miércoles, 10 de septiembre de 2025

POEMAS DE HUSSEIN HABASCH - DESDE TÚNEZ -


Ten paciencia con tu destierro

Ten cuidado con la muerte

Y no digas que bello es morirse

Y que es más tierno que el destierro,

solamente la muerte sabe que es vil

y deprimente, su presencia.

Piensa en ti

Y da gracias a tus días de exilio

ya que sus días siguen en marcha

Y su sol te resplandece.

¡Ten paciencia con tu destierro!

 

 

Desilusión

No tengo patria para dibujar sobre sus paredes

con una tiza de la infancia: ¡Que Viva!

No tengo patria que haya que aguantar cada mañana

tomando mi taza de café,

mientras me pule el sol.

No tengo patria, que me otorgue su pulmón

y yo le otorgue el mío

ser su ruido y mía sea la voz

seré el travieso, el malévolo, el rebelde y el arduo

y seré el sabio, el intuitivo, el piadoso y el gran corazón.

No tengo patria para escribir

sobre el cobre de una de sus casas:

bienvenidos amigos,

esta es la casa de Hussein Habasch.

No tengo patria donde me emborrache en sus tabernas

hasta el último aliento de la noche,

vagabundeando en sus caminos,

y donde mi corazón sea su terreno,

me abrigue y la abrigue

la escuche y me escuche

como buenos amigos.

Pero no tengo patria…

Beethoven y los kurdos

Le veo triste

cuando le observo,

es Beethoven.

Los kurdos,

con sus pasos firmes

circulan en el centro de la ciudad

pero no curan la nostalgia.

Beethoven llora.

Observo el Rin

dividir la ciudad en dos bocados,

lo veo triste.

- ¿Acaso llora el Éufrates

mientras está triste?

 

 

Fuente

La madre amamanta a su niño

sus senos son la fuente.

La mujer otorga su amor sin nada a cambio

su corazón es la fuente.

El pájaro vuela en el horizonte

sus alas son la fuente.

La pluma baila sobre el papel

su tinta es la fuente.

“La cabeza del poeta se desploma

en medio de la plaza,

es la fuente.”

 

 

Tomado de:

https://ficciondelarazon.org/2015/11/30/hussein-habasch-11-poemas/

 

 

El uno mismo

Me dijo:

Tú y ella sois gemelos

Le dije:

No somos gemelos, ni nada

somos

el uno mismo.

 

 

Patria para ti

Miro las maderas

Y recuerdo los árboles

Miro las aves

Y recuerdo el volar

Miro el cielo

Y recuerdo la lluvia

Miro los trenes

Y recuero el viaje

Te miro

Y recuerdo los árboles

El vuelo

La lluvia

Y el viaje

Y luego te construyo

De las maderas, un lecho

De las aves, alas

Del cielo, una sabana

Y de los trenes

Una patria.

 

 

Como si fuera tú

 

Como si fueras una vela

yo tu cerilla

y te enciendo.

 

Como si fueras dos palomas

yo una serpiente

y muerdo los picos de tus pezones.

 

Como si fueras la cúpula de un palacio gigante,

 yo tu bandera

y ondeo por ti.

 

Como si fueras la inventora del azúcar

 yo el diabético por tu dulzura.

 

Como si fueras unos pendientes

en las orejas del viento

y yo el heredero de unos atletas

corro detrás del viento,

el viento.

 

Como si fueras la ligera del agua

y yo el río

acompañando la arena hacia ti.

 

 

 

Como si fueras fuego apagado

y yo tu llama...

 

Como si fueras tú

Como si fuera tú.

 

 

Dos Amantes

 

 

Éramos dos

Solamente dos

Cruzamos el umbral

De nuestra vieja ciudad...

Uno se llamaba (Gimshid)

Y el otro era (Memm) [1]

Uno buscaba

Casa,

Patria

Y jardín.

El otro busca

Una mujer,

Labios

y tantos besos.

 

Pero la ciudad nos echa

No echa

Con su azote de balas.

allí lejos,

       bastante lejos.

 

 

Abrazo

Tú eres el árbol y yo el hacha

Tú el sol y yo la luna

Tú el jardín y yo el vagabundo

¿Por qué no vienes?

¿Por qué no nos conciliamos?

 

Yo soy el árbol y tú el hacha

Yo el sol y tú la luna

Yo el jardín y tú la vagabunda

¿Por qué no voy a ti?

¿Por qué no nos abrazamos?

 

 

La escalera de la vida

 

Aquellos que sus palabras sin narices

Y sus cabezas sin agujeros,

Aquellos que sus dientes se muerden

Todo,

Excepto sus torpes lenguas

Aquellos que sus barbillas se mueven

Como el péndulo

De la mañana hasta el amanecer,

Aquellos que se caen

En la trampa

Y se comunican

Por gestos o hombros,

Aquellos...

Que solamente disfrutan

Sobre las escaleras de la vida.

 


1

Este nombre como los demás mencionados en este poema, son poetas iraquíes, árabes y occidentales conocidos.

Dos personajes míticos de una epopeya kurda.

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/84_85/habasch.html

 

 

UNA FLOR A LA VIDA

 

Nuestra demencia nos lleva a dibujar

Nuestra demencia nos lleva a escribir

Nuestra demencia nos lleva a ordenar cada día,

una flor para la vida

Nuestra demencia nunca ganará, amor

Su demencia los lleva a pelear

Su demencia los lleva a matar

Su demencia los lleva a tirar cada día

una bala al corazón de la vida

Su demencia ganará, amor

Perderemos, amor,

Yo sé.

Ellos ganarán.

Tú lo sabes

Sin embargo,

Dibujaremos, escribiremos y le daremos cada día

una flor a la vida.

 

 

Traducción de Ghadeer Abu-sneineh

 

 

POEMAS KURDOS TRISTES

 

Leo un triste poema kurdo

Ayer vi un pájaro

muerto en la calzada

Lo llevé suavemente en mi palma

que enrollé con la mano en forma de nido

Lo traje al cementerio

Lo enterré en una tumba pequeña

Hoy vi una rosa aplastada

Llevé sus pétalos arrancados suavemente

Los puse en la tumba del pájaro.

Probablemente, continuaré

leyendo los poemas tristes.

 

 

Traducción de Ghadeer Abu-sneineh

 

 

MANADA DE CIERVOS MUEREN DE SED

 

Dejamos a nuestras espaldas una manada de ciervos muertos de sed.

Inventamos cuentos,

volteamos las caras a los exilios lejanos detrás de

los mares,

olimos la alienación que se familiarizó con

nosotros,

olvidamos las flores de nuestro primer amor, allá,

en los orificios de los árboles,

y ya no recordamos los tendederos que extrañan nuestras ropas,

ya no repetimos la cariñosa palabra “Madre”.

Nos resecamos,

saquearon nuestras fuentes

en las mesas de la jurisdicción,

nos dolieron las cartas,

no son cartas de familia o amigos,

ya no nos gusta el “buenos días”,

ya no nos gustan los carteros:

Dejamos a nuestras espaldas una manada de

ciervos muertos de sed.

Nos tocó la herrumbre

y no advertimos que habíamos fallado en la mitad

de nuestra edad,

que descendemos a la ausencia y nuestras almas se mezclaron con el hambre y el vacío.

¿Algún día nos extrañarán los pájaros

que dejamos allá?

¿Extrañaremos la necedad de la infancia?

¿Extrañaremos nuestras familias y la imagen de la hermana mayor?

Ya no estoy seguro

Ya no sé de dónde viene esta pereza en nuestros

huesos

Ya no estoy seguro de nada

Porque dejamos detrás de nuestras espaldas,

una manada de ciervos que mueren de sed.

 

 

Traducción de Ghadeer Abu-sneineh

Tomado de:

https://revistaanestesia.com/cuatro-poemas-de-hussein-habasch/



[1] Personajes míticos de una epopeya kurda.

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