lunes, 3 de junio de 2024

POEMAS DE NAZIM HIKMET RECORDANDO SU MUERTE


Esa es la cosa

 

Estoy en medio de la luz que avanza.

Mis manos están llenas de deseos: es tan hermoso el mundo.

No se cansan mis ojos de contemplar los árboles,

Los árboles tan llenos de esperanza, los árboles tan verdes.

 

Un sendero soleado se pierde entre moreras:

Lo contemplo, acodado en la ventana de la enfermería.

 

No se siente el olor de los medicamentos:

Deben haberse abierto por ahí los claveles.

 

Estar preso ... No es ésa la cuestión.

La cosa es no entregarse: ¡ésa es la cosa!

 

en A pesar de todos estos muros; antología, 2013

Tomado de:

https://poesiacomounarma.blogspot.com/2015/12/esa-es-la-cosa.html

 

 

ANGINA DE PECHO

 

La mitad de mi corazón está aquí, doctor,

pero la otra mitad se encuentra en China,

en el ejército que baja hacia el río Amarillo.

Cada mañana,

cada mañana con el alba,

mi corazón es fusilado en Grecia.

Y cuando el sueño rinde a los presos,

cuando se alejan de la enfermería los pasos últimos,

mi corazón se va, doctor,

se va hacia una vieja casa de madera, allá en Estambul.

Además, doctor, hace más de diez años

que no tengo nada en mis manos

para ofrecer a mis hermanos;

tan sólo una manzana,

una roja manzana:  mi corazón.

Por todas estas cosas, doctor,

y no por culpa de la arteriosclerosis,

ni de la nicotina, ni de la cárcel

tengo esta angina de pecho.

Desde mi cama

Contemplo la noche tras de los barrotes.

Y a pesar de todos estos muros

Que me aplastan el pecho,

mi corazón palpita con la estrella más remota.

Tomado de:

https://www.nazimhikmet.org.tr/es/nazim-hikmet/sus-obras/varios-poemas-electas/

 

 

NO ES CHACOTA LA VIDA

 

No es chacota la vida.

La tomarás en serio,

como lo hace la ardilla, por ejemplo,

sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá.

Tu más serio quehacer será vivir.

No es chacota la vida.

La tomarás en serio,

pero en serio a tal punto

que, puesto contra un muro, por ejemplo,

con las manos atadas,

o en un laboratorio,

de guardapolvo blanco y con grandes anteojos,

tú morirás porque vivan los hombres,

aún aquellos hombres

cuyo rostro ni siquiera conoces.

Y morirás sabiendo, ya sin ninguna duda,

que nada es más hermoso, más cierto que la vida.

La tomarás en serio,

pero en serio a tal punto

que a los setenta años, por ejemplo,

plantarás olivares,

no para que le queden a tus hijos,

sino porque, aunque temas a la muerte,

ya no creerás en ella,

puesto que en tu balanza

la vida habrá pesado mucho más.

 

 

 

SELECCIÓN DE SUS ÚLTIMOS POEMAS

 

 

 

Te has cansado de llevar mi peso

Te has cansado de mis manos

De mis ojos de mi sombra

Mis palabras eran incendios

Pozos eran mis palabras

Un día vendrá de repente vendrá un día

Sentirás el peso de las huellas de mis pasos

Alejarse las huellas de mis pasos

Y este peso será de todos el más difícil de soportar.

 

 

 

(Moscú, 31 de mayo de 1962)

 

MI ENTIERRO

 

¿Mi entierro saldrá de nuestro patio?

¿Cómo vais a bajarme del tercer piso?

El ataúd no cabe en el ascensor

Y las escaleras son demasiado estrechas.

 

Tal vez el patio esté inundado de sol y haya palomas

Tal vez nieve en medio de los gritos de los niños

Tal vez llueva y esté mojado el asfalto.

Y como siempre los cubos de basura estarán en el patio.

 

Si como acostumbran aquí me suben al furgón con la cara descubierta

Puede caerme algo de una paloma en la frente: trae suerte.

Venga o no una banda de música habrá niños a mi lado

Los niños siempre sienten curiosidad por los muertos.

 

La ventana de nuestra cocina me seguirá con la mirada.

Nuestro balcón me acompañará con la ropa tendida.

No podéis saber lo feliz que he sido en este patio.

Vecinos míos a todos os deseo una larga vida...

 

(Moscú, abril de 1963)

 

...

 

 

 

Recorrí a toda velocidad tus sueños

Su resplandor ardió y se consumió

Planté un ciruelo

Y saboreé sus frutos.

 

 

 

Amé tanto la tristeza

Sobre todo en las piedras del mar

En la mirada de la gente

Y de repente dejé de amarla

 

Qué bien que amara la lluvia

Qué bien que pernoctara en la cárcel

Amé a los que no pudieron

Alcanzar toda mi felicidad

 

Qué bien que amara los regresos

 

...

 

 

 

(Moscú, 2 de mayo de 1963)

 

 

 

Había en Japón una niña

una niña chiquitita y linda.

Había una nube en el mundo:

solo para matar.

Esta nube mató a la abuelita

de la niña chiquitita,

dispersó su ceniza en el cielo,

y luego volvió de repente

y asesinó a su papá

y también a la niña.

Pero nunca se saciaba

y buscaba nuevas víctimas.

Se llama muerte atómica

y grita en la oscuridad.

Construyamos una gran unidad

y hagamos callar a las fieras.

Combatamos la guerra

y aniquilemos a la fiera.

 

1963

 

 

 

ME ACOSTUMBRO A ENVEJECER

 

Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,

llamar a las puertas por última vez,

la separación para siempre.

Horas que corréis, corréis, corréis...

Trato de comprender a costa de dejar de creer.

Te iba a decir una palabra pero no pude.

En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana con el estómago vacío.

La muerte antes de llegar me envió su soledad.

Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,

tan ocupados están con sus cosas.

 

12 de enero de 1963

 

 

 

SOBRE QUEDARSE SORPRENDIDO

 

 

 

Puedo amar,

y tanto,

pide lo que quieras,

mi vida, mis ojos.

Puedo enfurecerme,

mi boca no se llena de espuma,

pero la ira de un camello no es nada al lado de la mía,

solo la ira del camello, no su rencor.

Puedo comprender

muchas veces con mi nariz,

es decir oliendo lo más oscuro lo que está más lejos

y puedo pelear,

por todos y por todo lo que me parece justo, correcto y hermoso,

ni mi edad ni mi porte me lo impiden,

sin embargo hace tiempo que se me olvidó quedarme sorprendido.

La sorpresa me dejó y se fue con sus ojos bien abiertos

y bien jóvenes.

¡Qué lástima!

 

Tanganica, febrero de 1963

Hotel Maranga

 

 

 

CARTA DE BERLÍN

 

1

 

Berlín, es de día y hace sol,

8 de marzo de 1963.

Felicidades, mujer.

He olvidado decírtelo por teléfono esta mañana,

olvido el mundo cuando oigo tu voz.

Muchas felicidades, mi amor.

 

Berlín, 8 de marzo de 1963

 

 

 

CARTA DE BERLÍN

 

2

 

Dentro de cuatro días estoy en Moscú.

Afortunadamente ya se acaba esta separación, regreso.

También esta separación quedará atrás, como un camino lluvioso.

Vendrán nuevas separaciones,

bajaré a otros pozos,

iré a más sitios y regresaré.

Correré a toda prisa para regresar de nuevo.

Después, ni Berlín ni Tanganica,

ya no iré a ningún sitio, a ningún sitio.

Ya no estará en mi mano volver ni en vapor ni en tren ni en avión.

Ya no llegarán cartas ni telegramas míos.

Y tampoco te telefonearé.

Ya no reirás dulcemente al oír mi voz.

Ya no recibirás noticias mías

y te quedarás sola.

Dentro de cuatro días estaré en Moscú.

En Berlín es de día y hace sol

es primavera en Moscú,

lo has dicho por teléfono.

Afortunadamente ya se acaba esta separación. Regreso.

Pero dentro de mí está la noche de la gran separación,

dentro de mí la amargura de cuando ya no me tengas,

dentro de mí tu soledad.

Soledad: pan de recuerdos que no llena,

invitación a lejanos recuerdos: soledad,

tal vez tres meses, tal vez tres años,

la soledad será tu sombra.

Dentro de cuatro días estaré en Moscú

en Moscú es primavera

lo has dicho por teléfono.

 

Berlín, 8 de abril de 1963.

 

 

 

CARTA DE BERLÍN

 

 

 

3

 

Dentro de cinco horas estaré junto a ti.

En Berlín, el sol entra en la habitación de mi hotel,

trinos húmedos de los pájaros

—ha llovido esta mañana—

y los tranvías

y el tiempo.

El tiempo está como detenido,

rígido, helado,

podrías cogerlo y colgarlo de un clavo,

podrías cortarlo con un cuchillo.

Es como si estuviera en la cárcel.

Y en la cárcel el más despiadado de los guardianes

es el tiempo.

Dentro de dos horas estaré en el aeropuerto.

Dentro de cinco horas en tu azul.

Dentro de cinco horas la libertad.

En las habitaciones de los hoteles, tras todos los regresos

habría que poner una estatua al inventor del avión.

 

Berlín, 12 de abril de 1963.

 

 

 

SOBRE LAS LLUVIAS RADIACTIVAS

 

Cerrad bien las ventanas

no dejéis a los niños en la calle

las lluvias llevan la muerte a las semillas

llueve podredumbre.

Hay que limpiar las lluvias

hay que sacar brillo de nuevo a la lluvia como si fuera plata

que las lluvias lleven de nuevo nada más que el sol a las semillas

que los niños puedan correr de nuevo bajo la lluvia

y que podamos abrir de nuevo las ventanas a la lluvia.

 

23 de abril de 1963.

 

 

A VERA

 

Me dijo por qué no vienes

por qué no te quedas

por qué no sonríes

por qué no mueres

He venido

Me he quedado

He sonreído

He muerto

 

1963

 

A propósito de unas fotos de periódico

 

1. CARBUNCO

 

Sobre dos columnas de la primera página yacen

dos niños desnudos

sobre dos columnas de la primera página

con la piel en los huesos.

Tienen la carne agujereada, reventada.

Uno es de Diyarbakïr, el otro de Ergani.

Tienen los brazos y las piernas raquíticos

enorme la cabeza

y un grito pavoroso en sus bocas abiertas

en la primera página dos ranitas aplastadas a pedradas.

Dos ranitas

dos hijos míos, enfermos de carbunco.

Quién sabe cuántos miles se nos van en un año

sin haber podido saciar siquiera su sed.

Y el señor subsecretario:

(así lo agarre el carbunco)

«No hay ningún motivo para preocuparse», dice.

 

3 de agosto de 1959

 

 

2. EL JEFE DE POLICIA

 

 

Abierto como una herida, el sol en el cielo

se desangra.

 

Un aeródromo.

Los presos preventivos, las manos sobre el vientre:

porras, jeeps,

muros carcelarios, comisarías

y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo

y los paisanos que no aparecen

y un niño que no pudo soportar la tortura

y se tiró desde el tercer piso de la Jefatura.

Y ahí está el señor Jefe de Policía

baja del avión

vuelve de América

de un curso de formación.

 

Estudiaron métodos para no dejar dormir

y quedaron encantados

de los electrodos aplicados en los testículos

y también dieron una conferencia sobre nuestras celdas de castigo

ofrecieron satisfactorias explicaciones

de cómo poner huevos recién hervidos en los sobacos

y cómo despellejar delicadamente la piel con cerillas encendidas.

El señor Jefe de Policía baja del avión

vuelve de América

porras y jeeps

y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo

ha vuelto el jefe dicen encantados.

 

 

1959

 

*

 

 

De "Últimos poemas 1959-1960-1961"

Versión de Fernando García Burillo

(Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)

 

 

 

Al partir, me quedan cosas que acabar...

 

Al partir, me quedan cosas que acabar,

al partir.

Salvé la gacela de la mano del cazador,

pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.

Cogí la naranja de la rama,

pero no pude despojarla de su corteza.

Me reuní con las estrellas,

pero no pude contarlas.

Saqué agua del pozo,

pero no pude servirla en los vasos.

Coloqué las rosas en la bandeja,

pero no pude tallar las tazas de piedra.

No sacié mis amores.

Al partir, me quedan cosas que acabar,

al partir.

 

 

Junio de 1959

 

AUTOBIOGRAFIA

 

 

Nací en 1902

no he vuelto nunca a mi ciudad natal

no me gustan los retornos

a los tres años en Alepo era nieto de bajá

a los diecinueve estudiantes en la universidad comunista de Moscú

a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central

y desde los catorce años soy poeta

 

hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces;

yo, de separaciones

hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella;

yo, de nostalgias

 

he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles

he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato

que no haya probado

a los treinta años quisieron ahorcarme

a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial de la Paz

y me lo concedieron

a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer cuatro metros

cuadrados de hormigón

a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana

en dieciocho horas

 

no conocí a Lenin, pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924

 

en 1961 el mausoleo que visito son sus libros

 

han intentado alejarme de mi partido

pero han fracasado

tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos

en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada

en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses

 

estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé

no envidié a nadie ni siquiera a Charlot

engañé a mis mujeres

pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas

 

he bebido, pero no soy un borracho

tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente

 

si mentí fue porque sentí vergüenza ajena

por piedad

pero también he mentido porque sí

 

he montado en tren en avión y en coche

la mayoría no puede hacerlo

he ido a la ópera

la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe

sin embargo, desde 1921 no voy a muchos de los sitios

donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga

el templo el curandero

pero a veces me gusta que me lean los posos de café

 

se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas

pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua

 

hasta ahora no he tenido cáncer

tampoco es obligatorio

nunca seré primer ministro o algo parecido

tampoco me gustaría serlo

nunca he ido a la guerra

no he descendido a los refugios en medio de la noche

no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los avi0nes

 

pero me he enamorado ya cerca de los sesenta

camaradas en pocas palabras

hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia

puedo decir que he vivido como un hombre

pero los años que me quedan por vivir

y las cosas que puedan sucederme

¿quién lo sabe?

 

Esta autobiografía fue escrita en Berlín Oriental el 11 de setiembre de 1961

 

 

 

BAKÚ DE NOCHE

 

Noche sin estrellas hasta el pesado mar

noche cerrada y oscura

la ciudad de Bakú es un soleado campo de trigo

Estoy en la colina,

el sol me da de lleno en la cara

se escucha en el aire un preludio de rast que fluye como las

aguas del Bósforo.

Estoy en la colina,

mi corazón es como una balsa

que se aleja en una separación infinita

y va más allá de los recuerdos

hasta el pesado mar sin estrellas

en la noche cerrada y oscura.

 

Bakú, febrero de 1960

 

*

 

 

 

Chicas como hilos de oro...

Chicas como hilos de oro

en esta ciudad europea

se pasean con babuchas como las nuestras.

Sobre el Estambul que llevo dentro el cielo está despejado.

Un ciprés, una fuente, Üsküdar.

Aunque me echara a correr, no alcanzaría

no alcanzaría el vapor que está saliendo del muelle.

 

Leipzig, 30 de junio de 1959

 

*

 

Con este calor pienso en ti...

Con este calor pienso en ti

tu desnudez

tu cuello tus muñecas

las cosas que me decías

con los pies como una blanca paloma descansando en un cojín.

 

Con este calor pienso en ti

no sé si lo que más recuerdo

lo que viene a mis ojos

es tu cuello tus muñecas

tus pies descalzos

las cosas que me decías cuando eras mía.

 

Con este calor amarillo pienso en ti

en la habitación de un hotel con este calor amarillo pienso en ti

y me despojo de mi soledad

mi soledad que se parece un poco a la muerte.

 

10 de julio de 1959

 

*

 

DOS AMORES

 

En un corazón no caben dos amores

mentira

puede ser.

 

En la ciudad de las lluvias frías

es de noche y estoy tumbado en la habitación de un hotel

mis ojos están clavados en lo alto

pasan nubes por el techo

pesadas como los camiones que corren por el asfalto húmedo

y a la derecha a lo lejos

una construcción blanca

tal vez de cien pisos

en lo alto brilla una aguja de oro.

Pasan nubes por el techo

nubes cargadas de soles como caiques de sandías.

Me siento en el alféizar de la ventana

el reflejo del agua acaricia mi rostro

¿estoy a la orilla de un río

o a la orilla del mar?

 

¿Qué hay en aquella bandeja

en aquella bandeja rosada

fresas o moras?

¿Estoy en un campo de narcisos

o en un bosque de hayas nevadas?

Las mujeres que amo ríen y lloran

en dos lenguas.

 

*

EL QUINTO DIA DE UNA HUELGA DE HAMBRE

 

Si no consigo expresar bien, hermanos,

Lo que quiero decirles,

Tendrán que disculparme:

Siento algunos mareos,

me da vueltas un poco la cabeza.

No es el alcohol.

Apenas, es un poquito de hambre.

 

 

 

Hermanos,

Los de Europa, los de Asia, los de América:

Yo no estoy en prisión ni en huelga de hambre.

Me he tendido en el césped, esta noche de mayo,

Y los ojos de ustedes me miran de muy cerca,

lucientes como estrellas,

En tanto que sus manos

son una sola mano estrechando la mía,

como la de mi madre,

como la de mi amada,

como la de mi vida.

 

Hermanos míos:

Por otra parte, ustedes nunca me abandonaron,

Ni a mí, ni a mi país,

ni tampoco a mi pueblo.

Del mismo modo que los quiero a ustedes,

ustedes quieren a los míos, lo sé.

Gracias, hermanos, gracias.

 

Hermanos míos:

Yo no tengo la intención de morir.

Si soy asesinado,

Sé que entre ustedes seguiré viviendo:

Yo estaré en los poemas de Aragón

(en su verso que canta la dicha del futuro),

Yo estaré en la paloma de la paz, de Picasso,

Yo estaré en las canciones de Paul Robeson

Y, sobre todo

y lo que es más hermoso:

Yo estaré en la triunfante risa del camarada,

Entre los cargadores portuarios de Marsella.

Para decirles la verdad, hermanos,

Yo soy feliz, feliz a rienda suelta.

 

 

 

*

 

EN EL RESTAURANTE ASTORIA DE BERLÍN...

 

 

En el restaurante Astoria de Berlín

había una camarera

una chica como una gota de plata.

Por encima de las bandejas repletas me sonreía.

Se parecía a las chicas de mi perdido país.

Pero no sé por qué

a veces tenía ojeras.

 

No tuve suerte

no pude sentarme en las mesas que ella atendía.

 

Ningún día se sentó en las mesas que yo atendía.

Era un hombre entrado en años.

Parecía como si estuviera enfermo,

tomaba comida de régimen.

Estaba muy triste y me miraba

pero no sabía alemán.

Tres meses vino a desayunar, comer y cenar,

luego desapareció.

Puede que volviera a su país

o que no volviera y haya muerto.

 

23 de julio de 1959

 

*

 

 

 

Gracias a ti...

Gracias a ti

cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón.

Gracias a ti

todos los frutos se ofrecen a mi mano como si yo fuera el sol.

Gracias a ti sólo pruebo la miel de la esperanza.

Gracias a ti late mi corazón.

Gracias a ti

mis noches más solitarias son como un kilim de Anatolia que sonríe

desde la pared.

Gracias a ti al final de mi camino, sin llegar a mi ciudad,

he descansado en una rosaleda.

Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte

que con sus cantos llama a mi puerta

vestida con sus más sutiles ropajes y me invita al gran descanso.

 

29 de agosto de 1960

 

*

 

LA CIUDAD, LA TARDE Y TÚ

 

Entre mis brazos estáis desnudas

la ciudad, la tarde y tú

vuestra claridad ilumina mi rostro

y también el olor de vuestros cabellos.

¿De quién son estos latidos

que baten bom bom y se confunden con nuestra respiración?

¿tuyos? ¿de la ciudad? ¿de la tarde?

¿o tal vez son míos?

¿Dónde termina la tarde dónde comienza la ciudad

dónde termina la ciudad dónde comienzas tú

dónde termino yo dónde comienzo?

 

9 de julio de 1959

 

*

 

LA NIEVE CORTÓ EL CAMINO...

 

La nieve cortó el camino

tú no estabas

me senté con las piernas cruzadas

contemplando tu rostro

con los ojos cerrados.

 

No pasaban barcos ni volaban aviones

tú no estabas

yo permanecía apoyado en la pared

hablando y hablando

sin abrir la boca.

 

Tú no estabas

mis manos te acariciaban

yo me tapaba la cara con las manos.

 

Diciembre de 1959

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Diario/06_05_14.html

 

 

Al partir, me quedan cosas que acabar...

Al partir, me quedan cosas que acabar,

 al partir.

Salvé la gacela de la mano del cazador,

pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.

Cogí la naranja de la rama,

pero no pude despojarla de su corteza.

Me reuní con las estrellas,

pero no pude contarlas.

Saqué agua del pozo,

pero no pude servirla en los vasos.

Coloqué las rosas en la bandeja,

pero no pude tallar las tazas de piedra.

No sacié mis amores.

Al partir, me quedan cosas que acabar,

 al partir.

De Últimos poemas 1959-1960-1961

Versión de Fernando García Burillo

Ed. del oriente y del mediterráneo, 2000)

 

 

Como semillas

 

 Como semillas

he dispersado a mis muertos

por toda la Tierra,

unos descansan en Odesa,

otros en Estambul,

otros en Praga.

El país que prefiero es la tierra.

Cuando me llegue la hora, cubridme con ella.

Fuente: Poesía Nonserviam, nº.2, nov. 2005

 

 

 

Nos tomaron prisioneros

Nos tomaron prisioneros,

nos han encerrado:

a mí entre estas paredes.

a ti afuera.

Eso no es nada.

Lo peor

es cuando las personas -lo sepan o no llevan la prisión por dentro...

A la mayoría se le fuerza a ello.

Fuente: http://www.orienteymediterraneo.com/14.html

 

Vamos a la luna...

Vamos a la Luna

y más lejos todavía

a donde ni siquiera alcanzan los telescopios.

¿Pero cuándo la gente en nuestra Tierra,

dejará de pasar hambre

 nadie tendrá miedo de nadie,

 nadie mandará sobre nadie,

 nadie maldecirá de nadie,

nadie robará a otro su esperanza?

Por esto soy comunista

para responder a esta pregunta.

De "Últimos poemas 1959-1960-1961"

Versión de Fernando García Burillo

Tomado de:

https://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/cuaderno-de-poesia-critica-n-020-nazin-ikmet.pdf

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