lunes, 30 de mayo de 2016

Poemas de Hans Magnus Enzensberg


(Alemania, 1929)

Defensa de los Lobos contra los Corderos


¿queréis que los buitres devoren nomeolvides?
¿del chacal qué cosa pretendéis,
Que se despoje de su piel, y del lobo:
debe arrancarse por sí mismo los colmillos?
¿qué os disgusta tanto
de comisarios y pontífices?
¿qué miráis boquiabiertos
en la mentirosa pantalla del televisor?
¿quién le cose al mariscal
la franja de sangre en los pantalones?
¿quién le trinca el capón al usurero?
¿quién se cuelga orgulloso del ombligo gruñón
esas cruces de lata? ¿quién
coge la propina, la moneda de plata,
el óbolo del silencio?
muchos son los robados, y pocos los ladrones.
pero ¿quién los aplaude? ¿quién
los condecora y distingue? ¿quién
está hambriento de mentiras?
contemplaos al espejo: cobardes
que os asusta la verdad fatigosa
y os repugna aprender
y encomendáis a los lobos la función de pensar.
un anillo en la nariz es vuestra joya predilecta.
para vosotros ningún engaño es lo bastante estúpido,
ningún consuelo demasiado barato,
ningún chantaje demasiado blando.
comparados a vosotros, corderos
que mutuamente enceguecéis
son fraternales las cornejas.
entre los lobos reina la hermandad:
siempre van en manadas.
alabados sean los ladrones: vosotros
invitándolos a la violación,
os echáis en las comas podridas
de la obediencia, y mentís
incluso gimoteando. lo que deseáis
es que os devoren. Vosotros
no cambiaréis el mundo.


a un hombre en el tranvía

¿para qué? no quiero saber nada de ti, hombre 
con ojos acuosos, con la cabeza llena de
grasa y paja, el portafolio repleto de queso no, 
no me importas nada, no hueles bien,
abundan demasiado, en las cajas de escalera tu mirada
detrás de las taquillas está en todas partes delante de los cines,
 como un espejo embadurnado con blanco de españa 
y también tu (iah, pero nunca con odio!) me evitas
Volviéndote a los muebles de nogal, a sofía loren,
regresas a casa lleno de sudor, lleno de ciclamen 
alpino y pañales. 

                          ¿qué sabes tú 
de como huele el mundo, como remonta el salmón 
en laponia, el perfume de la scala, 
el suave polvo, mi viejo lucrecio 
con notas marginales de la mano de diderot, 
del amor en un barco entre las cañas: 
es inútil que se disponga para ti, el mundo: 
desierto y filigrana, lo que es puro, todo en vano
y la cólera, el placer y las fatigas
y sin embargo veo en el ascensor, en los 
escaparates tu cara, aún rosada, 
pero pronto vendrán las bolsas debajo de los ojos, vendrá
la calcificación y los rencores, el hígado 
devorado por el aguardiente y la seguridad 
de la parte perdida, y veo cicatrices 
aue tú no ves. eczemas. esperma 
y sangre, y veo el crimen en tu 
ojo, en el tranvía, frente a mí. 

te metes en mis versos, 
te escurres entre mis sueños, y desde luego 
apestas a col, a cobarde y a dinero, a marido moroso, 
a agua de fregar, a testículos sumisos: pero ya es demasiado lo que veo, ¿qué hacer 
para alejarte de mi mesa? tendré que compartir 
contigo los céspedes y bancos, tenerte 
sobre mí en los coches camas, habitar contigo 
mi apacible jornada, mi semana serena.

lo sé muy bien. lo sé: 
cualquier día te matará uno de los tuyos, 
pero antes de que la muerte te limpie con su estiércol, tú 
matarás a un hombre en el ascensor, a uno como tú 
en el tranvía, a tientas, o acaso a mí, 
que no puedo sentirte, a mí que sé, 
que veo tu mano ya manchada, 
y donde nace tu frente, el crimen.

por eso pienso en ti antes de dormirme 
en este cuarto de hotel frente al cine, y veo 
por primera vez como te ajustas el cinturón y por 
primera vez sonar los tacones, y veo, un poco más tarde, como 
empuñas la pistola y golpeas con la culata 
en mi puerta, y por eso, y porque no puedo oirte, y porque 
me sobrevivirás apenas un día, 
pienso en tí, hermano inmundo. 

casa aislada 

                                      a günter eich
cuando me despierto
la casa está en silencio.
sólo se oyen los pájaros.
por la ventana no veo
a nadie. ningún

camino pasa por aquí.
ningún hilo en el cielo
ningún cable por tierra.
todo cuanto está vivo
reposa bajo el hacha.

pongo agua al fuego.
corto mi pan.
hago girar inquieto
el botón rojo
de mi pequeño transistor.

crisis del caribe... lava blanco
más blanco que el blanco...
listos a responder a la agresión...
that' s the way i love you...
fuerte alza de valores metalúrgicos...»

no cojo el hacha
no rompo el aparato.
y es la voz del terror que me serena,
que me dice:
aún estamos con vida.

la casa está en silencio.
yo ni siquiera sé cómo tender las trampas
o hacerme un hacha de pedernal
cuando la última cuchilla
se habrá enmohecido.



la m...


oigo constantemente hablar de ella
como si fuera la culpable de todo;
pero observen qué suave y decidida
ella viene a sentarse debajo de nosotros
¿por qué entonces mancharle
su buen nombre
y prodigárselo
al presidente de los ee.uu.
a la guerra, a los policías,
 a los capitalistas?

¡qué transitoria es ella,
pero qué permanente
todo cuanto cubrimos con su nombre!
he llegado a creer
que estamos explotando
a esta pacífica condescendiente.
si la hemos estrujado y exprimido
¿sería ahora el turno de ella
de exprimimos la rabia?
acaso no nos ha confortado?

suave de consistencia
y singularmente no violenta
ella es sin duda de todas las obras del hombre
la más pacífica.

¿en realidad qué nos ha hecho ella ?

1970




ráfagas


hay palabras
ligeras
como semillas de álamo

se levantan
llevadas por el viento
y vuelven a caer

difícil agarrarlas
porque se van muy lejos
como semillas de álamo

hay palabras
que más tarde quizás
removerán la tierra

proyectarán tal vez alguna sombra
una sombra delgada
o tal vez no

1962

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla






separación


deja que se haga trizas
el cielo entre tú y yo,
que se haga trizas la bandera blanca
con que nos envolvimos en el sueño
suavemente injertados uno al otro
echando hojas futuras.

pero el lunes llegó.

quiero que llegue un viento
a borrar la verde memoria
de las coronas
y que llegue una nieve
y que se pierda el humo
encima de la casa
y que el cielo vomite
frías cenizas pacientes
y haga girar en torno a tu cabeza
y envuelva lentamente a la mía
esta nieve hecha trizas.

1958
De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla




De "Los elíxires de la ciencia" 2002



Conversaciones cada vez más cortas


«Bienaventurado aquel que no anduvo
en consejo de los sin Dios...»Â¹
Cámbiese con tacto el tema.

«El sentido de la vida...»
¡Penoso desliz!

«Se trata de revolucionar todas las condiciones
en las que el hombre
es un ser humillado...»Â²
Todos bostezan, se molestan, ríen.

Contra eso genomas a la medida,
inmortalidad en el disco duro-
¡Oh ciencia! ¡Éxtasis! ¡Eutanasia!
¡Somníferos que hacen milagros,
cuando el curso va al sótano!

¹ Salmos I. (N. del T)
² Karl Marx, Critica de la filosofta del derecho hegeliana, 1844. (N. del T)

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón






Instituto de investigaciones


Oh, profetas de espaldas al mar,
de espaldas al presente, oh, hechiceros
que observáis plácidamente el futuro,
oh, chamanes eternamente
recostados en la borda,
¡basta hojear un libro de bolsillo
para descubrir vuestros misterios!

Leyendo huesos, estrellas, ruinas, entrañas,
para beneficio público, todo lo que ha sido
y todo lo que será, ¡oh, ciencia!,
bendita seas tú y los rayos de luz que nos ofreces,
mitad alarde y mitad estadísticas: tasas
de mortalidad, límites de suministro de fondos,
la creciente entropía...

¡Adelante! Todas esas iluminaciones
del color del azufre son mejores que nada,
nos mantienen felices en las noches sofocantes
del verano: impresos sacados de la computadora,
muestreos, excavaciones, confidencias
basadas en el método de Delfos... ¡bravo!
¡Bendito sea lo provisional!
Por el momento queda bastante agua fresca,
la piel respira aún expectante,
se crispa tu piel, mi piel, incluso la vuestra,
nigromantes leñosos, respirad aún,
pese a la cuestión de la cátedra titular,
a las notas y las pirámides de empleo,
por ahora el final (una interminable catástrofe natural,
finamente repartida) no es aún definitiva,
¡vaya consuelo!

De ahí, mis queridos cómplices, que,
en tanto se pronostican icebergs frente a Terranova
y tormentas de verano en los cielos sulfúreos
de Europa Central, es mejor que abandonéis
vuestros institutos durante el fin de semana. Corred
a salvar la vida, o un pedazo de ella, algo interino,
sea cual fuere su significado, hasta el lunes;
incluso en el caso de que esta forma de actuar
no resulte conveniente
como base de vuestras predicciones.

Oh, amigos siempre sedientos de sabiduría,
qué lástima me dais, descansando en vuestras dachas,
en vuestras cabañas irlandesas, o en la isla de Korcula,
de espaldas al mar,
apagando plácidamente vuestros cerebros.
¡Adelante, y que vuestra antorcha nunca se apague
durante el juego de ping-pong! Os bendigo.
 

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
 Traducción de Heberto Padilla,
 con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger
 y Michael Faber-Kaiser

 






Lo definitivo sobre cuestiones de certeza

Hay enunciados.
Hay enunciados que son verdaderos.
Hay enunciados que no son verdaderos.
Hay enunciados en los que no se puede decidir
si son verdaderos o falsos.
Hay enunciados en los que no se puede decidir
si el enunciado que no se puede decidir
si es verdadero o no,
es verdadero o no,
etc.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón






Lo falso

Un amigo mío, Berlín Este, Leipziger Straβe,
Deutsche Akademie, hace poco que ha abierto
a la ciencia un campo absolutamente nuevo:
la lingüística de los errores. Sí,
ahí hay mucho que hacer.

Como profano no me puedo permitir ninguna valoración,
pero tengo la impresión
de que las faltas se multiplican:
ratones blancos, albinos con ojos rojos,
que trepan unos encima de otros,
sobre sillones y camas
y cada vez arrojan más ratones blancos.

Conversaciones en la ventanilla del banco,
opiniones sobre la banda de los cuatro,
líneas de conducta para el futuro del género humano.
Falsa conciencia, dicen los filósofos.
Si fuera sólo eso.

Frenar o acelerar,
pantalones con o sin dobladillos,
tu moral o la mía.
Quien se cree en derecho
ya está condenado.

Liberarse paleando de una montaña
de cada vez más mohosas palas,
con las puras manos -temo
que no tiene sentido. Todo al revés,
probablemente también esta frase.

Cuando se escuchan un tiempo
las propias palabras,
cómo zumban en la propia cabeza -
uno desea apretar los ojos
como un niño pequeño,
cerrarse los oídos
y sobre todo no decir nada más.
Pero esto sería falso.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón






Lo simple que es difícil de inventar


¿Nada tengo en contra del microprocesador,
pero cómo estaríamos sin agua?
¿Qué es una sonda de Júpiter
comparada con el cerebro de una mosca?
¡Cómo se esfuerzan
esos ratones de laboratorio con la clonación!
Mucho mejor es follar.
¡Y el diente de león sobre todo,
cómo se lo monta: graciosa
elegancia insuperable!
Nunca en la vida,
queridos premios Nobel,
reconocedlo,
habríais inventado nada así.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón






Modelo para una teoría del conocimiento


Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice...
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta,
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.
Es una caja
que sólo existe
en tu imaginación.
Una caja perfectamente vacía.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Traducción de Heberto Padilla,
con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger
y Michael Faber-Kaiser






Oda a nadie


Tu corazón humeante es testigo,
único rey, al viento
tu mirada a causa de la pena.
Eres el compañero del encantamiento,
esclarecido por muchos desiertos,
coronado por la desobediencia.
No estás moldeado por el tiempo,
ni salpicada de ceniza
está tu frente fiel.

Eres un espíritu sin lacra,
tu silueta es imponente,
eras, antes, más perfecto
que la raya grande y flotante,
más ungido, en tu brillo,
a mano con la muerte, rey.

Pero no te encuentras ni lejos ni temprano
o tarde, estás aquí.
Tu mirada recta cae
como nieve hecha de aire
y habita en arsenales,
va más allá de los observatorios
a las oficinas polvorientas de objetos perdidos, reposa
en mojados sótanos de cemento,
donde gritan de júbilo los asesinos, cae
sobre trombosis y mechas,
chasquea en los mataderos
y en las retorcidas refinerías
donde el gas hilarante se quema despacio, descansa
en las intrigas de las compañías de navegación
y roza los cometas,
los carcinomas de las altas finanzas,
descansa en las murallas del poder,
tras las cuales los capitales
laten a muerte, y las asedia,
hasta que tu mirada estremecida
frente al cielo, enmohecido
por paracaídas, cae.

Desconocida paseas,
hermosa Bö, de noche,
por Plaza España.
Tu reino regresa a ti,
cazador oculto, cristalino.
En tu magnanimidad,
igual que el inocente espárrago,
tu viva imagen, capturarás,
olvidarás el capital suscripto.

¡Tuyas son la fama y la venganza,
roca nunca importunada, compañero
del encantamiento, testigo secreto
y único! Tu pelo de viento
tu mirada constante se despliega
sobre tu viejo futuro reino,
y preserva en el humo
lo verdadero, en el viento.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de 
de Heberto Padilla




Del bachillerato superior


no leas odas, hijo mío, sino guías de ferrocarriles:
son más exactas, despliega las cartas marinas
antes de que sea tarde, abre el ojo, no cantes.
ha de llegar el día en que vuelvan a clavar listas en las
            puertas
y a señalar con marcas en el pecho a quienes digan
            que no.
aprende a pasar desapercibido, aprende, mejor que yo,
a cambiar de barrio, de pasaporte, de cara.
adiéstrate en la pequeña traición,
en la sórdida salvación de cada día. Las encíclicas
son buenas para encender el fuego;
los manifiestos, para envolver mantequilla y sal
para los menesterosos. serán necesarias saña y paciencia
para insuflar en los pulmones del poder
el polvillo letal, molido
por quienes hayan aprendido mucho
Y sean exactos, por ti.

Mala memoria


En nuestros debates, compañeros,
tengo a veces la sensación
de que hemos olvidado algo.
No es el enemigo.
No es la línea de conducta.
No es el objetivo final.
No figura en el «Curso breve».

Si no lo hubiéramos sabido nunca
no habría lucha.
No me preguntéis qué es.
No sé cómo se llama.
Lo único que sé
es que hemos olvidado
lo más importante.

Declaración de pérdidas


Perder el pelo, perder la calma,
¿me explico?, perder el tiempo,
librar una batalla perdida,
perder peso y esplendor, perdón, no importa,
perder puntos, déjame terminar de una vez,
perder la sangre, perder al padre y a la madre,
perder el corazón, hace tiempo perdido
en Heidelberg, y ahora otra vez,
sin parpadear, el encanto de la
novedad, olvídalo, perder los
derechos civiles, me doy cuenta,
perder la cabeza, por favor,
si no puede evitarse,
perder el Paraíso Perdido, y qué más,
el empleo, al Hijo Pródigo,
perder la cara, que le vaya bien,
dos Guerras Mundiales, una muela,
tres kilos de sobrepeso,
perder, perder, y volver a perder, hasta
las ilusiones perdidas hace tanto tiempo,
y qué, no desperdiciemos una palabra más
en la tarea perdida del amor, digo que no,
perder de vista la vista perdida,
la virginidad, qué lástima, las llaves,
qué lástima, perderse en la multitud,
perderse en las ideas, déjame terminar,
perder la mente, el último céntimo,
no importa, termino en un momento,
las causas perdidas, toda sensación de bochorno,
todo, golpe a golpe,
¡ay!, hasta el hilo del relato,
el carnet de conducir, las ganas.
(…)

Canto V

Tomad lo que os han quitado,
tomad a la fuerza lo que siempre ha sido vuestro,
gritó, congelándose en su ajustada chaqueta,
su pelo ondeando bajo el pescante,
soy uno de vosotros, gritó,
¿qué esperáis? Este es el momento,
echad abajo las barandas,
tirad a esos degenerados por la borda
con todos sus baúles, perros, lacayos,
mujeres, y hasta niños,
usad la fuerza bruta, los cuchillos, las manos.
Y les mostró el cuchillo,
y les mostró las manos desnudas.
Pero los pasajeros del entrepuente,
emigrantes, todos a oscuras,
se quitaron las gorras
y lo escucharon en silencio.
¿Cuándo tomaréis la venganza,
si no ahora? ¿O es que no podéis
soportar ver sangre?
¿Y la sangre de vuestros hijos?
¿Y la vuestra? Y se arañó la cara,
y se cortó las manos,
y les mostró la sangre.
Pero los pasajeros de entrepuente
lo escuchaban inmóviles.
No porque él no hablara lituano
(no lo hablaba), ni porque estuvieran ebrios
(hacía tiempo que habían vaciado
sus anticuadas botellas
envueltas en toscos pañuelos),
ni porque estuvieran hambrientos
(aunque estaban hambrientos):
Era otra cosa. Algo
difícil de explicar.
Entendían bien
lo que él decía, pero no lo
entendían a él. Sus frases
no eran las frases de ellos. Golpeados
por otros miedos y otras esperanzas,
aguardaban allí pacientemente
con sus bolsos, sus rosarios,
sus raquíticos hijos, recostados
en las barandas, dejaron
pasar a otros, prestándole atención
respetuosamente,
y esperaron hasta que se ahogaron.

Bifurcaciones

Todo lo que se ramifica,
se bifurca: delta, rayo, pulmón,
raíces, sinapsis, fractales,
árboles genealógicos y de decisiones;
todo lo que multiplica
y a la vez disminuye -
no hay quien lo comprenda,
ya demasiado complejo
para este miembro X
de una serie infinita
que a las espaldas
de aquel que en lugar de pensar
es pensado, se desarrolla,
se ramifica, se bifurca.


LOS MATEMÁTICOS


Raíces que no arraigan,
Aplicaciones para ojos cerrados,
gérmenes, árboles, pliegues, fibras:
el más blanco de todos los mundos
con sus haces, cortaduras y clausuras
es vuestra Tierra de Promisión.

Arrogantes os perdéis
en la infinitud no-numerable, en conjuntos
de vacíos, ralos, disjuntos
conjuntos en sí mismos acumulados y
conjuntos trascendentes, del más allá.

Conversaciones fantasmales
entre solteros:
el último teorema de Fermat,
al objeción de Zermelo,
el lema de Zorn.

Deslumbrados ya de niños
por frías dilucidaciones,
os habéis desentendido,
encogiendo los hombros,
de nuestros placeres sangrientos.

Pobres de palabras, tropezáis,
ensimismados,
impulsados por el ángel de la abstracción,
sobre campos de Galois y superficies de Riemann,
con el polvo de Cantor hasta las rodillas,
a través de los espacios de Hausdorff.

Entonces, a los cuarenta, os sentáis,
oh teólogos sin Jehová,
sin pelo y bien enfermos,
los trajes raídos,
ante el vacío escritorio,
quemados, oh Fibonacci,
oh Kummer, oh Gödel, oh Mandelbrot,
en el purgatorio de la recursión.




EL INVULNERABLE


En la ciencia de la abstención
ha llegado bien lejos.
Sanguinarios son los crímenes
que no cometió,
infinita la hueste de las faltas
que ha evitado.
Observaciones adecuadas,
muchachas no embarazadas
orlan su camino.
Su falta de olor
es vertiginosa,
su reputación
deja sin negocio a cualquier lavandería química,
es blanco, no estornuda,
nos bendice, está bendito.
Otras señales de vida
no son de temer
de su parte.
Sin verrugas desaparece
en su propia fotografía.




ALGUNAS VENTAJAS DE LA CIVILIZACIÓN


Viene de donde quiera que sea, por sí misma,
agua del grifo, curiosamente
transparente, maravillosamente fría,
también traen pasteles de semilla de adormidera,
distribuyen seguridades, de oro,
de goma, de cosas bobas, a discreción,
inteligentes, en las que te puedes envolver,
que puedes tragar, leer,
y se te construyen cajas
en las que viajas, vives, mueres.

Llamas simplemente, pagas,
y ya están ahí los bomberos, el placer,
lienzos cuelgan de las paredes,
partes pudendas se comparten,
la coca viene en pequeños cucuruchos.
Pronto llama el agente ejecutor,
se traen barrios de miseria,
toneladas de pienso para perros, pálidos
y numerosos como pétalos de las rosas de té
se despliegan los terrenos de ensueño.

Lo que tú necesitas, no necesitas,
está dispuesto, nirvanas
de todo tipo de precios, máscaras de odio,
hueso de amor, extras, mira,
se revuelcan ante ti
por el suelo, ya se enrosca
por tus venas el pellejo y
gracias Dios, para el caso
de los casos, te pueden
suministrar la estearina

y para mayor tacto en la misa de difuntos
la viola, la viola, la viola.


Otras razones para la mentira poetas 


Debido a que el momento 
en el que la palabra feliz 
es pronunciado, 
Nunca es el momento feliz. 
Debido a que muere de sed 
No pronunciado su sede 
Porque la boca de la clase obrera 
no hay una palabra de la clase trabajadora. 
Debido a que desespera 
Usted no tiene ningún deseo de decir: 
"Estoy desesperado." 
Debido a que el orgasmo y el orgasmo 
Ellos no son conciliables. 
Debido a que el morir en lugar de reclamar: 
"Me estoy muriendo" 
sólo deja de realizar un golpe 
que no entendemos. 
Porque están viviendo 
que dio a luz a los muertos 
con sus noticias catastróficas. 
Debido a que las palabras llegan demasiado tarde, 
o demasiado temprano 
¿Por lo tanto, es siempre otro, 
siempre hay otro 
hablando allí, 
y por esa 
que se habla 
no dice nada. 

(Traducción Kurt Scharf y Armindo Trevisan) 


SERMÓN DOMINGO DE ASTRONOMÍA 

Cuando la conversación gira en torno a nuestros males - 
el hambre, el asesinato, el asesinato, etc. - 
Garantizadas! Una casa de locos! 
Pero permítame 
advertencia, sin falsa modestia 
que a pesar de todo 
Es un planeta muy favorable 
esto, en la que nos encontramos, 

cenador de Rose uno, 
en comparación con Neptuno 
(Menos 212 grados centígrados, 
Velocidad del viento de más de 600 mph 
y una cometa metano 
en la atmósfera). 
Sólo para hacerle saber que en otros lugares 
Es mucho menos cómodo. 


Un ROSA TIERRA Cantiga 


Otro poema sobre la muerte, etc. - 
sin duda, pero ¿qué pasa con las patatas? 
Por razones obvias no se menciona 
por Horacio o de Homero, la patata. 
Y qué decir de Rilke y Mallarmé? 
Yo no les digo nada, patatas? 
Muy pocas palabras que riman 
con ella, la papa-rosa molida? 
No demasiado preocupado por el cielo. 
Espera con paciencia, patata, 
hasta arrastemos a la luz 
y el fuego atiremos. La patata 
No te importa, pero se puede 
es demasiado caliente para los poetas, la papa? 
Bueno, vamos a esperar un poco 
hasta que comemos, la patata, 
y cantar y luego olvidarse de nuevo. 


Partida de nacimiento

Cuando este bulto es lanzado al mundo
los pañales todavía ni tienen dobladillo
el cura toma la propina antes de bautizarlo
pues hace tiempo que dejó de fabular con sus fábulas
comuníquese y archívese
mientras el fórceps todavía atenaza su cráneo
el médico ya está comiéndose el pollito que él le costea
el comerciante saca el pagaré que gotea
tinta y sangre mientras brillan los sellos con ostentación
comuníquese y archívese
mientras berrea en la dulzona fetidez de la clínica
de la inspección del asesinato el charlatán
imprime sus pulgares debajo del contrato
está asegurado y malgastado
aún pesa poco es feo colorado y tierno
cuánto reditúa neto qué leyes lo rigen
qué se le enseña y qué se le oculta
el futuro está agotado y jodido
él es reprobado e indigno
cuando con manos arqueadas atrapa el aire aún extraño
ya han fijado cuánto pagará por leche y teléfono
la tarifa del gas cuando se asfixia en la cama gris
y el salario para la mujer que lo lavará después
él está registrado predestinado atrapado
cuando el bulto que ahí aúlla y berrea
llena la fosa, expulsa el rencor
despedaza fríamente lo que le armamos
describe el momento con escritura exacta
es traicionado y vendido.


Compensación

La palabra lucha nos viene ya grande
Nuestras pequeñas traiciones nos bastan
para seguir avanzando
casi sin esfuerzo
Victorias a montones
que acaban en una dulce derrota
¡La cama tiene tantas patas!
¿Quién sería capaz
de aserrarlas todas a un tiempo?
¡Tantas prebendas!
¿Quién se desprendería de ellas
de la noche a la mañana?
Entre somníferos y amfetaminas
todas esas diferencias
entre putas de izquierdas y de derechas
desbordan a veces
mi capacidad de discernimiento
La mayor tentación es quizá la de
acurrucarse y esconderse
donde no llegue la luz
La menor
leer la «Dialéctica negativa»
sin perder de vista el mercado de colocaciones.
Ser de tal manera bisojo
lo reputo agobiador
A veces pienso con toda modestia
que soy un cíclope
Entonces dejo que suene el teléfono
días enteros


tiempo libre



cortacésped, domingo
que decapita los segundos
y la hierba.

crece la hierba
sobre la hierba muerta
que creció sobre los muertos.

¡quién lo pudiera escuchar!

el cortacésped retumba,
acalla con su retumbo
a la hierba que grita.

el tiempo libre engorda.
nosotros mordemos pacientemente
la hierba fresca.


la alegría


ella no quiere que se le mencione
se niega a que la pongan en papel
no tolera profetas
es una extraña
pero yo la conozco bien

ella echará por tierra
todo lo establecido
no mentirá
siempre está peleando

sólo por ella estoy justificado
es mi única razón
mi razón de estado
y no me pertenece

ella es obstinada y extraña
yo la encierro
y la oculto
como un defecto

ella es una fugitiva
no es para compartirla
ni para guardarla para mí solo

yo no guardo nada para mí
con ellos comparto todo cuanto poseo
un día me abandonará

otros serán los que la encierren
hasta que emprenda bajo la noche
su largo vuelo hasta la victoria.

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