Ten paciencia con tu destierro
Ten cuidado con la muerte
Y no digas que bello es morirse
Y que es más tierno que el destierro,
solamente la muerte sabe que es vil
y deprimente, su presencia.
Piensa en ti
Y da gracias a tus días de exilio
ya que sus días siguen en marcha
Y su sol te resplandece.
¡Ten paciencia con tu destierro!
Desilusión
No tengo patria para dibujar sobre sus paredes
con una tiza de la infancia: ¡Que Viva!
No tengo patria que haya que aguantar cada mañana
tomando mi taza de café,
mientras me pule el sol.
No tengo patria, que me otorgue su pulmón
y yo le otorgue el mío
ser su ruido y mía sea la voz
seré el travieso, el malévolo, el rebelde y el arduo
y seré el sabio, el intuitivo, el piadoso y el gran
corazón.
No tengo patria para escribir
sobre el cobre de una de sus casas:
bienvenidos amigos,
esta es la casa de Hussein Habasch.
No tengo patria donde me emborrache en sus tabernas
hasta el último aliento de la noche,
vagabundeando en sus caminos,
y donde mi corazón sea su terreno,
me abrigue y la abrigue
la escuche y me escuche
como buenos amigos.
Pero no tengo patria…
Beethoven y los kurdos
Le veo triste
cuando le observo,
es Beethoven.
Los kurdos,
con sus pasos firmes
circulan en el centro de la ciudad
pero no curan la nostalgia.
Beethoven llora.
Observo el Rin
dividir la ciudad en dos bocados,
lo veo triste.
- ¿Acaso llora el Éufrates
mientras está triste?
Fuente
La madre amamanta a su niño
sus senos son la fuente.
La mujer otorga su amor sin nada a cambio
su corazón es la fuente.
El pájaro vuela en el horizonte
sus alas son la fuente.
La pluma baila sobre el papel
su tinta es la fuente.
“La cabeza del poeta se desploma
en medio de la plaza,
es la fuente.”
Tomado de:
https://ficciondelarazon.org/2015/11/30/hussein-habasch-11-poemas/
El uno mismo
Me dijo:
Tú y ella sois gemelos
Le dije:
No somos gemelos, ni nada
somos
el uno mismo.
Patria para ti
Miro las maderas
Y recuerdo los árboles
Miro las aves
Y recuerdo el volar
Miro el cielo
Y recuerdo la lluvia
Miro los trenes
Y recuero el viaje
Te miro
Y recuerdo los árboles
El vuelo
La lluvia
Y el viaje
Y luego te construyo
De las maderas, un lecho
De las aves, alas
Del cielo, una sabana
Y de los trenes
Una patria.
Como si fuera tú
Como si fueras una vela
yo tu cerilla
y te enciendo.
Como si fueras dos palomas
yo una serpiente
y muerdo los picos de tus pezones.
Como si fueras la cúpula de un palacio gigante,
yo tu bandera
y ondeo por ti.
Como si fueras la inventora del azúcar
yo el diabético
por tu dulzura.
Como si fueras unos pendientes
en las orejas del viento
y yo el heredero de unos atletas
corro detrás del viento,
el viento.
Como si fueras la ligera del agua
y yo el río
acompañando la arena hacia ti.
Como si fueras fuego apagado
y yo tu llama...
Como si fueras tú
Como si fuera tú.
Dos Amantes
Éramos dos
Solamente dos
Cruzamos el umbral
De nuestra vieja ciudad...
Uno se llamaba (Gimshid)
Y el otro era (Memm) [1]
Uno buscaba
Casa,
Patria
Y jardín.
El otro busca
Una mujer,
Labios
y tantos besos.
Pero la ciudad nos echa
No echa
Con su azote de balas.
allí lejos,
bastante
lejos.
Abrazo
Tú eres el árbol y yo el hacha
Tú el sol y yo la luna
Tú el jardín y yo el vagabundo
¿Por qué no vienes?
¿Por qué no nos conciliamos?
Yo soy el árbol y tú el hacha
Yo el sol y tú la luna
Yo el jardín y tú la vagabunda
¿Por qué no voy a ti?
¿Por qué no nos abrazamos?
La escalera de la vida
Aquellos que sus palabras sin narices
Y sus cabezas sin agujeros,
Aquellos que sus dientes se muerden
Todo,
Excepto sus torpes lenguas
Aquellos que sus barbillas se mueven
Como el péndulo
De la mañana hasta el amanecer,
Aquellos que se caen
En la trampa
Y se comunican
Por gestos o hombros,
Aquellos...
Que solamente disfrutan
Sobre las escaleras de la vida.
1
Este nombre como los demás mencionados en este poema,
son poetas iraquíes, árabes y occidentales conocidos.
Dos personajes míticos de una epopeya kurda.
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/84_85/habasch.html
UNA FLOR A LA VIDA
Nuestra demencia nos lleva a dibujar
Nuestra demencia nos lleva a escribir
Nuestra demencia nos lleva a ordenar cada día,
una flor para la vida
Nuestra demencia nunca ganará, amor
Su demencia los lleva a pelear
Su demencia los lleva a matar
Su demencia los lleva a tirar cada día
una bala al corazón de la vida
Su demencia ganará, amor
Perderemos, amor,
Yo sé.
Ellos ganarán.
Tú lo sabes
Sin embargo,
Dibujaremos, escribiremos y le daremos cada día
una flor a la vida.
Traducción
de Ghadeer Abu-sneineh
POEMAS KURDOS TRISTES
Leo un triste poema kurdo
Ayer vi un pájaro
muerto en la calzada
Lo llevé suavemente en mi palma
que enrollé con la mano en forma de nido
Lo traje al cementerio
Lo enterré en una tumba pequeña
Hoy vi una rosa aplastada
Llevé sus pétalos arrancados suavemente
Los puse en la tumba del pájaro.
Probablemente, continuaré
leyendo los poemas tristes.
Traducción
de Ghadeer Abu-sneineh
MANADA DE CIERVOS MUEREN DE SED
Dejamos a nuestras espaldas una manada de ciervos
muertos de sed.
Inventamos cuentos,
volteamos las caras a los exilios lejanos detrás de
los mares,
olimos la alienación que se familiarizó con
nosotros,
olvidamos las flores de nuestro primer amor, allá,
en los orificios de los árboles,
y ya no recordamos los tendederos que extrañan nuestras
ropas,
ya no repetimos la cariñosa palabra “Madre”.
Nos resecamos,
saquearon nuestras fuentes
en las mesas de la jurisdicción,
nos dolieron las cartas,
no son cartas de familia o amigos,
ya no nos gusta el “buenos días”,
ya no nos gustan los carteros:
Dejamos a nuestras espaldas una manada de
ciervos muertos de sed.
Nos tocó la herrumbre
y no advertimos que habíamos fallado en la mitad
de nuestra edad,
que descendemos a la ausencia y nuestras almas se
mezclaron con el hambre y el vacío.
¿Algún día nos extrañarán los pájaros
que dejamos allá?
¿Extrañaremos la necedad de la infancia?
¿Extrañaremos nuestras familias y la imagen de la
hermana mayor?
Ya no estoy seguro
Ya no sé de dónde viene esta pereza en nuestros
huesos
Ya no estoy seguro de nada
Porque dejamos detrás de nuestras espaldas,
una manada de ciervos que mueren de sed.
Traducción
de Ghadeer Abu-sneineh
Tomado de:
https://revistaanestesia.com/cuatro-poemas-de-hussein-habasch/

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