domingo, 31 de octubre de 2021

POEMAS DE CLAUDE ESTEBAN

 

(26 de julio de 1935 /10 de abril de 2006, París, Francia)


El día apenas escrito

 

¿A quién se le ocurriría, aun en la noche de la espera más viva, reconocer en sus palabras una estela de lo que fue? Apenas escrito, el día invoca otro día y nos distancia. Sobre el poder de la palabra, desde hace tiempo, pesan demasiadas sospechas. Hay que lidiar con ellas. Pero he aquí la mañana, es urgente la hora nueva. A todas esas nadas del aire, a esas presencias sin perfil, hay que darles un cuerpo que las acoja, también un nombre, más allá de todos los signos borrados.

 

***

 

Ya no vuelve el día, dices, sino

 

solo su herida, la sangre

 

que deja el sol cuando se hunde

 

a lo lejos

 

olvidados todos los cuerpos

 

desean saber si existe,

 

bajo la tierra, algo que los una,

 

una parcela

 

de substancia o nada

 

más que la sombra, inmóvil como

 

una piedra

 

tal vez la esperanza

 

no sea sino un tajo en la carne

 

un destello sin mañana

 

en la memoria

 

no digas, al partir, que contigo

 

muere el día.

 

La estación devastada (1968)

 

El cielo

 

horizontal.

 

Un pájaro sobre el hilo invisible

 

del sueño.

 

Paisaje astillado, arcos

 

dislocados del presente

 

–heridas.

 

Borraré del día hasta mi voz.

 

 

 

Debajo de nosotros

 

Como avanzan

 

los muertos en la piedra

 

la turba

 

desvelando de nuevo sus pasillos

 

lenta

 

 

 

hasta los metales negros de lo inmóvil.

 

Las tumbas

 

deben estar bajo el sol. Nuestros

 

gestos

 

las palabras cristalinas

 

crecen en sus círculos. Sostienen

 

el armazón sencillo de los días.

 

 

 

Debajo

 

sin el recurso de las cosas divisibles

 

lo oscuro acarrea lo oscuro.

Tomado de:

https://www.opinion.com.bo/articulo/ramona/poemas-claude-esteban-i/20140301200300666341.html

 

1.

 

Un pétalo que cae

y el dulzor de la palabra sol

están ahí sobre la mesa,

todo ha recomenzado sin mí,

sin que yo sepa

donde ha brotado la sangre, como

si despuntara el día

muy lejos, más allá

 

2.

 

La vida se escribía duda y desespero

y esa vida

devoraba el cuerpo y el secreto

del cuerpo

como desde siempre

y el tiempo no era más que su minuto multiplicado

sobre la misma página del libro

abierto, oscuro.

 

4.

 

Como era preciso allá

en la urgencia y en las palabras bajo la lengua, las palabras

duras, pensar en lo que fue

una noche, una sola,

el tiempo que cede, el instante

nulo, ese grito y yo no estaba

allí, como

era preciso hacerse uno

con el camino

y los guijarros contra la frente.

 

5.

 

No sabiendo, tomé el libro

de la mano del ángel y no sabiendo leerlo

lo devoré

y se hizo primero en mi lengua

como un gusto de miel

y toda palabra al fin dulce, después

cuando lo hube consumido

hasta la última frase, mi corazón

se colmó de amargura

y el ángel dejó de sonreír para siempre.

 

6.

 

A la vuelta de una frase

tú regresabas, es el alba en un libro, es

un jardín, puedo

ver todo, el rocío, una mariposa

sobre una hoja y eres tú

que te levantas de repente entre las páginas

y el libro deviene más bello

porque eres tú

y no has envejecido, caminas

lentamente hacia una puerta.

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/Antologia/esteban.html

 

 

Elegía de muerte violenta

 

 

 

Mira el suelo, pero la sangre

está más ahí

 

en una bolsa de plástico, en todas partes

y en cualquier lugar, entre los sábados el incluido en el acero

de una cabina.

 

 

 

mar como mar

 

es muerte violenta. Y si

 

que se acerca

 

con asombro y asombro

 

y el corazón paralizando

 

y el sobresalto en los ojos

 

y el tiempo que dura

 

y diluir.

 

 

 

¿No tienes este tiempo

para sufrir? ¿Estoy vivo? ¿Estoy

aquí mientras hablo

con otros?

 

 

 

Soy un hombre ¿Soy yo el

que se acostumbra

y el que consiente? ¿Es realmente el

que llora?

 

 Conjunción del cuerpo y el jardín

 

I

 

Desde que amaneció, ha estado descendiendo. Me apoyo en una roca.

Bebo la saliva de las hojas. ¿Quién está despertando? ¿Es tu cuerpo?

Todo el mundo está inseguro. Un milagro podría durar mucho tiempo, respirando. Da un paso adelante con los ojos cerrados del medio. Laberintos de mi deseo. En

un lienzo, encuentro un sol tembloroso.

 

 

 

XII

 

Tu lengua, tus pectorales, tu sexo. Te veré por los días

, bajo el polen. Me insinúo entre el espacio

de los pétalos. Sorpresas que renovó, después de sus gemidos.

Estás temblando, abrazándome, desarraigándome. Bebo

la sal que sale de cada labio. Para desaparecer.

 

 

el día escrito recientemente

 

 

 

Llegué tarde. No tengo

esperanzas.

 

 

 

Corro

 

en la mañana del mundo.

 

 

 

Todos me convocan. Todo

se trata.

 

 

 

A hierba.

 

Un nuevo insecto.

 

 

 

Como un susurro de señales

debajo de las hojas.

 

 

 

Espacio, frente a mí. diminuto,

inmenso.

 

 

 

Sea, no.

         Pero brota.

 

 

 

 

 

Saber renacer.

 

 

 

Ni lo uno ni

lo otro.

 

 

 

Nadie.

Indiviso.

 

 

 

En la corola de un sol

    o en el círculo

 

de esta flor. Más

     sobre del suelo.

 

Poppy,

      quizás gladiolos.

 

     Nada

   y todo.

 

Parecer. Reconocer.

      Pertenencia.

 

 

Traducción de Marco Lucchesi

Tomado de:

http://www.antoniomiranda.com.br/poesiamundialportugues/claude_esteban.html

 

 

 

 

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