lunes, 10 de julio de 2023

POEMAS DE SARGÓN BULUS


RETRATO DEL IRAQUÍ DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

Lo veo aquí o allí:

su mirada extraviada en el río

de las calamidades, la nariz arrancada

en el cementerio de las matanzas, el vientre, que ha triturado

el trigo

de la locura en los molinos de Babilonia

durante diez mil años...

 

Veo su imagen,

cuyo marco se ha perdido

en las explosiones de la historia

recuperada,

evocando sus rasgos como espejo

que nos sorprende cada vez

por su elevada capacidad de disipación.

 

En su frente clara

podrás ver,

como en las páginas de un libro,

las filas de los invasores,

igual que en una película en blanco y negro:

dale una cárcel y una tumba,

dale un exilio,

cualquier aquí o allí.

Y, a pesar de ello, podrás ver

las catapultas que destruyen las murallas

para elevarse otra vez más.

 

Y de nuevo asciende Uruk

 

 

Ver versión árabe

 

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* (Publicado en el periódico Al-Hayat, el 10 de septiembre de 2003)

Tomado de:

http://www.poesiaarabe.com/retrato.htm

 

 

ELEGÍA POR EL CINE SIMBAD

 

Hay un camino

adornado con un techo de tejas

lavadas por el recuerdo,

blanqueado bajo un cielo

a punto de combustión,

donde mis palabras

quieren elevarse cual peldaños,

como voces que suben

la escala perdida

en el cuaderno del músico que murió

en la prisión, una nota tras otra.

 

Encontraré ese edificio

y abriré una puerta

sobre el abismo:

cada resto de mi vida

polvorienta, se llama a sí mismo

por su nombre, allí.

 

La noria de los pasados

sigue fluyendo en las concavidades,

pero sus olas

son más lentas que el latido de las tortugas.

 

Nuestro tiempo, ¿y cómo se han perdido sus recordatorios?

Me dijeron...

que habían derruido el cine Simbad.

¡Qué pena!

¿Quién navegará a partir de ahora?

¿Quién se reunirá con el jeque del mar?

¿Han destruido nuestras veladas

sin dejar piedra sobre piedra?

Nuestras camisas blancas, el verano de Bagdad,

nuestras vigilantes amadas hasta

la revelación...

Espartaco, Sansón y Dalila,

Farid Shawqui, Tahiya Carioca,

Layla Murad...

¿Podremos amar ahora?

¿Cómo soñaremos a partir de hoy

con los viajes?

¿A qué isla iremos?

 

¿Han derribado el cine Simbad?

Está empapado de agua el pelo del ahogado

que regresó a la fiesta

cuando se apagaron las luces

y se apilaron las sillas

en la orilla desierta.

 

Han encadenado las olas del Tigris

 

 

Ver versión árabe

 

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(Publicado en el periódico Al-Hayat, el 10 de septiembre de 2003)

Tomado de:

http://www.poesiaarabe.com/elegia.htm

 

 

LA MUJER QUE VUELA CON EL VIENTO

 

 

Si vieras a esa mujer,

que vuela con el viento,

en los ojos signos de una tormenta venidera

y el pelo, desde ahora, revuelto en torbellinos,

no

dudes

y avísame, pues puede que ella sea un anhelo mío.

Puede que sea quien he buscado en los pueblos

y lugares lejanos.

Tal vez la halle en un callejón

desierto, un día, con un niño en

los brazos o asomada a una ventana,

o quizá la reconozca

en un sonido, en un fragmento de canción en la

radio,

en una canción que diga cosas hermosas

sobre la tristeza,

sobre el alejamiento.

Y si sólo la vieras

en las alas de una mariposa

que vuele pegada al alquitrán del camino,

los ojos enturbiados por los absurdos afeites de la historia,

el pecho cargado con los gritos de tristeza de un pueblo

y sus frutos huérfanos,

como piedras en una cesta,

tráela a zoco con las tiendas cerradas,

donde el viento sople entre sus maderas,

a las afueras de un pueblo,

en el que nacimos, soñamos nuestros pequeños sueños,

y lo abandonamos.

Ver versión árabe

 

___________________________

(Publicado en el periódico Al-Hayat el 8 de octubre de 2003)

Tomado de:

http://www.poesiaarabe.com/la%20mujer%20y%20el%20viento.htm

 

 

ESTÁN RESUELTOS, DE ANTEMANO, TODOS LOS ACERTIJOS

 

 

Todas las vías están abiertas

frente a mí, todos los acertijos, resueltos

de antemano: un golpe en la puerta que se abre...

La noche para el día, esposa.

Y así,

me sumerjo en río de sangre, sin hallar la puerta,

sin entrar de noche a la ciudad,

en un festival de ladridos de perros.

Sólo es un latido

secreto en la sangre del poema

que me permite el paso.

Éste es el asunto:

¿Qué bebedizo tomaré, qué ritmo seguiré

para evitar la locura?

 

Sólo es esa perra

que cubre con sus aullidos el horizonte.

Sólo es esa loba demente

que discurre en mis sueños

diciéndole al mundo que conoce mis secretos

aunque me desangre o escupa esa espuma,

aunque, aunque...

Tomado de:

http://www.poesiaarabe.com/sargon_resueltos.htm

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