Y si
Traducción
de Cecilia Pavón
¿Qué significa querer
que un antiquísimo
llamado al cambio
no cambie
y al mismo tiempo,
sentirse amenazado
por el llamado al cambio?
¿Cómo se le dice vergüenza a un
llamado al cambio,
cómo se le dice penitencia, cómo
se le dice castigo?
¿Cómo decimos
y si
sin reproche? La raíz
de castigo es purificar.
Esa imposibilidad: ¿es eso lo que
que repele y no
el llamado al cambio?
ii
No hay resignación en mi voz
cuando digo que me siento
más lenta, calculando como una
máquina
los niveles de mi respuesta. Por
dentro,
siento tanto dolor que pienso que
no hay otra salida que soltarlo
entonces hago preguntas como sé
hacer
en la soledad de mi
interrogatorio.
Lo que está quieto es verdadero;
no hay siquiera un temblor
cuando una está tan borrada de la
historia.
Podría construir un contenedor
para transportar este ser,
un contenedor para agarrarlo
todo, pero nosotros nunca tuvimos
que ver con lo completo; nunca
íbamos a estar enteros.
Entonces, en tus considerados
pensamientos, permanezco rota,
desconocida, prolongando
una oración: aquí, estoy aquí.
Como te he conocido, como nunca
te conoceré,
Estoy aquí. Sea lo que sea
que se exprese, y si,
aquí estoy a la espera,
esperándote
en el y si, en las preguntas,
en los condicionales
en los imperativos: y sí.
iii
¿Y si durante el té, y si durante
nuestras caminatas, y si
en el largo bostezo de la niebla,
y si en el largo centro
de la espera, y si en el pasaje,
en el y si
que nos lleva cada día hacia las
estaciones, y si
en la renovada resiliencia, y si
en la perpetuidad,
y si en una vida de
conversaciones, y si
en la claridad de la consciencia,
y si nada cambia?
iv
¿Y si eres responsable más de
salvar que de cambiar?
¿Y si eres la destrucción
corriendo bajo
tu lenguaje de salvador? Eso, ¿no
es también algo jodido?
Dices, si otras personas blancas
no hubieran… o si hubiera parecido
no suficiente… yo habría…
Y si --el repetitivo llamado de y
si-- es solo considerado repetitivo
cuando el y si deja mis labios,
cuando y si es pronunciado
por aquellos a quien nadie
escucha, y si
y si es el cemento de la
insistencia
cuando insistes con y si
esto es
v
Qué es lo que queremos mantener
consciente, que permanezca conocido, incluso como decimos, cada uno a nuestro
modo, yo amo yo sé yo me contraigo yo recibo preguntas yo también yo reacciono
yo huelo yo siento yo pienso me han dicho que recuerdo yo veo yo no veía yo
pensé yo sentí yo me equivoqué yo sospecho yo estaba haciendo yo estoy segura
yo leo yo debía yo no habría yo había yo debería haber yo sentí yo podría haber
yo nunca yo estoy segura yo pregunto….
Tú dices y yo digo pero ¿qué
es lo que estamos diciendo, sobre
qué
estamos queriendo saber aquí?
vi
Y si lo que quiero de ti es
nuevo, recién hecho
una nueva frase en respuesta a
todas mis preguntas,
un viraje en nuestra relación y
las palabras que nos llevan
el cuidado que se sostiene. Estoy
aquí sin ningún gesto de desdén,
intentando entender cómo lo que
quiero
y lo que quiero de ti corren
paralelamente…
justicia y las aperturas para
solo nosotros.
Cecilia Pavón Claudia Rankine
Tomado de:
https://eternacadencia.com.ar/nota/un-poema-de-claudia-rankine/3819
[Extractos sin título intercalados entre los poemas-ensayo]
Cuando
la mujer con la que trabajas te llama por el nombre de otra mujer con la que
trabajas, todo se convierte en un cliché demasiado grande como para no reírte
con la amiga que está junto a ti que dice, no me lo puedo creer. Aun así, al
final, ¿qué más da?, ¿a quién le importa?, tenía el cincuenta por ciento de
opciones de acertar.
Sí,
y en el email de disculpas que te envía se refiere a «nuestro error». Parece
que tu propia invisibilidad es el verdadero problema, lo que le produce
confusión. Así es como el dispositivo dentro del cual te empuja empieza a
multiplicar sus significados.
¿Qué decías? *
Al
término de una breve conversación telefónica, le dices al encargado con el que
has estado hablando que te pasarás por su oficina para firmar el formulario. Al
llegar y presentarte, suelta de sopetón ¡no sabía que eras negra!
No
quería decir eso, dice acto seguido.
En
voz alta, dices.
¿Qué?,
pregunta.
No
querías decirlo en voz alta.
A
partir de ahí la conversación va como la seda.
*
Esperas
a un amigo en el bar del restaurante en el que un hombre, por crear
conversación, gestando algo, saca su móvil para enseñarte la foto de su mujer.
La miras, como un puente que ha tendido, y dices que es hermosa. Lo es, dice,
es una negra hermosa, como tú.
*
Cuando
la camarera le da tu tarjeta de crédito a tu amiga, te ríes y le preguntas qué
más va a conseguirle el privilegio de ser blanca. Oh, la vida perfecta que
llevo, contesta. Y entonces las dos os ponéis a reír tan fuerte que todo el
mundo en el restaurante acaba sonriendo.
Tomado
de:
https://latribu.info/poesia/poemas-de-claudia-rankine/
Un
hombre golpeó a su hijo en el metro. Sentiste tu cuerpo condolerse. Él está
bien, pero el hijo de puta siguió caminando. Ella dice que tomó al hombre por
el brazo y le pidió disculparse: le dije mira al niño y discúlpate. Sí, y tú
quieres que pare, quieres traer al chico a la superficie para que sea visto,
para que sea ayudado a ponerse en pie, que sea sacudido por la persona que no
lo vio, que nunca lo ha visto, que tal vez no ha visto nunca a nadie que no sea
un reflejo de sí mismo.
Lo
bello fue que un grupo de hombres comenzó a juntarse tras de mí, como una flota
de guardaespaldas, ella dice, como tíos y hermanos recién encontrados.
***
La
nueva psicóloga se especializa en terapia de trauma. Sólo han hablado por
teléfono. Su casa tiene una amplia portada que conduce a la entrada trasera
donde recibe a sus pacientes. Caminas por un sendero bordeado de césped y
romero hasta llegar a la portada que resulta estar cerrada.
El
timbre, en la puerta principal, es un pequeño disco que presionas firmemente.
Cuando la puerta se abre, la mujer allí parada grita a pulmón abierto ¡Fuera de
mi casa! ¿Qué haces en mi jardín?
Es
como si un dóberman pinscher herido o un pastor alemán hubiese adquirido el
poder del habla. Y, mientras retrocedes unos pasos, alcanzas a decirle que
tenías una cita. ¿Tiene una cita?, te suelta. Entonces pone pausa. Todo se pone
en pausa. Oh, dice, seguido por oh, sí, es cierto. Lo siento.
Lo
siento tanto, tanto, lo siento mucho.
Tomado
de:
https://puntoenlinea.unam.mx/?view=article&id=1311
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