Ahí vas
La muerte es aterradora,
y morir es igual de malo.
Decí lo que quieras,
no lo tomaremos bien.
Entonces, ¿Cómo podemos vivir
Con todo eso por delante?
algo nos debe estar
engañando constantemente
Nuestros cerebros son engañados
para que no creamos,
por alguna razón,
no vamos a seguir y seguir
Nuestros pensamientos están
nublados
para que no podamos concebir
el proceso exacto
que nos espera.
O tal vez nosotros pensamos
que cuando llegue el momento,
alguien más llegará para hacerse
cargo,
sobreviviremos.
En lo que respecta a la lógica,
todos somos brutos.
¿Cómo podríamos no saber
que nacimos para irnos?
Creciendo
Ellos dijeron que estaba todo
bien,
que las cosas venían bien.
Pero vos eras muy joven
y viste que mentían.
Dijeron que era lo mejor,
que el sufrimiento había
terminado.
Ahora sos mayor
y lo mejor no parece muy bueno.
Dijeron que no había nada más
que hacer por vos.
Vos dijiste, “Bien”, eras
suficientemente mayor
como para saber cómo son las
cosas.
Tomado de:
https://www.jennifer.net.ar/single-post/2020/06/03/poemas-muertos
El jugador que no se arriesga
Hay una mayor oscuridad
Y muchos desearían ver
Hay una mayor oscuridad
De la que la mayoría quisiera
contemplar
Hay una mayor oscuridad
Aquellos que han tratado de
hablar de la oscuridad
Siempre han encontrado que sus
palabras se han convertido en tonterías
Aquellos que han tratado de
hablar de la oscuridad
Siempre han encontrado sus
recuerdos, perdidos o transformados
En doctrinas y filosofías
Nunca lo pretendieron
O posiblemente sus cuerpos y
mentes mientras conciben tales cosas
Perdidos para siempre en la
oscuridad
Que pocos desearían ver, y la
mayoría no se atreve a contemplar
Hay una mayor oscuridad
Quizás en sus momentos finales
puedan darse cuenta
O se les muestre, que eran,
después de todo
Sólo jugadores inconscientes en
un
juego sin nombre y sin fin
Sólo jugadores inconscientes
Y después de que estas almas
hayan sido arrojadas gritando al olvido
No queda ninguna voz para contar
el resultado
Salvo la voz aullante de la
oscuridad
Hay una mayor oscuridad
Hay una mayor oscuridad
No queda ninguna voz
No queda
ninguna voz
© del propietario. Proporcionado
sin cargo para fines educativos
Nadie es nadie
Los que residimos en la Ciudad
Impía,
los que brotamos de la negrura de
un viejo sótano
o brotamos como cenizas oscuras
de una chimenea sucia,
los que somos ciudadanos
permanentes de la Ciudad Impía
no somos ni ángeles ni demonios.
Aunque a veces se nos pide que
desempeñemos esos papeles,
para el propósito de algún juego
que se viene desarrollando desde que el mundo comenzó,
representando nuestros papeles en
un espectáculo teatral prolongado e intrincado que nunca entenderemos
ni nos preocuparemos nunca en
entender.
Sin embargo, en realidad no somos
tan diferentes de los turistas que a veces visitan nuestro pequeño pueblo
y a veces se quedan con nosotros
para siempre.
Que también nacieron de la misma
negrura que nosotros, como lo fue todo.
Sin embargo, hay un aspecto en el
que nosotros, los habitantes de la Ciudad Impía,
divergimos de todos los demás en
este mundo,
que están tan atrapados en el
juego que se está desarrollando,
que se identifican tan
completamente con los papeles que se les han dado para desempeñar en el
universo del espectáculo teatral,
que realmente creen ser alguien o
algo.
Nosotros, en cambio, no sufrimos de
semejante engaño
. No somos nadie. No somos nada.
E incluso hablar en esos términos
puede ser una pretensión demasiado grande.
Es decir, somos como todo el
mundo.
Mientras que ellos, sin saber ni
sospechar jamás la verdad de los hechos,
son como nosotros.
©
del propietario. Proporcionado sin cargo para fines educativos.
Aquí tienes
La muerte es aterradora,
y morir es igual de terrible.
Digan lo que digan,
no lo tomamos bien.
Entonces, ¿cómo podemos vivir
con todo lo que nos espera?
Algo debe estar
engañándonos constantemente.
Nuestros cerebros están engañados
para que no creamos,
por la razón que sea, que
no seguiremos adelante.
Nuestros pensamientos están
nublados
para que no podamos concebir
el proceso exacto
que nos espera.
O tal vez pensamos que
cuando llegue el momento,
alguien más llegará
para tomar el control y
sobreviviremos.
En lo que respecta a la lógica,
todos somos torpes.
¿Cómo no íbamos a saber que
nacimos para ir?
©
del propietario. Proporcionado sin cargo
para
fines educativos.
Tomado de:
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