El tiempo viaja en coche
Traducción: Jose Carlos Contreras Azaña. Karlsruhe
2010.
Las ciudades crecen. Y la cotización sube.
Quien tiene dinero, también tiene crédito.
Las cuentas hablan. Las balanzas callan.
Los hombres despiden. Los hombres hacen huelga.
El mundo da vuelta. Y nos movemos con él.
El tiempo viaja en coche. Y ninguna persona puede
maniobrarlo.
La vida vuela como una finca delante de todos.
Los ministros hablan con frecuencia sobre reducción
de impuestos.
¿Quién sabe, si en serio piensan en esto?
El globo da vuelta y no se va hecho pedazos.
Los compradores compran. Y los comerciantes
promocionan.
El dinero circula, como si fuera su obligación.
Las fábricas crecen. Y las fábricas mueren.
Lo que fue ayer, hoy se hace trizas.
El globo da vuelta, pero eso no se ve.
Tomado de:
http://literatambo.blogspot.com/2010/04/el-tiempo-viaja-en-coche-die-zeit-fahrt.html
La otra posibilidad
Si hubiéramos ganado la guerra,
con rumor de olas y rugido de tormenta,
Alemania ya no se podría salvar,
y se parecería a un manicomio.
Se nos domesticaría con notas musicales
como a una tribu salvaje.
Al llegar los sargentos, saltaríamos
de la acera y nos cuadraríamos.
Si hubiéramos ganado la guerra
seríamos un estado orgulloso.
Y hasta en la cama apretaríamos
las manos contra la costura del pantalón.
Las mujeres deberían parir niños.
Un niño al año. O a la cárcel.
El estado necesita niños como conservas.
Y la sangre les sabe a zumo de frambuesa.
Si hubiéramos ganado la guerra,
el cielo sería nacional.
Los curas llevarían charreteras
y Dios sería general alemán.
La frontera sería una trinchera.
La luna sería el botón de un soldado raso.
Tendríamos un emperador
y un casco en vez de cabeza.
Si hubiéramos ganado la guerra,
todos seríamos soldados.
Un pueblo de cretinos y armaduras.
¡Y por todas partes alambradas!
Se nacería siguiendo órdenes.
Porque los hombres son bastante baratos.
Y porque sólo con cañones
no se ganan las guerras.
La razón estaría encadenada.
Y la llevarían a todas horas ante los jueces.
Y habría guerras como operetas.
Si hubiéramos ganado la guerra -
¡afortunadamente no la hemos ganado!
Fantasía de pasado mañana
Y cuando empezó la siguiente guerra,
las mujeres dijeron: ¡No!
y encerraron a su hermano, hijo y marido
en casa bajo llave.
Luego se fueron, en cada país,
probablemente ante la casa del capitán
y tenían palos en las manos
y sacaron a los tipos.
A cada uno le pegaron una azotaina
de los mandaron hacer esta guerra:
a los señores del banco y de la industria,
al ministro y al general.
Algunos palos se rompieron.
Y algunos fanfarrones se callaron.
En todos los países se puso el grito en el cielo,
y en ninguno hubo guerra.
Las mujeres volvieron entonces a casa otra vez,
con el hermano, el hijo, el marido,
¡y les dijeron que la guerra había acabado!
Los hombres miraron por la ventana
y no miraron a las mujeres...
Verdún, muchos años más tarde
En los campos de batalla de Verdún
los muertos no encuentran la paz.
Cada día salen de la tierra
cascos y cráneos, muslos y zapatos.
Sobre los campos de batalla de Verdún
andan cristianos armados con palas,
barren costillas y cabezas
y meten a los héroes en cajas.
Arriba en el monumento de Douaumont
yacen doce mil muertos en la montaña.
Y en las cajas esperan en vano
ocho mil hombres ataúdes de su tamaño.
Y de los campesinos se apodera el horror.
Contra los muertos nada puede hacerse.
En los campos limpiados ayer
habrá mañana diez nuevos cadáveres.
Esta región no es un jardín,
y menos el Jardín del Edén.
En los campos de batalla de Verdún
los muertos se levantan y hablan.
Entre espigas y flores amarillas,
entre arbustos y helechos
sacan las manos de la tierra,
para advertir a los vivos.
En los campos de batalla de Verdún
¿Conoces el país donde florecen los cañones?
¿Conoces el
país donde florecen los cañones?
¿No lo
conoces? ¡Lo conocerás!
Allí están
los apoderados orgullosos y audaces
En las
oficinas, como si fueran cuarteles.
Allí crecen
botones de soldados debajo de la corbata.
Y se llevan
cascos invisibles.
Allí se tiene
cara, pero no cabeza.
Y el que va a
la cama, ¡se reproduce inmediatamente!
Allí cuando
un jefe quiere algo
- y es su
profesión querer algo -
la razón
primero se cuadra y segundo se pone firmes.
¡Vista a la
derecha! ¡Y la cabeza agachada!
Los niños
nacen allí con pequeñas espuelas.
Y la raya
hecha.
Allí no se
nace civil.
Allí se
asciende al que se calla.
¿Conoces ese
país? Podría ser feliz.
¡Podría ser
feliz y hacer feliz!
Allí hay
campos, acero y piedra
y empeño y
fuerza y otras cosas bonitas.
¡Incluso
espíritu y bondad hay allí a veces!
Y verdadero
heroísmo. Pero no en muchos.
En cada
segundo hombre hay un niño
que quiere
jugar con soldados de plomo.
Allí la
libertad no madura. Allí se queda verde.
Cualquier
cosa que se quiera construir, acaba saliendo un cuartel.
¿Conoces el
país donde florecen los cañones?
¿No lo
conoces? ¡Lo conocerás!
https://www.arquitrave.com/archivo/Arquitrave66.pdf
Si hubiésemos ganado la guerra
"Si hubiésemos ganado la guerra - santo cielo!
-
Con puños de hierro y banderas al viento,
Toda Alemania estaría en seises y sietes
Y se vería como una casa de locos el mundo…
Entonces la Razón sería conservada en cadenas
Y forzada, en la corte, a besar el poder tiránico
Nuevas luchas serían peleadas como operetas
Si hubiésemos ganado la guerra - sin embargo,
No la ganamos, y gracias a Dios por eso."
Tomado de:
https://www.epdlp.com/texto.php?id2=761
diciembre
El año era viejo. Tiene cabello fino.
No es muy saludable en absoluto.
Conoce su último día, el año.
Incluso sabe la última hora.
Han pasado muchas cosas. Se perdió mucho.
Ambos descansan bajo la nieve.
El mundo yace blanco, como soñado.
Y la tristeza duele.
La luna sigue creciendo. Todavía se está
derritiendo.
Nada se queda. Y nada se va.
Es todo engaño. Todo tiene sentido.
De nada sirve entenderlo.
Y de nuevo Santa recorre
con dificultad todos los sueños de la infancia.
Y vuelve a florecer en cada casa
el árbol verde dorado.
Tú también eras un niño. tú mismo has sentido
cuán dulces florecen los árboles de Navidad.
¿Has jugado a Papá Noel?
y ya no crees en él.
El año pronto alcanzará el duodécimo golpe.
Entonces el mineral ruge y habla:
"El año conoce su último día,
y tú no conoces el tuyo".
?????????
El año envejece, con el pelo ralo
Y perdiendo fuerza lentamente
Sabe que allí se miden sus últimos días
Sabe hasta su última hora.
Mucho ha sucedido, y las oportunidades han pasado
Ahora enterrado bajo la nieve
El mundo es blanco y tranquilo por fin,
La melancolía se convirtió en aflicción.
La luna todavía crece, luego mengua.
Permanencias traviesas y partidas traviesas.
Todo es ilusión, a veces cuerda.
Una verdad con partes ocultas.
Y una vez más aparece Papá Noel,
En la fantasía de los niños
Una vez más, las bolas doradas cuelgan
En cada árbol de Navidad.
Cuando eras niño, recibiste Navidad
y amabas la fábula navideña.
Creer ahora está perdido en Santa Claus
o Jesús en un establo.
El año pronto suena su gran final
El oráculo ha declarado
: "El año sabe cuándo está cerca el final,
pero aún se espera tu final".
© por el propietario. proporcionado sin cargo con
fines educativos
Tomado de:
https://allpoetry.com/Erich-K%C3%A4stner
"Porque sois estúpidos"
un poema de Erich Kästner contra la estupidez y el
fascismo de 1932.
Vosotros y la estupidez vais en filas de a cuatro
a los barracones del pasado.
No creáis que nos extrañamos cuando gritáis,
porque lo que pensáis y hacéis es para gritar.
Tomado de:
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