viernes, 5 de julio de 2024

POEMAS DE FERNANDO BELTRÁN


Con los cinco sentidos

Nuestros aviones llegan

sin ser vistos ni oídos.

Nuestros aviones bombardean

sin ser vistos ni oídos.

Nuestros aviones matan

sin ser vistos ni oídos.

Sólo el tacto, el olfato y el sabor

de la sangre en la boca,

les hace sentir frío y les devuelve

el sentido común a los que han muerto

Revista MLRS. nº.20

 

 

Los otros, los demás, ellos

El serbio que destruye un colegio soy yo,

el ruandés que mata a machetazos soy yo,

el terrorista que coloca la bomba soy yo,

el hombre que dispara en un hiper de Texas soy yo,

el judío que bombardea un campo de refugiados soy yo,

el palestino que clama en el desierto soy yo,

el albanés que huye en un barco soy yo,

el marroquí que se ahoga al cruzar el estrecho soy yo,

el guerrillero que aún sueña en El Salvador soy yo,

el bebé somalí que se muere de hambre soy yo,

el médico sin fronteras soy yo,

el general que apunta soy yo,

el empresario que emite residuos radiactivos soy yo,

el enamorado que mata por amor soy yo,

el loco que muere por amor soy yo,

el político sin escrúpulos soy yo,

el funcionario corrupto soy yo,

el funcionario honrado soy yo,

el hombre capaz de lo mejor,

el hombre capaz de lo peor,

el hombre a secas, yo

En: Donde nadie me llama.

(Poesía 1980-2010). Hiperión

 

 

Parte de guerra

Ni una baja

tras cien operaciones.

Ni una baja

tras mil operaciones,

Ni una baja

tras tres días de guerra

en la bolsa de tokio.

 

 

Almas de doble filo

Ya sé que en esta guerra

rezan los dos ejércitos.

Aun así no hay razón

para hundir la moral de nuestras tropas.

Saben que el alto mando

del cielo estará atento

a los partes de guerra

y que un dios es más dios cuando le escoltan

por las nubes mil ángeles

con un vuelo de ojivas nucleares

y las alas cargadas

de futuros misiles

tierra aire: los muertos.

 

 

Gallos de pelea

Cantó el gallo en mitad del bombardeo.

Como si no supiera

que esta guerra es un duelo entre dos dioses

y quisiera ser él el tercero en discordia.

Como si el muy necio intentara

convencerse a sí mismo

que a las cinco amanece

a pesar de los hombres.

De: El gallo de Bagdad

 

 

Poetas

Hormigas.

Sólo hormigas

con enormes ojeras.

Seres insignificantes

a quienes salva sólo

su vocación de sombra.

El poema que escribo

y más aún

el verso que no alcanzo jamás.

Hormigas sin descanso.

La barca triste y rota del otoño.

Las mujeres que amé, las que me amaron.

El jersey que aún me pongo

del revés tantas veces.

Hormigas sin remedio.

Hormigas con memoria.

Los vagones de ayer

y la máquina absurda del mañana.

Hormigas avanzando hacia ningún lugar.

Y eras tú.

Criatura enamorada.

Hormigas transportando

todo el peso del mundo

a tus espaldas

En: Donde nadie me llama.

(Poesía 1980-2010). Hiperión

 

 

LA PACIENCIA DEL COBRE

 

Apenas somos manos

 

asustadas,

 

abruptas intemperies

construyendo bancales

para aplazar el vértigo,

 

construyendo caricias.

 

La piedra de la edad

y este silencio roto

por tu azul.

 

Cuerpos tendidos

para aplazar el vértigo.

 

Me muero de belleza

y sangre roja

 

atada al corazón

 

 

LA HOJARASCA

 

Echó el cerrojo a la puerta,

 

compró una hamaca

 

y se encerró en el cuarto…

 

Lo escribió Gabriel García Márquez.

 

Compraré esa hamaca, quiero, necesito

volver a ser la hamaca que conmigo siempre.

 

Un puñado de oxígeno. Un bocado.

Confundir pan de hoy con pan de ayer.

 

El mar que hace millones de años

hubo aquí.

 

La extraña caracola.

 

Los libros que uno a uno aquellos días

se caían a plomo de la cama.

 

El mirlo en el alféizar con su pico naranja.

Apetece la luz, pero me aterra abril.

 

Los poetas intuyen, bajan la voz, se alejan,

conocen las batallas perdidas de antemano.

 

Se esconden en sus casas, en sus tomos

se esconden, en sus islas pobladas.

 

Cernuda, Lorca, Claudio, Wisława, Sylvia Plath…

 

En mí vive un grito, por la noche aletea,

 

buscando con sus garras

 

un objeto de amor.

 

Buscaré una vez más a la muchacha

que Degas amaba.

 

Ahora en cambio la peste.

 

Se morían a miles en Sevilla

y fue cuando Murillo acuñó sus azules

inmortales.

 

Ahora lo entiendo todo.

 

Esos azules.

 

Me gustaría verlos, una vez más

acercarme a verlos.

 

Querría también ir al Finis Terrae

a contarle mi oeste.

 

Y poco más…

 

La ciclista que acaba de sonreírme

mientras sube la cuesta

 

 

LA BOCA DEL LEÓN

 

¿Os acordáis de niños, en el circo?

 

El domador metía de pronto la cabeza

en la boca del león, y todos tras un ohhh

de espanto, apretando los puños,

conteníamos un siglo la respiración.

 

Se detenía el mundo.

 

Era sólo un segundo, pero duraba un miedo

que aún me despierta a veces en mitad

de la herida,

 

ahora mismo otra vez, y es la peor

cuando veo y recuerdo mi cabeza al fondo

de un pasillo muy largo, quieta, rota, dolida,

 

aterrada también,

 

suspendida en las fauces

siempre abiertas

de la vida o la muerte.

 

Un momento crucial.

 

Los niños, pulmones del mundo,

conteníamos la respiración.

Doblaba el domador un poco sus rodillas

inclinándose atrás, dejaba caer el látigo

 

como si fuera necesario

añadirle a la escena

todavía más riesgo,

 

quizás mi rendición,

 

y entraba con mi cabeza a solas,

 

selva, pánico, hijas, mi cuerpo por delante,

apretando los dientes, en aquella

 

boca oscura de un túnel

 

donde me juego todo

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/cuatro-poemas-de-la-curacion-del-mundo-de-fernando-beltran/

 

 

Dios

 

No nos gusta matar.

somos

por fortuna creyentes,

por fortuna ricos

de corazón, por fortuna dueños

de artefactos que matan por fortuna

solamente al pobre

hombre que cruce infortunado

un lugar estratégico

 

 

Teletipo

 

El enemigo

será borrado en breve

de la paz de la tierra

 

 

Panorama

 

Desde el aire

la tierra es un inmenso óleo,

el radar una lupa

y un pincel la metralla

restaurando la tela.

Desde el aire

los hombres sólo son

naturalezas muertas

 

 

Epitafio

 

Murió como una bala.

Aún no sabe que ha muerto

 

 

Enviado especial

 

Devolvemos la conexión a Madrid

para unos minutos publicitarios

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/poemas-de-urgencia-de-fernando-beltran/

 

 

LA GABARDINA DE MI PADRE

 

La que se cae a trozos,

la que uso todavía cuando viajo al norte,

como se aferra el don de un comodín.     

 

Recuerdo que al probármela                           

descubrí en sus bolsillos caramelos de menta

y un papel con los últimos recados.

 

Miel, manzanas, dos paquetes de Kleenex,

unas pilas de larga duración

que no cumplieron nunca su promesa,

y una nota final: Librería Hiperión.

 

Aún tiemblo.

 

Mi padre que pensé no había leído nunca

los libros que escribí,

los conocía todos, me dijeron, los compraba frecuente,

me dijeron, y elegía con pausa, me dijeron,

en función del regalo y la persona

a quien quería hacérselo, su médico, vecinos,

sus amigos, a cada cual un título.

 

No podía creerlo.

 

Yo experto en sus silencios, él experto en mis fríos.

 

Dos buscándose, y nunca.

 

Así la vida

 

 

MADRE

 

Hay cosas que no pueden suceder.

 

No estamos preparados.

 

No pueden suceder.

 

Me bajaría a mitad del recorrido,

me arrojaría en marcha incluso

de este pánico tren para que nunca

sucedieran las cosas que no pueden suceder.

 

Y no me diga nadie ley de vida.

 

Si lo es, no me sirve. O al grito le da igual.

 

Hay cosas que no y nunca.

 

No hay fruto si no hay árbol.

Cómo vivir después.

 

Hay cosas que prefiero no pensar.

 

Cojo este tren urgente, pero sólo

porque quiero besarla, nada más

y regresar mañana ileso y confirmando

que está mejor y hay cosas

 

que no pueden suceder

Tomado de:

https://vocesdelextremopoesia.blogspot.com/2015/11/3-poemas-de-hotel-vivir-de-fernando.html

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