miércoles, 3 de julio de 2024

POEMAS DE ANA MERINO


Vida de lagartija

 

Yo quise ser animal casero

con vistas a la playa

pero soy lagartija y habito entre las grietas

de una roca volcánica en medio del desierto.

 

A veces alguien corta el final de mi cola

y allí quedan mis sueños moviéndose nerviosos

creyendo que están vivos.

 

Yo soy como las horas que pierden los domingos

acaricio el descanso metido entre las sábanas

y espero a que amanezcan los días de diario.

 

La vida es un enigma del que solo descifro

un trozo de esperanza,

lo miro de reojo y nunca me detengo

porque temo el acecho de los tirachinas

o la sombra de un gato.

 

 

Mujercitas

 

Nosotras que buscamos el amor

en las metáforas que suspiran,

que hemos aprendido a recorrer nuestro cuerpo

con las yemas finísimas,

deseamos,

en el espejo de nuestra boca

que nuestra lengua se transforme en otro paladar, en otros labios

y los recorran unos dedos inmensos

que sepan penetrarnos,

abrir todas las grietas,

y nos hagan temblar como a los árboles de tronco diminuto

que se mecen con el viento.

 

Nosotras vestidas o desnudas

florecemos con el agua de los besos

que humedecen las promesas,

florecemos con el susurro efímero

de la felicidad.

 

Pero también nosotras, las que buscamos el amor

en los versos sin alas de todos los ángeles caídos

nos vamos quedando solas,

y la geografía de nuestra piel se desdibuja,

en todas las esquinas, sobre las sábanas,

en los abrazos de la añoranza,

en el deseo de una nostalgia a la que rendimos tributo

bebiendo su semilla.

 

 

El hombre que sabe a chocolate

 

El hombre que sabe a chocolate

se ha quedado dormido.

 

Sus ojos,

de chocolate amargo

a veces parpadean

y el aire se condensa

en su boca de nata,

en el dulce de leche de sus labios.

 

Una intuición me dice

que el chocolate puro

no puede ser un hombre,

que el deseo no debe

dibujar espejismos tan golosos.

 

El hombre que sabe a chocolate

no parece real,

no quiero que lo sea,

el chocolate esconde

pasiones más oscuras

que el amor.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-los-pasos-de-la-cordura-de-ana-merino/

 

 

Adoración nocturna

 

                                                                   Para Luis Muñoz

 

Que te devuelvan el tiempo de los lunes

y los hagan festivos en tu agenda

para que la semana no te pese tanto

y puedas sentir los dientes de las calles

mordisquear con ternura

el último tramo del domingo.

 

Que te devuelvan las horas de los lunes

y las puedas guardar entre las sábanas

para que la ciudad se duerma en tu regazo

y se llenen de ti los que te miran.

 

Que te traigan el ritmo de los sueños

y los puedas bailar,

que la luz de tu abrazo

se guarde algún secreto.

 

Que los lunes se aprendan

de memoria tu cuerpo.

Que no le falte nada a tu universo

porque el dios de la noche

el lunes descansó

para esperarte.

 

De "Compañera de celda" 2006

 

 

Algunos susurros en la memoria...

 

Algunos susurros en la memoria

son voces familiares,

sonidos que decrecen

en cada latido.

 

Los labios se desfiguran

por un olvido que erosiona las imágenes

y hay olas que escarban

con uñas transparentes

golpeando el vientre de las rocas.

 

Y los veranos inmensos

son parte de barajas

que perdieron espadas y bastos

en batallas y meriendas.

 

Ni las tormentas son las mismas

ni los segundos desde el rayo

hasta el trueno diabólico.

 

Ni siquiera ya me impresiona

el universo de noche

al dar la vuelta a la manzana.

 

Y todo porque nos volvemos ajenos

con nuevas lluvias y horizontes,

con la consciencia de lo efímero

y la dulzura del ensimismamiento.

 

De "Preparativos para un viaje" 1995

 

 

Carta de un náufrago

 

Con el consentimiento de la nieve

caminaré despacio.

 

Alguien habrá que espere junto al fuego

y yo, que estaré ciega por el frío,

haré paradas breves,

sacudiré el paraguas y empezaré de nuevo.

 

El único secreto es no sentirse

inmensamente lleno de verdades.

No aceptar nunca las invitaciones

que la neblina

sugiere al anidar con sus disfraces

de paisaje feliz, de grandes sueños.

 

Alguien habrá que diga, se ha perdido,

alguien saldrá a buscarme,

y llevará el calor de una botella

donde podré mandarte este mensaje.

 

De "Los días gemelos" 1997

 

 

Compañera de celda

 

No me obligues a vivir

como si cada instante

fuese la tarea acumulada

que dejamos para el último minuto.

 

Si quieres ser mi cuerpo

no me robes la calma

ni la penumbra de la tarde

que nace tras la bruma

de un bosque encantado.

 

He huido tantas veces de ti,

pero siempre estás a mi lado.

Tus rodillas y mi forma de llorar,

tus manos y mi sudor,

tus ojos y mi mirada.

 

No me obligues a vivir

pensando que no tienes ganas

de hacerte vieja conmigo,

que existo en ti por inercia,

que no te importa que me duela

saberte tan frágil.

 

He tratado de ignorarte,

de evitar la sensación

de tus dedos

cuando sienten la extrañeza

de unos síntomas grises.

 

Mi angustia

como un aliento fantasma

se aferra al sueño de la vida

y aprende a sonreír

con tu boca a los médicos.

 

Si quieres ser mi cuerpo

déjame adormecerme en tus párpados,

soñar que somos una sola,

y tú no me traicionas

en la mesa de un quirófano,

que vas a despertarte conmigo

de la misma pesadilla,

que vas a sentirme

más viva que nunca en tu garganta.

 

No me obligues a madurar

aprendiendo a leer

el mapa de cicatrices de tu cuerpo,

no quiero reconocer otra herida

ni que confundas

el desamor con las enfermedades

y sus nudos de fiebre.

 

Que no pague tu cuerpo mis pecados

en el naufragio azul de los océanos,

que la distancia sea

un reloj de metal y una tarde de nieve

donde la vida quiera

aprender a besarme en tus labios.

 

De "Compañera de celda" 2006

 

 

Deja vu

 

Vuelve a soñar

que en tus pies

te caben mis zapatos.

 

No le temas al tiempo

que has pasado

sin rozarte con mi sombra.

 

Tu cárcel de palabras

no me importa,

mis zapatos

están llenos de ti,

me perteneces cada vez que camino

por tu memoria suicida

de amante condenado

al desamor perpetuo.

 

Vuelve a soñar

que soy yo la que te mira

en el espejo del baño,

y tu abrazo me hace ser

idéntica a ti.

 

No le temas al tiempo

que dejaste pasar

cada vez que mis labios

evocaban tu rastro

de pequeño secreto

guardado en un reloj

con forma de juguete.

 

Vuelve a soñar

que nos cruzamos

en un desierto lleno

de lagartijas y aguacates,

y las mañanitas se transforman

en nuestro último baile.

 

Vuelve a soñarme ahora

que ya eres viejo

y me atrevo a buscarte

sin pedirte permiso

porque fuiste mi cuerpo

ya mi también me duelen tus cadenas.

 

De "Compañera de celda" 2006

 

 

Desamor

 

Sobre el dolor de estar

y no ser querido

pongo el mantel y espero la cena.

 

Cada habitación tiene un sonido

a modo de selva

o de tormenta.

 

Pero es en el baño

donde los espejos no disimulan,

escupen.

Cada rincón tiene su nido

y allí las arañas

preparan sus telas;

pero es en el patio

donde me dedico a despiojar niños

y aplasto las liendres con las uñas

como si fuese una gran cacería

de dedos largos

y pelo sucio.

 

Sobre el dolor se quejan mis manos

y yo me olvido, no existo;

ni siquiera a golpes abro la boca.

 

De "Preparativos para un viaje" 1995

 

 

El quinto cielo

 

                                                        Para Martín López- Vega

 

Seremos niños

cuando la muerte roce el quinto cielo.

Querremos abrazarnos

a la risa que deja la inocencia

en los tejados.

 

Maullidos de gato

que planean

tomar el territorio de las sombras.

Y nosotros debatiéndonos

entre un intento por volar

y un anhelo enfermizo

por querer escapar

de nuestro propio cuerpo.

 

Seremos niños

olvidando el olor que dejan los adultos,

el rastro de sus miedos

atado a las desgracias de las vidas ajenas.

 

La vejez será el eco

de los acantilados,

murmullo de cisternas

bebiéndose el silencio de la noche.

 

Seremos niños buenos

en ataúdes blancos

y trenzaremos sueños

humedeciendo el mimbre

en las aguas termales

de los cuentos de hadas.

 

De "Compañera de celda" 2006

 

 

Madurará tu obra

 

Caerás con tus pisadas.

Madurará tu obra

con ese nuevo gesto

de un paso equivocado

y el rostro por el suelo.

 

A veces los tropiezos

esconden otro rumbo

en donde los errores

no saben a fracaso.

 

A veces, aunque duela,

tenemos que caernos

y, desde lo más hondo,

tocar el infinito

en la lombriz sin ojos

que viene a saludarnos.

 

De "Los días gemelos" 1997

 

 

Nagasaki en cada aniversario

 

I

Abandonas tu sombra en el camino

y te empuja la niebla a regar el otoño

con lluvia de cenizas.

 

Quizá te reconozca la añoranza de otros

que esperan que tus pasos delaten y murmuren

el nombre de la nube

que arrancó los cimientos de tu casa.

 

No sabrás si tus hijos

te llamaron a gritos con la boca quemada.

 

Si quedaron pupitres

con niños olvidados

o la tierra abrazó todas las almas.

 

II

EL último secreto que guarda la memoria

me ha dejado muda.

 

En esta tormenta que huele a pasado

se parten las ramas de todos los árboles

y un largo paseo me invita a ser alguien

que no reconozco.

 

Le han traído al tiempo la voz de otro idioma

y lleva las uñas pintadas de negro

como los fantasmas que no se acostumbran

a ser epitafio.

 

No quiero oír mañana que mi vida

espera un destino detrás de los sueños,

que no puedo ahogarme en este presente

que nubla la tarde

y entierra en su lienzo

a todas las sombras.

 

De "Preparativos para un viaje" 1995

 

 

Pequeña confesión

 

¿Si yo soy tu sueño

por qué me siento sola

cuando me sueñas?

 

Llego arrastrándome

a tu boca cuando duermes

y no sé cómo empezar

a contarte una historia

que se parezca a ti

para que nunca sepas

que yo vivo contigo.

 

Los sueños somos

como las sombras,

pertenecemos a un solo cuerpo

pero queremos ser

otra persona.

 

De "Compañera de celda" 2006

 

 

Piedra, papel, tijera

 

Piedra

fría,

rincón silencioso

junto al regazo de los muertos.

 

Papel

para escribir

unas breves líneas,

la despedida apresurada

del viajero.

 

Tijera

para cortarle la lengua al mar

cuando suspira.

 

Tijera

para cortar los sueños

de los ahogados.

 

Papel

para escribir sus nombres.

 

Estrecho de piedra,

barquito de papel

arrecifes de tijera.

 

Un poema triste

para los que se quedaron sin aire

en las orillas.

 

Lágrimas de piedra

pateras de papel

y la boca del mar

con dientes de tijera.

 

De "Compañera de celda" 2006

Tomado de:

http://amediavoz.com/merino.htm

 

 

Mensaje huérfano

 

Me senté a esperar respuestas

como si mi corazón hubiera formulado

una inmensa pregunta.

 

No quería un solo camino,

los buscaba todos,

estar en los lugares

de la sabiduría disfrazada de amor,

en el latido ajeno

de aquellos pensamientos

que nunca imaginaron

que era yo la que los observaba,

agazapada en su penumbra

de espejismos llenos de tristeza,

escuchando el sonido

de una respiración

que me atraía y me aterraba

a partes iguales.

 

 

Lavanda

 

Pusimos lavanda en los marcos de las ventanas,

no quedaban arañas

para combatir a los alacranes,

solo el aroma del espliego

con sus espigas de flores.

 

Un pulso azulado para frenar aquel asedio

de esos seres solitarios

que buscaban invadirnos cada noche.

Hicieron alianzas para asustarnos,

querían que nos fuéramos, que abandonásemos,

quitarnos la esperanza con sus pinzas y su aguijón.

 

Por eso recogimos las espigas de lavanda

y sembramos con sus flores las rendijas de la casa;

inventamos un perfume, un olor que ahuyentara

a esos seres de abdomen anillado.

Creamos una fortaleza

capaz de repeler aquel hostigamiento.

 

Extracto de lavanda en la respiración,

y nosotros inmóviles y enteros,

extrañamente felices, confundiendo los días,

adornando las sombras con pétalos.

 

 

Artificio

 

El timbre, la campana, los besos, los aplausos,

la risa, el miedo, los cristales, los disparos,

las bombas, los platos, los nudillos, el látigo,

la tos, las bofetadas, los tortazos,

el martillo, los clavos.

 

La lluvia, el viento, el silbido,

la cafetera, la taza,

la música, la tetera, el frenazo,

el pitido, la caída, el golpe, la rotura,

la sorpresa, la rabia, el ronquido.

 

La botella, las palmas, el zapateado,

el bostezo, el traqueteo, las teclas,

las hélices, los truenos, el puñetazo,

el lamento, el brindis, los vasos,

el castañear de dientes,

el pájaro carpintero, la prisa,

el amor, la sed…

 

el sonido de todas las cosas

cuando las conviertes en onomatopeya.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2022/05/poesia-espanola-ana-merino/

 

 

 

Quedarme en casa

 

Quedarme en casa,

sumergida en los pliegues de las horas,

y no esperar a nadie.

 

Que los ojos escuchen

y se olviden del mundo.

 

Que me arrope el silencio

y respire en mi nuca

su suave indiferencia.

 

Que vivir sea esto,

sin palabras de aguja

ni rodillas de llanto,

 

con el tiempo desnudo al borde de la cama

y mi boca dormida en su tímido beso.

Tomado de:

https://poemadelasemana.wordpress.com/2020/02/03/1438/

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario