Regreso a Túnez
De nuevo ante mis ojos
Mimosas [1] en flor
Y no sé si el mar se apacigua
En el azul de retornos que no acaban
La nariz contra el vidrio
El aire libre y retenido
Tantos caminos vinculados a mis recuerdos
Verdes y amarillos
En las colinas
Donde las columnas levantan la cabeza
Entre las ruinas
Marismas lagos coníferas y pinos alrededor
De Cartago
La brasa renaciendo en las cenizas
Los secuaces como los corsarios a toda velocidad
Sanguijuelas en el cuerpo de la utopía
Mimosas
Digan
Al mar que regresa
El rumor ligero y denso
De los eucaliptos con la corteza renovada
Como canto arrebatado a vuestros gritos
Y camino bajo la lluvia de abril
Las mimosas en flor mecen mis pasos en tus calles
Callecitas callejones cargadores taxis en espera y frutas
Lento y apurado yo perseguía la esperanza
En la resaca de los altivos
Esta vieja ola por amiga
Cuántas gaviotas son necesarias sorprender
Para liberar
Los tanques de alambres de púa
Y devolver los pájaros migrantes a sus nidos
Alas
Las vuelvo a ver
Dibujando el vuelo de la estrella
Irrigando la sangre de la luna creciente
¿Eran necesarias todas aquellas barbas amenazadoras
Esas mujeres vestidas de oprobio
En la marcha de pancartas pintadas
Para encadenar tu amor?
País que me alimenta en breves estadías
Tantos arrebatos
En el camino del errante
¿Bastarán para perdonar
los escombros del olvido?
¿Podrás volver a ver los carros
Sin pensar en Bouazizi [2]
En el fuego que transporta
Sueño y rebelión resueltos?
Vivir no puede ser ser arrastrado por el barro
Y tu lees en árabe
No muy lejos de la Avenida de París
Calle Seif Dawla
No lejos de la Calle Ali Bach Hamba
Donde fuiste arrestado
En los muros prolijos:
Dos cosas merecen la lucha en esta vida
Una patria llena de ternura
Y una mujer magnífica
Oh bosque de mimosas rejuvenecidas
En los fulgores de la Noche
Yo camino hacia ti
Con el corazón cultivado con mil brotes
Llueve en Túnez
Abril se subleva en remolinos de nubes
Gotas en mi rostro
No sé
Si lavan el pañuelo que se extiende
A la sombra de las penumbras
El sol
Amenazado de eclipses oscuros e inesperados
Lluvia de abril
Tengo para ti semillas fértiles
Prendadas del noveno día
Ninguna lluvia zaherida
Sino los surcos sin más vueltas
Allí siembro mi canto
Lejos de tus espantapájaros
Lejos de tus cuervos
Lluvia de abril
Conozco tus lágrimas
Empapadas en la cal viva de los árboles
Repletas de pájaros
En tu cielo compasivo
Yo te aporto
Mis compañeros ausentes
Mis pasos al compás de los años
Orillas de ríos
Puertos de exilio
Adoquines de la espera
Sala de pasos perdidos
[1]Especie
arbustiva, también llamado “Aromo francés” que se encuentra en la región
tunecina.
[2]
Mohamed Bouazizi, joven tunecino que se inmoló el día 17 de diciembre de 2010
en Túnez. Vendedor ambulante. A partir
de su protesta y fallecimiento y junto con otros acontecimientos, aconteció lo
que dio en llamarse la “primavera árabe”.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2021/01/poesia-africana-tahar-bekri/
El hombre negro y blanco
Homenaje a Nelson Mandela
Habita
Una piel cuyo límite es la noche
El arco iris es su viejo amigo
El oro, dice,
Es para seducir al sol
No para avasallar a los pueblos
desnudos
Hermano de los cautivos
Libera los fuegos artificiales de sus
penas
Estación tras estación, la estrella
amante
Alimenta la vela del sueño de los mil
colores
La tierra rebelde sobre la lengua del
volcán
A veces los buitres
Desencadenan sus hierros
Cazador de las cuerdas de viento
Amante del mar con la prueba divide
Los ríos dedicados al horizonte
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/53/tahar.html
Afganistán
Si la música debe morir
Si el amor es obra de Satán
Si tu cuerpo es tu prisión
Si el látigo es lo que sabes dar
Si tu corazón es tu barba
Si tu verdad es un velo
Si tu refrán es una bala
Si tu canto es oración fúnebre
Si tu gavilán es un cuervo
Si tu mirada es hermano del polvo
¿Cómo puedes amar al sol en tu
guarida?
Si a tu cielo no le gustan los
cometas
Si tu tierra es un campo minado
Si tu viento está cargado de pólvora
Y no por el polen fecundo
Si tu moral es una potencia
Si tu puerta es un dique
Si tu cama es una trinchera
Si tu casa es un ataúd
Si de tu río fluye sangre
Si tu nieve es un cementerio
¿Cómo piensas amar al agua en la
ribera?
Si tus montañas no son que espinazos
de valles
Humillados sin altura
Sus lomos para injustas ciudadelas
Sus entrañas abiertas para endurecer
la piedra
Si tu valle no es para alimentar tu
sueño
Como una rosa en el zafiro
Si tu arcilla está colmado de duelo
Tampoco para erigir una escuela
Como un albaricoque en flor
Si tu cálamo no es un lapicero
¿Cómo puedes habitar la luz?
Si tu labor es sembrar espantapájaros
Un escondite cobarde para la
dormidera
Si tu caballo es esclavo de tus
anteojeras
Desprecia el despliegue de buques en
los aires
Si tu valle vomita sus zafiros
Así señor de la guerra
Si las trenzas de mujeres son cuerdas
Si tu estadio es un matadero
Si tu camino es invisible
Si tu noche es una tumba para las
estrellas
¿Cómo piensas prometer la luna?
Si Gengis Khan es tu maestro
Si tu hijo es grano de Tamerlán
Si tu rostro es sin rostro
Si tu sable es tu verdugo
Si tu epopeya es ruinas y alabanzas
Si todo el llano no puede lavar tu
índice
Si tu deseo es un árbol muerto
Si tu fuego es ceniza
Si tu llama es humo
Si tu pasión son las granadas y cañones
¿Cómo puedes seducir la paloma a tu
ventana?
Si tu pueblo es un campamento
No un nido de golondrinas
Si tu casa es una caverna
Si tu origen es un espejismo
Si tu vestido es tu mortaja
Si la muerte es tu mausoleo
Si tu Corán es un turban
Si tu rezo es una guerra
Si tu paraíso es infierno
Si tu alma es tu sombra carcelaria
¿Cómo puedes amar la primavera?
Traducción al español: Carlos
Rodríguez-Najar
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Diario/22_01_10_08.html
Un sueño en Trieste
italiano original
Aquí estás de nuevo viejo mar
Lleno de mis anclas
Ni la ola ausente
Ni el silencio de la luz
Le dicen a la gaviota
Sé dulce
Con mis velas
Cuantas ondulaciones
Cuerdas ofrecidas al errante
Se necesita el sol
Para no escuchar los cañones
Aquí son mis árboles amos
Envidiosos de los abetos
despreocupados
Más preocupados por los cerros
De amar los campanarios
Arde Sarajevo
No has borrado las fronteras
En las venas del viento
Ulises
Con tus amores secretos ¡
Arrancados del horizonte!
Aquí estás de nuevo mar exhausto
Pasos pesados
Sobre el
muelle
Ni el puerto
Ha encantado a los corsarios
Ni siquiera la piedra
Ha salvado las nieves
Los recuerdos
Llevados por la espuma
La sal golpea sus alas
La noche vuela sus vuelos
Pico tras pico
Temen a las águilas
Con garras como balas
En las nieblas sonoras
¿Por qué no imploraste a las rocas
La golondrina libre
Mar desgarrado
Para contener el agua frívola
En los brazos de la tarde escarlata
Y apagar todos esos fuegos?
mujer verde
italiano original
El ardor de los claveles
me crucifica en el muelle de los años
venideros
y cuando los laureles
con pechos marítimos se elevan
sobre tus manos polen
te miro
nieve que lleva las estrellas en tus
brazos
gesto de jóvenes novias disparadas
con miradas
seculares
tú
gaviota que dibujas en tu frente
historia de olivos con cuerpos de
bronce
tú mi Sahara de los pobres
mi esperanza que ruge mi río que
escribe
cada tarde la génesis de la tierra
tú
sol que sueñas con rayos que brillan
para todos
los árboles que se alzan
mujer verde
al amanecer temporada de lesiones
¡Oh! mi palabra indecible
Tomado de:
https://casadellapoesia.org/poeti/bekri-tahar-183/poesie
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