domingo, 15 de enero de 2017

POEMAS DE GIACOMO LEOPARDI

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El gorrión solitario


Tú desde allí a la vista la parte superior de la torre antigua, 
O gorrión solitario, errante, has ido, 
Tu canción repitiendo hasta que termine el día, 
Y a través de este valle se ha extraviado la armonía. 
¿Cómo se goza de primavera en los campos alrededor, 
Y llena el aire con la luz, 
para que el corazón se funde a la vista! 
Escuche a los rebaños, las manadas balantes si-! 
En el contenido de dulce, las otras aves 
a través del cielo libre en círculos emulous rueda, 
en el puro disfrute de su tiempo feliz: 
Tú, pensativo, fijaste en la escena aparte, 
ni cuándo has tú de unirse a ellos en el Merry redonda; 
Compañero de juegos tímida, tú por la alegría has pequeño corazón; 
Y con tu música quejumbrosa, dost consumen 
Tanto del año, y de tu vida, la floración. 

Por desgracia, la cantidad de mis maneras 
se asemeja a la tuya! La risa y el deporte, 
que se llenan de alegría nuestros días de juventud, 
y ti, oh amor, que estás hermano de la juventud todavía, 
demasiado a menudo el suspiro amargo de los últimos años, 
no se preocupan por; No sé por qué, 
pero de ellos nunca mosca lejana: 
Aquí en mi lugar de origen, 
como si de raza extranjera, 
Mi fuente de la vida me gusta un pase ermitaño. 
Este día, que para la noche da paso ahora, 
es en nuestro pueblo una antigua fiesta. 
Hark, a través del aire, que la voz de la campana festiva, 
Mientras que las armas rústicas en truenos suenan frecuentes, 
retumbó desde las colinas alrededor. 
En dispuestos ropas de gala, 
el joven vecino, 
sus casas dejando, o'er de las carreteras se extienden; 
Ellos agradable intercambio de miradas, y en sus corazones 
gozosos. Yo, solo, en este lugar distante, 
a lo largo del país errante, 
posponiendo todos placer y deleite 
Para un tiempo más genial: en tanto, 
medida a través del aire soleado alrededor de miro, 
mi frente es herido por sus rayos, 
ya que después de un día tan serena , 
Dejar caer detrás Yon colinas distantes, 
Él se desvanece, y parece decir, 
que de este modo todos los jóvenes feliz debe pasar de distancia. 

Tú, pequeña ave solitaria, cuando tú 
Hast llegó la noche de los días 
tus estrellas asignan a ti, 
Wilt seguramente no lamentar tus caminos; 
Porque todos tus deseos son 
obedientes a la ley de la naturaleza. Pero, ¡ah! 
Si, a pesar de todas mis oraciones, 
estoy condenado el umbral de odio de la vejez 
Para cruzar, cuando estos ojos apagados darán 
No hay respuesta al corazón de otra, 
El mundo para ellos un vacío será, 
cada día se hacen más lleno de miseria, 
¿Cómo, pues, será este, mi deseo aparecer 
en esas horas oscuras, esa mazmorra drear? 
Mi juventud arruinada, mi dolor de la angustia, 
desgracia, se parece _then_ felicidad! 


Para Mismo


Tampoco has de descansar para siempre, corazón cansado. 
La última ilusión se destruye, 
que me pareció eterno. ¡Destruido! 
Siento toda esperanza y toda salida deseo, 
Por la vida y sus placeres engañosos. 
Siempre descansar! ¡Suficiente! Tus latidos dejan! 
Nada puede recompensar a tus miserias; 
Tampoco es la tierra digno de tus suspiros. 
La vida es una, carga de cansancio amargo, 
El mundo una Slough. Y ahora, el reposo! 
La desesperación no más, pero se encuentran en Death 
El único destino de gran ayuda en la otorga nuestra raza! 
Aún así, la naturaleza, has sido condenado a caer, 
la víctima despreciada de aquel ciego, el poder brutal 
que las reglas y las ruinas de todo. 


La última canción de Safo


Tú noche tranquila, y tú, oh rayos suave 
de la luna decreciente; y tú, que el o'er 
El appearest roca, 'el centro del bosque de silencio, 
El mensajero del día; cómo querida vosotros erais, 
y lo delicioso de estos ojos, mientras que todavía 
desconocida la furia, y el sombrío destino! Pero ahora, 
ni rastro suave puede aliviar esta alma herida. 
A continuación, la alegría sólo puede revivir olvidado, 
cuando a través del aire, y que sobre el campo temblorosas 
El viento furioso al sur arremolina sus nubes de polvo; 
Y cuando el coche, el coche pondrous de Jove, 
omnipotente, de alta atronador o'er de nuestras cabezas, 
A escinde la vía de extensión en diagonal cielo oscuro. 
A continuación, voy a amar con nubes de tormenta-cargada para volar 
A lo largo de los acantilados, a lo largo de los valles profundos, 
La huida de los rebaños asustados de ver, 
ni oír, a la orilla de algún río crecido 
en voz alta, rugido triunfal Las oleadas de ira '. 

¡Qué hermosa eres, oh divina cielo, 
Y tú, oh tierra húmeda! Por desgracia no forma parte 
de toda esta belleza infinita, los dioses 
y el destino cruel a horrible Safo dieron! 
Para tus reinos orgullosos, O la naturaleza, yo, pobre, 
invitado no deseado, amante rechazado, vienen; 
Para todos tus variadas formas de belleza, 
Mi corazón y los ojos, suplicante, ascensor en vano. 
La orilla iluminado por el sol tiene sonrisas no más para mí, 
ni de luz radiante mañana en la puerta del cielo; 
Los pájaros ya no me saludan con sus canciones, 
tampoco susurrando árboles con mensajes de gracia; 
Y donde, bajo la sombra de los sauces de flexión ', 
El límpido arroyo su seno pantallas puros, 
Como yo, con temblor y el pie incierto, 
oprimido por la pena, a partir de su pausa margen, 
Las ondas de hoyuelos en retroceso, como en el desprecio, 
e instar su vuelo a lo largo la llanura de flores. 

¿Qué crimen temeroso, lo horrible exceso 
Tienes lo que me contaminados, e'en antes de mi nacimiento, 
que el cielo y la fortuna ceño sobre mí de este modo? 
En qué he ofendido, como un niño, 
Cuando las malas acciones son ignorantes, 
que así desfigurado, de la flor de la juventud 
Carente, mi pequeño hilo de la vida tiene de 
El husillo del destino implacable 
han elaborado? Por desgracia, imprudente son tus palabras! 
Consejos misteriosos todos los eventos de control, 
y todos, excepto nuestro dolor, es misterio. 
Niños abandonados, que nacieron a llorar; 
Pero ¿por qué, se sabe que los de arriba, solo. 
O vano las preocupaciones, las esperanzas de los años anteriores! 
A ralentí muestra Jove da dominio eterno 
O'er de los corazones humanos. A menos de brillante túnicas dispuestas, 
todas las obras de hombres en armas, o el arte, o una canción, 
Recurso en vano a la multitud vulgar. 

¡Yo muero! Este desgraciado velo a la tierra me echó, 
y para mi alma desnuda buscan un refugio 
A continuación, y por las faltas crueles expiar 
de los dioses, los dispensadores de ciegos de eventos. 
Y tú, a quien le han sido obligados por mucho tiempo, 
Por amor sin esperanza, la fe y duradera, y por 
el frenesí del deseo insatisfecho vano, 
en vivo, en directo, y si puedes, ser feliz aquí! 
Mi copa o'erflows con amargura, y Jove 
tiene de su florero ninguna gota de dulzura cobertizo, 
Para todas las esperanzas y sueños de mi infancia han huido. 
El día más feliz más pronto se desvanece; 
Y luego tener éxito la enfermedad, la vejez, la sombra 
de muerte helada. He aquí, por desgracia! De todos 
Mi ansiada laureles, mis ilusiones querida, 
al final, - el golfo de demonios! Mi espíritu orgulloso 
se debe al reino de Proserpina descender, 
La orilla Estigia, la noche que no conoce fin. 




El primer amor   Canto X

Vuelve a mi mente el día en que el combate
sentí de amor por vez primera, y dije: .
«¡Ay de mí, si es amor, cómo acongoja! »

Con los ojos clavados en la tierra,
yo contemplaba a aquella que, inocente,
mi corazón hizo vibrar primero.

¡Ay, amor, y cuán mal me gobernaste!
¿Por qué tan dulce amor debió consigo
llevar tanto dolor, tanto deseo,

y ni sereno, ni íntegro y sencillo,
mas lleno de lamentos y de afanes,
bajó a mi corazón tanto deleite?

Y dime, tierno corazón, ¿qué espanto,
qué angustia era la tuya al pensamiento
 junto al cual era hastío todo goce? ;

el pensamiento aquel, que, lisonjero,
se te ofreció en la noche, cuando todo
quieto en el hemisferio aparecía.

Tú, infeliz venturoso e intranquilo,
me fatigabas el costado sobre
el lecho, fuertemente palpitando.

Y cuando triste, exhausto y afanoso,
yo los ojos cerraba, delirante
como por fiebre, el sueño no acudía.

¡Oh, qué viva surgía en las tinieblas
la imagen dulce, y los cerrados ojos
la contemplaban bajo de los párpados!

¡Qué latidos suavísimos sentía
recorrerme los huesos, qué confusos,
mudables pensamientos en el alma

alzábanse, lo mismo que en las copas
de antigua selva el céfiro soplando
arranca un largo y trémulo murmullo!

Mientras callaba, sin luchar, ¿ qué hiciste,
¡oh corazón! , cuando partía aquella
por quien pensando y palpitando vivo?

Me sentía quemado lentamente
por la llama de amor, cuando la brisa
que la avivaba se extinguió de pronto.

El nuevo día me encontró sin sueño,
y al corcel que debía dejarme solo
piafar oía ante el paterno albergue.

Y yo, tímido, quieto e inexperto,
en el balcón oscuro, inútilmente
aguzaba la vista y el oído

esperando escuchar la voz que de unos
labios debía salir por vez postrera;
aquella voz que el cielo, ¡ay! , me vedaba.

¡Cuántas veces el vacilante oído
plebeya voz hirió, y heló mis venas
e hizo latir el corazón con fuerza!

Y cuando al corazón bajó el acento
de aquella voz amada, y se escucharon
de carros y caballos los rumores,

me quedé ciego, me encogí en el lecho
palpitando, y, cerrados ya los ojos,
oprimí el corazón entre mi mano.

Luego, arrastrando las rodillas trémulas
por la callada estancia, tontamente,
decía: «¿Qué dolor puede ya herirme ?»

Amarguísimo entonces, el recuerdo
se me emplazó en el pecho, y se oprimía
a toda voz, ante cualquier semblante.

Largo dolor mi mente iba minando,
cual lluvia que al caer del vasto Olimpo
melancólicamente, el campo baña.

No sabía de ti, garzón de nueve
y nueve soles, a llorar nacido,
cuando en mí hiciste la primera prueba.

Y el placer desdeñando, no me era
grato el reír de un astro, ni el silencio
de la aurora, ni el verdecer del prado.

También faltaba el ansia de la gloria
del pecho, al que inflamar tanto solía,
pues la borró el amor por la belleza.

Desatendí el estudio acostumbrado
y lo creía vano, porque vano
cualquier otro deseo imaginaba.

¿Cómo pude cambiar de tal manera
y que un amor borrara otros amores?
En verdad, ¡ay de mí! , cuán vanos somos.

Mi corazón tan sólo me placía,
y de un perenne razonar esclavo
espiaba el dolor que lo embargaba.

La vista fija en tierra o abstraída,
insoportable me era ver un rostro
fugitivo, ya fuese hermoso o feo,

pues temía turbar la inmaculada,
cándida imagen en mi mente fija,
cual la onda del lago turba el aire.

Y aquel no haber gozado plenamente
-que de arrepentimiento llena mi alma
y el placer que pasó cambia en veneno-

en los huídos días, a mi mente
estimula; que de verguenza el duro
freno mi corazón ya no sujeta.

Juro a los cielos ya las nobles almas
que nunca un bajo anhelo entró en mi pecho,
que ardí en un fuego inmaculado y puro.

Vive aquel fuego aún, vive el afecto,
alienta en mi pensar la bella imagen
de quien, si no celestes, otros goces

jamás tuve, y sólo ella satisface.

Versión de Diego Navarro


El infinito      Canto XII


Amé siempre esta colina, 
y el cerco que me impide ver 
más allá del horizonte. 
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados, 
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud, 
me encuentro con mis pensamientos, 
y mi corazón no se asusta. 
Escucho los silbidos del viento sobre los campos, 
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz: 
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas, 
la realidad presente y todos sus sonidos. 
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento: 
y naufrago dulcemente en este mar.

Versión de Carlos López S.

 

El infinito       Canto XII        (otra versión)

Siempre querido me fue este yermo cerro 
y este cerco que tanta parte
a la mirada excluye del último horizonte. 
Mas, sentado y mirando interminables
espacios de allá lejos, sobrehumanos 
silencios y su hondísima quietud, 
me quedo ensimismado hasta que casi 
el corazón no teme. Y como el viento 
cuyo tráfago escucho entre las hojas, a este
silencio sin fin esta voz
voy comparando, y pienso en lo eterno
y en las muertas estaciones y en la viva presente,
y sus sonidos. Así a través de esta
inmensidad se anega el pensamiento mío;
y naufragar en este mar me es dulce.

Versión de L.S.


A la luna          Canto XIV


Oh tú, graciosa luna, bien recuerdo
que sobre esta colina, ahora hace un año,
angustiado venía a contemplarte:
y tú te alzabas sobre aquel boscaje
como ahora, que todo lo iluminas.
Mas trémulo y nublado por el llanto
que asomaba a mis párpados, tu rostro
se ofrecía a mis ojos, pues doliente
era mi vida: y aún lo es, no cambia,
oh mi luna querida. Y aún me alegra
el recordar y el renovar el tiempo
de mi dolor. ¡Oh, qué dichoso es
en la edad juvenil, cuando aún tan larga
es la esperanza y breve la memoria,
el recordar las cosas ya pasadas,
aun tristes, y aunque duren las fatigas!

Versión de Luis Martínez de Merlo


El sueño   Canto XV      


Era el alba, y detrás de los postigos 
por el balcón el sol insinuaba
la luz primera en mi cerrada alcoba;
cuando en el tiempo que es más leve el sueño 
y más suave cubre las pupilas,
junto a mí vino, y me miró ala cara
el simulacro de la que primero
el amor me enseñó, y me dejó el llanto.
No parecía muerta, sino triste,
con semblante infeliz. Con la derecha 
cogiendo mi cabeza y suspirando
"¿Vives –me dijo– y guardas de nosotros 
algún recuerdo?" Respondí: "¿De dónde
y cómo vienes, oh belleza? ¡Ah cuánto, 
cuánto pené por ti: yo no pensaba
que pudieras saberlo, y esto hacía
aún más desconsolado mi dolor.
¿Pero vas a dejarme una vez más?
Lo temo mucho. Di, ¿qué te ha ocurrido? 
¿eres tú la de ayer? ¿y qué te aflige 
eternamente?" "Ofusca la olvidanza
tu pensamiento, y lo confunde el sueño 
-dijo-. Estoy muerta, y hace muchas lunas
me viste por postrera vez". Inmenso 
dolor el pecho me oprimió al oírlo.
y prosiguió: "Morí en la flor del tiempo, 
cuando la vida es más hermosa, y antes 
que el corazón comprenda que son vanas 
las esperanzas. El mortal enfermo 
desea fácilmente a quien le libra
de afanes; mas la muerte sin consuelo 
llega a la juventud, y es duro el hado
de la esperanza extinta bajo tierra.

Vano es saber lo que a los inexpertos
de la vida natura les esconde,
y al saber inmaduro en mucho gana
el dolor ciego." "Oh cara, oh sin ventura, 
calla, calla -le dije- pues el pecho
tu voz me rompe. ¿Así pues, estás muerta, 
oh mi dilecta; y yo estoy vivo? ¿el cielo 
ordenó pues que aquel sudor extremo 
este cuerpo tan tierno y tan querido 
probar debiera, y para mí quedaran 
enteros mis despojos? ¡Cuántas veces,
al pensar que no vives y que nunca
te volveré a encontrar en este mundo, 
no lo puedo creer! Ay, ay ¿qué es esto 
llamado muerte? ¡Si hoy por experiencia 
lo supiese, e inerme la cabeza
sustrajera a los odios del destino!
Soy joven, mas se pierde y se consume 
mi juventud igual que la vejez
que aún está lejos, pero que me espanta.
Pero de la vejez poco difiere
de mis años la flor." "Los dos nacimos 
-dijo- para llorar; a nuestra vida
la dicha no rió; y se gozó el cielo
con nuestras penas." "Si de llanto el párpado 
-añadí- y mi semblante emblanquecido 
por tu partida ahora, y si de angustia 
llevo el pecho cargado, di, ¿de amor 
ascua alguna, o piedad alguna vez 
hacia el mísero amante ardió en tu pecho 
cuando vivías? Yo desesperando
y esperando pasaba día y noche 
entonces; y hoy se cansa en vanas dudas 
mi mente. Que si al menos una vez 
dolor sentiste de mi negra vida
dímelo, te lo pido, y me socorra
el recordar, pues de futuro privan
a nuestros días”, y ella: "Oh desdichado, 
consuélate. Yo de piedad avara
en vida no te fui, ni ahora lo soy,
mísera yo también. No tengas queja 
de esta desgraciadísima muchacha."
"Por nuestra desventura, y el amor
que me oprime –exclamé– por el querido 
nombre de juventud, y la perdida 
esperanza, permíteme, oh amada,
que tu derecha toque." y con un gesto 
triste y suave me la dio, y al tiempo 
que de besos la cubro, y de afanosa 
dulzura palpitando a mi anhelante
seno la aprieto, de sudor hervían 
pecho y rostro, la voz se me cortaba,
y vacilaba el día ante mis ojos.
Cuando ella tiernamente su mirada 
fijó en la mía, " ¿Olvidas, oh querido, 
-dijo- que estoy desnuda de belleza? 
y tú de amor en vano, oh desdichado, 
tiemblas y ardes, y ahora, al fin, adiós. 
Nuestros cuerpos y mentes se separan 
eternamente. Para mí no vives
y nunca vivirás. Ya rompió el hado
tu fe jurada." Entonces con angustia 
yendo a llorar, y delirando, henchidas 
las pupilas de llanto sin consuelo, 
dejé el sueño. Mas ella sin embargo 
quedó en mis ojos. Y en el rayo incierto 
del sol me pareció seguirla viendo.

Versión de Luis Martínez de Merlo



La vida solitaria   Canto XVI

La lluvia matinal, cuando las alas
batiendo, salta alegre la gallina 
en la cerrada estancia, y el labriego
sale al balcón, y la naciente aurora
vibra su rayo trémulo, esmaltando
las transparentes gotas, en mi albergue
dulcemente llamando, me despierta.
Salgo, y la leve nubecilla, el canto
primero de las aves, la aura grata
y de las playas la quietud bendigo.
Harto os he conocido, infaustos muros
de la ciudad, en donde el odio sigue
y acompaña al dolor: ¡que en la desgracia
vivo y he de morir, quizás en breve!
Un resto de piedad tienes, Natura,
para mí en estos sitios ¡ay! un tiempo
más compasivos a mi mal. Tú apartas
del triste la mirada, y desdeñando
los dolores y afanes, a la reina
Felicidad te humillas. El que sufre
no halla en cielo ni tierra amiga mano,
ni otro refugio encontrará que el hierro.

Tal vez me asiento en solitaria parte,
sobre una altura que domina un lago
coronado de plantas taciturnas;
allí, cuando al cenit radiante asciende
el sol, refleja su tranquila imagen,
y ni hoja o yerba se conmueve al viento; 
no se ve ni se siente a la redonda
encresparse las olas; ni su canto 
entonar la cigarra; ni las plumas
el pájaro agitar entre las hojas, 
o retozar la mariposa leve.
Calma profunda envuelve aquella orilla, 
donde yo, inmóvil, reposando, casi 
del mundo odioso y de mi ser me olvido; 
y pienso que mis miembros se desatan,
que se extingue el sentir y que mi antigua 
calma con la del sitio se confunde. 

¡Amor, amor! ha tiempo abandonaste 
este mi corazón, que antes ardía 
hasta abrasar. Con su aterida mano 
oprimióle el pesar, y en duro hielo 
en la flor de mis años, convirtióse.
Acuérdome del tiempo en que viniste 
a habitar en mi pecho. Era aquel dulce 
e irrevocable tiempo, cuando se abre
al ojo juvenil la triste escena
del mundo, cual soñado paraíso.
El tierno corazón ledo palpita
de virgen esperanza y de deseos,
y se lanza a la acción, como pudiera
al juego y a la danza. Mas tan pronto
como pude entreverte, la Fortuna 
mi existencia rompió, y a mis pupilas
tocó por suerte sempiterno lloro.
Si alguna vez por los abiertos campos
en la callada aurora, o cuando brillan,
al sol techos, collados y llanuras
miro de hermosa jovenzuela el rostro;
si alguna vez, en la serena calma
de estiva noche, el paso vagabundo,
de la ciudad en derredor guiando,
la hosca tierra contemplo, y de afanosa
niña, que activa nocturnal faena,
oigo sonar en la apartada estancia
el canto melodioso, se conmueve
mi corazón de piedra; pero torna
pronto el férreo sopor, que es ¡ay! extraña
toda suave emoción al pecho mío.

Oh cara luna a cuya luz tranquila
danzan las liebres en el bosque, dando
enojo al cazador, que a la mañana
halla intrincadas las falaces huellas
que del cubil lo alejan: ¡salve, oh reina
benigna de las noches! Importuno
entra tu rayo por selvosos riscos
o en ruinoso edificio, iluminando
el puñal del ladrón, que escucha atento
fragor de ruedas y de cascos duros
y rumor de pisadas en la vía,
y saliendo de pronto, con estruendo
de armas y roncas voces, y el ceñudo
aspecto, hiela al tímido viandante
a quien desnudo y semivivo, deja
entre las piedras. Importuno baja
también tu blanco rayo a las ciudades
sobre el vil corruptor que se desliza
de los muros al pie, y en las espesas
sombras se oculta, y párase y se asusta
de la luz que difunden los abiertos
balcones. Importuno a los malvados,
a mí siempre benigno, tu semblante
aquí será, do sólo me descubres 
risueñas cuestas y espaciosos campos. 
En otro tiempo, lleno de inocencia, 
tus bellos rayos acusar solía, 
cuando me denunciaban de los hombres
a la mirada, en la ciudad, o cuando 
ver me dejaban el humano aspecto.
Ora celebrarélos, ya te mire 
envolverte entre nubes, ya serena 
dominadora del etéreo campo,
esta morada mísera contemples. 
A menudo verásme, solo y mudo, 
errar por bosques y por verdes ribas, 
o yacer en la yerba, satisfecho,
si aún el poder de suspirar me queda. 

Versión de Antonio Gómez Restrepo



A su dama      Canto XVIII


Cara beldad que, ausente,
amor me inspiras, o escondiendo el rostro
salvo que el alma ardiente
en el sueño tu sombra no sorprenda,
o en el campo en que esplenda
mas claro el día y la creación más pura,
¿acaso el inocente Siglo de Oro
colmaste ventura,
y eres en esta vida alado espíritu,
u ocultándote ahora suerte avara
para futuras horas te prepara?

Poder mirarte viva
mi corazón no espera,
sino en el día en que desnuda y sola
por nueva ruta a peregrina esfera b
marche mi alma. En el albor primero
de mi jornada incierta y tenebrosa,
te imaginé viajera,
por el árido mundo. Mas no hay cosa
que aquí se te asemeje, y aunque alguna
recordase tu rostro, nunca fuera 
en actos y en palabras tan hermosa.

Entre tantos dolores
como a la vida humana ofrece el hado,
si verdadera y cual te pinta el alma
te amase algún mortal, para él sería
el vivir más preciado.
Bien claro veo que tu amor me haría,
cual en los verdes años, todavía
ansiar gloria y virtud. En vano el cielo
esquivo se mostrara a mis afanes;
que al lado tuyo este mortal camino
fuera un sueño divino.

Por los valles, que escuchan
del laborioso agricultor el canto,
y donde me lamento mientras huye,
el ilusorio y juvenil encanto,
y por las cumbres, en que evoco y lloro
los deseos sin fruto y de mi vida
la perdida esperanza, en ti pensando
comienzo a palpitar. ¡Ah si pudiera,
en el ambiente tétrico y nefando
del siglo, conservar tu imagen pura!
¡Ella sola endulzara mi amargura!

Si tú de las ideas eternales,
eres una, de aquellas que de formas
sensibles no vistió la eterna ciencia
ni entre caducos restos
soportan el dolor, de la existencia,
o si acaso en el cielo donde giras
otra tierra te acoge entre sus mundos,
y más bella que el sol próxima estrella
te alumbra, y más benigno éter aspiras,
desde aquí, donde llora aquel que vive,
de ignoto amante la canción recibe.

Versión de Fernando Maristany


Canto XX   La resurrección


Yo imaginé que, íntegro,
en mis años floridos
el dulce afán faltaba
de la primera edad ;
el afán, el ternísimo
latir del hondo pecho,
todo lo que en el mundo
hace grato el vivir.

¡Cuántas quejas y lágrimas
vertí en el nuevo estado,
cuando en mi pecho frío
hasta el dolor faltó!
   Faltó el latido sólito,
faltó el amor incluso,
y endurecido el pecho
cesó de suspirar.

Y lamenté lo exánime,
desnudo de mi vida,
la tierra desolada
que el hielo recubrió ;
   yermo el día; la tácita
noche oscura más sola ;
la luna y las estrellas
se ocultan para mí.

Causa de aquellas lágrimas
era el afecto antiguo:
aun en lo hondo del pecho
vivía el corazón.
   Pedía sus imágenes
la fantasía exhausta,
y la tristeza mía
era dolor aún.

A poco hasta aquel último
dolor también moría,
y ya de lamentarme
fuí del todo incapaz.
   Postrado, loco, atónito,
no demandé consuelo;
el corazón, perdido, 
muerto, se abandonó.

¡Qué fuí!  ¡Qué cambiadísimo
está aquél que de ardores,
de errores tan dichosos
su alma alimentó!
   La golondrina rápida
de mi ventana en torno
cantando al nuevo día,
no me causó placer,

ni en el otoño pálido
 en solitaria aldea
la vespertina esquila,
el fugitivo sol.
   Brillar en vano el véspero
vi por mudos caminos;
en vano el triste canto
del ruiseñor oí.

Esos ojos dulcísimos,
furtivos y errabundos,
de amadores gentiles
dulce amor inmortal,
   y esa mano que, cándida,
se abandona en mi mano,
disipar no pudieron
mi penoso sopor.

De todo goce huérfano,
triste, mas no aturdido,
y plácido mi estado,
serena era mi faz.
   Hubiera ansiado el término
de la existencia mía,
mas muerto era el deseo
del laso corazón.

Como en la edad decrépita
que avanza vil, desnuda,
el abril conducía
de mis años así ;
   pasaron ya los plácidos
días, corazón mío,
que, breves y fugaces,
el cielo me otorgó.

¿Quién de la grave, incólume
paz me despierta ahora?
¿ Qué virtud nueva es ésta,
ésta que siento en mí?
   Movimientos, imágenes,
latidos, dulces yerros,
¿para ellos cerrado
mi corazón está?

¿Sois acaso la única
luz de la vida mía,
los afectos perdidos
en la edad juvenil?
   Si el cielo, o verdes márgenes,
dondequiera que mire,
todo, dolor me inspira,
todo, placer me da.

Bosques, playas, montículos
conmigo a vivir tornan;
con el mar y la fuente
habla mi corazón.
   ¿Qué me torna las lágrimas
después de tanto olvido?
¿Cómo el mundo aparece
cambiado a mi mirar?

¿Es la esperanza, oh mísero
corazón, que sonríe?
¡Ay, de esperanza el rostro
nunca volveré a ver!
   Los engaños dulcísimos
me dió naturaleza.
Adormeció mis ansias
la ingénita virtud.

No pudieron vencérmela
ni el hado ni las cuitas,
ni con su vista impura
la infausta realidad.
   Con sus dulces imágenes
ella no está de acuerdo;
que la natura es sorda,
no tiene compasión.

Que no es del bien solícita,
mas sólo de la vida;
sólo el dolor le importa
e ignora lo demás.
   Sé que no encuentra el mísero
piedad entre los hombres,
y que, huyendo, se burla
todo mortal de él.

Ignora la vil época
la virtud y el ingenio;
que falta al digno estudio
la inútil gloria aún.
   Vosotros, ojos trémulos,
tú, rayo sobrehumano,
lucís inútilmente,
no brilláis con amor.

Ningún ignoto e íntimo
amor brilla en vosotros;
no guarda una centella
el blanco pecho en sí.
   De otros los ternísimos
cuidados pone en juego,
y de un fuego celeste
desprecio es la merced.

En mí ya siento vívido
el conocido engaño;
de sus propios latidos
se asombra el corazón.
   De ti sólo esta última
energía procede;
viene cualquier consuelo
solamente de ti.

Siento que falta al ánima
alta, gentil y pura,
la natura, la suerte,
el mundo y la beldad.
   Mas si tú vives, mísero,
si no cedes al hado,
no llames inclemente
a aquel que te creó.

Versión de Diego Navarro

El más joven Bruto


Cuando en el polvo tracio desarraigados laico,
en la ruina inmensa, la fuerza de Italia,
y el destino había condenado valles de Hesperia verde,
y las costas de Tiber,
el pisoteo de los caballos bárbaros a sentir,
Y de los campos de hojas,
en la que el oso del Norte mira hacia abajo ,
había llamado a las hordas gótico,
que las paredes orgullosos de Roma podrían caer antes de que sus espadas;
Agotado, mojado con la sangre de los hermanos,
solo se sentó Bruto, en la noche sombría;
Se resuelve sobre la muerte, los dioses implacables
del cielo y el infierno le reprende,
Y golpea el aire decaído, somnoliento
Con sus feroces gritos de rabia y desesperación.

'O virtud tonta, nieblas vacías,
los reinos de sombras, son tus escuelas,
Y en tus talones arrepentimiento sigue rápido.
Para usted, dioses sois de mármol
(Si vosotros en Phlegethon residen, o habitan
Por encima de las nubes), una burla y desprecio
es la carrera infeliz,
de los cuales se pide templos,
y fraudulenta la ley que se impone.
Por ejemplo, entonces, la piedad terrenal provocar
la ira de los dioses?
O Jove, para qué me protegen los impíos?
Y cuando la nube de tormenta se precipita a través del aire,
y tú tus rayos dost objetivo,
contra el dost tú _just_ impulsar la llama sagrada?
Invicto El destino y la dura necesidad
oprimir a los esclavos débiles de la Muerte:
No se puede evitar sus lesiones,
El rebaño común soportar con paciencia.
Pero es el mal menos difícil de soportar,
Porque no tiene remedio?
¿Verdad que no conoce la esperanza hay dolor siente?
La guerra de los salarios héroe contigo,
guerra a muerte eterna, Fate ungracious,
Y no sabe cómo ceder; y tu mano derecha,
Imperioso, sacudiéndose con orgullo,
Een cuando pesa sobre él la mayor parte,
aunque vencido, triunfa aún,
cuando su afilada espada inflige el golpe fatal;
Y busca con sonrisa altanera los tonos más abajo.

"¿Quién tormentas las puertas del Tártaro,
Ofende a los dioses.
Dicho valor no se ajusta, en verdad,
sus pechos suaves, eternos; ¿no?
O son nuestros trabajos y miserias,
y toda la angustia de nuestros corazones,
un deporte agradable, su tiempo libre para seducir?
Sin embargo, no tienen una vida de crímenes y la miseria,
pero pura y libre como sus propios bosques y campos,
naturaleza para nosotros prescritos; una reina
y diosa una vez. Ya que la costumbre impía, ahora,
su reino feliz ha esparcido a los vientos,
y otras leyes sobre esta pobre vida impone,
Will Naturaleza de tonto-resistencia acusan
Las almas de hombres, que una vida tan niegan?

"De los delitos y de sus propios sufrimientos ignorantes,
vejez serena las bestias lleva a cabo
hasta la muerte que nunca previeron.
Pero si, por la miseria impulsado, buscaron
a DASH la cabeza contra el árbol robusto,
O, hundiendo de cabeza de la alta roca,
sus extremidades se dispersaran a los vientos.
Ninguna ley misteriosa, error muy oscuro,
¿La triste deseo de rechazar la concesión.
De todo lo que respira el aliento de vida,
usted, solamente, hijos de Prometeo, siente
que la vida en una carga difícil de soportar;
Sin embargo, le buscará las orillas silenciosas de la muerte,
Si el destino lento el retardo de gran ayuda,
para que, por sí sola, severo Jove prohíbe el camino.

'Y tú, luna blanca, el arte saliendo del mar,
que con nuestra sangre está manchada;
Dost turbulenta noche tú encuesta,
y el campo, tan fatal á Italia.
En los senos hermanos los peldaños conquistador;
Las colinas con el miedo están encantados;
Desde sus alturas se tambalea orgullosos Roma a su caída.
Y sonríes tú sobre la escena sombría?
Los niños de Lavinia desde su nacimiento,
y todos sus años de prosperidad,
Y laureles bien ganados, ¿has visto;
Y tú _wilt_ sonrisa, con el rayo sin cambios,
A los Alpes, cuando, se inclinó por el dolor y la vergüenza,
La ciudad altiva, desolada y solitaria,
debajo de la banda de rodadura de hordas gótico gemirán.

He aquí, en medio de las rocas desnudas,
o en la rama verde, la bestia y ave,
cuyos pechos son nunca por el pensamiento o la memoria agitada,
de la inmensa ruina tomar ninguna atención,
o de la suerte alteradas del mundo;
Y cuando la cuna del humilde pastor
se tiñe con los primeros rayos del alba,
El uno va a despertar a los valles con su canción,
La otra, que sobre el acantilado, la multitud asustada
De los animales más pequeños delante de él en coche.
O raza tonta! Más desgraciado que, de todos!
Tampoco son estos campos manchados de sangre,
estas cavernas, que nuestros gemidos han escuchado,
regardful de nuestra miseria;
Ni brilla una estrella menos brillante en el cielo.
No a los reyes sordos de cielo o el infierno,
o indigno la tierra,
o de noche, hacen que en la invocación de la muerte,
O ti, último destello de la hora de la muerte que alegra,
La voz de los siglos venideros. Yo sin tumba
deseo, estar con sollozos perturbados, o con
las palabras y los regalos de miserables tontos adornadas.
Los tiempos en peor;
Y que, a la posteridad un vil,
El honor de las grandes almas podría confiar,
O expiación ajuste de sus errores?
A continuación, dejar que las aves de presa a mi alrededor ruedas:
Y dejar que mi horrible cadáver
La explosión del rayo, el desgarro bestia salvaje;
Y dejar mi nombre y la memoria se funden en el aire! 

El sábado por la noche Aldea



La doncella de los rendimientos de campo, 
el sol se hunde en el oeste; 
Su paquete en la cabeza que ella establece, 
Y en la mano que lleva 
un ramo de rosas y de violetas. 
Mañana es un día de fiesta, 
Y ella, como de costumbre, se deben llevar a 
Tras su corpiño, en su pelo. 
La vieja bruja se sienta entre sus compañeros, 
en la escalera, y hace girar; 
Y, mirando a la penumbra de la tarde, 
de buenas anticuados veces que prates, 
cuando ella, también, vestido para las vacaciones, 
y con el corazón ligero, y la integridad física como la luz, 
podría bailar en la noche 
con los compañeros de sus días felices. 
Los tonos crepusculares que nos rodean cercanos, 
El cielo de azul profundo se enciende; 
De colinas y techos de las sombras caen, 
Y la luna nueva la cara de espectáculos de plata. 
Y ahora la campana alegre 
anuncia la llegada del festival. 
Por su voz familiar 
¿Cómo se animó cada corazón! 
Todos los niños en las tropas, 
alrededor de la pequeña plaza 
Go, saltando de aquí para allá, 
y hacer un sonido alegre. 
Mientras tanto el que ara, silbidos, regresa 
a sus humilde nido, 
y piensa con afecto de su día de descanso. 

Entonces, cuando todas las demás luces están apagadas, 
y todo está en silencio ronda, 
el golpe del martillo de la que oímos, 
escuchamos la sierra de carpintero, 
quién con las puertas cerradas mantiene su vigilia, 
fatigas del o'er su lámpara y se esfuerza con tanta fuerza, 
que su obra acabado ere aparece el amanecer. 

El día más querido de toda la semana 
¿Es esto, de la esperanza y la alegría tan lleno; 
Para mañana, triste y aburrido, 
Las horas traerá, para cada una debe en su pensamiento 
su tarea habitual de trabajo-buscan. 

Tú poco, muchacho deportivo, 
Esta edad de floración de tu 
es como hoy en día, tan lleno de alegría; 
Y es el día, en efecto, 
que deben el día de reposo de tu vida preceden. 

Disfrutar, que, entonces, mi hijo querido, 
tampoco acelerar las horas de vuelo! 
Te digo no más: 
Por desgracia, en este triste mundo nuestro, 
¿Cómo es muy superior a la fiesta, 
El día que pasa antes! 

El entorno de la luna


Como, en la noche solitaria, 
Por encima de los campos plateados y arroyos 
Cuando Zephyr sopla suavemente, 
y una miríada de objetos vaga, 
ilusiones, que engañan, 
sus sombras distantes tejen 
En medio de los surcos de silencio, 
los árboles, los setos, aldeas y colinas; 
Al llegar a la frontera del cielo, 
detrás de los Apeninos o Alp, 
o en el seno profundo del mar, 
la luna desciende, el mundo se oscurece; 
Las sombras desaparecen, la oscuridad profunda 
Falls en cada colina y valle alrededor, 
y la noche es desolado, 
y el canto, con su puesta quejumbrosa, 
El brillo de separación de la luz amigable 
El viajero saluda, cuyo resplandor brillante, 
Hasta ahora, lo tomó guiada por su camino ; 

Por lo tanto, desaparecerá tan desolado 
juventud sale de nuestro estado mortal. 
Las sombras desaparecen, 
y las ilusiones querida; 
Y en la distancia de desvanecimiento de todo, se ven 
las esperanzas en la cual nuestra naturaleza que sufre de escasez. 
Abandonada y triste 
permanecen Nuestras vidas; 
Y el desconcertado viajero, en vano, 
como él las encuestas del curso, 
para encontrar el final, o el objeto intentos, 
de la larga trayectoria que aún se encuentra delante de él. 
Una oscuridad sin esperanza que sobre él se roba; 
A sí mismo un extranjero en la tierra que siente. 

Muy feliz, y demasiado alegre 
qué nuestro destino duro aparecerá 
Para aquellos que nos puso aquí, si los jóvenes, 
cada uno de cuyos alegría nace del dolor, 
a través de todos nuestros días, se les permitió permanecer; 
Demasiado misericordioso la ley, 
que las sentencias de cada uno de los animales hasta la muerte, 
no lo hizo el camino que conduce a ella, 
jamás en alguna media-completado, aparecerá a nosotros 
que la misma muerte más triste y lúgubre. 
Tú bendita invención de los dioses, 
y digno de su inteligencia divina, 
la vejez, el último de todos nuestros males, 
cuando nuestros deseos todavía perduran, 
aunque cada rayo de esperanza se ha ido; 
Cuando las fuentes de placer todo se secan, 
Nuestros dolores cada vez mayor, cada alegría negó! 

Colinas y valles, Ye, y los campos, 
aunque en el oeste y ha puesto el astro radiante 
que derraman su brillo en el velo de la noche, 
Will not mucho tiempo siendo despojada, 
En la oscuridad sin esperanza queda? 
Ye pronto verá el cielo del este 
se ponía blanco de nuevo, surge la aurora, 
Precursor del sol, 
quién con el esplendor de sus rayos 
serán todos irradiar la escena, 
y con sus inundaciones de la luz 
Los campos del cielo y la tierra se inundará. 
Pero la vida mortal, 
cuando preciosa juventud se ha ido, 
es de color con ninguna otra luz, 
y no conoce otro amanecer. 
El resto es la miseria sin esperanza y la tristeza; 
Al final del viaje, la tumba oscura y silenciosa. 

Para un vencedor en una partida de Pallone


La cara de la gloria y su agradable voz,
oh jóvenes afortunados, reconocen ahora,
Y cuánto más noble que la pereza afeminados
son energías probados de la virilidad.
Mirad, oh generoso campeón, mirad,
Si tú tu nombre por el pensamiento digno o de hecho,
desde el tiempo de barrido de todos los couldst actual rescatará;
Mirad, y elevar tu corazón a los altos deseos!
El aplauso del anfiteatro, la voz pública,
Ahora te convocar a los hechos ilustres;
Exulting en tu juventud lujuriosa.
En ti, hoy, tu querido país
contempla aparecen de nuevo sus héroes antiguos.

_His_ Mano estaba nunca con sangre bárbara manchado,
en Maratón,
¿Quién en la llanura de Elis podría contemplar
Los atletas desnudos, y los luchadores en negrilla,
y no siente ningún resplandor de celo emulous dentro,
La corona de laurel de la victoria para ganar.
Y él, que en la corriente ALPHEUS se lavaban
las crines polvorientas y los flancos de formación de espuma
de sus yeguas victoriosos, _he_ mejor podría conducir
Las banderas griegas y las espadas griegas
contra el vuelo, filas de pánico
De medos, que, muriendo, orilla de Asia
y gran Eufrates contemplarán no más.

Y va a llamar a ese vano, que busca
Las chispas latentes de la virtud de evolucionar,
o animar de nuevo a alta resolución,
El fervor caída de nuestras almas cansadas?
Lo que un juego han sido jamás en alguna obra mortales,
Desde Febo por primera vez sus ruedas cansados se inste?
¿Y no es verdad, no menos de lo falso, vano?
Y, sin embargo, con los fantasmas agradables, espectáculos fugaces,
la naturaleza misma de nuestro alivio ha llegado;
Y la costumbre, ayudando a la naturaleza, todavía debe esforzarse
Estas fuertes ilusiones de revivir;
O de lo contrario toda sed de acciones nobles se ha ido,
se pierde en la pereza, y el olvido ciego.

El tiempo puede venir, por ventura, cuando medio
Las ruinas de los palacios italianos,
¿Los rebaños de ganado pastar,
Y todas las siete colinas el arado se sentirá;
No se han transcurrido muchos años, tal vez,
jamás en alguna todas las ciudades de Italia
dispuesta la morada de los zorros ser,
y arboledas oscuras murmurar 'mediados de los altos muros;
A menos que las Parcas de nuestras mentes pervertidas
Eliminar esta triste olvido del pasado;
Y el cielo por un grato recuerdo apaciguado,
Cediendo, en la hora de nuestra desesperación,
las naciones abyectas, maduro para masacre, repuesto.

Pero tú, digna juventud, wouldst afligen,
Thy desgraciado país para sobrevivir.
Tú una vez a través de sus mightst han adquirido renombre,
cuando en su frente que llevaba la corona resplandeciente,
ahora perdida! Nuestra culpa, y el destino de! Ese tiempo es el o'er;
Ah, una madre que podía cumplir, más?
Pero para ti, oh levantar tus pensamientos en las alturas!
¿Qué es nuestra vida? Una cosa a ser despreciado:
Por lo menos desgraciado, cuando de peligros tan acosado,
se debe, por fuerza, a su maltrecho auto olvidar,
tampoco prestar atención a la hora de vuelo de ritmo lento, sin valor;
O bien, cuando, a la orilla del Leteo pésimo impulsado,
y lo tiene una vez más la luz del día estaban mirando. 


Para Angelo Mai


EN su descubrimiento de los libros perdidos de Cicerón, 
'DE REPUBLICA. 


Italiana negrita, ¿por qué quieres que nunca dejan 
los padres de sus tumbas para convocar sucesivamente? 
¿Por qué traer ellos, con esta edad muerto para conversar, 
que sofocaba es por los enemigos y por la pereza? 
Y ¿por qué te, la voz de nuestros antepasados, 
que has estado tanto tiempo de silencio, 
resuenan tan fuerte y frecuente en nuestros oídos? 
¿Por qué todos estos grandes descubrimientos? 
Al igual que en un instante las páginas fructíferos vienen, 
¿qué tiene este desgraciado edad merecido, 
que tienen claustros polvorientos para que se reservó 
Estos tesoros ocultos de la sabia y valiente? 
Hombre ilustre, con lo extraño poder 
¿Tiene hacerse amigo de tu destino ardiente celo? 
O qué el destino en vano con el hombre de contenderá? 

Sin el consejo elevada de los dioses, 
Seguramente no podía ser, que ahora, 
cuando nunca nos caído tan bajo, 
en el olvido desesperada del pasado, 
cada momento, viene un grito renovado, 
de numerosas toros, para sacudir nuestras almas, ¡Al final! 
El cielo todavía un poco de piedad muestra para Italia; 
Un dios tiene todavía nuestra felicidad en el corazón: 
Puesto que este, o de lo contrario no otra, es la hora, 
la virtud italiana para redimir, 
y su antiguo brillo, una vez más para impartir, 
Estas voces suplicantes de la tumba que oyen; 
Héroes olvidados se levantan de la tierra otra vez, 
a ver, mi país, si en este día de retraso, 
tú siendo arte agradó parte de los cobardes para jugar. 

Y vosotros aprecian todavía, 
tonos Ilustres, alguna esperanza de nosotros? 
¿No hemos perecido por completo? 
Para que, tal vez, se permite, para leer 
el libro del destino. _I_ Am consternado, 
pero no tienen refugio de mi dolor; 
Para oscura para mí es el futuro, y todo lo 
que yo percibo es tal, que hace que la esperanza parece 
una fábula y un sueño. A sus antiguos hogares 
suceder a otro desgraciado de la tripulación; al acto o palabra noble, 
no prestan atención; para su fama eterna 
No conocen la envidia, no sienten rubor de la vergüenza. 
Una turba sucia sus monumentos contaminan: 
Para las edades venideras, 
nos han convertido en un sinónimo y un desprecio. 

Tú noble espíritu, si no hay otras personas se preocupan 
por la fama de nuestros grandes Padres ', oh, cuidar tú todavía, 
tú, a quien el destino ha tan benigno sido, 
Que los viejos tiempos aparecen de nuevo, 
Cuando, sacado de la tumba extrema del olvido, 
salió, con todos los tesoros de su saber, 
aquellos antiguos bardos, divina, con la que 
Gran habló de la naturaleza, pero aún detrás de su velo, 
y con sus misterios agraciados 
las fiestas de Atenas y de Roma. 
O los tiempos, ahora enterrados en el sueño eterno! 
La ruina de nuestro país no era entonces completa; 
A continuación, una vida desgraciada de la pereza en poco; 
Fotograma de nuestra tierra natal fueron transmitidas por lejos, 
algunos destellos de genio por el aire que pasa. 

Tu santo cenizas todavía estaban calientes, 
quien nunca hostil fortuna no tripulado; 
A cuya ira y cuyo dolor, 
infierno fue más agradecido que tu tierra natal. 
Ah, qué, pero el infierno, se ha convertido en Italia? 
Y tus cuerdas dulces 
seguía temblando en el tacto de tu mano derecha, 
Bard infeliz del amor. 
Por desgracia, la canción italiana sigue siendo el niño 
de la tristeza nacido. 
Y, sin embargo, menos difícil de soportar, 
consumo de dolor que la vacuidad aburrido! 
Oh bendito tú, cuya vida fue un lamento! 
El asco y la nada son todavía nuestro destino, 
y por nuestra cuna se sientan, y en nuestra tumba. 

Sino que tu vida era, pues, con las estrellas y el mar, 
hijo Hardy de Liguria, 
Cuando tú, más allá de las columnas y las orillas, 
donde tantas veces, al conjunto de sol, 
se oyen las olas para Hiss, 
medida que en sus profundidades se ha hundido, 
comprometido con la profundidad sin límites, 
los has hallado de nuevo en declive rayos del sol, 
el recién nacido hallazgo día hiciste, 
cuando nos lo había fallecido; 
Desafiando a la naturaleza de todos los obstáculos, 
una tierra desconocida victoria hiciste, los despojos gloriosos 
de todos tus peligros, todos tus fatigas. 
Y, sin embargo, si se conoce, el mundo parece más pequeño aún; 
Y la tierra y el mar, y la esfera celeste 
más amplio con el niño, que aparecen al sabio. 

¿Dónde están ahora todos los sueños encanto 
de la misteriosa retiros 
de los habitantes a nosotros desconocida, 
o cuando, durante el día, las estrellas han ido a descansar, 
o del telecontrol lecho de Eos brillante, 
o del misterioso sueño del sol por la noche? 
Ellos, en un instante, desaparecieron todos; 
Una pequeña carta retrata esta bola terrenal. 
He aquí, todas las cosas son iguales; descubrimiento 
Pero demuestra el camino para la vacuidad aburrido. 
Adiós a ti, Fantasía, querida, 
Si llano, verdad desnuda aparece! 
El pensamiento más y más es todavía alejado de ti; 
Tu poder tan poderoso vez, pronto se habrá ido, 
Y nuestros pobres corazones heridos, se dejó abandonada. 

Pero tú por estos dulces sueños naciste, 
Y el sol brillaba _old_ sobre ti, 
cantante delicia de los brazos, y ama, 
que en una época mucho más feliz que la nuestra, 
la vida de los hombres con errores agradables llenos. 
Nueva esperanza de Italia! Torres o, o cuevas, 
señoras O, cavaliers, 
jardines, palacios O! Amenites, 
al pensar en el cual, la mente 
se pierde en mil ensueños espléndidas! 
Ye fábulas precioso, y pensamientos ye grotesca, 
ahora desterrados! Y lo que nos queda? 
Ahora que se elimina el florecimiento de todas las cosas? 
Por desgracia, el único, lo cierto pensamiento, 
que todos, excepto nuestra miseria, es nada. 

Torquato, O Torquato, cielo para 
el rico don de tu genio dio, a ti 
Nada más que miseria. 
Malhadada Torquato, a quien tu canción, 
tan dulce, no podía consolar, 
ni derretir el hielo, a la que 
la corriente cordial de tu alma 
se convirtió, por la envidia privada, odio principesca; 
Y luego, por el Amor abandonado, último sueño de la vida! 
A ti, nada parecía real, pero nada, 
El mundo en un desierto triste. 
Demasiado tarde llegaron los honores, tanto tiempo diferido; 
Y, sin embargo, fue a morir a ti una ganancia. 
Que conoce los males de nuestro estado mortal, 
Exige pero la muerte, sin guirnalda pregunta del Destino. 

Vuelve, vuelve a nosotros, 
de levantarte de tu silenciosa tumba, triste, 
y la fiesta tus ojos en nuestra angustia, 
Oh tú, cuya vida fue coronado con la miseria! 
Mucho peor que lo que parecía a ti tan triste 
e infame, se han convertido en toda nuestra vida. 
Estimado amigo, que ahora se apiade de ti, 
Cuando nadie más que por sí mismo hath pensamiento o la atención? 
¿Quién no tu angustia aguda necedad llamar, 
cuando todas las cosas grandes y raro el nombre del oso de la locura? 
Cuando la envidia, no, pero peor que la envidia, el momento, 
la indiferencia impregna todos nuestros gobernantes? 
Ah, ¿quién sería ahora, cuando todos pensamos 
de la canción tan poco, y tanto de ganancia, 
un laurel para preparar tu frente de nuevo? 

Ah, ya tu día, no ha aparecido pero, 
¿Quién tiene la fama de Italia redimido: 
Demasiado bueno para su edad vil, que está solo; 
Uno de los Allobroges feroces, 
cuya virtud viril fue derivado 
directo de los poderes celestiales, 
no de esta tierra seca, sin fruto de los nuestros; 
De dónde él solo, sin armas, - 
O coraje sin igual - desde el escenario,! 
Hizo guerra contra el salario tiranos implacables; 
La única guerra, la única arma a la izquierda, 
contra los crímenes y locuras de la edad. 
En primer lugar, y solo, salió a la cancha: 
Ninguno le siguió; todo lo demás eran cobardes dócil, 
perdido para todos, el sentido del honor, o de vergüenza. 

Devorado por la ira y por el dolor, 
Su vida impecable pasar, 
Hasta que de peores escenas dadas a conocer por la muerte, por fin. 
O mi Victorio, esto no era para ti 
La edad apropiado, o la tierra. 
Las grandes almas tiempos y climas más agradables de la demanda. 
En reposo mera vivimos contenido, 
y la mediocridad vulgar; 
El sabio se hunde, la turba asciende, 
hasta que de pasada en los extremos de nivel uno del pavor. 
Vamos, tú gran descubridor! 
Revivir a los muertos, ya que todo el sueño de estar! 
Lenguas muertas de la antigua brazo héroes de nuevo; 
Hasta esta edad vil una nueva vida se esfuerzan por ganar 
por acciones nobles, o perecer en su pecado! 

Al conde Carlo Pepoli


Este fatigoso y esto de sueño perturbador 
que llamamos vida, O cómo mil del dost apoyo, 
Mi Pepoli? Con lo que espera feedest tú 
tu corazón? Decir en qué pensamientos, y en qué hechos, 
agradable o triste, ¿tú invertir 
Los antepasados tus ociosidad legadas 
a Ti, una herencia pesada y aburrida? 
Toda la vida, de hecho, en todos los ámbitos de la vida, 
es la pereza, si podemos darle ese nombre 
a cada trabajo realizado, o el esfuerzo realizado, 
que no tiene un objetivo digno a la vista, o no 
, este objetivo a alcanzar. Y si se holgazanea llamar a 
la concurrida tripulación, que a diario contemplamos, 
de la tranquila mañana hasta la víspera de rocío, 
detrás del arado, o las plantas y los rebaños que tiende, 
Debido a que viven simplemente para mantener con vida, 
y la vida no tiene valor por sí mismo solo, 
The Honest la verdad que habla. Sus días y noches 
El piloto pasa en la ociosidad; la fatiga 
y el sudor en los talleres no son más que la pereza; 
Vigilias del soldado, peligros del campo, 
cuidados del comerciante ansiosos están inactivos todos; 
Debido a que la verdadera felicidad, para lo cual solo 
Nuestros largos mortales de la naturaleza y se esfuerza, ningún hombre, 
o por sí mismo, u otros, jamás en alguna adquiere 
través del cansancio o el sudor, a través de peligro, o por medio de la atención. 
Sin embargo, para este deseo feroz, que los mortales todavía 
Desde el principio del mundo han sentido, 
pero se ha sentido siempre en vano, para la felicidad, 
a modo de remedio calmante ideado, 
de la naturaleza, en esta vida desgraciada de la nuestra, 
¿Había múltiples necesidades preparados, 
No sin pensó satisfecho o laboral; 
Así que los días, aunque siempre triste, menos aburrida 
Puede parecer a la familia humana; 
Y este deseo, desconcertado y confundido, 
podría tener menos energía para agitar el corazón. 
Así, también, las diversas familias de los brutos, 
que tienen, no menos que nosotros, y en vano, también, 
deseo de felicidad; pero, la intención 
en aquello que es esencial para su vida, 
consumir sus días más agradable, por el momento, 
ni reprenden, con nosotros, el embotamiento de las horas. 
Pero _we_, que a otras manos se comprometen 
La entrega de nuestras necesidades inmediatas, 
tengan una necesidad más graves para cumplir, 
para que ningún otro jamás puede proporcionar, 
con hastío cargados, y con el sufrimiento; 
La dura necesidad de matar el tiempo; 
Esa cruel, obstinada necesidad, 
desde el cual, ni el oro acumulado, ni la riqueza de los rebaños, 
Nor campos fértiles, ni los suntuosos palacios, 
Nor vestidos de púrpura, la raza humana puede salvar. 
Y si uno, despreciando una vida tan estéril, 
y odiando a contemplar la luz del día, 
no Enciende una mano homicida al 
mismo, anticipando el destino lento, 
Para la punzada aguda del deseo insatisfecho, 
que pide en vano para la felicidad, que busca, 
en desesperada chase, de todas partes, en vano, 
mil remedios ineficientes, 
en lugar de eso, lo que la naturaleza da a todos. 

Uno a su vestido dedica a sí mismo, y el pelo, 
su modo de andar y el gesto y el saber aprendido 
de los caballos, carruajes, a los pasillos llenos de gente, 
a las plazas lleno de muchedumbre, y jardines a homosexuales; 
Otro da sus noches y días a juegos, 
y las fiestas, y baila con las bellezas reinantes: 
Una sonrisa es perpetua en sus labios; 
Pero en su seno, por desgracia, severo y grave, 
como inmóvil columna de diamantina, 
tedio eterno sienta, contra cuyo podría 
Aprovechar la juventud no vigorosa, ni aficionado a parlotear 
que cae de los labios de color de rosa, ni tierna mirada 
que tiembla en dos ojos oscuros y brillantes; 
El más desconcertante de las cosas mortales, 
don más precioso del cielo al hombre. 

Otro, como si la esperanza de escapar 
destino triste, en el cambio de tierras y climas 
Sus días consumiendo, vagando o'er del mar 
y colinas, atraviesa toda la tierra; cada punto 
de que la naturaleza, en su dominio infinito, 
inquietas hombre ha hecho accesible, 
Él visita en su deambular. Por desgracia, 
el cuidado Negro está sentado en la proa elevada; 
Debajo de cada clima, cada cielo, le pide en vano 
para la felicidad; tristeza aún vive y reina. 

Otro de los actos crueles de la guerra 
Prefiere pasar sus horas, y mete la mano, 
Por su desvío, en la sangre de su hermano: 
otra en la miseria de su vecino 
Su consuelo encuentra, y artísticamente se las ingenia 
para matar el tiempo, en la fabricación de otros triste. 
_This_ Hombre todavía anda en los caminos de la sabiduría, o el arte 
Persigue; _that_ pisotea los derechos del pueblo, 
En casa, en el extranjero; la antigua perturba resto 
de playas lejanas, en fraudful intención de ganancia, 
con cruel guerra, la diplomacia o aguda; 
Y por lo que su parte de la vida destinada consume. 

Ti un deseo más suave, una atención más dulces 
cables y controles, todavía en la flor de la juventud, 
en la Feria de Abril de tus días, para la mayoría 
un tiempo tan agradable, el don más precioso del cielo; 
Pero pesado, amargo, fatigoso _him_ 
¿Quién tiene ningún país. A ti, el amor de la canción 
Impulsa, y de retratar en tu habla 
La belleza, que tan pocas veces en el mundo 
aparece y se desvanece tan pronto, y _that_, más rara 
que la imaginación amo, más bueno ahora 
que la naturaleza, o que el cielo, por lo pésimos actores 
Para nuestro almas engañadas, en trance proporciona. 
Oh, afortunados mil veces es él, 
¿Quién no pierde la frescura de su imaginación como 
pasan los años; quien envidiosos permisos Fate 
Para mantener siempre brilla el sol en su corazón, 
que en su madurez y sus últimos años, 
como era su costumbre en su gloriosa juventud, 
en su profundo pensamiento mejora encantos de la naturaleza, 
da vida a la muerte, y para el desierto, floración . 
Que el cielo esta fortuna daré a ti; y puede 
La chispa que ahora tan calienta tu pecho, te hacer 
en tu vejez devoto de la canción! 
_I_ Siente no más las dulces ilusiones de 
que tiempo feliz; esas imágenes encanto 
se han desvanecido de mis ojos, por lo que yo quería, 
y que, a mi última hora, serán 
recordado todavía, con suspiros y lágrimas sin esperanza. 
Y cuando esto mama a todas las cosas se ha vuelto 
insensible y frío, ni la sonrisa dulce 
y descansar profunda de llanuras solitarias sol que ilumina, 
ni canto matinal alegre de los pájaros en primavera, 
Ni la luna suave, que se apoya en las colinas y los campos, 
Debajo de la límpida cielo, se moverá el corazón; 
Cuando toda belleza, tanto de la naturaleza y 
del arte, para mí será inanimada 
y mudo; cada sentimiento tierno, noble pensamiento, 
desconocido y extraño; mi único consuelo, entonces, 
pobre mendigo, debo encontrar en los estudios más 
severas; a ellos, a partir de entonces, debe dedicarse 
El desgraciado remanente de vida infeliz: 
La amarga verdad tengo que investigar, 
Los destinos misteriosa, por igual 
de las cosas mortales e inmortales; 
Por lo que la humanidad que sufre, 
doblegadas bajo el peso de la miseria, 
creó; a lo objetivo final es el destino 
y la naturaleza instando a ella; a la que puede nuestra 
gran dolor ningún placer, dan ganancia; 
Por debajo de lo que las leyes y las órdenes, ¿con qué fin, 
El poderoso universo gira - el tema 
de la alabanza de los hombres sabios, a _me_ un misterio? 

Yo en estas especulaciones consumirán 
Mi pereza; porque la verdad, cuando se conoce, 
aunque triste, sin embargo, tiene su gracia. Y si, a veces, 
la verdad discutiendo, mis opiniones deben 
Unwelcome ser, o no ser entendido, 
no voy a llorar, de hecho, porque en mí 
El amor de la fama se extinguirá bastante; 
De la fama, ese ídolo frívola y ciego; 
Más ciega en gran medida que la fortuna, o que el amor. 

Su pensamiento dominante



Lo más dulce, más potente, 
Controlador de íntimo de mi alma; 
El regalo tremendo, pero precioso 
del cielo, compañero de clase 
de todos mis días de miseria, 
O pensó que nunca vuelva a ocurrir DOST para mí; 

De tu misterioso poder 
¿Quién no habla? ¿Quién no ha sentía 
su sutil influencia? 
Sin embargo, cuando uno está sintiendo impulsadas profunda 
sus alegrías y sus penas secretas a desarrollarse, 
el tema parece siempre nuevo por viejo. 

Lo aislado es mi mente, 
Desde que tú en él has venido a habitar! 
Como por algún hechizo mágico, 
Mis otros pensamientos tienen de todo, 
como un relámpago, desaparecido; 
Y tú, solo, como una enorme torre, 
en una llanura desierta, 
gigantesco, solitario, dost permanecen. 

Lo inútil del todo, 
ahorrar pero para ti, tener en mi vista 
todo lo terrenal, y la vida misma se convierten! 
Cómo fatigoso sus días; 
Y todas sus obras, y todas sus obras de teatro, 
una vana búsqueda de placeres vanos, 
en comparación con la felicidad, 
la alegría celestial, que brota de ti! 

A partir de las rocas desnudas 
De los Apeninos áspera, 
El cansado peregrino vuelve sus ojos anhelantes 
a la llanura brillante que se encuentra en la distancia; 
Así que desde el coito áspera y estéril 
de los hombres del mundo, a ti con mucho gusto vuelvo, 
Como a un paraíso, mi mente cansada, 
y dulce refrigerio para mis sentidos encuentran. 

Me parece increíble, que 
este mundo triste, esta miserable vida, 
Tan lleno de locura y de la distensión, 
Sin tu ayuda, podría haber aguantado tanto tiempo; 
Ni puedo concebir así, 
¿Cómo los deseos de uno _could_ se aferran 
a otras alegrías que las que tú la hayas traer. 

Nunca, desde la primera vez que sabía 
por experiencia dura es la vida, 
se pudo temer a la muerte mi alma someterlo. 
Hoy en día, parece una broma para mí, 
Lo que el mundo tonto, 
Alabando a veces, pero nunca odia y teme, 
el último extremo! 
Si el peligro viene, yo, con semblante impávido, 
sus amenazas encuentro con una sonrisa serena. 

Siempre odié las almas cobardes, 
y la mezquindad tenía en desprecio. 
_Now_, Cada acto indigno 
A la vez a través de todos mis sentidos emociones; 
Cada instancia vil de inutilidad humana, 
Mi alma con ira santa llena. 
Esto, a esta edad tonta arrogante, 
¿Qué se alimenta de esperanzas vacías, 
absorto en menudencias, el enemigo de la virtud, la 
cual sin hacer nada clamores de utilidad, 
y no haya suficiente sentido común para ver 
cómo _useless_ toda la vida a partir de entonces debe convertirse, 
me siento me _beneath_, y sus juicios reír 
despreciar. El equipo multicolor, 
Los enemigos de todo pensamiento noble, 
que se ríen de _thee_, me pisoteen con el pie. 

Para eso, lo que te inspira, 
qué pasión no ceda? 
¿Qué otras, salvo éste, 
Controles deseos de nuestros corazones? 
La ambición, la avaricia, el desprecio y el odio, 
el amor al poder, el amor de la fama, 
¿qué son sino un nombre vacío, 
En comparación con ella? Y esto, 
la fuente, la fuente de todo, 
que reina soberana dentro de la mama, 
las leyes eternas habían impresionado en nuestros corazones. 

La vida tiene ningún valor, lo que significa que tiene, 
Ahorra pero para ti, nuestra única esperanza y la estancia; 
La única excusa para el Destino, 
que cruelmente nos ha colocado aquí, 
a someterse a tal miseria inútil; 
Para ti solo, el sabio, no el tonto, 
A la vida todavía se aferra con cariño, 
tampoco pide a la muerte para poner fin a sus sufrimientos. 

Tus alegrías para reunir, tú dulce pensamiento, 
largos años de sufrimiento que soporto, 
y oso de vida cansada la cepa; 
Pero no en vano! 
Y todavía volvería, 
a pesar de toda mi experiencia triste, 
Hacia ese objetivo, mi curso de iniciar de nuevo; 
Pues a través de las arenas, ya través de la víbora-cría 
de esto, nuestra mortal desierto, 
Mis pasos que nunca con tanta fatiga han arrastrado 
Para ti, para que todo el peligro y la angustia 
no fueron pagados por tal felicidad pura. 

O lo que es un mundo, ¿qué nueva inmensidad, 
¿Cuál es el paraíso que, 
a la que, tan a menudo, por tu encanto estupenda 
Impulsados, me parece que se disparan! Donde 
Bajo una luz más brillante de la mañana errante, 
y mi pobre estado terrenal, 
y verdades amargas olvido de toda la vida! 
Tales son, yo ween, los sueños 
de los inmortales. Ah, lo _but_ un sueño, 
eres tú, dulce pensamiento, 
la verdad, para que de este modo embellecido? 
Un sueño, un manifiesto error! 
Pero de una naturaleza, siendo divina, 
un error valiente y fuerte, 
que la voluntad con la verdad al prolongar la lucha, 
Y a menudo la verdad doth compensar; 
Tampoco nos deja jamás en alguna, hasta que, por tanto, convocado por el Destino. 
Y seguramente tú, mi pensamiento, 
tú único sustentador de mis días, 
la causa de dolores infinitos amada, 
en la muerte solo quieres ser extinguido bastante; 
Porque por signos seguros dentro de mi alma me siento 
tu dominio soberano, perpetua. 
Todas las demás fantasías dulces 
El aspecto de la verdad 
¿Ha debilitado nunca. Pero Whene'er Me vuelvo 
a mirar de nuevo sobre ella, de los cuales contigo 
para hablar, es todo lo que vivo, ah, 
Que gran placer aumenta aún, 
Que bien frenesí, el aliento de vida, a mí! 

Belleza angelical! Cada cara preciosa, 
en la que miro, 
Un fantasma en mi opinión, 
que se esfuerza en vano por ti copiar, 
de todas las gracias que nuestras almas inthral, 
fuente único, original divina! 

Desde primera yo te vi, 
¿De qué cuidado más ansiosos mío, 
¿No has sido el fin y el objetivo? 
¿Qué día ha pasado nunca, a qué hora, 
Cuando pensé no de ti? ¿Qué sueño mío 
No ha sido perseguido por tu rostro divino? 
Rostro angelical, que 
en los sueños, por desgracia, solo podemos ver, 
¿Qué otra cosa en la tierra, lo que en el universo, 
¿Me pregunto jamás en alguna, o la esperanza para, más, 
que aquellos queridos ojos para siempre a la vista? 
Que tu dulce pensamiento todavía en mi corazón para sostener? 

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