miércoles, 27 de octubre de 2021

POEMAS DE JUAN JOSÉ DOMENCHINA

 

(18 de mayo de 1898, Madrid, España - 17 de octubre de 1959 Ciudad de México, México)


Destierro

Es la noche sin fin, la desvelada

noche, que con sus filos de cuchilla

implacable recorta en amarilla

muerte, nuestra silueta enajenada.

 

Vivir, cuando vivir no vale nada,

equivale a sembrar, con la semilla

infecunda, el dolor, que tanto humilla;

de una existencia rota y postergada.

 

Y el insomnio repite inexorable

el paso de la vida irrevocable,

que, sin dejarse de sentir, se aleja.

 

¿Dónde nos llevará, tan sin camino,

tan juguete irrisorio del destino,

nuestra razón destartalada y vieja?

 

Distancias

Distancias.

En la vida hay distancias.

 

El hombre emite su aliento,

el limpio cristal se empaña.

 

El hombre acerca sus labios

al espejo…

pero se le hiela el alma.

 

(…Pero se le hiela el alma.)

 

Distancias.

En la vida hay distancias.

 

Hastío

Hastío -pajarraco

de mis horas-. ¡Hastío!

Te ofrendo mi futuro.

 

A trueque de los ocios

turbios que me regalas,

mi porvenir es tuyo.

 

No aguzaré las ramas

de mi intelecto, grave.

No forzaré mis músculos.

 

¡Como un dios, a la sombra

de mis actos -en germen,

sin realidad-, desnudo!

 

¡Como un dios-indolencia

comprensiva-, en la cumbre

rosada de mi orgullo!

 

¡Como un dios, solo y triste!

¡Como un dios, triste y solo!

¡Como un dios, solo y único!

 

La corporeidad de lo abstracto

Mujer. Palabra rubia,

de miel. Vaso de oro.

Persistencia monótona, de lluvia.

Silencio puro. Balbucir sonoro.

Mármol o bronce. Simulacro.

Corporeidad rotunda. Lanza

de emoción. Fuego sacro.

Cumbre de todos los instintos. Danza.

Médula de lo ignoto. Áurea vedija

incoercible. Vientre de los nombres.

Arca de la eternidad. Hija

del Hombre. Madre de los hombres.

 

Mis plantas, estas plantas…

Mis plantas, estas plantas de impreciso

paso sin huella, errantes por el suelo…

Ayer anduve firme, y hoy no suelo

sentirme las pisadas cuando piso.

 

Anduve firme cuando Dios lo quiso.

En mi solar dejaba sin recelo

bien asentado el pie que en vilo, en vuelo

hoy va, entre dos azares, indeciso.

 

Triste levitación de exasperado

y en revuelo pueril de ala partida

que cruza por la tierra, desterrado.

 

Tras su sombra, y sin huella, en una ardida

fuga de corto alcance alicortado,

sobre otra tierra ya, también perdida.

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/juan-jose-domenchina/

 

UNA VEZ MAS TU PIEL...

 

 

...camisa de culebra en el camino...

J. J. D.

 

 

 

Una vez más tu piel, tu desprendida

piel de reptil, se pudre en el sendero,

junto al descamisado pordiosero

que nos viene a vender la nueva vida.

 

Con plantas sin raíces, mal prendida

a la derrota de su derrotero,

va el paso peregrino del romero

extático en su punto de partida.

 

El curso —intemporal, intempestivo—

de este tiempo que pierde su andadura

queda absorto en instantes sin motivo.

 

...Tu amanecer difuso nos augura

otro permanecer, otro cautivo

tiempo en espera, por la noche oscura.

 

DESTIERRO

 

 

Es la noche sin fin, la desvelada

noche, que con sus filos de cuchilla

implacable recorta en amarilla

muerte, nuestra silueta enajenada.

 

Vivir, cuando vivir no vale nada,

equivale a sembrar, con la semilla

infecunda, el dolor, que tanto humilla;

de una existencia rota y postergada.

 

Y el insomnio repite inexorable

el paso de la vida irrevocable,

que, sin dejarse de sentir, se aleja.

 

¿Dónde nos llevará, tan sin camino,

tan juguete irrisorio del destino,

nuestra razón destartalada y vieja?

 

MIS PLANTAS, ESTAS PLANTAS

 

 

Mis plantas, estas plantas de impreciso

paso sin huella, errantes por el suelo...

Ayer anduve firme, y hoy no suelo

sentirme las pisadas cuando piso.

 

Anduve firme cuando Dios lo quiso.

En mi solar dejaba sin recelo

bien asentado el pie que —en vilo, en vuelo—

hoy va, entre dos azares, indeciso.

 

Triste levitación de exasperado

—y en revuelo pueril de ala partida—

que cruza por la tierra, desterrado.

 

Tras su sombra, y sin huella, en una ardida

fuga de corto alcance alicortado,

sobre otra tierra ya, también perdida.

Tomado de:

https://diarioinca.com/poemas-de-juan-jose-domenchina

 

VÁNDALO AUGUSTO

 

Al fin, yo soy lo que mi ser abstracto,

de espectro múltiple y veraz, proyecta.

Concéntrico el fervor, la vida recta,

nada me mueve sino el dulce pacto.

 

Divina forma y aprehensión del acto

que encarna el verbo: furia de mi secta.

La vida inmune, virgen, está infecta.

El alma viva de mi carne es tacto.

 

Ascético rencor, turbios regímenes,

mística farsa de la pura frente:

sean de amor y de verdad mis crímenes.

 

No estanque, sino cima de torrente.

Vándalo augusto de floridos hímenes.

Doma de eternidad es el presente.

 

CURSO SOLAR

            7

 

En los almendros precoces

un candoroso aleluya.

 

Los tomillos tienen flor

y olor de niña desnuda.

 

Sólo los chopos más verdes

huelen a verdes de luna.

 

Los vericuetos del monte

suben y quieren que suba.

 

Como las vides, mi agraz

siente promesas de azúcar.

 

Los tomillos tienen flor

y olor de niña desnuda.

 

Sólo los chopos más verdes

huelen a verdes de luna

 

HALOS

 

Dios dejó en la ceniza

los pensamientos

que no pudo hacer luz.

 

Más allá del espectro,

la obra de Dios frustrada

prolonga su silencio,

perenniza su angustia

en un sordo y concéntrico

rencor, que es aureola

de todo lo perfecto.

 

DOLOR HUMANO

 

Aquí en mi jaula estoy, con mi jauría

famélica. El escaso nutrimento

de mi carne no sirve de sustento

a la voracidad en agonía

 

de este tropel devorador que ansía

mi cotidiano despedazamiento

y que ataraza, en busca de alimento,

mis huesos triturados, noche y día.

 

Pero no me lamento; no podría

dolerme yo, Señor, de mi tormento

junto a tu cruz, que blasfemar sería.

 

Múltiple fue tu compadecimiento,

—por todos tu sufrir—... y en mi agonía

no cabe más dolor que el que yo siento

 

PERFECTO PARA LA MUERTE

 

Sí, perfecto; recreado

en perpetuas soledades.

¡Llanura!: cinco verdades,

las del estigmatizado,

llagas vivas, en tu fuero

de altiplanicie señero,

viven de mirar lo inerte,

de oír y oler lo indistinto,

gustando y palpando instinto.

Perfecto, para la muerte.

Tomado de:

https://www.poesi.as/Juan_Jose_Domenchina.htm

 

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