sábado, 10 de septiembre de 2022

POEMAS DE FRANCIS LEDWIDGE


La tumba de un soldado

Entonces en la calma de la medianoche, delicados brazos

lo levantaron por las pendientes de la muerte

no sea que deba escuchar de nuevo las locas alarmas

de la batalla, los agónicos gemidos, el doloroso jadeo.

 

Y donde la tierra era blanda para las flores le hicimos

una tumba en la que descansar mejor.

La Primavera vendrá y dejará en ella su esplendor,

allí la alondra tornará a su nido cubierto de rocío.

(Traducción de Esther González)

Tomado de:

http://losarbolesinvisiblespoesiawwi.blogspot.com/2014/08/francis-ledwidge-alli-donde-la-alondra.html

 

 

a un muerto

 

Un mirlo cantando,

Sobre un campo de musgo tapizado,

Capullos que ensombrecen,

Penumbras que salvajes florecen,

Una canción en el bosque,

Un barco en el mar,

La canción era tuya,

El barco era sólo mío.

 

Un mirlo cantando,

Lo oigo en mi atribulada mente,

Capullos en el viento,

Los veo en un aliento distante,

Pero el dolor y el silencio

Son del bosque su lamento,

El silencio es tuyo,

El dolor es sólo mío.

Tomado de:

http://elespejogotico.blogspot.com/2009/01/poemas-sencillos.html

 

 

Amor de primavera

La vi venir a través de la hierba florida,

Redondea sus veloces tobillos mariposa y abeja

Blent alas ruidosas y silenciosas; la vi pasar

Cuando los arcos de espuma se estremecieron en el mar soleado.

 

Luego vino la golondrina agolpándose en el alba,

y los ecos del cuco llenaron el sur cubierto de rocío.

Dejé mi amor en la colina, solo,

Mi último beso ardiendo en su boca encantadora.

 

 

A uno que viene de vez en cuando

 

Cuando entras, parece un fuego más brillante

Crepita tentadoramente en el hogar,

La rutina del hogar que solía cansar

Crece lleno de novedad.

 

Te sientas en nuestra silla tapizada en casa

y hablar de cosas maravillosas y extrañas,

De libros, y viajes, costumbres antiguas que se atreven

Los dioses del Tiempo y el Cambio.

 

Hasta que con la palabra interior refutamos nuestro cuidado

Riendo que este nuestro pecho todavía asalta,

Mientras hay doncellas bailando al son de una flauta

En los valles andaluces.

 

Y a veces de mi estante de poemas tomas

Y los significados secretos de nuestros corazones se revelan,

Como cuando los vientos de junio sacuden la selva media

Vemos la rosa escondida.

 

Y cuando las sombras se reúnen, y cada árbol

Un momento revolotea, lleno de alas que se cierran,

Tomas el violín y misteriosamente

Despierta maravillas en las cuerdas.

 

Y en mi jardín, gris de flores brumosas,

Ecos bajos más débiles que el cuerno de un escarabajo

Llena todos los rincones con ella, como dulces duchas

De campanas, en la mañana del búho.

 

Ven a menudo, amigo; con bienvenida y sorpresa

Te saludamos desde el mar o desde el pueblo;

Ven cuando quieras y desde cualquier cielo

Arriba sonríes o frunces el ceño.

Tomado de:

http://www.francisledwidge.com/poems.php

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