sábado, 15 de julio de 2023

POEMAS DE ERICH KÄSTNER

 


El tiempo viaja en coche

 

Traducción: Jose Carlos Contreras Azaña. Karlsruhe 2010.

 

 

Las ciudades crecen. Y la cotización sube.

Quien tiene dinero, también tiene crédito.

Las cuentas hablan. Las balanzas callan.

Los hombres despiden. Los hombres hacen huelga.

El mundo da vuelta. Y nos movemos con él.

 

El tiempo viaja en coche. Y ninguna persona puede maniobrarlo.

La vida vuela como una finca delante de todos.

Los ministros hablan con frecuencia sobre reducción de impuestos.

¿Quién sabe, si en serio piensan en esto?

El globo da vuelta y no se va hecho pedazos.

 

Los compradores compran. Y los comerciantes promocionan.

El dinero circula, como si fuera su obligación.

Las fábricas crecen. Y las fábricas mueren.

Lo que fue ayer, hoy se hace trizas.

El globo da vuelta, pero eso no se ve.

Tomado de:

http://literatambo.blogspot.com/2010/04/el-tiempo-viaja-en-coche-die-zeit-fahrt.html

 

 

La otra posibilidad

Si hubiéramos ganado la guerra,

con rumor de olas y rugido de tormenta,

Alemania ya no se podría salvar,

y se parecería a un manicomio.

Se nos domesticaría con notas musicales

como a una tribu salvaje.

Al llegar los sargentos, saltaríamos

de la acera y nos cuadraríamos.

Si hubiéramos ganado la guerra

seríamos un estado orgulloso.

Y hasta en la cama apretaríamos

las manos contra la costura del pantalón.

Las mujeres deberían parir niños.

Un niño al año. O a la cárcel.

El estado necesita niños como conservas.

Y la sangre les sabe a zumo de frambuesa.

Si hubiéramos ganado la guerra,

el cielo sería nacional.

Los curas llevarían charreteras

y Dios sería general alemán.

La frontera sería una trinchera.

La luna sería el botón de un soldado raso.

Tendríamos un emperador

y un casco en vez de cabeza.

Si hubiéramos ganado la guerra,

todos seríamos soldados.

Un pueblo de cretinos y armaduras.

¡Y por todas partes alambradas!

Se nacería siguiendo órdenes.

Porque los hombres son bastante baratos.

Y porque sólo con cañones

no se ganan las guerras.

La razón estaría encadenada.

Y la llevarían a todas horas ante los jueces.

Y habría guerras como operetas.

Si hubiéramos ganado la guerra -

¡afortunadamente no la hemos ganado!

 

 

Fantasía de pasado mañana

Y cuando empezó la siguiente guerra,

las mujeres dijeron: ¡No!

y encerraron a su hermano, hijo y marido

en casa bajo llave.

Luego se fueron, en cada país,

probablemente ante la casa del capitán

y tenían palos en las manos

y sacaron a los tipos.

A cada uno le pegaron una azotaina

de los mandaron hacer esta guerra:

a los señores del banco y de la industria,

al ministro y al general.

Algunos palos se rompieron.

Y algunos fanfarrones se callaron.

En todos los países se puso el grito en el cielo,

y en ninguno hubo guerra.

Las mujeres volvieron entonces a casa otra vez,

con el hermano, el hijo, el marido,

¡y les dijeron que la guerra había acabado!

Los hombres miraron por la ventana

y no miraron a las mujeres...

 

 

Verdún, muchos años más tarde

En los campos de batalla de Verdún

los muertos no encuentran la paz.

Cada día salen de la tierra

cascos y cráneos, muslos y zapatos.

Sobre los campos de batalla de Verdún

andan cristianos armados con palas,

barren costillas y cabezas

y meten a los héroes en cajas.

Arriba en el monumento de Douaumont

yacen doce mil muertos en la montaña.

Y en las cajas esperan en vano

ocho mil hombres ataúdes de su tamaño.

Y de los campesinos se apodera el horror.

Contra los muertos nada puede hacerse.

En los campos limpiados ayer

habrá mañana diez nuevos cadáveres.

Esta región no es un jardín,

y menos el Jardín del Edén.

En los campos de batalla de Verdún

los muertos se levantan y hablan.

Entre espigas y flores amarillas,

entre arbustos y helechos

sacan las manos de la tierra,

para advertir a los vivos.

En los campos de batalla de Verdún

 

 

¿Conoces el país donde florecen los cañones?

 

 ¿Conoces el país donde florecen los cañones?

 ¿No lo conoces? ¡Lo conocerás!

 Allí están los apoderados orgullosos y audaces

 En las oficinas, como si fueran cuarteles.

 Allí crecen botones de soldados debajo de la corbata.

 Y se llevan cascos invisibles.

 Allí se tiene cara, pero no cabeza.

 Y el que va a la cama, ¡se reproduce inmediatamente!

 Allí cuando un jefe quiere algo

 - y es su profesión querer algo -

 la razón primero se cuadra y segundo se pone firmes.

 ¡Vista a la derecha! ¡Y la cabeza agachada!

 Los niños nacen allí con pequeñas espuelas.

 Y la raya hecha.

 Allí no se nace civil.

 Allí se asciende al que se calla.

 ¿Conoces ese país? Podría ser feliz.

 ¡Podría ser feliz y hacer feliz!

 Allí hay campos, acero y piedra

 y empeño y fuerza y otras cosas bonitas.

 ¡Incluso espíritu y bondad hay allí a veces!

 Y verdadero heroísmo. Pero no en muchos.

 En cada segundo hombre hay un niño

 que quiere jugar con soldados de plomo.

 Allí la libertad no madura. Allí se queda verde.

 Cualquier cosa que se quiera construir, acaba saliendo un cuartel.

 ¿Conoces el país donde florecen los cañones?

 ¿No lo conoces? ¡Lo conocerás!

 

https://www.arquitrave.com/archivo/Arquitrave66.pdf

 

 

Si hubiésemos ganado la guerra

 

"Si hubiésemos ganado la guerra - santo cielo! -

Con puños de hierro y banderas al viento,

Toda Alemania estaría en seises y sietes

Y se vería como una casa de locos el mundo…

Entonces la Razón sería conservada en cadenas

Y forzada, en la corte, a besar el poder tiránico

Nuevas luchas serían peleadas como operetas

Si hubiésemos ganado la guerra - sin embargo,

No la ganamos, y gracias a Dios por eso."

Tomado de:

https://www.epdlp.com/texto.php?id2=761

 

 

diciembre

 

El año era viejo. Tiene cabello fino.

No es muy saludable en absoluto.

Conoce su último día, el año.

Incluso sabe la última hora.

 

Han pasado muchas cosas. Se perdió mucho.

Ambos descansan bajo la nieve.

El mundo yace blanco, como soñado.

Y la tristeza duele.

 

La luna sigue creciendo. Todavía se está derritiendo.

Nada se queda. Y nada se va.

Es todo engaño. Todo tiene sentido.

De nada sirve entenderlo.

 

Y de nuevo Santa recorre

con dificultad todos los sueños de la infancia.

Y vuelve a florecer en cada casa

el árbol verde dorado.

 

Tú también eras un niño. tú mismo has sentido

cuán dulces florecen los árboles de Navidad.

¿Has jugado a Papá Noel?

y ya no crees en él.

 

El año pronto alcanzará el duodécimo golpe.

Entonces el mineral ruge y habla:

"El año conoce su último día,

y tú no conoces el tuyo".

 

?????????

El año envejece, con el pelo ralo

Y perdiendo fuerza lentamente

Sabe que allí se miden sus últimos días

Sabe hasta su última hora.

 

Mucho ha sucedido, y las oportunidades han pasado

Ahora enterrado bajo la nieve

El mundo es blanco y tranquilo por fin,

La melancolía se convirtió en aflicción.

 

La luna todavía crece, luego mengua.

Permanencias traviesas y partidas traviesas.

Todo es ilusión, a veces cuerda.

Una verdad con partes ocultas.

 

Y una vez más aparece Papá Noel,

En la fantasía de los niños

Una vez más, las bolas doradas cuelgan

En cada árbol de Navidad.

 

Cuando eras niño, recibiste Navidad

y amabas la fábula navideña.

Creer ahora está perdido en Santa Claus

o Jesús en un establo.

 

El año pronto suena su gran final

El oráculo ha declarado

: "El año sabe cuándo está cerca el final,

pero aún se espera tu final".

 

© por el propietario. proporcionado sin cargo con fines educativos

Tomado de:

https://allpoetry.com/Erich-K%C3%A4stner

 

 

"Porque sois estúpidos"

un poema de Erich Kästner contra la estupidez y el fascismo de 1932.

 

Vosotros y la estupidez vais en filas de a cuatro

a los barracones del pasado.

No creáis que nos extrañamos cuando gritáis,

porque lo que pensáis y hacéis es para gritar.

Tomado de:

https://twitter.com/MariaArtze/status/1037822517916917760

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