viernes, 15 de octubre de 2021

POEMAS DE ALINA GALLIANO

 

(Manzanillo, Cuba, 1950 – New York, EEUU, 2017)


POEMAS DE ALINA GALLIANO

Adrenalina en el sabor... (ix)   

              

Adrenalina en el sabor de mangos, te voy a seducir,

envés de esas ausencias de estarle a los contigos,

abecedario deshabitando el marco de vivir al múltiple.

Quiero encontrar espacios que van a fabricarse:

antiquarium a ritmo de presencias en calles por llegar;

quiero imaginarias tiendas, azules adoquines,

cuartos recopilando encantos a tus pasos;

sitios donde comprar miniaturas, relieves o descuidos

dejados por la huella de tu cuerpo, maravillas de olor

que van permeando sin pensarlo siquiera:

tijeras de marfil, vasos, horquillas, brújulas,

abanicos, cartas, peines, memorias de tu pelo.

Quiero comprar al tiempo cosas tuyas, greguerías,

luces que esperan por nacer, itinerarios de tu piel,

pisapapeles, sombrillas con capricho de tus dedos

redefiniendo aguaceros a libertades de una sola sílaba.

Compraría almohadones que contengan siglas de tu dormir

indefinidas zonas donde sabes soñarte la plenitud,

el secreto que mecen los sillones al estrenar tu nuca

o el lenguaje exigente de tu espalda,

cuando cierras los ojos, cuando miras.

Y entregarme de golpe al canistel que vive en tus caderas,

sobre la magia de la lengua abrirte, pulpa dulce,

al júbilo que tiene la saliva: pabellón algebraico

donde habitar alimentando a vértigo orígenes o besos

que como peces rastrean sus querencias polemizando

a irrebatible preferencia los perfiles en peso de tu boca.

 

Como verbena mi boca... (i)

 

Como verbena mi boca

se detiene frente a ella.

Nadie es capaz de conversar

la historia que sin esfuerzo crece

a su secreto de constelaciones.

Quién puede descifrar este gran hábito,

esta manera de encallar el hambre

en la continua furia de los higos;

atómica raíz reconstruyendo el gusto,

desvistiendo presencia entre los dientes.

Y es que cuando te dices,

cuando sin darte cuenta

vas soltando tus risas

desamarrando en pleno todas tus voluntades,

calibrando nocturnos pentagramas,

atmósferas, donde vas preparando

tu doble itinerario,

inexorable arquitectura

con mi yo inagotable,

sin decírtelo, entonces,

te voy prestando rutas

sitios llenos de únicos,

indómitas ciudades

que nacen a mi cuello

sorprendiendo tu espacio,

mapas para países que pre-existen

despiertos en la alcoba de mis manos

esperando que pases del brazo de otras gentes

enloqueciendo el aire,

redescubriendo a posesión la altura

torre de olor que brota,

para ti, de mis dedos;

tiempo donde tus días por ser,

se vocalizan.

Tomado de:

http://www.poetaspoemas.com/alina-galliano

 

Ocúpame

Ocúpame, temporal, al barroco de la oreja

Manta-raya de lengua déjame atravesar tus formas

redescubriendo latitudes al arrecife de tu córnea,

y júntame de lleno en apetencia marfil contra marfil,

abriendo a enamorada línea tus pezones,

desintegrando el control que reside en tus tobillos

hasta sentir como sortija la presión de tus piernas,

a punto de explosión tensar la aorta.

Invítate conmigo a lo distinto de acariciar navajas

a un punto de deseo que electrizante cruce

la ingobernable esquina de mi cuerpo,

su gusto de conquistar necesidad de alturas,

torbellinos.

Médula al crisantemo,

ayúdate a vivir como se debe:

en estación de cráneo, a filo de huracán,

pasión donde es posible penetrar en secreto

la inevitable dimensión, su derramada oscuridad,

sitio del gozo alimentando voces, desafiando panteras,

reproduciendo lo bizantino de una cala-lirio

a vértigo de asombro entre los dedos;

cuadratura geográfica donde el besar como instrumento,

puede,

duplicarse Sur sobre todo Norte a permanencia,

porque adentrar de golpe la existencia es simplemente

saborear o reducir el espacio a intensidad de amor

detrás del labio,

o en el hueco del cuello a su diverso,

a su implacable empalme, donde la dureza,

canta o destila su péndulo de éxtasistres

pulgadas debajo del ombligo,

sin condición,

porque gesto en silencio de otra voz me nombras

la única,

la más brillante y fuerte de tus sílabas.

 

La madre que ahora tengo

La madre que ahora tengo es la misma y es otra entre las muchas

de las cuales he sido nacida,

no me levanta como en otros tiempos en antiguo lenguaje judío

ni tampoco me levanta en lenguas arameas,

ni siquiera en un árabe olvidado que todavía tiene resonancias

entre los dientes de mis tatarabuelos

o en esas otras lenguas de los que pasan

sin saber que sus sonidos también me pertenecen

y que me viven por encima de mis presentes apellidos.

La madre que hoy coexiste o a ratos me reconoce en sus perfiles

en sus maneras de doblar las sabanas,

de acariciar un libro con los ojos

de echar a andar diseminando de la cabeza pensamientos, rumbos,

me cuenta ensimismada los giros de su infancia,

lo insólito de vivir junto a mi abuela Nena

mi abuela que sabía leer en el aire los pasados

el futuro y los pliegues del presente

a cualquier rostro que tuviese cerca.

La madre que ahora tengo conoce cabalmente los exilios

y los puede nombrar uno por uno en los claros arroyos de su cara

si se mira al espejo recordándose.

La mujer que hoy por hoy yo llamo madre

a la que puedo nombrar nombre por nombre

sin equivocaciones de mi parte,

me ha otorgado como último regalo en esta tierra

mi pasaporte para el no regreso a esta heredad de lo azul

donde he vivido innumerables existencias a tope.

La madre que convive en mi cerebro y canta al corazón

nanas o adagios para que yo no olvide

la eternidad de esta raíz que llevo como una trepadora

alimentando el golpe de mis vísceras

entre la aorta mayor y el punto frágil de mi sien izquierda,

ha vuelto de visita con esta alineación de los planetas.

Esta mujer y yo representamos

la serpiente que se muerde la cola y resucita.

 

Has estado cayendo

Has estado cayendo

todo el día

como un distante filo

hacia mi rostro

hablando tu vivir

con mi memoria;

no quiero ser

testigo a tu presencia

logro ausentarme a ratos

de tu asedio

de tu constante diálogo

a mi frente,

que como tú, se me hace imprescindible

pone fiesta a mi piel

cuelga piñatas

al corazón

y tira sin piedad

de mis sonrisas

hasta ponerlas

del color del aire:

allí vuelas cometas,

coroneles de luz

como tus ojos

que se repiten

en sin final imagen

de reflejos;

sólo entonces

la niña que soy

bate las palmas

mueve los invisibles hilos,

te convoca,

maniobra tu presencia

en el espacio,

que ya es varilla

en un papel de china

en perfecto equilibrio

con mi atmósfera

y la mujer en mí

casi contempla

en silenciosa soledad

los giros

de tu ausencia

cercando mi cabeza,

el voraz contrapunto

de ese juego

donde la sombra de tu amor

me roza.

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/alina-galliano/

 

40

 

Puedo dejarte ahí entre las cosas que se saben sentir

llenando el pecho de claridades y vicisitudes

sobre un campo de lunas abstraídas

donde el dormir sabe llamarse insomnio

y el color de la luz habla consigo.

Puedo sin duda alguna disolverte

a secretos sabores en mi boca

y sin habar de ti puedo nombrar tus consonantes,

los ligeros sudores de tu axila,

el espacio que media entre tus vértebras

cuando entonas una que otra canción detrás del aire

y las dejas caer como un descuido

sobre las piedras o acaso entre los árboles.

Puedo decirte a veces los azules

que gobiernan códigos y singularidades

a tus párpados, tus sonrisas, tus desganos.

Puedo llamarte entre los otros nombres

los que sabes usar si es que deseas

que la ciudad le borre huellas a tus pasos

hasta que tú decides desbordarte a presencias

electrizando con tu olor a mujer,

los techos, las ventanas, alguna que otra fuente

o el horizonte donde mis ojos

alimentan el perfil de la vida o la devoran. 

Tomado de:

http://alinapoeta.blogspot.com/

 


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