miércoles, 19 de julio de 2023

POEMAS DE EUGÈNE POTTIER

 


La venganza de los corderos

Los lobos, los más feroces lobos,

Siempre boca abierta y comiendo

Los mineros, sus mujeres, sus chavales,

Es la pandilla de la gente de dinero.

Nosotros corderos negros de las minas de hulla,

Nos desangramos de esta matanza larga.

 

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Todos los Watrin [1] del patronato!...

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Los corderos van a comer a los lobos!

 

Descendidos vivos al sepulcro,

Reptamos en la oscuridad eterna,

Por un lucro bien miserable

Que uno jamás esta seguro tener;

Nos tienen por el hambre,

Y la multa nos extermina.

 

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Los colmillos se nos crecen en la mina!...

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Los corderos van a comer a los lobos!

 

Ellos nos roban..., a nosotros echan

Los gendarmes, los policías...

Es por legítima defensa

Que nos volvemos justicieros.

Cuando el pueblo ejecuta un traidor

Y lo arroja por la ventana,

 

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Nuestro enemigo, es nuestro dueño [2]!...

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Los corderos van a comer a los lobos!

 

Es bien hora de defenderse,

Y no seremos los únicos:

Los valientes tejedores de la Flandes

Están hastiados de tejer sus mortajas [3].

El cielo es negro..., la tormenta reventa,

La Francia obrera se levanta:

 

¡Ya veréis ahí abajo!

¡En todas partes el clarín de la huelga!...

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Los corderos van a comer a los lobos!

 

Sí, los dientes y las guadañas se afilan,

La masa tendrá mucho que comer.

Sobre todo, estos lobos que se disimulan

Debajo de vestidos de pastor.

Por encima de la banca feudal

Ronda una revancha fatal.

 

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Todas nos empuja hacia la Social [4]!...

¡Ya veréis ahí abajo!

¡Los corderos van a comer a los lobos!

***

[1]. Referencia al movimiento de huelga estallado el 26 enero 1886 en el pozo Paleyret en Decazeville, del que el subdirector Jules Watrin murió este día defenestrado por los huelguistas. En un primer tiempo los mineros retomaron el trabajo el 29 enero, luego se pusieron de nuevo en huelga el 25 febrero, prosiguiendo su movimiento hasta el 14 junio. Fueron víctima de una grave represión.

 

[2]. Esta frase figura en la fábula “Le vieillard et l'âne” [“El anciano y el asno”] de Jean de La Fontaine (1621-1695, las fábulas han sido escritos alrededor de 1668). El anciano suelta el asno durante un alto, luego, viendo llegar "el enemigo", huye - solo, ya que el asno le ha expuesto su punto de vista en estos términos: "Y que me importa pues de quien sea? Salvad os, y dejadme pastar. Nuestro dueño, es que es nuestro enemigo."

 

[3]. La canción “Les Canuts” (datando de 1894) de Aristide Bruant (1851-1925) se relaciona implícitamente con esta frase. En efecto, dice: "Pero nuestro reinado llegara / Cuando vuestro reinado se acabará: / Tejeremos la mortaja del viejo mundo, / Porque se escucha ya la tormenta que ruge." Se trata de la revuelta de los obreros de la seda en Lyon (llamados los canuts), en noviembre 1831. Fue reprimida el 5 diciembre, por una fuerza gubernamental contando 20 000 hombres. Una secunda insurrección de los canuts tuve lugar en 1834, as4i como una tercera en 1848.

 

[4]. “La Social”, es decir “la república social”. Es un eslogan llevado por el movimiento obrero después de la revolución de febrero 1848 que había conducido al derrocamiento de la monarquía y la instauración de la Secunda República (después de la de 1792). Sin embargo, desde el mes de mayo, el nuevo poder dio vuelta hacia una dirección reaccionaria.

 

 

No disturbemos el mundo

Utópicos que nosotros somos,

¡Que locos deben encontrarnos!

Querer la felicidad de los hombres

Pero ¿En que nos metemos?

Vale mejor cantar a la redonda

Y beber a cubilete lleno;

No disturbemos el mundo,

¡Dejamos a cada uno come es!

 

Su lógica me exaspera.

Responden: “¡Es la ley!

Hice como hizo mi padre;

Mi hijo hará como yo.”

Es la rutina que funda.

La fe reza su rosario.

No disturbemos el mundo,

¡Dejamos a cada uno come es!

 

El búho teme la luz,

Alumbrarlo es inhumano;

A la rueda le gusta su carril,

No empedremos el camino.

Más alta y fecunda es la obra

Y más agria el chiflido.

No disturbemos el mundo,

¡Dejamos a cada uno come es!

 

Nuestra palabra se embota

en la masa de granito.

Si tentamos alguna sacudida,

Nos golpean, nos destierran.

Comprobéis que la tierra es ronda

Y vos agarran del cuello.

No disturbemos el mundo,

¡Dejamos a cada uno come es!

 

Después de todo, gentíos inertes,

Hago gran mal en obstinarme.

Vuestro ideal, moscas verdes,

No es el de mi nariz.

De las albuferas, el pueblo inmundo,

En el agua estancada se complace.

No disturbemos el mundo,

¡Dejamos a cada uno come es!

 

Pues, buenos míos, no más disputa,

Sufrid, llevad vuestra cruz.

La mujer de Sganarelle [1]

Quiere que a veces sea vapuleada.

¡Id, corderos, que vos pelan!

Hazte de ordenar, vaca de leche.

No disturbemos el mundo,

¡Dejamos a cada uno come es!

***

 [1]. Referencia a una obra de Molière, “Sganarelle ou le Cocu imaginaire” [“Sganarelle o el Cornudo imaginario”] (1660). Este personaje es un burgués de París quien, fiándose de las apariencias, piensa que su esposa le engaña.

Tomado de:

http://321ignition.free.fr/pag/es/art/pag_006/pott_01.htm

 

 

La internacional

 

Levantaos trabajadores de vuestros sueños

Levantaos prisioneros de la necesidad

Porque la razón en rebelión ahora truena

Y por fin termina la era de la hipocresía.

Fuera todas vuestras supersticiones

Levántense masas serviles, levántense

Cambiaremos en adelante la vieja tradición

Y desdeñaremos el polvo para ganar el premio.

 

Así que camaradas, vengan a unirse

Y la última pelea enfrentémonos

La Internacional une a la raza humana.

Así que camaradas, vengan a unirse

Y la última pelea enfrentémonos

La Internacional une a la raza humana.

 

No más engañados por la reacción

Solo contra tiranos haremos la guerra

Los soldados también harán huelga

Romperán filas y no pelearán más

Y si esos caníbales siguen intentando

Sacrificarnos a su orgullo

Pronto oirán las balas volar

Dispararemos a los generales de nuestro lado.

 

Ningún salvador de lo alto libra

No tenemos fe en príncipe o par

Nuestra propia mano derecha las cadenas deben temblar

Cadenas de odio, codicia y miedo

Siempre los ladrones saldrán con su botín

Y darán a toda una suerte más feliz.

Cada uno en la fragua debe cumplir con su deber

Y golpearemos mientras el hierro esté caliente.

Tomado de:

https://www.poemist.com/eugene-pottier/the-international

 

 

junio de 1848

Al difunto COURNET, miembro de la Comuna.

 

¡Debes morir! ¡Vamos a morir! es nuestra culpa!

¡Inclinemos la cabeza y crucemos los brazos!

Nuestro salario es la vida, nos la quitan,

¡Ya no tenemos derecho a vivir aquí abajo!

¡Vamos a salir de aquí!  morir con buena gracia,

Nosotros estorbamos a aquellos que pueden alimentarse a sí mismos.

En este banquete no tenemos lugar.

     ¡Debes morir!

   ¡Hermanos, debéis morir!

 

¡Debes morir! más trabajo en el mundo.

Qué ? ¿el taller? la máquina de vapor,

los campos, la ciudad y el sol y la ola

¿Se detienen? el dinero se asustó.

La entraña ociosa y la caída o la subida

Hela la vena por donde quiere correr la sangre,

Sin herramienta para cavar nuestro hoyo.

     ¡Debes morir!

   ¡hermanos! ¡debes morir!

 

¡Debes morir! pero el maíz es excelente!

¡Debes morir! pero la razón madura.

¡Debes morir! pero el insecto de las hierbas

perturba el alojamiento y el grano que alimenta.

El cielo se extiende sobre todas las criaturas,

¿Hay alguno que nazca para sufrir?

¿Bajo los sellos quién sostiene la naturaleza?

     ¡Debes morir!

   ¡hermanos! ¡debes morir!

 

La desesperación vació la ubre.

¡No chupes más! ¡Morir! pequeño ciudadano.

Tu padre se equivocó, tu madre es una criminal,

no tienes un hijo cuando no tienes nada.

¡La fiebre gana y el arrabal se irrita!

¡Vengan armas, cañones, vengan a sanar,

la muerte por inanición no va lo suficientemente rápido!

     ¡Debes morir!

   ¡hermanos! ¡debes morir!

 

¡Ven, miseria, a tus filas, depone las armas!

Que en plena calle por fin estamos rematados.

¡Mujeres, venid, sin llantos, sin lágrimas!

Hijos, venid, que tenéis hambre.

Jefes asesinos, completad la campaña,

¡Que nuestra raza muera con nosotros!

A los trabajadores no les leguen la colonia penal.

     ¡Debes morir!

   ¡hermanos! ¡debes morir!

 

30 de junio de 1848.

 

 

casa antigua a demoler

En CAMELINAT, miembro de la Comuna.

 

Mira este edificio dorado,

admirado tanto por los espectadores,

pero de solidez ficticia.

Asentamiento de sótano, gran pared agrietada,

reforzarlo sería una pérdida de tiempo.

    Esta propiedad

    se está desmoronando,

¡es hora de demolerla!

 

Un banquero se aloja en el entresuelo:

Allí, de la industria y del suelo,

Succiona todo el beneficio.

Lingotes derretidos por el desgaste,

El montón se eleva hasta el techo.

    Esta propiedad

    se está desmoronando,

¡es hora de demolerla!

 

Un especulador en el primer piso,

Abajo cortando la garganta del granjero

De granizo se convierte en cómplice.

El muro hace panza bajo el grano,

Para vender, espera... que tengamos hambre

    Esta propiedad

    está en ruinas,

¡es hora de demolerla!

 

Una belleza con ojos lucrativos

Atrae a los ociosos al segundo,

Su lujo hace cosquillas al vicio allí;

Conciertos y bailes, durante la temporada,

Hacen temblar la casa por la noche...

    Esta propiedad

    Se está derrumbando en ruinas,

¡Es hora de demolerla!

 

Por encima pesa un gran rentista.

Desde que nace hace este trabajo,

come, bebe, hace ejercicio.

Sin impuestos, este buen ciudadano

Consume en paz, no produce nada.

    Esta propiedad

    se está desmoronando,

¡es hora de demolerla!

 

Toda la familia en condiciones de hacinamiento

Grelotte sin pan bajo el techo,

Ya el padre está en el hospicio;

A través de la teja abierta, la muerte

se cuela con el viento del norte...

    Esta propiedad

    se está desmoronando en descomposición,

¡es hora de demolerla!

 

Una gran caseta de vigilancia está abajo,

estos pobres diablos de soldados

están bostezando mientras hacen su servicio.

Noche y día el centinela

guarda allí al señor Vautour

    en

    vano

.

 

París, 1848.

 

 

la telaraña

Desde su inmenso rosetón que estorba el cielo azul,

es un monstruo amorfo, intangible y feroz;

Esta pesadilla de vacío enloquece lo que toca

y esparce un veneno que incendia la tierra.

 

Este parásito ignora tanto el tiempo como el lugar,

hace que el universo se tambalee y la naturaleza sospeche,

y, atando la razón como una mosca débil,

se bebe su cerebro. ¡Este vampiro es Dios!

 

Esta nada ha aguzado las garras de nuestros amos,

De su mierda inmunda parió sacerdotes,

Serra con sus hijos nuestros decepcionados paraísos.

 

¡Hombre, no esperes a quedarte atrapado en sus telarañas

y, rompiendo este trapo que se aferra a las estrellas,

desentierra la araña y la pisa!

 

 

Nueva York, 1875.

Tomado de:

https://poemlake.com/juin-1848

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