TODAS LAS COSAS SE ENCUENTRAN EN CURSO
TODAS las cosas se encuentran en curso
En el suelo terrenal,
Los espíritus y los elementos
Tienen sus caídas.
La noche y el día, año tras año,
Altas y bajas, cerca y lejos
Estos son nuestros propios aspectos,
Estos son nuestros propios remordimientos.
Los dioses de la tierra,
Que permanecen para siempre,
Los veo en lejanos promontorios,
Extendiéndose a ambos lados;
Escucho los sonidos de una noche dulce
Desde su terreno indestructible;
Engañándome nada más con el tiempo,
Llévame a tu clima.
Tomado de:
http://centaurocabalgante.blogspot.com/2012/01/poemas-y-letras-de-henry-david-thoreau.html
***
Gran Dios, no pido por menor moneda
que a mí mismo no decepcionarme,
y que a tal altura mi actuar ascienda
cual columbro con visión certera.
Y después pido, tu gracia lo otorgue,
poder decepcionar a mis amigos,
pues no saben con qué don enorme
te has querido obsequiar conmigo.
Que mi débil mano iguale mi firme hado;
sea más prolijo que mi lengua, el brazo;
y no muestre mi conducta,
ni este poema que acaba,
que ignoraba yo tu ruta,
o que tu voluntad exageraba.
INDEPENDENCIA
Mi vida es más civilizada y libre
que cualquier política.
Los príncipes retienen sus dominios,
su poder bien circunscrito;
pero mis sueños son más grandes
y más rico es este instante.
¿Qué pueden darme, de que yo carezca?
¿Qué pueden quitarme, que yo posea?
¿Al que no corre peligro, pueden defender?
¿Podrán heredar mi desnudez?
A toda necesidad real el tiempo es sordo.
Los tacaños Estados niegan socorro
extraído de sus tesoros,
pero un corazón libre –gracias a Dios–
puede ayudarse solo.
Asegúrate que tu destino
mantenga reservado su estado
–alejado de cualquier partido
e incluso de los alabados–.
En campaña y armado de oro
no tiene conquistados territorios,
pero prima sobre aquellos su hidalguía
pues lucha guerra noble, sin porfía.
Su trompeta convoca una fuerza mejor,
su armadura refleja un brillo mayor.
Me he propuesto vivir una vida
que ningún hombre me propuso;
no hay comercio en las avenidas
que la tenga expuesta para el uso.
***
¿Qué es para mí el ferrocarril?
Nunca voy a ver
dónde deja de correr.
Llena ciertos espacios;
para las golondrinas crea bancos;
a la arena hace volar,
y a la zarzamora brotar.
***
No es mi sueño
adornar el verso.
No puedo estar más cerca de Dios y el Cielo
que en Walden, donde tengo mi aposento.
Yo soy su costa rocosa
y su brisa venturosa.
En la concavidad de mi palma
su agua y arena descansan,
y su refugio secreto
está en mi alto pensamiento.
***
La amabilidad verdadera es pura y divina afinidad.
No se halla en la humana consanguinidad.
Es un espíritu, no una sanguínea relación:
superior a la familia y a la estación.
***
Mi vida ha sido el poema que yo hubiera escrito.
Pero no pude ambas, vivirla y haberla descrito.
***
La muerte no puede llegar muy pronto
donde quiera que puede llegar.
Pero siempre es demasiado tarde,
a menos que llame al destino.
***
Los hombres dicen conocer muchas cosas,
¡pero vaya que se han dado alas
científicas y artificiosas
para aplicaciones varias!
El viento que sopla venturoso
es aquello que conocen todos.
Tomado de:
MI VIDA HA SIDO EL POEMA
Mi vida ha sido el poema
Lo he escrito,
Pero no podría vivir por los dos
y pronunciarlo.
NIEBLA
Nube, de áncora baja,
Aire de Terranova,
Cabecera del manantial y fuente de los ríos,
Paño del rocío, mercería del sueño,
Y servilleta extendida por las Hadas;
Pradera a la deriva del aire,
Dónde florecen y rejuvenecen hileras de violetas,
Y en cuyo laberinto pantanoso
Se escucha los bramidos del avetoro y vadea la garza;
Espíritu del lago y de los mares y ríos,
Llevando sólo el perfume y la esencia
De las hierbas curativas ¡solo a los campos de los
hombres!
SOY EL SOL DE OTOÑO
A veces un mortal se siente en sí mismo la naturaleza
No es su padre, pero su madre se agita
dentro de él, y él se vuelve imperecedero con su
inmortalidad. De vez en cuando ella reclama
parentesco con nosotros, y algún glóbulo
de sus venas le robará a la nuestra.
Soy el sol otoñal,
Con los vendavales de otoño mi estirpe corre;
¿Cuándo el avellano echara sus flores,
¿O la uva madurara bajo mis enramadas?
¿Cuándo terminará la cosecha o la luna del cazador
¿Gire mi medianoche hasta mediados del mediodía?
Soy todo lo marchito y lo amarillo,
Y a mi corazón endulzo.
El mástil está cayendo dentro de mi bosque,
El invierno está al acecho dentro de mis estados de
ánimo,
Y el crujido de la hoja marchita
Es el canto de mi dolor…
EPITAFIO DEL MUNDO
Aquí yace el cuerpo de este mundo,
Cuya alma ¡ay! al infierno es arrojada.
Este joven excelente desde hace mucho tiempo pasó,
Su hombría de plata fue tan rápida,
La edad de hierro finalizó;
Dijo es en vano, su carácter,
Los distintos destinos, que acontecen,
En qué año murieron, cuándo se levantarán,
Sólo sabemos que aquí yacen.
La luna
El tiempo se
desgasta, no ella, ella guía su carruaje;
La mortandad se
encuentra bajo su órbita.
Raleigh
La luna es un lucero lleno de rayos inalterados
Se acumulan en el cielo del este,
No destinada a estas noches cortas para siempre,
Pero brilla constantemente.
Ella no se apaga, pero, para mi fortuna
La que sus rayos no bendicen,
Mi camino descarriado declina rápidamente,
Sin embargo, ella no brilla menos.
Y si ella débilmente brilla aquí,
y su luz palidece,
Sin embargo, todos los días en su propia esfera
Ella es dueña de la noche.
De hecho, en realidad, no puedo decirlo,
De hecho, en realidad, no puedo decirlo,
A pesar de meditarlo bien,
Lo qué era más fácil exponer,
Con todo mi amor y todo mi odio.
Seguramente, seguramente, has de confiar en mí
Cuando digo que me das asco.
Oh, te odio con un odio
Eso sería de buen grado aniquilante;
Sin embargo, a veces, contra mi voluntad,
Mi querida amiga, te quiero todavía.
Sería una traición a nuestro amor,
Y un pecado por encima de Dios,
Ni un ápice de aplacar
Por un odio puro e imparcial.
Todas las cosas se encuentran en curso
Todas las cosas se encuentran en curso
En el suelo terrenal,
Los espíritus y los elementos
Tienen sus caídas.
La noche y el día, año tras año,
Altas y bajas, cerca y lejos
Estos son nuestros propios aspectos,
Estos son nuestros propios remordimientos.
Los dioses de la tierra,
Que permanecen para siempre,
Los veo en lejanos promontorios,
Extendiéndose a ambos lados;
Escucho los sonidos de una noche dulce
Desde su terreno indestructible;
Engañándome nada más con el tiempo,
Llévame a tu clima.
LA TARDANZA DEL POETA
En vano veo la mañana mejorar,
En vano observo el occidente brillar,
Quien ociosamente mira hacia otros cielos,
Imaginando la vida por otros caminos.
En medio de tanta riqueza sin límites,
Aún, estoy solo y pobre por dentro,
Los pájaros han cantado su estío,
Pero aún mi primavera no inicia.
He de esperar el viento de otoño,
Obligado a buscar un día más apacible,
y no dejar atrás nidos extraños,
¿No hay bosques aún resonando en mi verso?
Tomado de:
https://www.isliada.org/poetas/henry-david-thoreau/
Aunque todos los destinos
AUNQUE todos los destinos resulten crueles,
no dejes atrás tu tierra natal.
El barco, encalmado, al fin se detiene;
El corcel debe descansar debajo de la colina;
Pero velozmente sigue el ritmo de nuestra fortuna
Para encontrarnos en cada lugar.
El barco, aunque sus mástiles son firmes,
Debajo de su cobre lleva un gusano;
alrededor del cabo, al otro lado de la línea,
hasta campos de hielo que limitan su curso;
No importa cuán suave sea la brisa,
cuán superficial o cuán profundo sea el mar,
si lleva cordeles de Manila,
o en su bodega vino de Madeira,
o tés de China, o cueros españoles,
en puerto o en cuarentena cabalga;
Lejos de la costa tempestuosa de Nueva Inglaterra,
El gusano de Nueva Inglaterra llevará su casco,
Y lo hundirá en los mares de la India,
Cordeles, vino, cueros y tés de China.
Rumores de un arpa eólica
Hay un valle que nadie ha visto,
Donde el pie del hombre nunca ha estado,
Como aquí vive con trabajo y lucha,
Una vida ansiosa y pecaminosa.
Allí tiene su nacimiento toda virtud,
Antes de descender a la tierra,
Y allí vuelve toda obra,
Que en el seno generoso arde.
Allí el amor es cálido, y la juventud es joven,
y la poesía aún no se canta.
Porque la virtud todavía se aventura allí,
y respira libremente su aire nativo.
Y siempre, si escuchas bien,
aún puedes oír su campana de vísperas,
y el paso de los hombres de alma elevada,
sus pensamientos conversando con el cielo.
Epitafio en el mundo
Aquí yace el cuerpo de este mundo,
Cuya alma, ¡ay!, al infierno es arrojada.
Esta juventud dorada hace mucho que pasó,
Su virilidad plateada se fue tan rápido,
Una edad de hierro llegó por fin;
Es vano su carácter decir,
Los diversos destinos que le sobrevinieron,
En qué año murió, cuándo surgirá,
Sólo sabemos que aquí yace.
Ellos que preparan mi cena a continuación
Los que preparan mi cena abajo
Golpean descuidadamente la tetera mientras avanzan
Con tenazas o pala,
Y dando vueltas y vueltas,
Fuera de esta choza
Hace un templo oriental por el sonido.
Al principio pensé que un cencerro estaba justo al
alcance de la mano
Entre abedules sonaban sobre la tierra abierta,
Donde arranqué flores
hace muchos años,
Pasando las horas de verano
Con un deleite tan seguro que apenas parecían fluir.
Soy un paquete de esfuerzo vano atado
Soy un paquete de esfuerzos vanos unidos
por un lazo fortuito,
colgando de un lado a otro, sus lazos
se hicieron tan sueltos y anchos,
me parece,
para un clima más templado.
Un manojo de violetas sin sus raíces,
Y acedera entremezclada,
Rodeado por un jirón de paja
Una vez enrollado alrededor de sus brotes,
La ley
Por la cual estoy fijado.
Un ramillete que el Tiempo agarró de
Esos hermosos campos Elíseos,
Con malas hierbas y tallos rotos, a toda prisa,
Hace huir a la chusma
Que desperdicia
El día que cede.
Y aquí florezco por una corta hora sin ser visto,
Bebiendo mis jugos,
Sin raíz en la tierra
Para mantener mis ramas verdes,
Pero de pie
En una copa desnuda.
Sobre mi tallo quedaron tiernos brotes
en mimetismo de vida,
pero ¡ah! los niños no sabrán,
Hasta que el tiempo los haya marchitado,
La aflicción
Con la que están plagados.
Pero ahora veo que no fui arrancado en balde,
y después en el jarrón de la vida
De cristal colocado mientras podía sobrevivir,
sino que una mano bondadosa me trajo
vivo
a un lugar extraño.
Esa población así raleada pronto redimirá sus horas,
y por otro año,
como Dios sabe, con aire más libre,
más frutos y flores más hermosas
darán,
mientras yo me desplomo aquí.
Tomado de:
https://www.thoreau-online.org/poems.htm
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