domingo, 24 de octubre de 2021

POEMAS DE TAMARA KAMENSZAIN

 

(Buenos Aires; 9 de febrero de 1947/28 de julio de 2021)


Soñé con Arturo Carrera

 

es un amigo de mi generación literaria

 

me susurraba en italiano palabras al oído

 

era excitante.

 

Usted puede viajar a Italia a ver si ahí encuentra el amor

 

interpreta la analista buscando que acabe

 

la novela de mi vida para que por fin empiece

 

su realidad.

 

Arturo no era Arturo porque nunca

 

en los sueños los que vemos son los que vimos

 

y de mi generación literaria el pasado me impone

 

complicidades guiños contraseñas

 

que los que no estuvieron ahí

 

nunca entenderán.

 

Eso me obliga a hacer siempre el mismo recorrido:

 

psicoanálisis, literatura, teoría, política…

 

y aunque muchos jóvenes se fascinen con nuestra época

 

es un hecho que nosotros

 

tenemos la cabeza quemada.

 

 

 ¿Ya hablé de la muerte?

 

murió mi hermano

 

murieron mis padres

 

murió el padre de mis hijos

 

tantos amigos murieron

 

y dije y digo que no están más.

 

¿Eso es hablar de la muerte?

 

Dejé anotado que se fueron

 

Les dediqué libros los nombré

 

por sus nombres me anoticié

 

de que nadie me contestaba.

 

¿Eso es hablar de la muerte?

 

Ensayé todo lo que pude

 

insistí con estribillos ajenos

 

“debajo estoy yo” “debajo estoy yo”

 

pero Pizarnik ya había nacido

 

enterrada Alejandra Alejandra

 

se hizo llamar desde chica

 

y eso sí que es hablar de la muerte.

 

Yo solamente la cito

 

porque nací en una generación

 

y eso no es hablar de la muerte

 

si el cuerpo camina solo

 

plegarse con otros al paso del tiempo

 

es un deporte literario:

 

“La muerte y la vida estaban

 

En un cuaderno a rayas”.

 

 

 

Esto no lo conté nunca a ninguno de los analistas:

 

en el colegio primario judío veíamos todos los años

 

la misma película de los campos de concentración nazi

 

esa donde unos cadáveres vivos cavan la fosa

 

después tiran adentro los huesitos de sus muertos

 

y después todavía son obligados

 

a empujarse a sí mismos suicidados por otros

 

que los fusilan para que de tan livianos caigan

 

sin comerla ni beberla.

 

No sé pero todavía hoy cuando un taxista dice

 

algo sobre los judíos me callo

 

no vaya a ser que por el espejo retrovisor descubra

 

que yo también estoy al borde de esa fosa.

 

Por eso no opino por eso me escondo

 

detrás de la primera persona.

Tomado de:

https://www.vallejoandcompany.com/in-memoriam-5-poemas-de-tamara-kamenszain/

 

 

Destino

Dónde estará lo que sigue

me pregunto

mientras lo que quedó atrás

se parece

a un barril sin fondo

en el que es imposible buscar

un indicio para este futuro

que viene cabalgando lentamente

como una flecha de esas

que siempre van a dar en el blanco

aunque hagan un trayecto sinuoso

que a los ojos de ciertos ingenuos

puede parecer

errado.

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/tamara-kamenszain/

 

Tal vez sea esta:

con un gesto doméstico de camisetas impresas -YO ESTUVE AHÍ-

132 estudiantes mexicanos en YouTube

desafían a un candidato a presidente que los ninguneó

lanzando esa fuerza de choque inesperada

que hace decir a Margo Glantz desde su Twitter:

"Yo soy 133".

En primera persona también me sumo

quiero salvar con ellos algo de mi propia juventud

algo que el pasado escanee para mí

un entusiasmo de grupo un nosotros naíf o salvaje

que me permita creer que alguna vez me colé

por los agujeros de las voces ajenas

para encontrarme feliz y contenta

con el eco de la mía.

 

 

 

Pero la fiesta engaña porque hay otra línea que sin embargo

de nuevo es la misma:

veinticuatro horas y ya pasamos al 2013.

Varios cambiaron hoy su foto de perfil y eso le gusta a Facebook

porque es bueno contestar a la pregunta íntima

con una imagen pública.

Si pudiera escribir como quien cambia su perfil subiría

unos versos de mi primer libro y los haría pasar como actuales.

Eso contestaría a la pregunta de cómo me siento:

"una piba", diría mi mamá.

Pero mis hijos me privan de hacerlo

si digito la contraseña las iniciales de ellos

me dejan entrar sólo a mi propia edad y eso me devuelve

a los límites del poema-libro.

 

 

 

 

"Escupamos quieres realmente/ sobre aquello que/ hemos amado"

dicen unos versos de Louis Aragón

que repetíamos a los 20 como un mantra.

Usted se desenamoró del amor repite ahora mi analista

como diciendo vuelva a ilusionarse vuelva a creer

que el asma tiene cura porque si no

no va a poder curarse de la poesía no va a poder lograr por fin

alguna inspiración.

 

 

 

 

 

Yo a esta altura de mi vida

me siento obligada a ser clara

aunque nada ni nadie me lo pida.

En un poema de 1986 me puse oscura

para decir algo que ahora

diría de otra manera.

Transcribo parte de ese poema con el único fin

de poder usar de nuevo sin avergonzarme

la palabra sujeta:

"Se interna sigilosa la sujeta

en su revés, y una ficción fabrica

cuando se sueña".

Para mí lo urgente a esa edad era

graduarme de mí misma retener

como diploma de adulta mi nombre propio

en una celda impersonal.

Para eso tuve que recurrir a la tercera persona

como si en verdad los sueños de la otra

los pudiera descifrar Tamara.

Tomado de:

https://www.memo.com.ar/hechos/murio-tamara-kamenszain/

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