sábado, 3 de junio de 2023

POEMAS DE JEAN CAYROL

 



 

Palabras en el aire

 

Ya no recuerdo

si estamos vivos

 

Ya no recuerdo

si durará el viento Ya

 

no sé muy bien dónde

pongo mi memoria

 

Ya no sé muy bien

si estoy huyendo

de dónde estoy huyendo

 

El árbol se muere

con él los pájaros del olvido

 

El sol muerde su polvo

y es de noche

 

Me desvío de mi camino

que me habla del tiempo

 

El silencio llama a mis hermanos de antaño

y la seda del cielo azul

grieta entre mis dedos pálidos

 

tenía la historia que contar, vivo,

Dime, quieres, si soy tu historia

Enciende dulces destellos del futuro.

 

Octubre de 2000

 

(Jean Cayrol, Todos vienen con su silencio,

antología preparada por Xavier Houssin, 2009)

 

 

Y porque no la rosa…

2010-05-10  | [Este texto, tienes que leerlo en francais]    |  Inscrito en la biblioteca por Guy Rancourt

 

 

 

Y por qué no la rosa,

dice el poeta cerrado,

con muy poco

te hago sollozar.

 

La rosa se arrepiente

pétalo tras pétalo

la rosa que vende

después de la bacanal

 

la rosa con corazón de piedra

que cae con relámpagos

la rosa que ignora

amantes sin invierno

 

la rosa sonrojada húmeda

, suave, mezclada

con cardos,

enredadera

la rosa que me dejó.

 

La rosa que hace escenas,

mientras sus espinas

en los templos divinos

ya no tienen nada que molestarlos.

 

Y la rosa disecada

que la vejez obliga

a la rosa jubilada

donde hiela la primavera.

 

Pero la rosa

que se atreve a morir,

 

la rosa

que se devuelve

a los pliegues de la Causa.

 

(Jean Cayrol, Las palabras también son hogares, 1952)

 

 

Iris en ruinas…

poemas [ ]

 

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - de

Jean Cayrol [Jean_CAYROL]

 

2010-05-10  | [Este texto, tienes que leerlo en francais]    |  Inscrito en la biblioteca por Guy Rancourt

 

 

Iris en ruinas

Iris en ruinas,

toda deshecha por el aliento

y de pronto

resquebrajándose como una momia,

mascando

un pan sin miga,

una mañana sin filo.

 

Sobre una tina

entre sus relucientes jabalinas,

un niño busca el muelle,

el país inquietante.

 

Iris sin nadie,

pequeño pergamino desenrollado

que habla de mi Garona,

en la muerte tomas

la apariencia de una bestia

que pisas.

 

Y esta es su semilla

como un higo inútil

que nadie devora

una semilla de madriguera.

 

Iris de

encanto desaliñado,

pabellón para un hada,

Iris en lágrimas.

 

Iris de locura

como tumba desierta

Adiós días verdes,

mi flor en el portal.

 

(Jean Cayrol, Las palabras también son hogares, 1952)

Tomado de:

http://espanol.agonia.net/index.php/poetry/13937091/Retour

 

 

ESCRITO EN LA PARED

 

Pertenezco al silencio

en la sombra de mi voz

en los muros desnudos de la Fe

en el pan duro de Francia.

 

Pertenezco al regreso

a la puerta cerrada ¿

Quién llama en el patio

que tararea paz?

 

El alba nutre la tierra

en la fuente del fuego

Pertenezco al cielo azul

que sufre sobre la piedra.

 

 

SOMOS VIOLENTOS CUANDO SOMOS GENTILES

 

Somos violentos cuando somos tiernos,

con una sonrisa ahogada,

quisiera encontrar mi parloteo

y esa forma de tomar las palabras por los hechos.

El tierno grafiti ha desaparecido en el bosque,

he aquí el momento que las armaduras

dejan caer su pincho en el frío.

Frank se va lentamente

entre sus escombros;

¿Dónde encontrar al hombre que camina junto a su sombra?

La patria empuja un cochecito sin hijos.

Hablo de España con el acento tónico,

el Pardo pide perdón,

y toda una familia en un gran drama antiguo

lo envuelve como tantos cardos

en una noche de treinta y seis años.

Franco rodeado de un problema cardiaco

hueva el hueso de su vida,

los médicos caminan, un reloj en la mano.

Las tiras de la historia se deshacen en supervivencia:

"Madrid en coma político"

 

 

EL ANIMAL MENOS HERIDO

 

El menor animal herido

pesa tanto sobre la tierra,

la menor semilla triturada

que les deja hacer la noche.

 

Preocupación precoz por la maleza

súbito estambre de lluvia

que puede en cada sueño

encontrar lo que huye?

 

Con cada sorbo de silencio

la bestia rueda un poco más

con cada golpe de lanza

tu miedo queda al descubierto.

 

Mañana el árbol vive en sus hojas

y el animal lleno de amor

se duerme en el nuevo umbral

que descubre el gran día.

 

 

DIOS MÍO, ESTÁS TAN TRANQUILO CONMIGO

 

Dios mío, estás tan tranquilo a mi lado

con mi alma que te canta y se sonroja de ser vista.

Dios mío, estás ahí durmiendo a mi lado,

árbol que me cobija del viento que ya no juega.

 

La lluvia es toda azul en el borde de las colinas.

Dios mío, despierta, el alba está a mi puerta,

tu mano por fin tiembla en la noche, que se puede imaginar

inmóvil y helada en estos brazos que me llevan.

 

 

GLICINA RESBALADIZA

Wisteria resbaladiza

golpea la ventana;

el niño le hace señas

cuando sus paredes están a punto de nacer.

 

Entonces,

disueltos los racimos,

viene el follaje;

a lo largo del camino,

la glicinia está muy bien.

 

Rápidas las glicinias

se despiden de los bellos muros

las prisiones se vacían

con su viejo murmullo.

 

Extraer de:  1952, Las palabras también son residencias, Editions la Braconnière

Tomado de:

https://www.poemes.co/jean-cayrol.html

 

Dulce asombro de estar tan cerca de nosotros

La vieja luna felina sobre su rostro alterado

Fiel a la cita las mejillas en fuego

Con la esperanza de ser reconocida por las hierbas y por los locos

En un país impaciente levantando la tierra ya azul

Una carta todavía en la mano

«a quién dársela, dios mío, a quién dársela».

Apenas liberada de nuestro amor, a penas esclarecida por la sangre

Pidiendo su camino en lágrimas los ojos debilitados

Toda sorpresa por el silencio que regresa sobre su frente.

Un niño está de pie, que la saluda.

Está ahí y no se marcha.

 

Traducción de Francisco Conde Soto

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/jean-cayrol/

 

 

Mañana

Encontrarás las pisadas horteras en los alquileres Encontrarás las botellas donde se secó el vino La noche con mejillas rojas de inocencia Encontrarás el nombre que se me escapó de la memoria El perro guardián ciego y el fuego robado Encontrarás la ciudad plomiza en la penumbra la tierra acostumbrada a las cenizas y al coro de ángeles aturdido por el crimen y sentado en una tumba encontrarás la voz que el amor ha carcomido las asignaciones furtivas de los muertos encontrarás nuestra libertad pendiendo de su cabeza Y el amanecer en vuelo desgarrado por el espanto Encontrarás la espada la ira y el día.

Publicado en Puestos avanzados, 1990

Traducción: Copyright © Timothy Adès

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/jean-cayrol/

 

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