LOS BESOS
Dame tus manos puras: una gema
Pondrá en cada falange transparente
Mi labio tembloroso, y en tu frente
Cincelará una fúlgida diadema.
Tus ojos soñadores, donde trema
La ilusión, besaré amorosamente,
Y con tu boca rimará mi ardiente
Boca un anacreóntico poema.
Y en tu cuello escondido entre las gasas
Encenderé un collar, que con sus brasas
Queme tus hombros tibios y morenos,
Y cuando al desvestirte lo desates,
Caiga como una lluvia de granates
Calcinando los lirios de tus senos.
De Cuarzos
LA VEJEZ DEL SÁTIRO
A
Luis Barreda
Junto con los silvanos juguetones
Animó las florestas sosegadas,
Y enseñó a las sonoras enramadas
A repetir sus rústicas canciones.
A la sombra de verdes pabellones
Desfloró pudorosas hamadriadas,
Y corrió tras las ninfas asustadas
Al par de los centauros garañones.
Hoy el soplo glacial de los inviernos
Ha doblado las puntas de sus cuernos,
Su flauta de carrizos está muda,
Y lleno de pesares y congojas,
Al mirar una náyade desnuda
Suspira de impotencia entre las hojas.
De Cuarzos
JORIS KARL HUYSMANS
A
Alberto Leduc
¡Oh maestro sañudo! yo he creído tus males,
He probado tu estilo de implacable ironía,
Y sufriendo torturas y disgustos iguales
Hacia ti me dirijo por fatal simpatía.
Con el jugo de tu Arte dilaceras mi herida,
Me haces ver la existencia más penosa y más larga,
Y a través de tus frases adivino tu vida
Desbordante de absintio y de bilis amarga.
Soñador encerrado en tu torre severa
Tienes sueños de raras pesadillas poblados,
O contemplas la Luna descubriendo en su esfera
Las montañas abruptas y los mares helados.
Perturbado hondamente por tu espíritu extraño
Tienes sed de creencias y piadosas verdades,
Y negando tu siglo, taciturno y huraño
Resucitas la pompa de extinguidas edades.
En la Edad Media mira tu malsano exotismo
Misas negras horribles y rituales austeros,
Y renueva la magia del potente exorcismo
Y convoca Aquelarres y revive hechiceros.
Mas ni el vil sacrilegio ni la paz de la Trapa
Tu marasmo disipan ni te inspiran ternura,
Por tu senda prosigues al pasar cada etapa,
Más cruel, más enfermo de incurable amargura.
En la Mística llena de prestigio sagrado
Desentierras prodigios y grandiosos misterios,
Y en los templos silentes entretienes tu enfado
Con cristianos fervores y olorosos sahumerios.
Pero nunca un destello de cordial alegría
Ilumina tu boca que contrae el disgusto,
Y caminas aislado por la ruta sombría
Destilando tus cóleras de misántropo adusto.
Yo adivino la pena de tu alma proscrita,
Como tú guardo el luto de extinguidas edades,
Y me alienta, ¡oh Maestro!, tu ambición infinita
De pasadas creencias y piadosas verdades.
[1900]
De Poemas no
coleccionados
TÚ NO SABES LO QUE ES SER ESCLAVO
Tú no sabes lo que es ser esclavo
De un amor imperioso y ardiente,
Y llevar un afán como un clavo,
Como un clavo metido en la frente.
Tú no sabes lo que es la codicia
De morder en la boca anhelada,
Resbalando su inquieta caricia
Por contornos de carne nevada.
Tú no sabes los males sufridos
Por quien lucha rendido y que ruega,
Y que tiene los brazos tendidos
Hacia un cuerpo que nunca se entrega.
Y no sabes lo que es el despecho
De pensar en tus formas divinas
Revolviéndose solo en su lecho
Que el insomnio ha sembrado de espinas.
De Hilo de Corales
CARO VICTRIX (1916)
POSESIÓN
Se nublaron los cielos de tus ojos,
Y como una paloma agonizante,
Abatiste en mi pecho tu semblante
Que tiñó el rosicler de los sonrojos.
Jardín de nardos y de mirtos rojos
Era tu seno mórbido y fragante,
Y al sucumbir, abriste palpitante
Las puertas de marfil de tus hinojos.
Me diste generosa tus ardientes
Labios, tu aguda lengua que cual fino
Dardo vibraba en medio de tus dientes.
Y dócil, mustia, como débil hoja
Que gime cuando pasa el torbellino,
Gemiste de delicia y de congoja.
EL BESO DE SAFO
Más pulidos que el mármol transparente,
Más blancos que los blancos vellocinos,
Se anudan los dos cuerpos femeninos
En un grupo escultórico y ardiente.
Ancas de cebra, escorzos de serpiente,
Combas rotundas, senos colombinos,
Una lumbre los labios purpurinos,
Y las dos cabelleras un torrente.
En el vivo combate, los pezones
que se embisten, parecen dos pitones
Trabados en eróticas pendencias,
Y en medio de los muslos enlazados,
Dos rosas de capullos inviolados
Destilan y confunden sus esencias.
ANTE EL ARA
Te brindas voluptuosa e impudente,
Y se antoja tu cuerpo soberano
Intacta nieve de crestón lejano,
Nítida perla de sedoso oriente.
Ebúrneos brazos, nunca transparente,
Aromático busto beso ufano,
Y de tu breve y satinada mano
Escurren las caricias lentamente.
Tu seno se hincha como láctea ola,
El albo armiño de mullida estola
No iguala de tus muslos la blancura,
Mientras tu vientre al que mi labio inclino,
Es un vergel de lóbrega espesura,
Un edén en un páramo de lino.
TRISTÁN E ISOLDA
Vivir encadenados es su suerte,
Se aman con un anhelo que no mata
La posesión, y el lazo que los ata
Desafía a la ausencia y a la muerte.
Tristán es como el bronce, obscuro y fuerte
Busca el regazo de pulida plata,
Isolda chupa el cáliz escarlata
Que en crespo matorral esencias vierte.
Porque se ven a hurto, el adulterio
Le da un sutil y criminal resabio
A su pasión que crece en el misterio.
Y atormentados de ansia abrasadora,
Beben y beben con goloso labio
Sin aplacar la sed que los devora.
SALOMÉ
Son cual dos mariposas sus ligeros
Pies, y arrojando el velo que la escuda,
Aparece magnífica y desnuda
Al fulgor de los rojos reverberos.
Sobre su obscura tez lucen regueros
De extrañas gemas, se abre su menuda
Boca, y prodigan su fragancia cruda
Frescas flores y raros pebeteros.
Todavía anhelante y sudorosa
De la danza sensual, la abierta rosa
De su virginidad brinda al tetrarca,
Y contemplando el lívido trofeo
De Yokanán, el núbil cuerpo enarca
Sacudida de horror y de deseo.
EL VAMPIRO
Ruedan tus rizos lóbregos y gruesos
Por tus candadas formas como un río,
Y esparzo en su raudal crespo y sombrío
Las rosas encendidas de mis besos.
En tanto que descojo los espesos
Anillos, siento el roce leve y frío
De tu mano, y un largo calosfrío
Me recorre y penetra hasta los huesos.
Tus pupilas caóticas y hurañas
Destellan cuando escuchan el suspiro
Que sale desgarrando mis entrañas,
Y mientras yo agonizo, tú, sedienta,
Finges un negro y pertinaz vampiro
Que de mi ardiente sangre se sustenta.
LA TENTACIÓN DE SAN ANTONIO
Es en vano que more en el desierto
El demacrado y hosco cenobita,
Porque no se ha calmado la infinita
Ansia de amar ni el apetito ha muerto.
Del obscuro capuz surge un incierto
Perfil que tiene albor de margarita,
Una boca encarnada y exquisita,
Una crencha olorosa como un huerto.
Ante la aparición blanca y risueña,
Se estremece su carne con ardores
Febriles bajo el sayo de estameña,
Y piensa con el alma dolorida,
Que en lugar de un edén de aves y flores,
Es un inmenso páramo la vida.
Tomado de:
CLARO DE LUNA
Como un cisne espectral, la luna blanca
en el espacio transparente riela,
y en el follaje espeso, Filomela
melifluas notas de su buche arranca.
Brilla en el fondo oscuro de la banca
tu peinador de vaporosa tela,
y por las frondas de satín se cuela
o en los claros la nívea luz se estanca.
Después de recorrer el mármol frío
de tu pulida tez, toco una rosa
que se abre mojada de rocío;
todo enmudece, y al sentir el grato
calor de tus caricias, mi ardorosa
virilidad se enarca como un gato.
Tomado de:
https://www.poesiaselecta.com/poeefrenrebolledo.html
La Señora Flor
A
Justo Garrido
Se prosterna hasta besar la limpia estera,
y sentándose medrosa en sus talones
la Señora Flor, me mira zalamera
prometiéndome ignoradas emociones.
Yo sentado en un cojín tomo té verde
a la vera del hibachi4
mortecino,
y en un bosque laberíntico se pierde
mi razón ante aquel cuerpo femenino.
En tus ojos hay tinieblas de misterio
Hana San,5
y no comprendo
tu lenguaje,
y no obstante me sometes a tu imperio
con tu exótico tocado y con tu traje.
Tal vez guardas un magnífico tesoro
de ternuras refinadas y felinas;
tal vez eres una bella estatua de oro
y me hechices con tus formas ambarinas.
4
Artefacto
tradicional japonés, generalmente en forma de
caja o cilindro, utilizado para guardar carbón
caliente. 5
San (さん) es una partícula honorífica que se agrega
a los nombres o apellidos para referirse a una persona como Sr., Sra. o Srta.
Samurai17
A
Amado Nervo
Se ciñe doble sable, y su apostura
revela la arrogancia sin medida
del soldado de sangre que su vida
consagra a la lealtad y la bravura.
Como el acero es su alma tersa y dura,
y antes la arrojará por la ancha herida
del harakiri cruel, que dar cabida
al dolo o deslustrar su estirpe pura.
Fanático observante del Bushido18
brilla por cortesano y comedido,
pero su sueño familiar y grato
es ir a los jardines de la guerra,
donde al caer enflorará la tierra
lo mismo que un cerezo del Yamato.
17 Samurái (侍)
quiere decir “el que sirve”. Miguel Ángel Feria, doctor en Literatura Comparada
por la Universidad Complutense de Madrid, sugiere equiparar “Samurai” de Rimas
japonesas con “Le samouraï” de José María de Heredia.
18 Bushido (武士道)
o “la conducta del guerrero” del guerrero, exigía una entrega casi religiosa a
la vida militar, en que las penalidades físicas regían y una muerte heroica en
la batalla era lameta más honorable.
Croquis nocturno
Una canora flauta con sus melifluas gamas
los velos de la noche salpica de dulzura,
y con sus raros signos y sus inciertas llamas
polícromas linternas orlan la calle obscura.
Hondo silencio reina: pero hay en los umbrales
en el jardín umbroso y en los convexos puentes,
miradas que contemplan los líquidos cristales
las sombras caprichosas y el cielo refulgente.
Y el sueño que recama de luz las fantasías
sin desflorar los labios lo dice en glosas tiernas
la flauta que desgrana sus dulces melodías
en la ciudad obscura puntuada de linternas.
Tomado de:
http://www.dcsh.ugto.mx/editorial/images/publicaciones/Depto.letras/rimasjaponesas.pdf

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