jueves, 12 de mayo de 2016

RECORDANDO A VIOLETA PARRA

(Chile, 1917 - 1967)


Son tus ojos



Son tus ojos los que busco 
son tus labios los que quiero 
ver sonreír. 
Pero ellos me son tan ingratos 
pero ellos se burlan de mí, 
es así.
Sólo quiero decirte un secreto
sólo quiero mi dicha expresar
sólo quiero cantar los cantares
me repiten las olas del mar.
El amor que tú me diste
yo lo conservo grabado,
en mi memoria
siempre estará.
Un recuerdo del alma te pido
no me olvides
no te olvidaré,
es así.
Sólo quiero decirte un secreto...

A mi casa llega un gato

A mi casa llega un gato,
pero es un gato decente,
pero es un gato decente.
Si yo le tomo la cola
al tiro muestra los dientes.
A mi casa llega un gato.
Este gato romano
que es medio cojo,
si lo tratan de cucho
se pone rojo.
Este gato romano
que es medio cojo.
Se pone rojo, sí,
bajo la parra.
No te juegues con gatos
que tienen garras.
¡Anda a cazar ratones
por los rincones!

Me gustan los estudiantes

Que vivan los estudiantes
Jardín de nuestra alegría
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.
Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría
Caramba y sambalacosa
¡qué viva la astronomía!
Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando le meten al oído
Sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
Igual que los elementos
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva lo experimento!
Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando le dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
Cuando se presenta el hecho
Caramba y sambalacosa
El código del derecho.
Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
Que come con amargura
Caramba y sambalacosa
¡Viva la literatura!
Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas
Con las banderas en alto
Va toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
Cirujanos y dentistas,
Caramba y sambalacosa
¡Vivan los especialistas!
Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.
Porque hasta cuando nos dura
Señores la penitencia
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva toda la ciencia!
¡Qué viva toda la ciencia!

Una naranja me dieron

Una naranja me dieron,
a mi dos me la quitaron,
entre tres la arrebataron,
cuatro por mí se opusieron,
cinco la vida rindieron,
seis por defender por ti,
siete veces conocí
que ocho desprecios me hicieron
nueve lazos me tendieron
diez años te he de querer.
Una flor te regalé,
dos por tenerte segura,
tres por gozar tu hermosura,
cuatro por tenerte fiel,
cinco veces fue la miel
de seis que te vine a ver,
siete son grandes placer
ocho besos que te di,
nueve cartas te escribí,
diez años te he de querer.
De una linda maravilla
dos claveles se enamoran,
tres flores del huerto lloran
cuatro flores de Castilla,
cinco lirios me acuadrillan
seis porque entregué esa flor,
siete están a mi favor,
ocho tengo a mi parte,
nueve veces por amarte
diez hortelanos de amor.
Uno de mi estimación
dos me lo quieren quitar,
tres salieron a pelear,
cuatro ganan con mi acción,
cinco me dan la razón,
seis quedaron sin conciencia,
siete me dan la sentencia,
ocho serán los motivos,
nueve me dieron castigo
diez veces en mi presencia.

Canción a los 17

Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.
Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta la dura cadena
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.
Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.
El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo sólo el cariño
lo vuelve puro y sincero.
De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

La jardinera


Para olvidarme de ti
Voy a cultivar la tierra,
En ella espero encontrar 
Remedio para mis penas.
Aquí plantaré el rosal
De las espinas más gruesas,
Tendré lista la corona
Para cuando en mí te mueras.


Para mi tristeza violeta azul,
Clavelina rosa pa´ mi pasión
Y para saber si me corresponde 
Deshojo un blanco manzanillón.
Si me quiere mucho, poquito, nada,
Tranquilo queda mi corazón.


Creciendo irán poco a poco
Lso alegres pensamientos
Cuando ya estés florecidos
Irá lejos tu recuerdo.
De la flor de la amapola
Seré su mejor amiga,
La pondré bajo de la almohada
Para dormirme tranquila.


Para mi tristeza violeta azul,
Clavelina rosa pa´ mi pasión
Y para saber si me corresponde 
Deshojo un blanco manzanillón.
Si me quiere mucho, poquito, nada,

Tranquilo queda mi corazón

Décimas (1): Pa’ cantar de un improviso (o Talento pa’ cantar)


Pa’ cantar de un improviso

se requiere buen talento, (1)
memoria y entendimiento,
fuerza de gallo castizo. (2)
Cual vendaval de granizos
han de florear los vocablos,
se ha de asombrar hast’ el diablo (3)
con muchas bellas razones, (4)
como en las conversaciones
entre San Peiro y San Pablo.

También, señores oyentes, (5)
se necesita estrumento,
muchísimos elementos
y compañero ’locuente;
ha de ser buen contendiente, (6)
conoce’or de l’historia.
Quisiera tener memoria
pa’ entablar un desafío,
pero no me da el sentí’o
pa’ finalizar con gloria.

Al hablar del estrumento
diríjome al guitarrón;
con su alambre y su bordón
su sonoro es un portento.
Cinco ordenanzas le cuento,
tres de a cinco, dos de a tres,
n’el clavijero a sus pies
l’entrasta’úra ’legante;
cuatro diablitos cantantes
debe su caja tener.

Y pa’ cantar a porfía
habrá que ser toca’ora,
arrogante la cantora
para seguir melodía,
galantizar alegría
mientras dure ’l contrapunto,
formar un bello conjunto,
responder con gran destreza:
yo veo que mi cabeza
no es capaz par’ este asunto.

Por fin, señores amables
que me prestáis atención,
me habéis hallado razón (7)
de hacerle quite a este sable.
Mas no quiero que s’entable
contra mí algún comentario,
pa’ cominillo en los diarios
sobran muchos condimentos.
No ha de faltarm’ el momento
que aprenda la del canario.

La paloma ingrata


Una paloma ingrata
su amante deja,
su amante deja,
por seguir a otro amante
que la aconseja,
que la aconseja.
Y le decía,
y le decía,
no quiero por más tiempo
tu compañía.
Sale el viudo palomo
cansado errante,
cansado errante,
y encuentra a la paloma
con nuevo amante,
con nuevo amante,
y a picotazos,
y a picotazos,
derriban al palomo
hecho pedazos.
El amante muy triste
y arrepentido,
y arrepentido,
le dice a la paloma,
los dos matamos
tu fiel marido.
Yo te abandono,
yo te abandono,
para que no me pase
lo que al palomo.
Salió la palomita
desesperada,
desesperada,
y al pasar por el bosque
quedó enredada,
quedó enredada,
y sin merced,
y sin merced,
murió la palomita
de hambre y de sed.
Jóvenes que me escucháis
la triste historia,
la triste historia,
no sigáis el ejemplo
de la paloma,
de la paloma,
que Dios castiga,
que Dios castiga,
aquellos que a su amante
quitan la vida.

Qué tanto será

Me fui gateando por una nube,

por una nube color café.
Como las nubes se mueven solas,
llegué a la Isla de Chiloé.

Me gusta en la vida, florido el rosal,

sus bellas espinas no me han de clavar,
y si una me clava, ¿qué tanto será?

Pasé por Lota de amanecida

con los primeros rayos del sol.
Miré p’abajo, diviso Penco,
que relumbraba como un crisol.

Vaya paseo, señores míos,

el que en mi nube me regalé.
Seguí camino, diviso un piño,
desde mi nube lo saludé.

Vuela que vuela en mi dulce nube,

de repentito se me taimó,
sacó un taladro con muchas puntas,
y to’a entera se perforó.

Me faltó tino pa’ equilibrarme

cuando mi nube empezó a llover.
Me agarré firme de los hilitos,
y como gata me descolgué.

Caí en la copa de una patagua,

por su ramaje me deslicé.
Salté en un charco de agüita clara,
y con el fresco me desperté.

Violeta Parra, 1966

El amor - (Violeta Parra - Luis Advis)


Mas, van pasando los años
las cosas son muy distintas
lo que fue vino hoy es tinta
lo que fue piel hoy es paño
lo que fue cierto hoy engaño.
Todo es penuria y quebranto
de las leyes yo me espanto
lo paso muy confundida
y es grande torpeza mía
buscar alivio en mi canto.

Los tiempos se van volando
y van cambiando las cosas.
Crecí en el trigo melosa
la siembra fue castigando
fue la cosecha mermando
la esperanza quedó trunca.
La gente no sabe nunca
lo que mañana la espera...
lo que mañana la espera
la gente no sabe nunca.

Entré al clavel del amor.
Cegada por sus colores
me ataron los resplandores
de tan preferida flor.
Ufano de mi pasión
dejó sangrando una herida
que lloro muy conmovida
en el huerto del olvido.
Clavel no ha correspondido.
¡Qué lágrimas tan perdidas!

La vida me da recelo
me espanta la indiferencia
la mano de la inclemencia
me ha echado este nudo ciego.

La fuerza me ha consumido
y me ha atormentado el alma
pa'mí lo que llaman calma
es vocablo sin sentido.

El sol reseca el barbecho
lo deja como la espina
me clava con negra inquina
si piso este duro lecho.

Camino por un momento
las calles a la sin rumbo
veo que estoy en el mundo
sin más que el alma en el cuerpo.

Miserias y alevosías
anudan mis pensamientos
entre las aguas y el viento
me pierdo en la lejanía.

No lloro yo por llorar
sino por hallar sosiego.
Mi llorar es como un ruego
que nadie quiere escuchar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario