GATOS
I
Los gatos
chicos a veces mueren
apretados en
el hocico de una perra
y parece que
juegan
y mueven la
colita
pero se
están muriendo.
Hacen
globitos con la sangre
mientras la
lengua arranca
y un sol
lúdico tironea su sombra.
El gatito se
inclina
proyectando
desde los ojos
una noche
que se desmenuza
que cae en
pedazos toda roñosa
y el cucho
reventándose
trata de
alcanzar un sol que se inclina
que cae en
una noche pataleante
entonces
hace como si se ahogara
mientras
fermenta la noche
en un día
lleno de sol
que cae duro
en los techos
en sus ojos
vidriosos
y el gato es
extinguido
sacado fuera
de lo real.
IV
Hey, malú,
asume la vida de gato
que te toca
saltar de techo en techo
porque ni
siquiera un poco de sol
los hará
volver
porque no
nacimos para dar
pero tampoco
para recibir
hay que
asumir el costo
te estás
chalando
nada te
llena
y el hastío
te agarra de espaldas
por eso le
seguimos el juego
a los
imbéciles
y corremos
en esta carrera de equinos
de mala
sangre
cuando el
poeta canta su bar cecil
y Dios le
guiña un ojo
y por el
otro le cae un goterón de tinto
de aburrido
tinto.
Hey, malú,
nace una estrella
nadie quiere
el nobel
pero se
mueren de sólo pensarlo
los poetas
se odian
toman juntos
pero se odian
a quién le
importa
que se maten
que se
tengan pica hasta la muerte
total, de
todas maneras
no tenemos
quien nos abrace
porque los
gatos se retiran de noche
quién sabe
dónde.
Hay que
asumir, pendeja
que estás
sola
que te
bailas un rock
para
quitarte las ganas –tú sabes de qué–
porque de
tanto perraje patriarcal trompeteado
estás hasta
la tusa
y ellos
siguen tirándose a partir
prejuiciados
amablemente
discrepantes
hey, malú
una raja, qué te importa
si ni
siquiera encuentras algo que te importe
por eso
callas y luego ríes
porque nadie
te llena el hoyo,
ni el vino
ni los
machitos
ni mirar sus
traseros sin forma
no te queda
más que caminar borracha
y llegar
borracha a tu home
piedrita
mendiga.
Dame tu
sucio amor, Editorial Cuarto Propio, 1994. / Ed. Surada, 2001.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2010/11/foja-de-poesia-no-256-malu-urriola/
Santiago en ruinas, abril de 1992
No necesito
nada más esta noche,
No quiero
oír viejas anécdotas de poetas.
No sé si
veré el futuro, si al menos
lo veré
pasar por estos ojos.
Espero en la
única gloria de los castrados.
Me
abandonaré al silencio,
como un
criminal abandona las armas y el placer
de la
sangre.
Me perdí en
Buenos Aires, ebria, me hallaron en un Bunker,
bailando en
medio de travestis, un hombre pensó que yo era
un muchacho,
salimos a la calle a tomar unas cervezas, me
habló de su
amado por horas, me dijo que lo golpeaba, que
cuando quizo
matarlo él le beso su trasero, luego habló de unas
luces que ve
al cruzar la calle de San Telmo, un viejo barco que
lo llevó una
noche a un extraño lugar.
Deslizó su
mano hasta tocar la mía.
nos
parecíamos a una breve imagen del abandono.
Cuando quedo
a solas, en la oscuridad de este apartamento,
la silueta
de una mujer cuelga del cuello, ya no puedo hacer lo
que me
pides, no puedo escupir aquello que mi locura ha
abandonado.
Cógeme del
pelo, no evitarás que estrelle la cabeza contra la
muralla,
éste es el único y regio fin del estrellato, estrellar la
propia
estrella, raspar las cáscaras de la pared con la boca, no
puedes
perderte esto...
No puedes
dejar de ver el fondo de este pozo.
de Hija de perra
Editorial Cuarto
propio, 1998.
Editorial Surada 2001.
Tomado de:
http://www.letras.mysite.com/malu100903.htm
***
Todas estas
mujeres salen cubiertas de pieles de la ópera, yo escucho a Jessie Norman
semidesnuda, bebiendo un poco, escribiendo estas cosas que no sé qué son, ni
para lo que podrían servir, salvo para otros que están como yo aburridos, sin
hacer más que leer o arrojarse en una butaca a ver un buen film, no intento
conmover a nadie, la jubilosa masa de gente recorre el centro, y sus ropas
cambian de color bajo los innumerables letreros, yo descanso de ellos en este
apartamento sin ninguna compañía. Desde la ventana los veo caminar enmudecidos
por el tráfico y la música de los clubes nocturnos, un par de muchachos cantan
un viejo bolero a la entrada, una fina lluvia comienza a caer. Este es mi
futuro, mi tremenda soledad.
En sus
adaptadas caras los años pasan sin perdón, es mi fastidio lo que los mantiene
vivos, si no los viera felices cuando el tiempo se invierte, pensaría que la
vida ha sucumbido, por suerte ha pasado la hora, mientras la lluvia cae más
gruesa, la calle ha quedado sola, cojo del frasco un par de pastillas y me echo
a dormir.
***
De Hija de perra
Cuando no estás me faltas como si me faltara un brazo, daría
un brazo por no sentir esta falta... daría un brazo, pero no el brazo con el
que escribo. El brazo con el que escribo no se lo doy a nadie, si me deshiciera
de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que aprieta mi vientre, el
que hunde su mano en mi garganta para que las palabras salgan, porque mi brazo
sabe que las pa-labras son como trozos de carne que me atoran, si no tuviera
este brazo tampoco podría hablar, porque este brazo es mi lengua, con este
brazo puedo decir lo que la lengua se calla, podrían cor-tarme la lengua pero
no el brazo, por eso no siento ningún miedo cuando tengo la lengua dentro de tu
boca, porque aunque la arrancaras me quedaría este brazo. Con este brazo me
sostengo, con este brazo lucho cada día. Cuando me pierdo es este brazo quien
me encuentra, cuando me deses-pero es este brazo quien me calma, este brazo es
mi memoria, este brazo es quien me saca a flote, quien jala de mí, quien me
aturde para arrastrarme hasta la orilla, este brazo se compadece de mí más que
nadie, me saca el agua que he tragado, me golpea el corazón para que ande, si
no fuera por este brazo no sé qué sería de mí, por eso sigo a mi brazo, porque
este brazo es capaz de encon-trar lo que yo no hallo, por eso es él quien
escribe, porque si escribiera yo, no encontraría las pala-bras necesarias, en
cambio mi brazo es exacto, porque mi brazo sabe que si no soy capaz de
resis-tir, que si me agoto de ver todo el tiempo lo mismo, que si me canso de
escuchar las mismas pala-bras idiotas, que si me harto de ver a la misma gente
como en un cinematógrafo de barrio, que si me aburre ver con mis ojos sus ojos
pajes desesperados de fama, de una fama gris de estrella de cinematógrafo de barrio,
porque mis ojos se cansan de ver tanto, todo igual, repetido, mi ojos se hartan
tanto que se harían sal si vieran que algo nuevo pasara, porque esta ciudad se
detuvo antes que llegáramos yo y mi brazo, esta ciudad sombría ya no se
desempaña, esta ciudad es inalterable, esta ciudad quisiese ser rubia, esta
ciudad quisiese beber whisky cuando se muere de hambre y si este brazo no fuera
fuerte nos habrían arrancado medio pedazo, pero a mi brazo nada de esto lo
derrumba porque mi brazo es ciego, mi brazo es sordo, mi brazo sólo escucha la
sangre de él. Sabe que cuando no dé más deberá tomar la empuñadura y rajar la
muñeca de mi otro brazo, sabe que aunque son pares sólo él puede hacerlo, sabe
que él será el último en abandonar, lo sabe, como sabe también que será capaz
de dejar de escribir porque escribir me daña a veces, mi brazo sabe que
escribir daña porque es él quien escribe, cuando mi brazo escribe sabe que está
doliendo, quemando, sabe que me revuelvo toda, por eso mi brazo dejaría
cualquier cosa para calmarme. Es este brazo quien te olvida, no yo, porque mi
brazo sabe que estando juntos somos capaces de re-sistir tu falta, que podemos
trazar tu recuerdo, en cambio si me faltara este brazo yo me quedaría muda, me
quedaría postrada, no podría resistir, no podría, por eso no te doy este brazo
ni se lo daría a nadie, porque este brazo es el único capaz de librarme de mí.
***
De Nada
Este perro
me ve como si mirara a dios, no sabe que soysoysoy un dios de la nada. Pone sus
ojos suplicantes en mí, y mueve la cola, mientras le arranco como un
diosdiosdios la garrapata que chupa de su cuello. Como si fuese una amante digo
fuera, fuera de su cuerpo de perro. Él recuesta su cabeza en mi regazo, como yo
pongo estos ojos cuando están hartos sobre el mar y dejo que me meza su danza
espumosa, azul, brillante.
En el mar,
no hay gentes como nosotros.
No hay sitio
en la tierra ni en el mar, para gentes como nosotros.
Tomado de:
https://www.laraizinvertida.com/detalle-2357-poesia-chilena-malu-urriola
Nada, 2004
Canta un
grillo a lo lejos,
regocijando
estos errabundos huesos
que he
tendido un rato al sol,
el mismo sol
que ha
comenzado a dorar las copas de los árboles
contra el
viento tan verde.
Cierro los
ojos y el recuerdo evoca las palabras
que he
abandonado a lo largo del camino,
las que
nunca dije,
las que
miento,
las que me
avergüenzan.
Las palomas
inician sus limitadas acrobacias
recortadas
contra el cielo.
Cierro los
ojos y me abandono al batir de sus alas
yo que no
tengo,
me conformo
con escuchar el ruido del vuelo.
¿Escuchas?
Son olas.
Olas que se
alzan para fundirse en un océano infinito,
algunas se
levantan como cabezas humanas en mitad del
horizonte,
si cierras
los ojos puedes escuchar
a una india
cantar en mitad del desierto,
y sin
embargo la pasión bruta del alma
enjuaga este
aburguesado deseo de nombrar miserablemente
hasta las cosas
innombrables,
el nombre
del nombre, y amanece.
Fui arrojada
del infierno por adorar la belleza.
***
El sol que
se recorta contra la cordillera de Los Andes,
va apagarse
como una cerilla contra el Ocean Pacific
y las aves
se pierden sobre el horizonte en el sentido contrario
a la vista,
estos ojos
rastreros que no pueden volar lo saben.
Acaricio el
pelaje húmedo de la noche y me tiendo,
para que me
anochezca, para que me maree
y me
estrelle.
¿Quién
cantará ahora que la muerte habla?
La Cordillera
de los Andes es la Columbia nuestra,
nuestra
propia Fox,
la espina de
nuestros mejores recuerdos.
No me digas
que olvidaste todo, no tan inocente,
sabes que
vivimos entre corderos,
el vulgo
bala, sabes de lo que hablo,
exceso de
palabras sin alma,
narcisos
desesperados,
y detrás del
silencio,
el triste
bullicio vencido de la muchedumbre baja al metro,
el viento
del tren les sopla los cabellos,
como ángeles
ciegos
encuentran
sus cuencas vacías contra el vidrio.
Yo hallo las
mías tan vacías que me echo a reír.
Dentro no
mora más que el recuerdo de todo cuanto
ha
acontecido tan fugaz.
Un relato,
una versión
entre millares.
Maybe
Y al llegar
la noche, amante ansiada,
una recuesta
la cabeza en la calma,
y nos
quedamos contemplando a las estrellas brillar así,
tan lejos,
y estrellada
así,
y anochecida
así,
las ganas de
apagarte como una cerilla se diluyen
y cantas al
corazón sordo y metálico de la noche
hasta que de
pronto
toda la
vida, toda,
se abre ante
los ojos negros
y
resplandeces como el olvido.
Todo pasa,
una y mil veces,
la tierra
que mece sus muertos
sabe de lo
efímero. Oh, sí.
Olvidar es
una palabra obesa
que llega
cuando las demás se han marchado,
y estamos
vivos, medio muertos, pero vivos,
y
escribimos, a duras penas, pero escribimos,
como una
estrella vieja que empeñada en brillar, se apaga.
***
Bracea, 2007
Pasa volando
una mariposa frente a estos ojos negros que estaban mirando el cardo.
La mariposa
bracea, y braceando se retira tan lejos del cardo blanco,
que ha
quedado meciéndose, vibrando, como queda el alma
cuando el
dolor con ella hace lo suyo.
Tan
imperceptiblemente, que pareciera que no lo notara el cardo blanco ni el
viento.
Soy una
intrusa de la relación que mantiene el cardo con el viento y la envidio.
Pues yo
quisiese ser ése cardo abrazado por el viento y no ser lo que soy.
Un cardo
contra el viento, no es mismo que la condena de ser dos.
Si no
hubiese visto a la mariposa aflorizar sobre el cardo blanco,
habría
pensado que lo cimbraba el viento.
Pero lo que
pienso, extrañamente tiene relación alguna con la realidad.
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/32/MaluUrriola/
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