La luz que ven los muertos
Hay muchas personas que vuelven
después de que el médico ha alisado la sábana
en torno a sus cuerpos
y ha abandonado la habitación para hacer su
llamada.
Mueren, pero viven.
Se los llama los muertos que vivieron a través de
su muerte,
y entre mi gente
se los considera sabios y rectos.
Flotan fuera de sus cuerpos
y se mueven ágilmente en el techo igual que
polillas,
observando el trajín de cuantos los rodean.
Las voces y las imágenes de los vivos
se desvanecen.
Un estruendo los absorbe bajo
las ruedas de una oscuridad sin dolor.
A lo lejos
hay alguien
que hace oscilar una linterna como si fuese un
guardavía.
La luz aumenta, una flor blanca.
Se vuelve muy intensa, como música.
Ven los rostros de aquellos a quienes amaron,
los verdaderos muertos que hablan amablemente.
Ven a su padre sentado en el campo.
La cosecha ha acabado y su silla de mimbre está
reparada.
Hay una toalla en torno a su cuello,
huele a ron.
Luego ven a su madre
de pie detrás de él con unas tijeras de esquilar.
Sopla el viento.
Ella le está cortando el pelo.
Los muertos han contado estas historias
a los vivos.
Tomado de:
https://campodemaniobras.blogspot.com/2018/09/frank-stanford-la-luz-que-ven-los.html
TÚ
A veces en el sueño acariciamos
El cuerpo de otra
Mujer y despertamos
Y sabemos de las primeras noches
Cuando llegan visitas veraniegas
A la casa de tres pisos de nuestra infancia.
Sea lo que sea que recordamos,
El pelo más oscuro
Peinado frente al más oscuro espejo
Del cuarto más oscuro.
LAS MOSCAS EN LA MIERDA
Caballeros del sur
y turistas del norte
que redactan poemas sobre el sur
tarados estudiantes
les quiero hacer una pregunta estúpida
han visto alguna vez una regata de moscas
navegando en un montón de mierda
y regresar a hacer un pícnic en la mierda
han oído, aunque sea alguna vez
en su vida a las moscas en la mierda
porque yo me curtí con moscas
que flotaban en la mierda
muchacho que huyó para casarse
se fugó con peligro
y la más guapa de las otras hijas
ella una noche estaba recogiéndose el pelo
como la noche de emperifollada
en el hotel
y el chico
que no era más
que un pobrecito escuincle
fue a ver si le vendían una botella
cuando él volvió ella se había hecho
viuda
los gitanos afirman que el amor
es tan extraño
y su sonido incluso
se parece al de un animal herido
sonrisas de una tarde de verano
ahí viene una mujer con un bebé en sus brazos
dentro de pocos años
ella habrá de ponerle
flores en su tumba
la guitarra que ella rescató para acercársele
cuando él tocó
en un grupo
al cumplir dieciséis
pasará por generaciones y generaciones
de arañas
PARA SABER LLEGAR
Ve al cementerio.
POEMA
Cuando la lluvia azota a la serpiente en la
cabeza,
él, cerrando los ojos, querría estar
dormido en una llanta al borde del camino
para que los muchachos lo hagan rodar por siempre.
LA DESPEDIDA
Una palabra
Que de seguro es
Como una espada
Que ha gastado
La funda
Tomado de:
https://www.zendalibros.com/9-poemas-de-frank-stanford/
APUNTÉ QUEMADURAS
Echado en mi cama el jinete
de piedra con la luna yendo para el otro lado
hacia la cabaña para botes del viejo Turrentine
como gallo en su corral
como mosca verde en el último trago
echado en mi cama nadando
fuera de la cueva perdida tarareando un yo del de
piedad
jesucristo señor John r
atardecer en pantalones a rayas apoyado contra
el porche atardecer con una cerilla
en los dientes atardecer un negro extraño
que sigue el rastro con una antorcha bajo las
aguas
«entra solamente de noche y no vadees»
lydia me lo escribió en una carta que encontraron
después de que se tomara el veneno
me acerqué al rostro
de un barranco donde el canal se extendía
mis pulmones eran lirios
maldiciendo a la luna colgada junto a la oscuridad
como perros de campo en una zanja
leí libros con los dedos mojados
grité en dirección de la barca de antaño
cuando los hombres masticaban cerillas y pensaban
en su propia muerte
como mujeres amarillas pavoneándose por el polvo
echado en mi cama con las lluvias cayendo
UNA VIDA EN LA GARGANTA DE LA RANA DE ÁRBOL
me tomé un descanso a la sombra de un camión de
hielo
que había pertenecido a un cantante
el verano entero las pepitas del paraíso
arruinando el parabrisas
por mi vida
quién era el que silbaba esas canciones
Tomado de:
https://www.zendalibros.com/3-poemas-de-habla-terrena-de-frank-stanford/
La verdad
No voy a mentirte
descaradamente
como los poetas de Minnesota,
el sur y el oeste.
Y la ciudad de Nueva York.
Más que cualquier otra cosa en la vida
me gustaría volver a cogerme una niña de trece
años,
y no tengo ninguna duda
en decir que prefiero ser Marlon Brando
que T. S. Eliot, etc.
Tengo más respeto por Muhammad Ali
que por cualquier otro hombre vivo.
Por supuesto que intenté con Esquire,
pero mis zapatos no son plataformas
y no sé una mierda sobre canoas.
Aunque no puedo demostrarlo, la mayoría
de los poetas trabajan para el departamento de
carreteras.
Hay más de ellos de los que hay
moscas o ingenieros.
Y apesto como una mula muerta debajo de un puente.
Tomado de:
Agua oculta
Una niña estaba en su silla de ruedas en su porche
Las avispas pululaban en la cornisa
Acababa de lavarse el pelo
Cuando ella lo tomó y lo peinó
Ella pudo ver
Como yo
La única estrella bajo la viga
Temblando como un cuchillo en el arroyo
Ella era delgada
Y me hizo pensar
En la música que cantamos para nosotros mismos
Como alguien que pone un dulcimer en un estuche
Y se marcha con un extraño
Para recostarse y beber en la oscuridad
Huerto muerto
a Raymond Radiguet
Como siete pájaros durmiendo en la meseta
Vigilando el naufragio del amor
Misterio de los ebrios visitantes
Errantes con tu esposa
Hombres que hablan con mal acento,
Los condenados, abandonados, un día de silencio,
Dos días de silencio, sueños destrozados y
cubiertos,
Mientras más flores, más sufres.
El sistema penitenciario de Arkansas
Es como un poema lírico
con siete temas básicos
primero el recolector de algodón
que arrastra un carretón de testículos
un par de alicates que se pueden llenar
con una cruz en caso de apuro
luego está el estanque tibio
entre los muslos de la doncella
luego algunos amigos
tuyos y míos
que estarán siempre con nosotros
Pablo, el artista
el pubis de la luna
Pablo, el chelista
pantera del silencio
Pablo, el poeta
el punto de no retorno
y en caso de emergencia
el séptimo y último tema
de este sistemático poema
es la sistemática manera de
la muerte, desnuda frente a ti
Tomado de:
https://www.laotrarevista.com/2021/03/frank-stanford-huerto-muerto/
LA ESCALERA LARGA
me gustaría bajarla como hierbas
cortando brotes
dejando bocanadas de mantequilla
leche y laurel oscuro y vaya Dios a saber qué más
con un traje blanco para Pascua
el ala de mi sombrero vuelta hacia abajo
todo alrededor
con los ojos cerrados llenos de polen
podría cruzarme con cualquier cosa
hasta con el gran herrero
hollín entre los dientes
el piano
o con mi hermano del alma
haciendo sonar el cuerno del castigo
Tomado de:
Los locos olvidados de Ménilmontant
después de Jacques Prévert
No mires con tristeza los días pasados,
los días bajo los días como un río que corre bajo
las estrellas.
No escuches la tristeza
ni hables a menudo con los curas.
No pienses que las mujeres ricas matriculadas en
el colegio del anochecer
siempre olerán igual.
Cada vez que el árbol trabaja las hojas sueñan
Cada vez que grabo el ala muerta mi nombre
en la lámpara oscura de la letrina
dije cada vez que grabo mi nombre
en la madera vieja podrida como un remolcador
sé que siempre estoy contigo
Cada vez que la mala luna del colegial
derrama sangre de los muslos de piedra de la
virgen,
sé que soy guapo y joven y estoy borracho
eternamente como la mala hierba.
No olerá igual
Cada vez que abro una botella de vino
y veo una serpiente doctora debajo de mi cama
sé que hay algo que viene y es eterno
como quitarse una bata blanca sobre el cuerpo de
un muerto.
Los poetas han hecho esto antes.
Los poetas han hecho el amor y se han reunido en
los antros baratos,
se han cortado los dedos brindando por la muerte
del otro.
Los poetas han hecho el amor
y se han mantenido tontos,
se han acobardado en los momentos cruciales
en los que se quedan solos con los estudiantes con
ojos tristes.
No mueras en invierno
porque no hay okra ni veleros
No olerá igual
esa ramita de sangre o el chifonier
No escuches a los perros de caza en otoño
ni ates moscas amarillas a los pequeños labios de
amigos desesperados.
Los poetas han hecho esto antes
y se han alejado solos y sin ser oídos
para enterrar el cual de sus propios muertos.
Como una voz el olor ha cambiado
Polvo bajo los cascos de un caballo
corriendo al lado de la niebla
un libro en manos de un tonto
Queso y pescado y solteronas
son el cuerpo del poeta
porque el poeta no come pan negro
se lo da a los pobres
Cada vez que una yegua lanza a un potro en el país
de un exiliado,
sé que estoy contigo,
un arma en la mano de un tonto.
El poeta olvida en tu recuerdo
que es la mano izquierda del lunático
los domingos el acólito de la luna
es la noche que sigue a otras noches
los ojos de los ciegos
el extraño con el que se va tu mujer
cuando aún hablas con tu juventud
escondida en el barco de la muerte
y no olerá igual
Cada vez que veo a un joven
guardar su cuchillo en su chaleco,
quiero decirle: olvídalo y bebe.
De What About This: Collected Poems of Frank Stanford.
Copyright © 2015 de Ginny Crough y CD Wright, Estate of Frank Stanford.
Reimpreso con el permiso de The Permissions Company, Inc., en nombre de Copper
Canyon Press.
Tomado de:
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