"La noche en las hojas"
Tienes la espalda crecida de anillos.
Qué negras lámparas hacen volar golondrinas durante tu
trabajo.
Mientras colocas tu cansado pensamiento sobre la mesa,
mientras haces caer algunas nubes de tu boca,
mientras las puertas cansadas de girar dan paso a los
delirios,
mientras deshojas las inscripciones de las piedras,
qué largo humo viene de tus ojos donde todo está en
movimiento,
donde los hombres y las mujeres sueñan y los animales
devoran corolas,
donde hay una estrella sobre tu mano.
Alguien se ahoga cerca de tu pecho y pide socorro.
Algo que debe ser la imagen de lo que soy cuando no
duermo.
Cada vez que te mueves el alba
muestra sus dos pequeños pies entre tus dientes.
Tomado de:
https://poesia-periferia.blogspot.com/2013/07/poema-de-rosamel-del-valle-la-noche-en.html
Cántico de la visitación
Un día podrás ver que el invierno es un ojo frío.
Se sabe por los granos que forma el viento
Sobre la hierba distraída. La idea de un viaje
Es ese tambor sorda de las hojas. “El agua
Es más filuda este año. Naturalmente, los huesos
Necesitarán otro médico”. Y, otro sol me hablaba
Cuando empecé a andar por ese jardín inolvidable.
No debo dudar, sino creer. ¿Basta decirlo?
Un día podré contar los eslabones del tiempo y uno
A uno formarán esta imagen del ojo frío.
No, no quiero contar con el tatuaje del cuerpo.
El verano formó el fuego y el invierno la ceniza
En un día sin fin. Ahora pienso en la tranquilidad
De mi muerte ya que yo también formé mi muerte.
Una nube inflada de pronto y el grito de una lámpara
En mí, en ti y en una sala especial para viajeros.
¿Recuerdas el color de un mar invisible?
Con esa idea estarás a mi lado en la hora
De la gloriosa disolución. Sentada ahí
Como al borde de un precipicio, con los ojos
Fijos en mí a través de la tierra. Ninguna duda
Te impedirá verme en mi sombría desnudez.
Y yo sabré hacer el ruido justo, el signo
Revelador de que estás exactamente junto a mí.
Ya ves, mi breve resurrección. Un minuto de un siglo
Abierto de par en par entre tus ojos y mi cuerpo.
Un río lejano deslizándose en puntillas,
Un golpe de llave en la puerta profunda.
Y tu sol risueño paso a paso por las hojas secas
En conversación con el aroma irresistible.
Quizás busques el signo del hueco misterioso
Dejado por la desintegración. Quizás te turbe
Saber que todo sigue donde mismo. No te baste
Creer ni dudar. Si puedes, recuérdalo,
Tu mirada será ahí el día de la creación
Con los pájaros en profunda invención de la música.
Y como tuya será mi muerte, tuya será la mano
Creadora de la nueva noche para que no haga ruido
El tren que te cruce la boca al descubrirme.
Si quieres saber, escucha lo que te diga la tierra.
Ahí seré el profeta de palabras arrugadas. El misterio
Que nos unió seguirá con nosotros en esa sala de espera.
“Todo tiene un sonido de arpa. Con algunas notas
Se teje la putrefacción. Con algunas miradas
Sobreviven los huesos. No hay nada que temer. Se viaja
Como una nube al atardecer”.
……………………………..Oh pero yo pienso
En el sonido de arpa de tus ojos fijos. En la leve
Inclinación del mundo inanimado hacia lo inanimado.
En el resplandor del camino a través de absortos
terrones,
En el cielo en descenso a semejanza del nacimiento de
las lilas
Y sobre todo en tu ser en la muerte y sin la muerte
todavía.
Unos ojos fijos, fijos. Un taladro radiante
Perforando el abismo que entonces me aparte de la vida.
La última visión en visita antes de la definitiva
sequedad,
Antes que la casa del cuerpo pierda los pilares. Antes
Que se deshaga en ti tu mar y en mí la resurrección.
Sé que hay un viento de ojos grises alrededor de los
muertos.
Tú podrás oírlo pasar por el jardín en viaje
Y quizás confundas ese ruido con una visión entre tú y
yo.
Así sea. Pero no habrá necesidad de que preguntes.
Nadie intervendrá en el hilo de sol con que me mires.
En esa sala de espera. Y seguido de cebras y leones
Vendrá un dios a interrumpirte. “¿Por qué
Interrogar al hueco si el viajero está en el Paraíso?
Se asciende por la misma cuerda del descenso. No sólo
carne envuelve a esa visión que llaman cuerpo. Así
Por mí conversarás con quien te está escuchando”.
Hay mundos creados para no ser vistos y palabras
Para no ser oídas. Ni el trueno sabrá ese día
Que habrá un silencio ardiente entre tu sol y mi noche.
No voces seguidas de cebras y leones
Ni abejas cargadas de sueño, ni un tercer viento
Cambiando el mar delante de nosotros. Sólo tus ojos
Fijos en mi sed y en mi júbilo como grillo entre cañas.
¿Habrá otro tiempo más vasto para recordar?
¿Para recordar qué, entre tantos sonidos? ¿Y si esa
fuera
La mejor hora y si ése fuera el único modo de sentirse
Danzar entre visiones todavía? Lo sabremos. Tu mirada
Decidirá. No olvides mi colección de signos.
.………………………………………………………Quiero
Sellada tu boca. Soy el rey con fastidiosa corona
En tu sala de espera y en mi sala de figuras de cera.
Recuerda si quieres saber. Me verás colgado en el árbol
Con los pies sobre el mar. Y tu idea era
Ser una ola solitaria bajo mi garganta. Lo eres.
Mi lengua es una banca solitaria entre los dientes.
Y cuando tu padre baje a buscarte al fondo del mar
Se convertirá en estatua. Los trágicos recuerdos.
Los espejos trágicos pegados a los muros. ¿Recuerdas?
Quien recuerda está podrido. Tú eres el sol
Y yo me alejo por el hilo solitario de tus ojos.
Antiguamente se hablaba del ruiseñor. Tal vez oigas
Al ruiseñor del Paraíso con su noche a mis espaldas.
El viejo encantador de serpientes no pondrá más celo
En hacerme comprender su fábula. Pero habrá un órgano.
Una Sonata en muerte menor, Nº 1, opus 1, dedicada tal
vez
“A la putrefacción de un hombre”, sin que el nombre
Sea cambiado en circunstancias fortuitas. Podrás oírla
En ese instante en que el mundo se haya detenido
Al golpe de la vara fabulosa de Josué. Somos
La fábula sin fin. “Y verás crecer la hierba junto a
ti”.
Sentada ahí, a la manera del verdugo junto a la horca.
Con un sol rojizo en persecución de pájaros sin alas.
Ya no hay tranvías en la ciudad, hay corceles mecánicos
Que tampoco sirven para nada. Las enfermedades continúan
Y los sabios sonríen en su jardín de hongos atómicos.
El joven banquero va al hipódromo el día en que no hay
bolsa,
Precisamente cuando las acciones bajan y se cotizan
Al precio de un creyente cualquiera. Las
insatisfacciones
Corrosivas. Hoy se cambia de sexo con tanta facilidad.
Tal vez como se sigue el llamado de la estrella del
demiurgo
No más mentiroso que un conejo. “El sol sale para
todos”,
Dice el gusano, mientras se prepara para el banquete.
Un sol rojizo en cada corazón humano en vez del sol
Musical de las fieras de África.
Con el libro de las visiones sobre las rodillas.
El mundo sigue, pero tu mirada es un mundo nuevo.
En tal trance todo será posible y me dejarás hablar.
Los muertos dicen la verdad porque tienen clavos en la
lengua.
¿Recuerdas esa flor con tres clavos y una corona? Habré
Olvidado su nombre. Lo habré olvidado, estoy seguro.
Mi madre acostumbraba regarla con lágrimas. Veía
Lo que ven las madres del segundo Fausto. Y yo vi
A Mefistófeles en el vino del tonel ardiente. Y amé
El amor faústico. Puedes suponerlo, los pecados
Surgen demasiado tarde y tardía es la absolución
Porque tarda dios en hacerse presente. “Pero
No tardarás en deshacerte”.
Mi amigo era un fabricante de alas.
Lo sabes, todo se fabrica. Menos la muerte, aunque
El demiurgo sea un especialista en tatuajes. Aunque
Crea en la obscura sinfonía de la resurrección.
¿Y si tu mirada se corta de pronto y me deja caer?
Es difícil fabricarse la fe y la tranquilidad. Espero
Que esa estrella fija dure siquiera un minuto. ¿Será
Mucha eternidad para mi cuerpo rescatado?
Mi orgullo ¿qué mejor hora para el orgullo?
Se esforzará por retener el contacto con tu cuerpo
Cómo envejecí a la medianoche por reunir mis visiones.
Y qué altos estarán los pinos para servir de testigos
Del drama indescriptible. Cómo sé que las hormigas
Se deslizarán más pegadas que nunca a la tierra.
La estatua serás, la Gorgona serás y la rosa
Abierta hacia mi noche enmarañada. ¿Qué dios pudo
Imaginar alguna vez este diálogo entre el carbón y el
rocío?
No, ni cuando se dispuso a echar a andar la fogata
Todavía inanimada de sus gigantes siete días.
Mas esa celeste tranquilidad tendrá su látigo:
Ciertamente, sabré que me estás mirando desde lo alto
De la tierra y más preocupada de mí que de tu próxima
muerte.
¿Sabrás que el mensaje habrá llegado a su destino?
¿Sabrás que el trabajo de la disolución se habrá
detenido?
¿Podré tocar el hilo que me estará uniendo a tus ojos
Y bastará ese temblor de cuerda de arpa para que todo
sea
Como mi carne ciega lo ordene desde su reino?
En todo caso, adiós dirá mi ruido y adiós repetirás,
Visión sentada junto a mí y con el fin del mundo sobre
las rodillas.
Tomado de:
1926
Por seguir tu perfume sin atención de cuerda
De torre a torre el espectáculo cada minuto como oso
menos pesado ni intruso
Aparentas la nube sentada con los ojos en el vacío
Detrás de tus ojos las murallas suspendidas con la voz
De flor abriéndose por cada estrella en el mejor
movimiento del sonido suspenso
O como las espadas de pie debajo del agua con su hoja
afuera
Rama cimbrándose en la boca de los túneles desde lejos
Frente tan sencilla de arena de ola con dos ruedas
Obscuras en la mancha de las palomas evasivas
Más bien las olas paradas en el lomo del cielo como un
canto de estrella de cien pies
El perfume admirable sin anochecer en las astas de la
ciudad otras veces en los rieles tibios de mis dedos
Hacia el viento y su sombrero de hojas al lado de las
nubes humedeciendo tu estatura viva de abeja en el cielo
CARMEN
Color del paisaje sonámbulo de mis huesos
Sin amarras de nidos que destruyan la angustia.
La sal alza su mundo de estatuas en un ruido de manos.
Columnas desde los dedos hasta el centro de espacio
A quienes se obedece como a un ritual que impone su
imagen.
Todo crece demasiado cerca y el eco que se debe ser
entre objetos y personas
Sangra el cuerpo de un mar huidizo y negro
Mientras peces, los animales, los insectos y los signos
dormidos
Rodean el lecho en cuyo césped la muerte escucha mi
viaje.
ALAS AL OIDO
Instrumental de colores en que duermen los deseos.
Abejas, arañas, signos, presentaciones.
Temblor de angustia que viene de otras imágenes,
De los hornos un poco a obscuras a causa de la memoria
que duerme.
Violento despertar entre carbones de ojos azules y
palabras brillantes,
Invasión de fuego por arenas celestes,
Isla donde el cuerpo reposa en un color de serpiente,
Olas con labios pesados de enigmas.
Los años que desciendo por esta escala de relámpagos.
Los años que busco la estrella que la visita y que se
aleja dejando sus trenzas olvidadas.
Línea de cifras en el espacio de peligros.
El oído y el mundo y la imagen que al irse cierra las
puertas detrás de la sangre.
APROXIMACION
Asómate a la raíz de mi sangre que pasa entre la madera
Dormida por pasos que la siguen hasta morir.
Habita fatigada la sombra de sus habitaciones donde el
tiempo
Cierra todas las puertas.
Oh, país de un sonido largo como una luz a lo lejos,
Acércate a mi oído que tarda en despertar.
La crueldad de esta estrella que nada debajo del agua
Es tu voz fija en un instante sin existencia segura,
Algo más adentro de mi imagen errante que atraviesa las
puertas cerradas.
Quítame las sienes de los vidrios y quítame las manos
del fuego.
El calor de tus luces destruye las sombras y los vapores
donde la muerte hace su nido.
VISITA
Por fin los corales han dado con las piernas y mecen rumores
En el lecho de la soledad hecha de nidos.
Cuando los sueños flotan y el hombre desinfla el aire
que pasa
Saben que alguien despierta en el ruido de la noche
terrestre.
Amor del océano que escribe con uñas en la arena apagada
Lo que la ola reduce a cuerdas líquidas.
El mensaje impone un orden en que los peces se detienen
y naufragan.
Y algo de lo que toca se ilumina y algo de lo que no se
ve deja caer su escama.
Porque los corales visitan un cuerpo y conocen lo que
significa si el sueño
Toma la forma de un signo que desciende entre húmedos
dedos marinos.
TRANSPARECIA DE LA SANGRE
Tarda en seguir la línea entre los apagados cristales de
las venas
Sin marcar el sonido que nace en el árbol del alba.
Algunas nubes se agitan en trance de imágenes sin saber
donde dejar caer sus hijos.
Cielo ceñido de hierbas y alcoholes sonámbulos.
Lasa manos se agitan al lado del lecho donde la memoria
vierte su líquido.
Pero lo animales descansan en un follaje de brasas
Sin dejar pasar el signo que la tierra destruye en su
tumba.
Espacio de los mitos y de los jóvenes dolores que
llegan.
Aliado de los peces que cimbran lámparas llamándose en
el ojo de la noche.
Alguna vez será difícil descifrar lo que el sueño quiere
decir con su golpe en la puerta.
MAGIA IRREGULAR
Cuando despierta la zona de los países que nadan a
obscuras
El ser entra en el frío que traen las algas errantes,
El olor de los peces muertos entre coronas de azufre.
Al parecer sobre la tierra de joven edad que deja caer
sus pestañas.
Punto de soles helados en el viaje del cuerpo con sus
costumbres,
Por fin casi próximo al sueño de alcoholes que estalla
en mi lecho de sábanas verdes.
Las olas de la boca rompen sus trenzas de nidos.
Los ojos ven pasar extrañas barcas sobre la sangre del
pecho.
Los pies tocan piedras quemantes, cabezas de bosques.
Apagados océanos de arañas
En la atmósfera de las piernas, entre el viento que
viene de visita.
PASEO
Desde los pies azules con su traje de lámpara,
Desde los cabellos que caen de los árboles en un sonido
de olas,
Nada más que en el punto donde debo reconocerte
despierta o dormida.
A veces como una copa de angustia donde se ahoga el aire
que te guarda.
Si mi memoria sumergida en su horno de sueño se
despertara
Sin turbar los ritos que la rodean, los ritos de verdes
temblores.
Desde el humo que levantan los deseos en su casa.
Desde los sonidos que vienen desde el obscuro oído de la
tierra.
En verdad, no siempre es tu paso lo que flota sobre el
césped,
Ni tu pensamiento lo que tiembla con cierta dificultad
en el aire.
VOLUNTAD
Esta primavera de frías paredes y de presencias enfermas
de sombra
Es el ruido secreto que desata los pies en el clima
largo tiempo nocturno.
Una paloma en el aire de la nada del pecho
Derrama el mensaje sospechado en el temblor de alambre
del sueño.
Que el libro de invisible escritura que nadie abre en el
miedo de las venas
Muestre por fin su dichoso o terrible resplandor de
lengua desgarrada.
Que esté obscuro el hombre como el mundo está obscuro,
Pero que abra para siempre sus inmensos ojos de viajero
que regresa en el día.
ESCALA DE LOS SUEÑOS
Dividida en las olas de tinieblas anticipadas al alba
Entra en los espacios que para sí misma descubre.
Resbalan los aceites opresos, fieles al despertar
Y la chispa que ha perdido su ojo entre la noche.
Fábulas ensimismadas desde siempre, en caminos de
escalas desde siempre
Se encienden en la flor negra del aire inesperado.
Tendidas desde un lento dormir
Vienen como de la inalcanzable existencia de las lenguas
apagadas.
No lejos de su cabeza, en un borde de nieve
La escritura del día extiende su piel de algas rumorosas
Y sangra al pie de esta página muerta al despertar.
MAS BELLO EL ARBOL QUE EL PARAISO
Recostada sobre arenas mentales, invisible hora
Adornada de terrores, de secretos, de páginas verdes por
el alba.
Entre espumas del cuerpo, en constante trabajo desde que
la noche se cierra,
A tientas entre las débiles llamas que vienen de lo no
siempre olvidado.
Dulce animal de distintos vestidos incorporados al
sueño,
Propietario de las olas, selvas sumergidas, de almacenes
de corales,
Casi siempre a punto de morir en el pecho poético del
hombre,
Tan inclinado hacia el amor como sientas palomas sobre
sus rodillas.
Me parece reconocer el aire que trae estas ondas, este
ruido de maderas.
Sueños construidos al borde de ciertas hojas que saben
sonreír,
Entre animales e insectos, entre nadadores terrestres,
Cerca del abismo donde duermen los ángeles asesinados.
Entre climas mentales, invisible tiempo,
Poseído de mis mensajes, de mis pruebas, de mis deseos
sobre espinas.
Sin celestes alarmas, sin el olor blanco, blanco de las
leyes.
Dispuesto a los llamados, a las nocturnas experiencias,
Al terror de las manos volcadas sobre los objetos,
A la súbita fuga de las abejas de ceniza en los sueños
perdidos.
EL CUERPO PIERDE RESPLANDOR
Abandonemos esta isla donde habita insegura
Seguida de la sombra y de nosotros.
Si las voces acuden por intermedio del sueño que empieza
a enfriarse
El corazón se niega a abrir.
Extraño collar de pensamientos que giran entre cielos
atrasados
De un día moribundo en su raíz.
Las campanas del pecho suenan a árbol derribado.
El dolor podría hacerse transparente como el color del
agua.
La angustia regresa sin partir.
¿Qué hacemos con estas hojas de otro tiempo que no hemos
recogido?
Podemos decir: abandonemos este sol de tan bellos pies
que nos lleva
Lentamente en un sueño.
Las regiones del frío vuelven de su ausencia como el
olvido del tiempo,
Pero nuestro pensamiento respira una atmósfera de pupila
ahogada.
El sonido que nos conduce al sueño viene cada vez de más
lejos.
Las manos que nos anudan se deshacen.
Nuestra boca parece una cascada sostenida en el aire.
Nuestros oídos llaman a toda hora
Y desean hacer entrar la imagen que permanece afuera.
VIVIR O PERECER
Hay una vida que pasa entre la conciencia sonámbula
Y lo que resta del viaje entre sábanas y escombros.
Heridas derramadas en la noche que sube
Ávida de memoria despierta de pronto en un sonido.
Venid, espinas obscuramente formadas de tallo en tallo,
En vosotras siento el golpe de la sangre que pierde
brillo,
Una transparencia salida de las urnas de cristales
pavorosos.
Venid, atmósfera rechazada de puerta en puerta y sin
deseo.
Los que te oyen venir enlutan sus vidrios y huyen
llevados del cabello.
Hay quienes dicen que los ojos llevan y que se dejan
conducir,
Que las manos apartan las ramas sombrías del aire al
andar.
¿Cuáles ojos aclaran el vacío que van llenando los pasos
solos?
Cuáles manos adelantan la sombra que tarda en andar?
Unidad de dolores, de raíces, de viajes que la memoria
no olvida,
Extraño movimiento y deseo en interminable calor.
Nuestros pasos se duermen entre cabellos ocultos que
impiden
Abrir los ojos a la sombra desnuda en rededor.
Las puertas vienen al encuentro de los pies
fatigadamente perdidos.
Pero las habitaciones se obscurecen apenas el hombre
entra allí.
IMAGEN DEL VIDRIO
Clima detenido y flotante
Dolor de hojas a lo lejos, vencidas, sin aire.
Mueren los ojos, se derraman los dedos y parpadea la
lengua
Que crece más y más saliéndose de su sombra.
¿Qué puede existir detrás de los vidrios con un solo
árbol, con una sola nube,
Sin atreverse a caer en la tierra de plumas angustiadas?
Oigo que lago crece inevitablemente sin ruido hacia mi cabeza
Pesada de islas en peligro.
Una mano sin vacio en cada dolor.
Una copa detenida en los labios del corazón.
Un eco en la piel apagada de los objetos.
Un olor a amor en el cielo que desciende paso a paso.
Extráete de ti mismo, clima de sombra y pasajero
A quien pregunto por lo demás,
A quien miro del revés y tranquilo entre la cabellera
del agua que se devuelve,
A quien veo pasar por detrás de los árboles.
Su destino silencioso vive en mi corazón cerrado.
Pero es necesario huir, huir.
El aire pesa demasiado sobre las heridas abiertas.
Vienen sueños para los viajes, sueños con labios de
rodilla,
Mensaje a medias destruido, semejante a una lámpara.
Y es necesario partir en un latido desesperado,
Inútil, ausente.
LAMPARA DETRÁS DEL MURO
Sitiado de vellones en movimiento
Imagen que la memoria deja caer.
El tiempo nada en un color de atmósfera
O vuelo de sombras despiertas,
Guiado por lámparas de negro andar.
Las tribus aparentan descanso en tus huesos.
Nada te es familiar si no viene
Desde la cascada de ritos de la sangre desaparecida.
Piedras de lenguas habitan en tu imagen de siempre,
Imperturbable cabeza de sonámbulo.
Vivo en piel rayada por signos,
Historias de muertos en los laberintos del pecho.
Fantasma con oído destrozado,
Fantasma con pies de aureola,
Fantasma sentado en largas raíces.
Esperas bosques ausentes y minerales de sueño,
Cascadas de cuello de garza abandonada,
Raíces que leen su diario bajo tierra,
Angustia de cielos colgantes que destruyen tu boca
Mientras el humo se reclina en hojas de uñas ciegas,
Y pasan coronas de agua, coronas de soles, coronas
De animales asidos a la sangre de los años.
Habitante del alba prendida en tus cabellos,
Habitante de las mañanas que lamen viviendas y sueños,
Habitante de las tardes, danza de gotas de hilo a hilo,
gota a gota,
Y de la noche con puertas de vidrio abiertas al miedo.
UNA MANO EXTRAE EL SUEÑO
Entre la sombra de pupilas fosforescentes
Y la ventana por donde la noche acaba de salir.
Día rodeado de olvido en descenso por cordeles de aire
Y que sale de lo nuestro apagado en un fondo azul.
De lo nuestro que huye a lo lejos y lo más cerca de la
sangre
Con la garganta llena de raíces.
Día de abismo en el costado semidespierto sin llaves,
Prisionero de los pasos que regresan de súbito.
Una gran atmósfera nos sigue aproximándose y
aproximándonos,
Una atmósfera de palomas muertas en lejano oído.
Hierbas del agua y maderas del cielo, pájaros submarinos
y hojas de la tierra
En el día que viene con dificultad y apagándolo todo.
¿A qué llamado obedeces, luz encadenada a las patas de
los pájaros?
Pareces en la negrura animada y transparente de tu
espada cuando duermes
Y cuando se abren los acuarios del sueño y los peces
salen de paseo
Y cuando tienden el oído los jardines y danzan desnudas
sus estrellas de vidrio
Y cuando la electricidad de los bosques corre azul de
copa en copa en lo alto
Y cuando el cielo desciende por largas escalas de humo.
Y cuando el viento hincha su tallo de ojos amarillos
Y cuando el agua despierta as la raíces prontamente
vestidas de tierra cálida
Y cuando los arroyos desatan sus trenzas de palomas en
línea
Y cuando el eco pregunta quien llama al borde de su
espejo
Y cuando los nidos cimbran huevos y alas entre el aire
que los visita
Y cuando las lámparas sonámbulas recogen la sangre de
las estrellas que corren.
Y cuando partimos de nosotros mismos en pos de una isla
vista y desaparecida
Y cuando la memoria nos sigue con pupilas a medio dormir
Y cuando cruzamos las algas y los vapores y los ramajes
del cielo precipitado
Y cuando nuestra voz es una huella enredada en lo que
deseamos conocer
Y cuando nuestros ojos atraviesan los vidrios nocturnos
que nos rodean como ángeles
Y cuando nuestros pies conducen raíces y hojas y signos
y olas y estatuas.
Y cuando lo que somos desaparece por puertas abiertas y
olvidadas
Y cuando los objetos se animan y conversan y viven al
oírnos pasar.
Y cuando los deseos perdidos se acercan vestidos de
blanco
Y cuando los lechos hacen temblar sus sábanas como un
libro que se abre.
Y cuando la vida nos toca el cuerpo libre a su imagen y
semejanza
Y cuando la muerte nos oye salir con labios cerrados a
su imagen y semejanza.
Y cuando a imagen y semejanza del sueño nos devolvemos
oh, sonido,
Eres tú quien camina por las copas de los árboles del
cielo
Eres tú quien corta los hilos cargados de mensajes y
reflejos
Eres tú quien llega de pronto con larga cabellera húmeda
y espada de sal.
Y somos nosotros quienes huimos hacia el alcohol de las
amapolas nocturnas
Hacia los acuarios, hacia las raíces, hacia las cosas
heridas de muerte.
Tomado de:
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