domingo, 16 de julio de 2023

POEMAS DE SOR ANA DE LA TRINIDAD


¿De qué me sirve, triste...?"

¿De qué me sirve, triste, que la aurora

la oscura sombra de la noche ahuyente

y que corriendo el sol al occidente

venga la que las cosas descolora,

si el dolor de ordinario en mi alma mora

y agua en mis ojos hay continuamente

porque no puede ver el Sol ardiente

que el cielo empíreo alumbra y enamora?

 

Sor Ana de la Trinidad (Dolor humano, pasión divina, Logroño, Los aciertos, 2020).

Tomado de:

https://bocatas.io/sor-ana-trinidad/

 

 

I

Entre tantas saetas con que llaga

mi corazón —fortuna que no queda

lugar do nueva herida le suceda—

hace la del amor sensible llaga;

salud no busca el alma, que aunque haga

por sanar de sus males cuanto pueda,

tan dulce es el dolor que en esta queda

que aposta se la rompe y se la estraga.

Mas tan secreta está que no parece

y el mismo amor la va desconociendo

resurtiéndole el tiro juntamente.

Fortuna suspendida en esta fuente

mira correr mi llanto, atribuyendo

a Dios la causa, y no se ensoberbece.

 

 

5

Como de torbellino y recio viento

el átomo ligero es levantado;

o como cuando de la mar hinchado

es llevada una paja de su asiento;

así como vapor y flaco aliento,

como el humo de un palo muy delgado;

como el humilde polvo del soplado

los desaparece el aire en su elemento;2

como si un escuadrón de gente armada

con poderosa fuerza combatiese

un mosquito ahogado en la bebida,3

trata el inmenso Dios con esta nada.

¡Oh, pues lo comenzó, si ya quisiese

que del todo en su ser fuese sorbida!

Tomado de:

https://www.pepitas.net/sites/default/files/libros/primeras_paginas/Dolorhumanoprimeras.pdf

 

 

8

 

A la región do anhelas remontado

huye ligero en tu secreto nido,

donde estarás seguro y escondido

de las tormentas de la mar airado,

 

que siendo el crudo invierno ya pasado

cuando el campo de verde esté vestido,

aunque de mar a mar la mar crecido,

podrás entre las olas ir a nado;

 

o te traguen o suban hasta el cielo,

quedarás como pluma levantada,

y el tiempo breve pasarás en flores

 

vestido del color de tus amores;

divisarás tu patria deseada,

si altivo permaneces en tu vuelo.

 

 

14

 

¿Cómo mi lengua torpe, enmudecida,

metida en alto mar de amor profundo,

sin entender la causa en que me fundo

hablará de su alteza desmedida?

 

Hallo mi navecilla sumergida,

y si la orilla busco, más me hundo,

que no hay lenguaje o nombres en el mundo

a que compare cosa tan subida.

 

¿Quién dijera que un Niño de hoy nacido

mi baja musa hace perder de vuelo?

¿Mas, qué mucho si en su ser infundido

 

tiene el objeto de un amor sin suelo?

Mas queda inaccesible y escondido

cuanto más le descubre el mortal velo.

 

 

15

 

Linces de lo profundo y escondido,

balcones del amor, centros gloriosos,

alegres palmas, triunfos victoriosos,

piedras-toques del oro más subido,

 

espesas selvas donde me he perdido,

floridos paraísos deleitosos,

pozos de ciencia, senos misteriosos

y dulce suspensión de mi sentido;

 

sentencias de la muerte y de la vida,

cristales do se ve mejor el mundo,

soles que solos quitan mis enojos

 

y refugios del ánima afligida,

blancos do mi afición segura fundo,

son de Jesús los apacibles ojos.

 

 

18

 

¡Oh pan de mi sustancia que me alientas!

no hay a mi paladar alguna cosa

como el bocado tuyo deleitosa,

que en tu gusto mis gustos apacientas.

 

Muero por Ti de hambre y te me ausentas;

no huyas de quien tiembla temerosa,

—que aunque morena, soy también hermosa—

cuando en mi pobre choza te aposentas.

 

Traga en tu lleno todo mi vacío

para que así enriquezcas mi pobreza

quedándote en el corazón de asiento.

 

Pues estando sin mí, quiere ser mío,

deja el retrato, amor, de su belleza

y quédese cerrado el aposento.

Tomado de:

https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/como-mi-lengua-torpe-enmudecida/

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