domingo, 9 de julio de 2023

POEMAS DE EDMOND VANDERCAMMEN


HACIA EL MAR

 

Mirábamos en dirección al mar

Soñadores de infinito de leves cabellos,

Indócil galope en la mañana

Prometido en la convergencia de las gaviotas.

Bajamos, emigrantes sin maletas,

A las profundidades de recuerdos lejanos;

El espacio cómplice en nuestros ojos,

Pero el horizonte escondía todas las naves

Pensamos que se extendía para traicionarnos.

 

Estábamos solos con el tiempo para hacer

en nosotros mismos viajes imposibles.

 

 

EDICIÓN MATINAL

 

Cada herida mata de hambre a otro crimen

Cada palabra enciende su pira

De odio. Y los rehenes de la mañana

Llevan la noche en sus hombros desnudos.

 

Todos los pájaros cantores dejan el alba

Para regresar a sus bosques calcinados;

Tienen el destino del último grito de los muertos,

Su vuelo es un pañuelo del color de la sangre.

 

Coge el periódico que hoy impera:

¿Ves sangrar el mármol y la máquina?

La tinta de las palabras arrastra tu mirada

Hacia el arma más segura de la desgracia.

 

Cada noticia te separa de ti mismo.

 

Traducción y nota: Pedro Sánchez Sanz

Tomado de:

https://elcoloquiodelosperros.weebly.com/traducciones/edmond-vandercammen

 

 

Pasión

La pasión del niño por un cielo lleno de estrellas

Abre y cierra las manos como un libro de caras.

Pez amarillo, azul

Juega en el acuario de sus ojos.

La vida quema una copita de sabiduría,

la Fragancia de su vida.

Extiende los brazos,

Y el maestro lo escucha, helado de estrellas

La mujer se desmaya,

El mundo desaparece.

Lentamente, el imán del sol

atrae un momento de esperanza.

El corazón equilibra el cuerpo,

la Sangre, la savia;

La rama sostiene al pájaro.

La verdad pende de los rayos de la luna,

Y el niño la sorbe con un suspiro

Al borde de un cielo desgarrado.

SOS El hermoso barco gira sus velas,

Un sueño extinguido en el espacio.

La voz del tiempo da la vuelta al mundo

Tras los árboles del jardín.

El párpado de la tarde cae sobre el ojo de la luna,

Algo cae en el cielo:

La sombra negra de un pájaro rojo sin alas.

 

 

poeta errante

Cuando arrojaste el odgon hacia los deseos silenciosos,

Que vagan sobre las olas, como sombras de placeres,

Mirando al mar, tu rostro se vuelve hacia el ayer,

Y la ciudad en cenizas vuelve a palpitar.

 

Pasas bajo viejos arcos de aventuras olvidadas,

Te cruzas con los vivos, se apaga tu delirio;

Con los vivos y los muertos por igual, pareces derrotado,

trata de difundir solo los lienzos soñados diariamente.

 

Ya no encuentras las fuentes, como en los viejos tiempos, el brillo,

Ni el sangrado de la boca que maduró el beso,

Ni el canto de ti que enterró el pasado,

Como un bebé que lo vuelve a la vanidad.

 

¿Qué dedos febriles borran las cálidas imágenes?

Tomas un camino diferente, es una calle sin sol,

Tus pensamientos son diferentes, tu corazón insomne ​​se contrae,

Cambias de casa, pero tu rostro es diferente entre las páginas...

 

Entonces el viento te lleva e infla otras velas,

Y la vida es horizonte de gestos inhumanos;

Incumplido dejas el sueño que tus manos, huracán,

Al atardecer lo desgarran al fuego de otras estrellas.

Tomado de:

http://poezii.citatepedia.ro/de.php?a=Edmond+Vandercammen

 

 

a dónde va la sangre

 

¿Sabemos alguna vez adónde va la sangre

que los rehenes del otoño

en vano retienen en su carne?

Estatuas de sal, estatuas de tiza

En tus jardines de mandrágoras

Abiertas a la magia lunar,

Eriges tu silencio.

¡Absurda expectativa de muerte!

El que se resigna despide

Las tristes arenas esparcidas

Por el viento sobre las tumbas

Y su mirada florece en el fondo

De una última noche. Este hombre

no se separa de Dios,

pero para orar tendría que

saber adónde va la poca sangre

que trastorna su razón:

tendido en la superficie desnuda del tiempo,

pretende no conocer el futuro.

Tomado de:

https://maisondelapoesie.be/poetes-list/vandercammen-edmond/

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