miércoles, 5 de julio de 2023

POEMAS DE JOSÉ MARÍA HINOJOSA LASARTE


Canción final

 

                                                                    A Rafael Alberti

 

Y qué se me importa a mí,

que la helada se deshiele.

 

Y qué se me importa a mí,

que los pájaros no vuelen.

 

Y que los barcos mas barcos,

solo por la mar naveguen.

 

Si tengo en ciernes un campo

de margaritas de nieve.

 

 

Cuando nos miramos

 

Mi cabeza inclinada sobre el aire

miraba su cabeza hecha amor por mis ojos

cuando de sus cabellos

saltaban las abejas para dejar su miel

en los labios resecos y sin esperanzas

en los labios hundidos bajo las palabras

llenas de amor y sangre.

 

Nuestras cabezas acaban por perderse

envueltas en las nubes

la mía inclinada sobre el aire

la suya hecha amor por mis ojos.

 

 

El fuego calcina nuestras carnes

 

Este brazo de fuego

quemaba mi costado

recubierto de brotes

plenos de savia verde

cuando tu cabellera

fue de piedra en el viento

y mis sueños se abrían

en pétalos de carne.

 

Estos aires de fuego

derretirán la nieve

lejana de los polos

al cuajar en el árbol

nuestros dos corazones.

 

 

Erótica imprevista

 

Hundido entre juncales,

eludí la pasión

de la mujer sin carne.

 

Eludí la pasión,

dentro de mi ramaje

y sin quererlo yo.

 

Perdida entre arenales

la mujer, ya voló

mi carne con su carne.

 

 

Herido siempre, desangrado a veces...

 

Herido siempre, desangrado a veces

y ocultando mi sangre sin riberas

llevo mis pasos presos entre nieblas

y mis miradas van sobre cipreses.

 

Aún conservo en las uñas esta sangre

que me dejó la carne de un momento

empapado de lágrimas y miedo

cuando vino a perderse entre mi carne.

 

Era sólo mi sangre quien llamaba

en medio de aquel valle, de aquel bosque,

y era sólo mi sangre, eran mis voces

las que oían la lluvia sobre el agua.

 

 

Huyendo del destino

 

En medio de este hueco redondo y transparente

que me persigue siempre a través de la tierra

retumban los hachazos que separan las ramas

brotadas en el tronco de mármol patinado

por el humo de pólvora y la luz de la luna

filtrada entre los dedos de tus manos de nieve.

 

Tus brazos recogían en sus siete colores

la lluvia de mi frente y la espuma del agua

perdiéndose en las aguas tu cabellera rubia

mientras que tu cabeza flotaba entre las olas

verde entre verdes algas con los labios abiertos

por la caricia última de mis labios de fuego.

 

 

La rosa de los vientos

 

Para picotear sobre mi fría palma

bajan aleteando las estrellas

y la Osa Mayor no será nunca blanca

porque ha olvidado su pasión mimética.

 

Han puesto colgaduras encaladas

para borrar los huecos de mis huellas,

mujeres negras que habitan mi casa.

Sólo han brotado de mi barco velas.

 

Mientras oteo curvos horizontes

en el balcón de escarcha tempranera,

veo llegar el humo desde Londres,

que amarillo nació en las chimeneas

y, cano ya, me llama a grandes voces

y pregunta con gesto anacoreta

por la senda que lleva al Polo Norte.

 

Encogiendo mis hombros hechos niebla

yo le regalo un alfabeto Morse.

 

 

Mi alegría

 

Vino a mí en espiral,

con vuelo de mañana,

su voz hecha sonrisa

de lucero del alba.

 

Mi sangre baña el río

en aleteo de agallas;

queda el cuerpo sin sangre

y oye la voz del alba.

 

Está mi cuerpo frío

ya tendido en la playa,

y huyendo de la luz

desaparece el alba.

 

Su voz hecha sonrisa

vino a mí en espiral;

mi gesto sin aristas

fue a ella en espiral.

 

 

Mi cabeza inclinada sobre el aire...

 

Mi cabeza inclinada sobre el aire

miraba su cabeza hecha amor por mis ojos

cuando de sus cabellos

saltaban las abejas para dejar su miel

en los labios resecos y sin esperanzas

en los labios hundidos bajo las palabras

llenas de amor y sangre.

 

Nuestras cabezas acaban por perderse

envueltas en las nubes

la mía inclinada sobre el aire

la suya hecha amor por mis ojos.

 

 

Mi corazón perdido

 

En su cuerpo de espuma nacían las espigas

que en ráfagas de viento llenan con sus rumores

mi corazón perdido en el mar de su lengua

mi corazón hallado en medio del desierto

por cadenas de voces en oasis de sangre.

 

Mi corazón perdido busca entre sus encajes

la llama que devore las ansias de su sombra

y las nieves que bajen de las altas montañas.

 

 

Nuestro amor

 

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire

y en la curva del agua flota un barco pirata

que lleva en su cubierta entre cercos de brea

tus miradas de ámbar y el ámbar de tus manos.

 

Nuestros cabellos flotan en aire enrojecido

mientras su cuerpo pende hecha color su carne

de los siete colores tendidos en un arco

sobre el cielo de hule herido por sus ojos.

 

¿Por qué siempre rehuyes el encerrar tu carne

en mi carne cuajada de flores y de heridas

abiertas con puñales en madrugadas blancas

llegadas del desierto entre nubes de polvo?

 

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire

envueltos entre ráfagas de crímenes violentos

y manos inocentes quieren lavar la sangre

derramada en la tierra por el primer amor.

 

 

Pasión sin límites

 

Vuela mi corazón

unido con los pájaros

y deja entre los árboles

un invisible rastro

de alegría y de sangre.

 

Las gotas de rocío

se helaron en las manos

abiertas y floridas

de los enamorados

perdidos en la brisa.

 

Vuela mi corazón,

mi corazón atado

con cadenas de estrellas

a la sombra de un árbol

atado con cadenas

y con cantos de pájaros.

 

 

¿Por qué no?

 

Bañábase en la playa

sin corazón

y sin el velo de la desposada.

 

Y tenía su cuerpo,

sin corazón,

por la arena salada recubierto.

 

Tendida sobre el aire,

sin corazón,

comenzó a despojarse de su carne.

 

¿Y el corazón?

Los peces lo llevaban,

mar adentro, colgado de sus alas.

 

 

Sencillez

 

Los dedos de la nieve

repiquetearon

en el tamboril

del espacio.

 

Parábolas de nubes

forman un halo

de cristal,

sobre el monte nevado.

 

Una línea

y un plano.

 

Quiero poner mi vista

sólo en el espacio,

que es sencillo

y a la vez complicado.

 

 

Siempre bella

 

Precisamente porque estaba sola

tendida en una rama de la noche

no quise vadear el arco iris

para unir en un beso nuestras voces.

 

Ella guardaba dentro de sus ojos

una pareja de palomas blancas,

ella tenía dentro de sus párpados

la nieve derretida de sus lágrimas.

 

Esta noche de seda, cómo cruje

y se hace toda ecos, a mi paso,

ocultando en sus pliegues las palabras

que escapan sin querer de nuestros labios.

 

Precisamente porque estaba sola

yo me había disuelto con el aire,

dejó volar aquel par de palomas.

 

 

 

Sueños

 

Embadúrnate el cuerpo,

de oscuridad

y de silencio,

y podrás levantar

la copa de los sueños.

 

Pasaron superpuestas

ráfagas de recuerdos,

y los nuevos clisés

sólo quedan impresos,

mientras hay luz de menta

dentro del pensamiento.

 

Una astilla de luz,

agujerea

los tulipanes negros.

 

 

Unidos por la luz

 

Bajo una misma luz

están nuestras cabezas.

 

Tu corazón y el mío

cantan sobre las piedras

cuando la noche oculta

los rugidos de fieras.

 

¿Tu corazón y el mío eran sólo de arena?

 

Por el desierto arrastran los camellos sus penas

y llevan en sus ojos oasis de palmeras.

 

¿Tú corazón y el mío

eran sólo de arena?

 

Por el desierto arrastran

los camellos sus penas

y llevan en sus ojos

oasis de palmeras.

 

¿Tu corazón y el mío

eran sólo de arena?

 

Nuestras sombras unidas

florecen en la tierra.

Tomado de:

http://amediavoz.com/hinojosa.htm

 

 

Nuestro amor

 

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire

y en la curva del agua flota un barco pirata

que lleva en su cubierta entre cercos de brea

tus miradas de ámbar y el ámbar de tus manos.

 

Nuestros cabellos flotan en aire enrojecido

mientras su cuerpo pende hecha color su carne

de los siete colores tendidos en un arco

sobre el cielo de hule herido por sus ojos.

 

¿Por qué siempre rehuyes el encerrar tu carne

en mi carne cuajada de flores y de heridas

abiertas con puñales en madrugadas blancas

llegadas del desierto entre nubes de polvo?

 

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire

envueltos entre ráfagas de crímenes violentos

y manos inocentes quieren lavar la sangre

derramada en la tierra por el primer amor.

 

 

Huyendo del destino

 

En medio de este hueco redondo y transparente

que me persigue siempre a través de la tierra

retumban los hachazos que separan las ramas

brotadas en el tronco de mármol patinado

por el humo de pólvora y la luz de la luna

filtrada entre los dedos de tus manos de nieve.

 

Tus brazos recogían en sus siete colores

la lluvia de mi frente y la espuma del agua

perdiéndose en las aguas tu cabellera rubia

mientras que tu cabeza flotaba entre las olas

verde entre verdes algas con los labios abiertos

por la caricia última de mis labios de fuego.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-jose-maria-hinojosa/

 

 

SSE

 

He perdido       

la memoria de los siglos;      

sólo conservo alientos          

de papiros añejos.         

 

Y tengo la nostalgia de mí mismo,          

de cuando sabios eran mis consejos,            

del tiempo en que mi olor          

no era el del museo.            

 

No puedo resistir            

ver correr de mis ojos           

arenales de lágrimas            

formados por escombros.          

 

Yo perdí la noción del calendario           

y de días microbios,      

pero continuaré mi papel de hierático,        

con sonrisa de insomnio,            

en este film inacabado.       

 

Mi voz, mi signo indescifrado,           

no lo busquéis en el presente,          

buscadlo en el pasado.       

 

 

Oso

Me salté el Panamá a pie juntillas           

e hice dos flexiones musculares        

sobre la barra fija          

del trópico de Cáncer.        

 

La singladura           

comienza con buen tiempo.            

Viento flojo del Sur,        

mar rizada del viento,          

cielo claro        

y horizontes despejados.             

 

Llegué a la playa a nado           

y tuve por escolta         

legiones de hipocampos.           

 

Me puse un bañador;          

por no esperar al práctico         

híceme un distraído       

veraneante acuático.         

 

 

Camino abierto

 

Muero sobre las copas de los árboles            

y llevan por los aires      

la nueva de mi muerte        

las aves de la noche y los coros de ángeles.       

 

Mira la luna con rostro de yeso         

infinidad de gestos        

perdidos en la sombra         

y entre nubes de rocas prisioneros.         

 

Viene a mí la mujer que tiene un pájaro       

por sexo y ojos blancos        

a morder en mis venas        

y extraer de mi cuerpo la sangre de hipopótamo.           

 

El gusano de luz cruza un mar negro      

y la estela de fuego      

que dejara en su marcha           

se ha grabado en la vista de los ciegos.

Tomado de:

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/poetas-del-novecientos-entre-el-modernismo-y-la-vanguardia-antologiatomo-ii-de-guillermo-de-torre-a-ramon-gaya--0/html/000de8d0-82b2-11df-acc7-002185ce6064_11.html

No hay comentarios.:

Publicar un comentario