miércoles, 17 de septiembre de 2025

POEMAS DE HÉCTOR HERNÁNDEZ MONTECINOS - DESDE CHILE -


Hombres solos

 

Antes de que llegue la comida

en el lindo restaurante de Bogotá

un amigo me dice que está de duelo

es su hermano y su padre

luego seguimos hablando

pero yo pienso en ellos dos

como pienso en mi medio hermano

en mi padre y medio

y en toda la mitad de mi vida

que aparece cada vez despidiéndose.

 

¿Caminarán en silencio, llorarán a escondidas,

tomarán algo en algún boliche?

Hombres solos que deambulan por el mundo

sin que nadie repare en ellos

nos observan desde la vereda de enfrente

y cuando levantamos la mirada ya han partido

porque tampoco éramos nosotros.

 

Estamos de duelo

no cuando alguien muere

sino cuando morimos también con ellos

aunque transmigren o se esfumen

nos hablen en sueños o no

siempre se trata de lo que no dijimos

lo que no hicimos

lo que no supimos abrazar

cuando lo único valioso era sonreír

frente a las nubes y las estrellas

que son quienes ya no estarán al amanecer.

 

Tu padre y tu hermano

son también mi padre y mi hermano

y esta lluvia es lo que uno llora

cuando somos también hombres solos

sin que se pueda olvidar

la distancia que tenemos

con todo lo que no dejamos

los países a lo lejos

los amores al partir

la fe.

 

En una esquina un hombre

nos pide para comer

y ese pan es el corazón del mundo

hecho por las manos de otros hombres solos

que también para comer recorren la ciudad.

 

Camino de regreso al hotel

con los pies empapados

me acuesto en la cama

y se hace de noche sobre mí

las luces en el cerro me preguntan

¿quién eres? ¿cómo te llamas?

¿hasta cuándo huirás?

 

El niño que siempre soy sigue llorando

ya no es un hotel en la calle 74

sino mi padre en un verano

que me dice que vayamos al mar

mi hermano que me invita al cine

y les digo que no

que no quiero ir pero sí quiero

y tengo siglos de pena

porque el muerto fui yo para ellos

y nunca volví.

 

Hombres solos que deambulan por el mundo

sin que nadie repare en ellos

eso he hecho estos días

y la muerte quizá eso es

porque hay una belleza en partir

una belleza en renunciar

una belleza en dejarlo todo

pero también

una belleza en volver.

 

Estamos de duelo Jeff querido

por una sola razón

para que no volvamos a morir.

 

Bogotá, 14 de agosto, 2021

 

 

[Uno se olvida del cuerpo]

 

Cuando el milagro es la separación misma

Ana Blandiana

 

 

 

I

 

Uno se olvida del cuerpo

hasta que muere

ahí ya no hay confusión posible

entre los calzoncillos y las piernas

la camisa y el pecho abierto

sobre el que duerme

el animal imaginario

que es el espíritu.

 

 

 

II

 

También cuando se mira en el espejo

de un baño que mide décadas

y que tambalea como las cajitas

pues desde el más allá

el presente no es un regalo

sino un punto y medio

entre el agua y la gravedad

que uno mismo es.

 

 

 

III

 

En la oscuridad

el cuerpo y yo somos uno solo

un solo error

una sola diminuta persistencia

descuartizada e intermedia

como la lengua que intenta unir

la ley universal de las distancias

con la excepción que es tocarse el rostro.

 

 

 

IV

 

Las tripas sueñan

con otros mundos mejores que este

que efectivamente es uno por dentro

tirado en una cama

escuchándolas crujir

y es un canto

desde donde vienen hace millones de años

los hombres y el estiércol.

 

 

 

V

 

Irse de este mundo es volver

pregúntales a los átomos dónde.

 

 

 

VI

 

El plural siempre fue el engaño

lo presentíamos al contar las ovejas

del alfabeto que describe el infinito

como la soledad y las estrellas de esta noche.

 

 

 

VII

 

Finalmente olvidarse de todo es una bendición

que es lo que hace el universo

para comenzar de nuevo una y otra vez

sin mirar detrás del cuerpo que también fue.

 

 

 

Epílogo

 

Lo que se mueve caerá

como los días y las siglas

las masas y la inflación

el yo interior y el cosmos sideral.

 

Todo se perderá dentro de uno

las ciudades tendrán nombres de mascotas

los barcos flotarán sobre la tinta

las ventanas llorarán.

 

Buenas noches lindos ojos

casita de la luz

envidia de la nieve

fruto de los huesos.

 

Adiós muertos queridos

no hay ninguna diferencia

entre la posteridad

y la caca de palomas de la paz.

 

No le hagan caso a los fantasmas

siempre dicen lo mismo.

 

¿Oyeron eso?

 

Bogotá, 16 de agosto, 2021

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/hector-hernandez-montecinos-4/

 

 

LA HUIDA DE LOS BÁRBAROS

 

Alguna vez soñé con ustedes

en esas noches sin poder dormir

un país los veía recorriendo

conmigo a cuestas

en una silla de ruedas espiritual

bailando alrededor de cualquier accidente

para celebrar que la geografía

es una figura literaria pero al revés.

 

Éramos una caravana

tan hermosamente solitaria y triste

pero no nos descarriábamos del delirio

que significaban nuestras risas en fila

escuchándose sobre las aburridas olas

que repiten las mismas letras

hace millones de años.

 

Los muchachos estos

se hastiaron de los colores de sus patrias

y comenzaron a caminar sin rumbo fijo

de un día para otro

las familias se encogieron de brazos

viéndolos salir de sus casas

como hipnotizados por una noche

que no imaginaban.

 

Desde todas las ciudades

se iban sumando

agrandábamos nuestra pena

y no nos soltábamos de las manos

porque así era nuestro pacto:

la sangre que nos une será el gozo

de la buena voluntad

más allá de los géneros

los nombres y los espejos.

 

Todos sus órganos son ojos

con que mirar lo que sucede

y las películas que han visto

les parecerán parpadeos de la historia.

 

Mientras avanzábamos

yo pensaba en esas hordas de bárbaros

que miles de años atrás arrasaron

con el más grande imperio

ahora un grupo de muchachos camina

siguiendo las exhalaciones de la noche

y es dulcemente más terrible.

 

Entrábamos a los hediondos bares

y allí realizábamos ceremonias y alianzas

para no dejar de avanzar

pasábamos a los terminales a reírnos de los que creen

que se van o llegan a alguna parte

en las carreteras escribíamos los nombres

de las estrellas y constelaciones como la B 612

y en los puertos nos gustaba besarnos

con el perfume de la piel.

 

Las cordilleras saltábamos

con un solo pie

al igual que las ciudades incendiadas

por los que inventaron las cifras de la vergüenza

el mar bebíamos con vino

el pan era exquisito con tierra

las furiosamente hermosas noches

estaban llenas de signos y proyección.

 

Cantábamos al ritmo de nuestras lenguas

cada vez que se nos aparecía una incógnita en el camino

vaticinaba yo que si hubiese estado despierto

este sueño sería un poema

escribíamos todo lo que podíamos imaginar juntos

y nos olvidábamos de la antigua vida

de los golpes que inflamaron nuestros corazones

de lo exuberante que puede resultar la vanidad

del recuerdo de una mentira idéntica a la infancia.

 

Ese era el momento de las invocaciones

con las cuales los parques se llenaban

de luces en el cielo y cánticos

de los hospitales salían despavoridos

los que conocían los augurios que venían con nosotros

los buses repletos de carreteras se arrojaban al mar

y la vida humana parecía alguien más

en este último viaje.

 

A las universidades iban los besos

y los países de Latinoamérica

eran más que los planetas

su noche estaba más adelante que la luna

inclinada hacia las contradicciones

de todo lo que es pero no debe ser.

 

Estos muchachos

se arrancaban las cicatrices mutuamente

y a las discotecas iban a curar a los leprosos

esos que se escondían en lo oscuro

y que jamás recibieron una palabra de amor.

 

Nadie nos detuvo

y no llegamos a ningún imperio

muchas veces nos extraviamos

y volvimos a andar por los mismos caminos

pedregosos, áridos, difíciles

pero aun así

si estos muchachos volvieran a buscarme

en alguno de los siglos venideros

yo sería el primero en salir a la calle

y decir vamos

vámonos con nuestras penas a cuestas

porque si de algo se trata la literatura

es hacer de la vida un paraíso

un paraíso en llamas.

 

 

OTRA VEZ EL MAR

 

De prisa todo lo que morirá

de una enfermedad que no existe

más que en su distancia.

Desear es extrañar

y extrañar es imaginar

que cruzarás este límite

para la consagración que es el vino

en el templo de tu cuerpo

desnudo y dorado ante el sol

repitiendo el ciclo de la Tierra

que es venir e irse

en la sabana tropical

que son mis ojos ante ti.

 

Así los días

te volvieras a dejar caer como los astroso las esporas que son los astros

entre las carreteras

para aprender de nuevo

que nada importa más

que salir a flote y ser siempre otro.

 

Hay bonitas cortinas para desaparecer

de los recuerdos y la ropa sucia

de lo posible de una traición

pero he aquí una amistad de estar solos

festejando el mar y las piernas

las miradas y tu sonrisa radiante

que entonces sería también la mía.

 

Libros como yo

ansían ser tocados

por los dedos de un ángel

para arrodillarse ante la luz que brota

del centro de la Vía Láctea

donde envían poemas

quienes no han estado en noches como estas

enloquecidos de ternura

consternados de pasión.

 

Qué se parece a estas fantasías

más que el poema

que en todas sus ganas

se aproxima y se aleja

para que tú ocupes su lugar.

 

A veces me pregunto

en qué lengua juntos lloraríamos

hasta llegar al fondo

de nuestro corazón sin fondo

que no es otra cosa

que una pena que llora sangre.

 

Pasa la noche

pasa la vida y media

las primeras nubes y los autobuses

el mueble con las dos copas

espera el púrpura en los labios

que se besarán

al ritmo de las polillas

en una fiesta

que desaparecerá también

cuando tú y yo nos despidamos.

 

 

ANTES Y DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE, CUCARACHAS Y POESÍA

 

Esto de la poesía

me tiene mordiéndome la lengua

ante la muerte

para que no me vaya con ella.

 

Conozco cada uno de sus nervios

y los músculos que la sostienen sobre el mar

donde nadan las palabras

que son cada día más reales

aunque no tengan sombra

palabras que no beben agua

porque abren sus branquias para que les entre el cielo.

 

Tanto a los poetas y a los muertos

la tierra les resulta transparente como este océano

que tiene una infinita espiritualidad

es decir un alma que si existiera

sus ojos serían el cuerpo entero.

 

Las nubes posan su pie descomunal

en esta playa de Huanchaco

aquí es donde se enterrarán estos recuerdos muertos

que de la mano voy trayendo

para pensar en el día en que todo se acabe

y mis bolsillos terminen en la atmósfera.

 

Al escribir voy envejeciendo mi infancia

y lo veo en cada libro

en que uno como gato sólo dibujará ratones

para que las cucarachas se rían y digan “no moriré”;

sí, es triste el hecho de que toda esta historia

terminará en esta hoja de papel

con este dolorcito en el pecho

si es que mi corazón no fuera del tamaño de mí.

 

Nunca salir del infierno

esta es mi última esperanza

en la geografía hoy es domingo

y todo ha sido translúcido.

 

Donde sea que me pille la noche

me iré a volar con ella

enterraré mis manos en su espalda

para ver con mis propios ojos

atascados en sus cuencas

que mis huesos tienen miles de años.

 

Qué más quisiera yo que Dios se riera

y se olvidara de que todo esto se acabará

observo los meridianos y paralelos de la palma de mi mano

para pensar que entre nosotros

viven manadas de kilómetros

y entre ellos los suspiros extraviados

no correspondidos

que una noche de estas volverán como un grito ciego

para recordarme que mi cuerpo a cada momento

añora su pasado de cadáver.

 

Espero que baje la marea

y pienso en la aurora boreal que fue aquella vez juntos

digo aurora boreal para no decir

que fue demasiado bello para que durara más que esa noche;

en cada lágrima van resumidas decenas de poemas

y la sal del mar las atrae

quizá por eso esté aquí ahora

¿manyas?

 

En la noche el sol baja al mundo

y se esconde entre los hombres

que tendidos bajo las estrellas

se lo imaginan durmiendo detrás de las montañas

o en el fondo del mar

pero lo que no saben

es que el sol también es un cuerpo celeste solitario

porque no tiene un rostro a quien mentirle

las estrellas cotorrean toda la noche

y la luna les canta viejas melodías para que se duerman

yo al menos puedo escribir este poema

y esconderme en esta página en blanco

que sería como un agujero negro

si tuviera unas gafas negras

del tamaño del universo.

 

Nunca había imaginado un fuego tan invisible

para que se acabase todo esto

incluso la infancia que me da vueltas en la cabeza

no está perdida sino desencontrada

por eso mis hijos serán mis antepasados

y mi semen el charco de tinta de mis días violentos.

 

Creo que estos son los últimos versos de esta noche

y este abrazo a la distancia será el más fuerte de todos

recordando la vez que nos caímos del cielo

ojalá mi corazón tuviera párpados

para que más rato pudiera también soñar.

 

Sólo porque no te veo

es que puedo escribir estas líneas

y siento profundamente

que en todos los puertos del mundo

habrá un silencio por ti esta noche

mañana sólo quedarán cucarachas y este poema.

 

 

FOBÉTOR

 

Un parque de diversiones no es un parque y tampoco divierte

todos los resultados son obtenidos, los regalos son gratis

las sorpresas son inesperadas y postizas las pelucas

no hay destino que no sea final ni lava que no sea volcánica

en sí bajamos para abajo por el lenguaje

y nos hacemos sordos sobre lo que los caballos pisan en el asfalto.

 

Hace tiempo se decía que las cosas perdidas paraban en la luna

la pregunta es cómo llegaban allí

uno quería saber eso y muchas cosas más sobre los ovnis

pero la palabrería es un comercio 24/7 que atiende un señor de mala gana

los amantes esperan afuera para entrar a robar más verbos de los que ya tienen

y las señoras murmuran mutuamente murmullos sobre todo lo que se repite.

 

Si las personas tuvieran en la boca rabia de verdad

echarían el mundo abajo desde sus propias ventanas cada amanecer:

los sueños lo llenan todo y traen de regreso las imágenes

que uno ve cuando se duerme mirando las estrellas y no el techo.

 

Perdóname, Dios, por este poema tan pedante

con los pantalones abajo y la marea alta.

 

Hablo solo en mi casa sola

encamado en una silla y cobijado con un gorro

pensando en la lengua dentro de mi cabeza y la que está fuera de ella.

 

Bueno, hay plazas que son bonitas

y los resultados negativos casi siempre son positivos

los descuentos son buenos en el súper cualquier día de la semana

el pelo, los dientes, el culo no escatiman en gastos.

 

Uno se consuela de que los mares antes eran desiertos

y los cráteres, campings llenos de dinosaurios.

 

El mundo está dentro del idioma de uno

afuera hay solo palabras mal explicadas, mal dichas

mal entendidas y mal intencionadas;

lo que uno cree que conoce es en definitiva lo que conoció

y atrás queda todo lo que tiene nombre por suerte.

 

El universo está congelado y el planeta arde

esto demuestra que lo amargo no es tan solo la ciencia

que ciertamente jamás ha sido neutral.

 

No se me ocurre qué más antes de dormirme

debo buscar mejores maneras para conciliar los sueños

que pensar en el paisaje del fondo de pantalla de Windows

que es una fotografía que se tomó en el Valle de Napa en 1996.

 

En fin, escribir un poema es mirar desde otro libro

añorar otra familia e imaginarse en otra casa

la vida que a uno le tocó son las palabras con que podemos enunciarla

ni fu ni fa

por su parte las cosas abren y cierran los ojos cuando las miramos bien

yo les hablo, agradezco y hasta hago funerales a los cuadernos y lápices

es un modo de darle bombo a eso de que la vida es sueño: sí y no.

 

Listo.

Desenchufar las córneas de los códigos de barra

bajar las cortinas del teléfono.



Amanecer en la Manicomia

 

Acá las chicas oyen a las estrellas mexicanas

los chicos juegan a ser bovinos

pero todos

absolutamente todos

somos una santísima trinidad

 

No hay espejos hay noche

estrellas y aurora boreal

fenómenos celestes y cuerpos

tantas tantos

me estoy sintiendo

un puerco

un maldito puerco

un puerco

 

Nos decían Las Tres Marías

María Thalía

María Lynda

María Paulina Rubio

estamos en la noche

pudriéndonos de risa

 

En este preciso momento

estará la María Paulina Rubio

contándole a los del sector B

las Cuatro Nobles Verdades

sobre la Enfermedad del Amanecer

 

No me miren a mí

es la santidad de mi vulva la que los hace felices

y les da vida eterna

no yo

la zorrita

la Divina

 

Tirarle una molotov a los milicos

es más fácil que hacerle una paraguaya

a un viejo con 120 kilos de pesadumbre

 

Quiero que la vagina de la Divina

esté pintada en todos los frescos

de las catedrales del mundo

 

Me llamo María Paulina Rubio

no Luis Antonio Vázquez Vázquez

nací en el cielo de tenochtitlán

no en una población perdida de lota

No me mires nunca a los ojos hueón culiao

 

A mi mamita le dijeron

que hay que extirpar el cáncer de raíz

y mataron a su hijo izquierdo

yo me salvé porque era una estrella

 

Yo no me llamo Walter González Soto

aparezco en la noche como si fuera de televisión

me conocen por María Thalía

mi síndrome es fatal

 

Una vez me llevaron al estadio

en ese tiempo jugaban la locura y el odio

los hombres no pudieron gritarme pornografía

porque estaban siendo asesinados

yo me salvé porque era una estrella

 

Enfermo está mi culo

de tanto restregarme en las capillas

pidiendo por mi violador

 

Se me caen los dientes

me estoy poniendo negra y gorda

como esa santa mapuche borracha

que me recogió de la basura una vez

no la segunda

 

Tengo pena mucha pena

me estoy cayendo de raja al infierno

y esto es una maldita profecía

 

Padre nuestro

Padre mío

que estuviste en mi cama

porque mis sábanas fueron nubes

y en ellas ondeaba la sangre

de mi penetrante genealogía

que jamás ensuciado sea tu nombre

ni mi apellido

me llevaste a tu reino púbico

con tu cetro de sándalo condecoraste mi indecencia

hiciste mi voluntad la tuya

mis piernas y mi boca

me diste mi origen cada noche

sobre mi espalda

perdonaste mi estupidez

y no me dejaste caer en otras manos

que fueran ajenas

mi violador amado

mi rompedor de la piel

me liberaste de la infancia dolorosa

Padre nuestro

señor mío

a la edad de trece años me hiciste parte del Amanecer

El canto de las calaveras

 

Una lágrima de un muerto más otra

de un pájaro: así nacen los ríos en el cielo.

 

Los ríos:

llenos de aire. Las lágrimas de un muerto:

sin ninguna pendiente. Fría y horizontal.

 

Muchos ríos son un país

verde y blanco como flores y libros

que nacen en el fondo del mar.

 

Un poeta vende violines por vanidad

pero los violines son de cactus

y el desierto está lleno de ellos.

 

Mira: esos hombres esperan que de las carreteras

se vayan las moscas y las piedras

para hacer un templo

lleno de mendigos y sardinas en cuatro patas

con zapatos feos.

 

Entran los vasallos y las damas

transformados en palomas y palindromas,

sonríen ante la fotografía

del canto de una calavera.

 

Garganta seca: sin palabras

pedacitos de va, astillas de ob

sílabas enteras pero impares: el viento.

 

Dijo: los muertos son de piedra

como sus lágrimas en el fondo del río.

 

Dicen: nunca se detiene

el polvo,

piedra y río muertos.

 

Parecen vacas las que beben

leche de ese hígado

que duele como chile con rencor. Pero uno

siempre derrama, problemas de pulso.

 

Síntesis: dos muchachos se sacan

la máscara, marinero y náufrago,

como una reescritura

que terminará hundiéndose igual ¡cuidado!

 

Un par de estrellas negras desaparecen

en la noche y los borrachos del cabaret

son su coro.

Tú de mí

 

Vámonos a mi casa

me dijo mi niño

y mientras cantábamos todas

las islas del archipiélago

bailaban junto a nosotros

Llegamos a su ciudad

y mi niño la

convirtió en un libro

para mí Yo por

vez primera era feliz

y quería que el

tiempo se acabase para

siempre Íbamos de la

mano y besándonos por

toda la comarca y

los imbéciles de turno

nos miraban muertos de

envidia porque nuestros nombres

estaban escritos en el

mismo cielo al que

ellos pedían perdón Pisamos

todas las calles de

la ciudad y ellas

nos pisaron a nosotros

y nos sentimos perdidos

de tan felices de

estarlo gritando Soñé Soñé

y la pasión explotaba

en nuestros oídos y

sangramos de loco amor

y nos abrazamos como

si fuéramos los mismos

brazos y nos besamos

como si fuéramos la

misma boca frente a

los estupefactos rostros del

siglo pasado Estuvimos allí

donde los locos caminan

sobre los árboles y

los árboles se ponían

azules de felicidad por

nosotros Estuve contigo y

tu ciudad se nos

ofreció para descuartizarla entera

y los miembros se

esparcieron por dentro de

nuestros cuerpos como regalo

por ser tu cumpleaños

y también el mío

porque nacimos juntos solamente

por una razón Amarnos

mientras exista la literatura

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/hector-hernandez-montecinos/

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