en diccionarios y aprender
multiplicaciones infinitas de Pi.
Dime si vamos a morir sin saltar
(al menos en los sueños) río y mar
y tierra y tiempo entre nosotros.
Elefante de regreso
Llego con mi panza como una maleta.
Y veo donde pueda acomodarla
para que no se la note en la foto
o que vuelva la inspiración
de un chisme. Y siempre viajo
con mis libros, tanta grasa y carne
para esparcir en la mesa de la cocina.
Vengan a comer queridos anfitriones.
Tengo imágenes de la isla,
del elefante que bebe alegre
con su madre en el río
al lado de los cocoteros.
y los mangos y
los mangostanes,
el muchacho todavía en casa
antes de la expulsión
(digo migración) del paraíso.
Invitación al tiempo
No escribo lírica siempre. He cruzado al país
de la prosa y del ensayo. He esbozado cuentos
y poemas noticieros. Pero ante las torres
del lenguaje barroco con sus puertas llenas
de senderos sin salida y flores derramándose
nunca he quitado mi sombrero y admito
que me siento bien, sin sentido de falta,
y te invito a hacer tus arreglos
con los fanfarrones y por la luz del día
ven con nosotros. Tenemos espacio,
una tienda grande. Y te necesitamos
para la guerra final entre el bien
y el mal. La lírica y todas las expresiones
que no ofrecen música verbal, donde viven,
muertas en vida, poetas que componen
cada día sus epitafios ante el jurado
de generaciones muertas
La flor en el cuaderno
Él camina con su flor por todo el parque
y en las calles aledañas hasta al edificio
donde vive su amiga. Le dice al portero
aquí estoy con mi flor y arriba vive otra flor,
mi amiga, y en cada departamento hay
flores y flores de distintos lares y en el techo
un jardín de flores y en el edificio de enfrente
plantas y arbustos y flores hasta
se llama el barrio, como aquel de Lima,
Miraflores, pero no quiere confundirse
con una sola colonia en este mundo
que quiere descolonizarse, variarse,
y celebrar el derecho a contradecirse—
siguiendo así el mandato del
gran Dios nuestro, Walt Whitman.
Entonces sí ando siempre
con una flor en la mano
y otra en el cuaderno.
Buscar
Tengo tantas preguntas
sobre aquel Pueblo Rico
en la falda oriental
de la montaña.
¿Se llama
Embera Chami
el pueblo indígena
y katío su lengua?
¿Y se la conserva
ahora por escrito?
¿Hay diccionarios
bilingües:
español y katío?
Y ¿cuál es el papel
del municipio
y de la región
en conservar
esta herencia
lingüística,
esta manera
antiquísima
de nombrar
la experiencia?
Y ¿por qué debo
saber yo,
historiador,
autonombrado,
de una Colombia
donde buscando
oro lo encuentro
en el canto de
un pájaro
en Pueblo Rico?
Tomado de:
https://www.laraizinvertida.com/detalle-3136-indran-amirthanayagam-
Varado
No puedo seguir escribiendo poemas de amor. Ellos
despiertan
hambrunas dormidas, perturban mi proceder tranquilo,
profundizan
constantemente el bajo nivel de ansiedad que yace en
mí,
revelado, tendré que admitir incluso cara a cara
con el objeto de mi delirio, que estoy
enganchado, forrado y aplastado en el suelo del barco
de pesca de arrastre,
y solo tú, querido lector, puedes decir: regresa ese
pescado
al mar, deja que el compañero nade, sin grilletes,
libre. Pero
es la naturaleza de la lectura —vivir vicariamente—
así que no creo que tú, lector, vayas a
intervenir. Yo solo puedo
resistir el anzuelo y el gancho, escribiendo, a cambio,
irónicamente, un libro.
Tomado de:
https://laninfaeco.com/2021/04/10/tres-poemas-de-indran-amirthanayagam-sri-lanka/
Partiendo
Walt explota al impactar con la mente. La nada se
convierte en todo, el todo en nada,
se invierte la ecuación: poemas, práctica democrática,
frenología, el descubrimiento
de la India. No existe un guijarro bajo el cual Walt
Whitman no asome. Me enamoré
de él otra vez en la parada de descanso Walt Whitman de
la autopsita de Nueva Jersey. Quise
titular un libro Gran Muñeco Inflable de Walt Whitman.
Se retiró a Camden, atendió a los heridos
en Washington, recorrió todo Paumonok, Manhattam y
Staten Island, a través de
Brooklyn, Queens y el Bronx. Se convirtió en nuestro
primer poeta caminante americano,
y el más fotografiado de su tiempo. Me dio licencia
para vagar, socializar, acercarme adonde fuera
que mi corazón quisiera y ahora que he vuelto para
quedarme, me invita a ir de nuevo.
La canción hoy
Te oigo cantar. Conozco tu canción. Vadeaste
hasta un gomón, te subiste a un bote de remos. Te
colgaste
de un carguero. Tenés un celular y una foto,
y un nombre y número ahí guardados. Llamarás
cuando llegues. Atravesarás el desierto. Sortearás
el muro. Le rezarás a Dios. No volverás.
(Versiones Ignacio
Oliden)
Tomado de:
https://alpialdelapalabra.blogspot.com/2025/05/indran-amirthanayagam-poemas.html
Certeza
No hay otro camino.
No hay otra mano.
No hay otra oración.
No hay otro beso.
No hay otra vuelta.
No hay vuelta tampoco
solo el viaje constante
al futuro hasta al día
de la muerte repentina
o de poco a poco.
26 de marzo, 2024
Diálogo
Al final del día
y al principio
es una conversación
conmigo mismo
hasta que algún
pájaro en su vuelo
decide-
por una razón
conocida
sólo por Dios
o algún instinto
que atraviesa
las especies-
de dejar
su vuelo
y posar
en una rama
y escucharme.
Tomado de:

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