sábado, 31 de agosto de 2024

POEMAS DE JOÃO LUÍS BARRETO GUIMARÃES


Manzanas silvestres

 

Más que el primer verso me inquieta

el siguiente: ¿el

segundo quién lo da? Elijo

mundo

con los párpados (abriendo y cerrando los ojos)

elegir es excluir

excluir es entender

entender es conservar. Cada poema escrito es

una oportunidad

como alguien a quien se toca y de

repente produce una descarga

(una espina en la garganta) la

uña en

una pizarra. Hacer poemas es como ir

a robar

manzanas silvestres –

vas en espera de dulzura pero

te sorprende la acidez. Dentro del poema:

sonidos

(alrededor: espacio en blanco)

silencio que trabaja.

 

 

Las estatuas empiezan a caminar

 

a Juan Manuel Roca

 

El

final de la tarde sucede y las estatuas

vuelven a la vida –

no para levantar la multitud (o moldear

ideologías) sino

por esa otra razón quizá más prosaica: el

día de trabajo concluye. Se acaba

otro día

(pasado en medio de un gesto)

guiñando el ojo estático en cada fotografía

(al metálico tintinear con el que la

calzada

habla). Las estatuas descienden desde lo alto y

regresan al movimiento

es la pequeña venganza por lo que la escasez las obliga –

un día entero quietas

un día entero calladas

un día menos en la vida.

 

 

El pintor de Altamira

 

El

pintor de Altamira (en la penumbra de la cueva)

sabe que las sombras que ve en la pared

son reales. Para él son indistintos

lo real y lo aparente

porque sabe que las sombras que tiemblan

en la pared son

(de hecho) de bisontes

que pastan frente a la cueva. Será necesario que

pasen dos veces

diez mil años para que otro hombre con barba afirme

una cosa diferente y

en otra cueva (a la luz

de otra luz) piense

todo

desde el inicio. Por ahora son sombras

(con rigor de bisontes) que

el pintor de Altamira imita por toda la cueva –

pidiendo a dioses de piedra que se

multipliquen para

que nunca falten sombras (ni tampoco

bisontes) para cazar

y comer.

 

 

Hamlet

 

Hamlet sabe que esta noche no vamos

a Elsinore. Tenemos que estar en otro lugar.

Si pasáramos

unas horas más en el norte de Dinamarca

hablaríamos de locura (real

o imaginada) de

la impiedad del tío. Sea como sea

Fortinbras tomará el castillo y

todo resulta necesario

(todo resulta trágico)

sería casi indecente privar a la vida de mentira

(de la voluntad de venganza) de

la ilusión de que

hay justicia. Lucha Hamlet lucha

contra Laertes

y contra Claudio. No necesitas saber (tan

al principio de la historia) que el final está escrito

que a ti

te corresponde la derrota.

 

 

La hipótesis del gris

 

En un país en blanco y negro

me recomendaron el gris. Un recurso

extraordinario. Con la posibilidad del gris podría

ensayar

soluciones inusitadas –

saborear lo tibio (que no es frío ni

caliente)

explorar el luscofusco (que

no es noche ni día) practicar la omisión

(que no es mentira

ni verdad). Blanco y negro mezclados permitían

finalmente

vivir en conformidad

desocupar los extremos (tan ajenos a la virtud)

licuarme en la multitud

en el centro en el

promedio

dorado. Con la paleta de los grises podría

mejorar el arte de la supervivencia que

(como los mansos saben bien) es

no estar vivo

ni muerto.

 

 

El nombre de los impostores

 

Allí

en la entrada del estadio (en la ruina de

Archaia Olympia) un ala de pedestales con

el nombre de los impostores

se resiste a la erosión del olvido. Muchos de los que ahí

han vencido

(en artes de sudor y gloria) tienen

sus nombres borrados. En el ala de los impostores

los nombres

perduran en piedra que recuerda quién quiso vencer

con soborno

o malicia. Los torsos ya

no están allí

(incluso las estatuas mueren) pero

¿quién no aprecia la ironía con la que el tiempo

hace justicia

(esa mala-eternidad con la que permanecen en la memoria)

el elogio al revés con el que

entran en la historia?

 

 

Los cuervos en Birkenau

 

«Let the grass grow over our footprints»

CZESŁAW MIŁOSZ

 

I am the grass.

Let me work.

CARL SANDBURG

 

Los

vagones que aquí llegaban

partieron hacia otros lugares. La madera de los chamizos

(donde los tenían a la espera)

no ha resistido las estaciones. Ninguna

columna de ceniza los lleva (como nube) por el aire.

No hay olor a quemado (ni

gritos bajo el silencio) en la plataforma raída

nadie

aparta a nadie. Incluso

las cámaras de gas (hoy

un montón de chatarra) pueden dar la idea

de que no pasó nada. Pero ellos se

visten de negro para impedir el olvido.

Sobre la hierba que renace (y trata

de cubrir el pasado) los cuervos velan la muerte

cosechando pruebas de vida

(restos de biología:)

semillas

vergüenza

agua lacrimae.

 

 

Todos los Santos

 

Llueve siempre

ese día. Los viejos llegan temprano a los

ritos del cementerio (con brazos de flores y nostalgia

que salmodian

por las tumbas). Es triste

pero ya no duele. Quien ahora ampara los

entes queridos en sepia son paréntesis alejados

que contienen

(en un abrazo) fechas

de principio y fin. La noche va empujando el día

alrededor de la Tierra –

muchos de los que por aquí pasaron (de paso

en el pasado) ya

viven en este lugar. Los viejos traen a los jóvenes

(enseñándoles la tradición) que comparecen

pidiendo

a la entrada del Campo Santo

«¿dulces o travesuras?» trajeados

de brujos paganos.

 

 

Acerca de la poesía portuguesa contemporánea

 

La belleza

desperdiciada cuando los museos están cerrados –

por la noche

no hay miradas recorriendo los corredores

solo les queda a las quejicas

(en la soledad de los marcos)

enfadarse

entre sí. Y cómo saben ser crueles (las

jóvenes zumbando a las viejas

las delgadas zumbando a las hartas) unas

y otras

rendidas a las mujeres (?!) de las telas

abstractas. Ávidas de atención

van dirimiendo vanidades componiéndose

de hora en hora

(en la irrealidad de los marcos) para disputar la

atención necia

del guardia de turno.

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/joao-luis-barreto-guimaraes-2/

 

 

NO ME GUSTA QUE HAGAS ESO

 

No

me gusta que

uses

el encendedor

que conservas

de antes

para

prenderte el

cigarro.

No me gusta que hagas eso.

Ahora que

estás

conmigo

no

me parece bien

que recurras

al calor

de la llama

antigua

para encenderte la sonrisa.

 

 

MECÁNICA DE UN ABRAZO

 

Lo que encierras en un abrazo cuando

abrazas a alguien no es

un cuerpo: es tiempo. En ese suspenso demorar

(mientras detienes otra vida) hay

un cuerpo que es tuyo mientras lo retienes

en brazos

(por cuanto lo retienes para ti

suspendiendo el movimiento)

mientras detienes el tiempo por el

tiempo

que dura un

abrazo. Pero la

fuerza de tus brazos es más débil que

la del tiempo y

tienes que ceder

(tienes que dejarlo ir) porque

el tiempo no acepta estar detenido tanto tiempo y

exige que lo sueltes para

volverse a mover.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2021/07/poesia-portuguesa-actual-joao-luis-barreto-guimaraes/

 

 

EL BUZÓN DE DIOS

 

 

Un

rebaño de cristianos en la ciudad de los hebreos-

solo querían tocar las fisuras

en la piedra del Muro (enviar

a través de su Dios un recado

a nuestro Dios). Justo en la entrada de la plaza

del templo de Salomón

un soldado israelí había buscado en nuestra pose

el arma de donde pidiésemos extraer la

Muerte o

el Mal. Nada más inútil. ¿No sabía el

militar que precavía al divino de que

o ese Dios es el mismo o

no hay (del todo)

Dios?

 

 

LOS ARGONAUTAS EN OIA

El hermoso viaje

Constantino Cavafis

 

 

Para algunos el

final de la tierra es seguro

 el fin del mundo Para otros el

fin del mundo es

el principio del viaje. Denles

un barco a remo nadie sabrá decir

si hizo bien el

que rasgó el Egeo desconocido si

la duda insistente de quien se queda-

es el viaje.

 

SICILIA

 

Había olivos

E higos. Messina había sido tomada por

Barcos cartagineses

Como el café de la mañana toma e

Espacio del aire.

Había albaricoques y almendras. Cerca

En Siracusa

(Usando el propio cuerpo)

Arquímedes había demostrado cómo el agua

Es incomprensible.

Nos entrelazábamos manos y pies.

Había limones y cipreses.

No sé si viñas.

Tomado de:

https://cajadetormentas.blogspot.com/2018/05/joao-luis-barreto-guimaraes-poemas-de.html

 

 

Una explicación posible

 

 

 

Fue

 

sin duda un perfume. Uno de esos

 

más escotados

 

(generosos

 

triunfales) lo que retrasó a Odiseo de

 

regreso a Ítaca. De esos perfumes simétricos

 

(orgullosos

 

resueltos) que obligan la mirada a

 

volverse

 

para oler. Solo puede haber sido eso (fue

 

sin duda un perfume)

 

un perfume como aquel dejaba hacer

 

casi todo.

 

 

Éxtasis de Santa Teresa

 

 

 

Le pido

 

muchas disculpas al cardenal Federico Cornaro pero

 

creo que Gian Lorenzo Bernini

 

le engañó. Si no el Maestro que explique

 

(como mejor le plazca) la

 

cara de gozo de la Santa (el

 

cuerpo lanzado hacia atrás el

 

hallux semiflexionado los ojos semicerrados) ya ni

 

hablo

 

de ese ángel que traspasa la saeta ardiente

 

con la risa atrevida de un cupido consolado –

 

si esto es el amor divino yo quiero ser querubín

 

a menos que (Excelencia:) Su

 

Excelencia confiese que ordenó la obra así

 

(el pecado enmascarado por los excesos del Barroco

 

algo difícil de ver en una iglesia calvinista)

 

en este caso (Excelencia:) no

 

sé qué juzgar mayor si el

 

lento gozo de la Santa (abandonada a tal entrega) si

 

nuestra envidia por el tiempo que ella lleva con eso –

 

los labios entreabiertos de metafísico amor

 

llenando (Excelencia:) el

 

espacio interior del vacío

 

prolongando (Excelencia:) el grito

 

del

 

dulce

 

dolor.

 

 

 Aquello que es infinito


in memoriam Paulo Cunha e Silva

 

 

 

Empieza ahora otro día y es más

 

otro día sin ti. Erramos por la ciudad

 

tratando de reconocerte

 

(ninguno de los nombres que pasan resulta

 

ser el tuyo). ¿Dónde está la

 

alegría donde asentábamos casa

 

(la búsqueda por ventana la ternura

 

por tejado) dónde

 

tu pensamiento más veloz que el propio día?

 

¿Dónde estás que no te tenemos? ¿Dónde

 

tu energía? Los

 

barcos que bailan en el río el día entero

 

sin descanso (las olas que no desisten de

 

repetirse en la desembocadura) los

 

espejos de este Café que ni por la noche se apagan

 

(el arco iris del amor en los semáforos de la avenida) –

 

tal vez te hayas quedado sembrado por las calles

 

en aquello que nunca se detiene (en un

 

frenesí de partículas)

 

quién sabe ahora si existes en todo

 

lo que no descansa (en eso que

 

no se apaga) en el tiempo

 

que es infinito.

 

 

Para la construcción de la guerra

 

 

 

a Luljeta Lleshanaku

 

 

 

La

 

violencia está latente en el más pacífico

 

ciudadano. Incluso en el que

 

acostado

 

parece sostener el muro (el estrépito

 

con el que frena a fondo en la fila del tránsito

 

el golpe con el que sacude la puerta

 

detrás de él) que

 

no te engañe la bonanza con la que ves

 

a nuestro hombre

 

paseando la propia sombra por una

 

mañana de sol. En él

 

todo es insospechado, pero dentro

 

la sangre bulle. Deja que una mosca se pose

 

en la comezón de la nariz y verás lo

 

que es capaz de hacer –

 

el asesino.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2017/04/poesia-portuguesa-joao-luis-barreto-guimaraes/

 

 

El gato no quiere movimiento

Largas tardes pasa el gato revolcado

meditando (de quién sea el gato el espectro

le toca al gato

revelarlo). La mañana entera ocupado en

anular movimientos

(una hojita por el suelo

la obstinación del viento) cosas

que hagan ruidos o se muevan insistentes:

en su territorio

no.

Ruinas alrededor. Silencio

dentro del silencio. El

propio tiempo detenido para

dar ejemplo.

 

 

La posibilidad del amor

La

mañana fría aproxima a los amantes

junto al mar en el extremo norte de la isla donde

sopla un viento frío y una fría caída de agua sale

en arco del

acantilado al que en la isla se le ha dado el nombre de

velo de la novia. Hasta aquí desde Porto Moniz (en

largas hojas de pita) cada lengua ha dejado viva

la posibilidad del amor:

Hubert aime Christine

a Olga le gusta Mauri

solo el solitario Simon y Susan la soñadora

inscritos en hojas diferentes (aunque

del mismo cactus) por mala fortuna

o buena desgracia

no coincidieron en el día.

Todos estuvieron aquí. Todos aquí asintieron

a la posibilidad del amor–

incluso si

el agua que cae hoy no es el agua de mañana

(ni siquiera del próximo año) cuando

estos nombres caigan y otros

en su lugar aún aparezcan

sin pena. Que la pasión que aquí se ha escrito

se convierta en amor allá.

Joao

 

 

Balada de los malos pensamientos

Las

pelucas de las señoras en quimioterapia una

vez por semana huyen al

peluquero. Las dueñas

calvas

de las pelucas han de tener paciencia–

salir con el pañuelo en la cabeza

(ocultando la alopecia)

paseando el infortunio hasta que caiga la noche.

Hay que dar tiempo a las pelucas. Más que

nunca están exhaustas de la enfermedad prolongada

y no prescinden de la ocasión de

ser lavadas y peinadas hasta

sentirse rehechas. Hay que apoyar las pelucas

en esta fase complicada. No es fácil

escuchar a las dueñas todo el día con

tan malos pensamientos.

Tomado de:

https://esteros.org/2019/10/30/poesia-portuguesa-contemporanea-joao-luis-barreto-guimaraes/