sábado, 9 de octubre de 2021

POEMAS DE DADIE BERNARD

 



«Te agradezco Señor»

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,

que hayas hecho de mí

la suma de todos los dolores,

y puesto sobre mi cabeza, el Mundo.

 

Visto la librea del Centauro

y llevo el Mundo desde la primera aurora.

 

El blanco es un color de circunstancias,

el negro, el color de todos los días,

y llevo el Mundo desde el primer crepúsculo.

 

Estoy contento

con la forma de mi cabeza

hecha para llevar el Mundo,

Satisfecho

de la forma de mi nariz

que debe aspirar todo el viento del Mundo,

Feliz

 

Con la forma de mis piernas

proveas a correr todas las etapas del Mundo.

 

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,

que hayas hecho de mí, la suma de todos los dolores.

 

Treinta y seis espadas han traspasado mi corazón.

Treinta y seis braseros han quemado mi cuerpo.

Y mi sangre sobre todos los calvarios ha enrojecido la nieve.

Y mi sangre en todos los nacientes ha enrojecido el horizonte.

 

Pero lo mismo estoy

Contento con llevar el Mundo,

Contento con mis brazos cortos,

con mis brazos largos

con el espesor de mis labios.

 

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro, blanco es un color de

circunstancias,

el negro, el color de todos los días,

y yo llevo el Mundo desde el alba de los tiempos.

Y mi risa sobre el Mundo, en la noche, crea el Día.

 

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro.

Tomado de:

https://trianarts.com/voces-de-africa-dadie-bernard/#sthash.kiQ4MTFj.dpbs

 

Tam-tam festivo

 

 

Salta,

 

 

 

          Salta,

 

 

 

                   hechicera.

 

 

 

          ¿Escuchas?  Con el estruendo del tam-tam

 

 

 

te llama el viento en derredor.

 

 

 

Cuba,

 

 

 

          joven reina,

 

 

 

                               para ti son

 

 

 

                               todos los compases

 

 

 

                       el ritmo de Salum

 

 

 

                       el ritmo de Baule.

 

 

 

¿Por qué la luna

 

 

 

alumbra con tan viva luz?

 

 

 

                                  Ilumina en derredor

 

 

 

                                                de la violenta danza.

 

 

 

¿Qué es esto, pues?  Una canción

 

 

 

                                 la canción del festivo tam-tam.

 

 

 

Salta,

 

 

 

           Salta,

 

 

 

                       danzarina.

 

 

 

           ¿Escuchas?  Con el estruendo del tam-tam

 

 

 

te llama al viento en derredor.

 

 

 

 

 

 

 

Salum, es un río del Senegal

 

 

 

Baule, nacionalidad que vive en el territorio de Costa de Marfil

 

 

 

¡Seca las lágrimas!

 

 

 

 

 

 

 

¿Será, África, las lágrimas!

 

 

 

Vuelven tus hijos,

 

 

 

a través de tormentas y huracanes vienen

 

 

 

        de su infructuoso vagabundear.

 

 

 

 

 

 

 

Bajo la risa del oleaje y el susurro de la brisa

 

 

 

en el oro del alba,

 

 

 

en el purpura del ocaso,

 

 

 

desde las arrogantes cimas,

 

 

 

desde las llanuras inundadas de sol,

 

 

 

vienen hacia ti,

 

 

 

a través de tormentas y huracanes,

 

 

 

         de su infructuoso vagabundear.

 

 

 

 

 

 

 

¡Seca, África, las lágrimas!

 

 

 

Nuestras almas han bebido un poco

 

 

 

de todas las fuentes,

 

 

 

          de la amarga fortuna

 

 

 

          y de la gloria.

 

 

 

Nuestras almas abiertas

 

 

 

al resplandor de tu belleza,

 

 

 

a los aromas de tus bosques,

 

 

 

al hechizo de tus aguas,

 

 

 

al azul de tus cielos.

 

 

 

A la caricia de tus rayos,

 

 

 

al sortilegio del verdor en las perlas de rocío.

 

 

 

¡Seca, África, las lágrimas!

 

 

 

Vuelven tus hijos.

 

 

 

En las palmas de sus manos traen un regalo

 

 

 

para el corazón: amor.

 

 

 

Vuelven para vestirte

 

 

 

con ropas de sueños y esperanzas.

Versiones de Antonia María Tristá y David Chericián

 

 

 

Manos

 

 

Manos libres,

 

 

 

vivas manos

 

 

 

que saben abrazar

 

 

 

y no ahogar,

 

 

 

regalar,

 

 

 

no quitar.

 

 

 

Manos creadas para percutir ritmo,

 

 

 

para limpiar de maldad el mundo.

 

 

 

Manos ramosas,

 

 

 

nudosas,

 

 

 

callosas manos

 

 

 

de picapedrero,

 

 

 

de leñador,

 

 

 

de terraplenero,

 

 

 

de pescador,

 

 

 

de jornalero de plantaciones de café,

 

 

 

de algodón,

 

 

 

y de caña

 

 

 

de azúcar,

 

 

 

demacrados por el trabajo,

 

 

 

templados al viento,

 

 

 

¡quemados como carbón!

 

 

 

Las manos hablan

 

 

 

francamente y hasta el final,

 

 

 

cavan hacia las raíces,

 

 

 

se levantan hacia arriba,

 

 

 

se encuentran,

 

 

 

se tocan,

 

 

 

se estrechan en fraternal apretón.

 

 

 

Los puños, cual brotes desarrollados,

 

 

 

símbolos de la vida, símbolo de la unidad.

 

 

 

La mano del niño,

 

 

 

la palma de la mano del anciano, más pesada por la sabiduría

 

 

 

los dedos de la mujer que irradian compasión…

 

 

 

 

 

 

 

Las manos lavan el cansancio y el polvo,

 

 

 

las manos señalan el camino,

 

 

 

las manos disipan las tinieblas,

 

 

 

las manos ¡son adorno, hombre!

 

 

 

Las manos negras

 

 

 

conservan el amor,

 

 

 

adquieren callos,

 

 

 

barren la maldad,

 

 

 

quitan el resabio amargo de los días,

 

 

 

arrancan las máscaras de los falsos dioses.

 

 

 

 

 

 

 

¡Manos, yo les pongo

 

 

 

el brazalete de la alegría y la esperanza!

 

 

 

Manos negras,

 

 

 

¡tomen

 

 

 

el martillo y los clavos!

 

 

 

“¡La caza de las personas está prohibida!”

 

 

 

Manos de mendigos y de oprimidos,

 

 

 

manos, desde el Congo hasta el Misisipi,

 

 

 

en los desfiladeros entre rascacielos,

 

 

 

¡en los caminos que conducen al corazón!

 

 

 

Manos del constructor y del hombre:

 

 

 

en la tierra y en el cielo,

 

 

 

a la luz del día,

 

 

 

bajo las estrellas de la noche,

 

 

 

en los rocíos mañaneros,

 

 

 

en la suavidad de las sombras,

 

 

 

hoy, ayer, mañana,

 

 

 

¡en todo lo que vive y canta

 

 

 

y gira en una danza!

 

 

 

Manos negras,

 

 

 

manos de hermano

 

 

 

he tendido hacia ti

 

 

 

sobre océanos y montañas

 

 

 

para que se fundan

 

 

 

los colores de nuestras manos,

 

 

 

para encontrarse

 

 

 

y saludarte,

 

 

 

¡Amigo!

Versión de Antonia María Tristá

Tomado de:

https://www.revistaelgolem.com/2019/07/12/poes%C3%ADa-de-bernard-boua-dadi%C3%A9/

 

Las líneas de nuestras manos

Las líneas de nuestras manos

No son paralelos

 

De senderos de montaña

 

Grietas en los troncos de los árboles

 

Huellas de batallas homéricas.

 

 

 

Las líneas de nuestras manos

 

No son longitudes

 

De trincheras

 

Surcos en llanuras

 

Rayos en el cabello

 

Caminos en el monte

 

 

 

No son

 

Callejones del dolor

 

Canales de lágrimas

 

Canales de odio

 

Cuerdas para colgar / linchar / colgar

 

Ni porciones

 

Ni rodajas

 

Ni partes

 

       De esto ... de eso ...

 

 

 

Las líneas de nuestras manos

 

        No amarillo

 

        Negro

 

        blanco

 

No son fronteras

 

Pozos / acequias entre nuestros pueblos

 

Cuerdas para atar paquetes de rencor.

 

 

 

Las líneas de nuestras manos

 

Son líneas de vida

 

       Líneas de destino

 

       Líneas de corazón

 

       Líneas de amor.

 

Cadenas blandas

 

Que nos unen (enlace)

 

Uno al otro

 

De los vivos a los muertos.

 

 

 

Las líneas de nuestras manos

 

        No blanco

 

        No negro

 

        Ni amarillo,

 

 

 

Las líneas de nuestras manos

 

Une los ramos de nuestros sueños.

Tomado de:

https://afrolegends.com/tag/bernard-dadie-poems/

 

 

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