Otras navajas
Qué lástima mi amor que las
navajas
se utilicen con fines asesinos,
porque podrían relucir al cabo
de una noche brillante y oportuna
delineando la curva de tus senos
y haciendo un viaje utópico a la
isla
donde se oculta inmerso mi
pasado.
Qué lástima mi amor que las
navajas
tengan tan mala fama en las
novelas,
pues con ellas se graban
iniciales
de un amante que triste se
despide
junto a su amada en un atardecer.
Qué lástima mi amor que las
navajas
no recuerden tu sangre ni mi
sangre
porque el pacto de luna hace ya
mucho
que tras una muralla se ocultó.
Inesperada sangre
Tan inmersa en la vida parecías
que nadie imaginó que se abrirían
tus alas más allá del corazón.
Tan inmersa en la vida te
cruzabas
con ballenas de luz y alegres
peces,
que nadie te advirtió que las
escamas
del dolor circundaban tu futuro.
Tan inmersa en la luz, tan
dibujada
la corta línea de tu vida,
se apagó y nos dejó frente a los
ojos
la sangre que fluyó sin
anunciarse.
Señales
Elegiste su alma y la llenaste
de naranjas ingrávidas,
de tazas de café junto a los
puertos,
de simulacros, de ángeles
dormidos.
Elegiste su nombre y lo mezclaste
con las letras del tuyo,
con médulas de buey
y semen de serpiente,
hasta dar con el cuerpo requerido
para cruzar el muro de otros
mundos.
Elegiste un espacio y lo llenaste
con la humareda de tu ausencia.
Fue así como el amor te dio la
fuerza
para volar sobre la muerte.
Tomado de:
https://hjck.com/libros/cinco-poemas-de-carmen-alardin-ex40
Muerte precoz
No murió por su rabia
ni en el punto
que la muerte deseara
su silencio.
Murió por un designio
inexplicable.
Sin ver los cielos
nuevos.
Sin despegar sus alas
del misterio.
Inconclusa
Hemos cerrado el libro de la
noche
todavía con páginas en blanco.
Todavía con ávidas luciérnagas
que te envolvían con su luz.
Hemos cerrado el libro de la
noche
todavía con hijos en el vientre,
con la humedad de aquellos besos
que no alcanzaron a entregarse.
Hemos cerrado el libro con los
dedos
quemados, por la rabia del adiós.
Muerte cotidiana
Tú también desordenaste el viento
y echaste atrás el sol,
no solamente por haberte muerto,
sino que alguna vez desordenamos
nuestras venturas íntimas.
Y tú también equivocaste el rumbo
no solamente por haberte ido,
sino por todos los que derramaron
sangre y amor en una sola llaga.
Tú también deshojaste mis empeños
antes de la violencia del otoño;
tú también has marcado con el vértigo
de tu ausencia la curva de mis
brazos.
Se han cubierto de sombra mis
rincones
no solamente porque te hayas
muerto,
sino porque morimos cada día,
sobre la ruta de un asombro
falso.
Transformación
Dejaste de contar con la sorpresa
o sin duda fue ella
quien dejó de asomarse
por los huecos del tiempo.
Dejaste de atisbar a la sorpresa
por los minutos insolubles
y todo se fue haciendo más
profundo
como si descubrieran tus
pesquisas
algún país abandonado
bajo el rumor de los instantes.
Inesperada sangre
Tan inmersa en la vida parecías
que nadie imaginó que se abrirían
tus alas más allá del corazón.
Tan inmersa en la vida te
cruzabas
con ballenas de luz y alegres
peces,
que nadie te advirtió que las
escamas
del dolor circundaban tu futuro.
Tan inmersa en la luz, tan
dibujada
la corta línea de tu vida,
se apagó y nos dejó frente a los
ojos
la sangre que fluyó sin
anunciarse.
Incoherencia
Dime qué madrugada congeló
nuestra máxima noche de
esplendor.
A qué hora pude ver bajar la
noche
sin extinguirse el sol
de tu entusiasmo.
¿A qué hora pude vislumbrar el
rayo
que cegaría tu memoria?
Dame por fin el polen o la savia
para entender tu desencuentro en
flor.
Instantánea
Quién pudiera decir que están
presente
aunque tu audiencia duerma en las
ventanas,
aunque tu ausencia siempre
inexplicable
te convierta en pasado repentino.
Quién pudiera decir que estamos
juntos
celebrando el milagro de las
bodas,
aunque un fúnebre viento nos
transporte
donde el camino es grieta que
devora.
Quién pudiera decir que en un
recodo
de la existencia nos sorprende el
rápido
copular de una cámara instantánea
y estemos juntos, ¡ah!
concomitantes,
y encadenada en el papel tu cara.
Luz en el desierto
Para dejar de amar,
se convirtió dudando
en su propio desierto.
Fue removiendo las arenas
y renunciando a las raíces
ya calcinadas y amarillas.
Para dejar de amar,
pintó la soledad de varios tonos,
y se salió a brillar
consigo misma.
Quiero que me expliques
Quiero que me expliques la
diferencia que existe
entre besarte ahora mismo,
y los gorriones desplazándose
bajo la sombra de las
palomas por la Plaza de España.
A veces la barcarola sueña
con la estaca clavada contra el
mar infernal,
pero tú estás despierto y quiero
que me expliques
cómo es que cabalgabas diluido en
la niebla
mientras tus ojos se
multiplicaban vertiginosamente
como piedras que ruedan sobre los
campos de Castilla.
Tú estás despierto y quiero que
me dejes
sentir los aleteos de tu capa
que oscila suavemente,
blandamente,
dentro de una nostalgia sin
final.
De cuando en cuando la primavera
sueña dormida bajo
[la nieve
en forma de pequeño lirio que
brotará después.
Pero ahora tú y yo llegamos
cruelmente a despertarla
como dos pájaros que de pronto
irrumpen para cantar
[la hora.
ERA TODO TAN LEVE COMO EL PUNTO
más liviano del sol cuando
amanece.
Era todo tan suave como el higo
picoteado de pájaros con sueño.
Era luz que se quiebra en tu
sonrisa
suspendiendo sus frutos en la
sombra.
Era todo tan tenue que cabía
en un adiós o en una bienvenida.
Era todo tan tuyo y tan ajeno
que se fue dispersando con la
vida.
TU MODO IMPERSONAL ABARCA TODOS
los nombres de la tierra,
cuando se dice "llueve"
simplemente,
nadie piensa en tú y yo,
o en él o en ella...
todo se deja así correr de pronto
como si tus palabras fueran una
frase común con rumbos de
infinito.
VIENES LLUVIA, ES VERDAD, PERO LOS RÍOS
jamás se posesionan de tu aroma.
Llegas sonora y apareces triste,
con ritos de nostalgia al
despertar.
Después de que el relámpago
libera
con su pasión tus cárceles
moradas,
vienes Lluvia, te vas y nos
devuelves
más luminoso el cielo que
robaste.
Yergues tu vara mágica de trigo
modelando el milagro del sendero,
y escribes en el lago profecías
de interminables círculos
cautivos.
Llegas interrogando lo que sabes
y no te deja de asombrar la
tierra.
Lluvia de pozos tristes que
contempla
la cicatriz del mundo:
¿cuántas heridas faltan al
silencio
para sentirse mar?
SIN PALABRAS QUIERO GUARDARTE,
sin memoria, sin espectros,
sin ningún más allá que nos
pregunte,
sin ningún más acá que nos
conteste.
Guardarte elemental y simplemente
como un poco de lluvia en el
tejado,
o el caracol retiene, según
cuentan,
el sonido del mar.
LLÉVAME ALLÁ DONDE LA FUENTE ES FUENTE,
no palabra o dolor que se
renueva.
Llévame donde son nubes tus nubes
y no la vaguedad inalcanzable.
Llévame, te lo digo,
donde con la nostalgia de tus
brisas
vuelve a nacer el mundo,
donde jamás se esconda entre la
niebla
tu verdadero puerto.
NO BUSCARÉ EN TU MANO LA TRISTEZA
que hacia la gran tiniebla te
remonta.
Porque un día vendrán todos los
vientos
reclamando tu música increíble.
La lluvia pedirá todas tus voces
para viajar detrás del arco iris.
Sorprenderá la tierra el
continente
invicto donde ocultas tus
jardines...
y las grandes cortezas solitarias
envolverán el árbol de tu vida.
Desfilarán todas las manos
muertas
y ante tu asombro implorarán
ternura.
Pero yo guardaré de tu mirada
los enigmas de mundos imprevistos,
que aquella tarde arrebaté a la
muerte.
POR LO QUE YA NO HA DE VOLVER,
por lo que nunca ha sido ni será.
Por el viento sin árbol,
por el árbol sin lluvia y sin
sustento.
Por el ayer, mañana y otros días
que cayeron al pozo de los
sueños.
Por las cartas perdidas, por
aquellas
desoladoras lágrimas sin eco,
por la mínima luz de la
esperanza,
guardo un manto invisible con tu
imagen,
como guardó Verónica en su lienzo
la figura sagrada del Maestro.
EN VERDAD QUE NO QUISE DESPERTARTE
al despeinado amanecer que el
tiempo
eligió como esclavo.
En el fondo callé sin cerciorarme
de lo que mi silencio te
ocultaba...
iba hacia el valle de una muerte
lenta
donde sólo tu amor era montaña.
...y la luz ante el mar calló el
secreto
de hacer verdes las aguas.
Las palomas volvieron a tu alero
sin mojarse las alas,
y el sendero fue el único destino
para la sed de todas las
palabras.
¿POR QUÉ TE EMPEÑAS LLUVIA?
en quedarte en los ojos
y navegar sonriendo en las
almohadas?
¿Por qué te empeñas lluvia en
esconderte
en corolas de sueño y despertarte
convertida en rocío?
¿Por qué te ocultas siempre en
sugestivos
puntos de mar perdido entre la
hierba?
Nada sabe tu canto transparente
pero avanzas y esperas,
y estás pensando que jamás la
muerte
secará tus caminos.
PARA QUE LAS ESTRELLAS TE RECUERDEN,
colocaré tu imagen esta noche
mirando a la ventana;
para que llegue el tiempo de tus
pasos,
haré que con tus ojos
simplifiques
y enciendas las mañanas.
Llamaré con tus nombres a los
días,
para que todos lleven los
distintos
matices que despiden tus
palabras.
Navegaré las horas río abajo,
hasta que por las playas del
retorno
aparezca el velero de tu canto.
Y al padre olvido escribiré una
carta,
diciendo que ya es tiempo, que
descanse,
y esta vez deje libres nuestras
almas.
TE PREGUNTÉ LA DIRECCIÓN DEL MAR
pero lloraste aquí sobre mi pecho
y olvidé mi camino y mi dolor.
Después quise mirar el horizonte
y en tus brazos había más
destino.
Quise saber en dónde nace el
aire,
pero sólo en ti pude respirar.
Te pregunté dónde nació la lluvia
y pusiste ante mí tu manantial.
Quise subir al monte más lejano
y eras tú superior en majestad.
Iba hacia el mundo, y el amor
contigo
nuevos mundos habrá de transformar.
¿PERO QUÉ HICISTE AL FIN PARA QUE EL MUNDO
se poblara de sueños nuevamente?
¿Qué hiciste, dios amor, para que
el tiempo
niño otra vez llorando me
escribiera
una infinita carta en las
pupilas?
De blanco las paredes de mi
templo
comulgan en la gracia de los días
que multiplican todo este
milagro.
Bendice el sol, el agua de esta
tierra
y llénala de peces que recuerden
el color de sus ojos en la tarde.
MUCHO LLORASTE LLUVIA LOS SECRETOS
que te quitó la roca en tu caída,
casi te destruiste al entregarte
a los barcos ávidos de ti.
Hablaste ayer despedazada en
brisa
y te fuiste entre el miedo y el
misterio.
Sólo dejaste verdes iniciales
que pudieran tu idioma germinar.
Vuelve al fresco perfil de tu
recuerdo
y sentirás tu ayer multiplicado,
y escucharás en ti cantar al
tiempo
su canción de caer y florecer.
¡QUÉ PASOS ANDUVE, LLUVIA
para llegar hasta ti...!
¡Cuánta nube distraída
equivocó mi camino!
¿Qué nombre tendrás mañana,
cuando hayan quedado solos
los guijarros de la tarde?
¿En qué secretos ramajes
vendrán a morar tus frutos?
¿Qué sueño vendrá a esperarme
debajo de la tristeza
para cubrirme de sol?
CON TANTO MAR Y ME QUEDÉ SIN ESE
ondular de tus ojos en mi alma,
con tanta luz y anocheció el contorno
de aquellas tus facciones
fugitivas...
Con tanto tiempo y me quedé sin
esos
instantes que apresaban tus
palabras.
Con tantas como fueron tus
palabras
para ahogarme en silencio.
Tomado de:
El pan de la Oscuridad
Amaso el mismo pan todas las
noches
mas no lo desayuno al día
siguiente,
su levadura carece de energía
para llevarme al sitio de tus
ojos.
El pan toca el misterio
de lobreguez y de hermosura.
Amaso el pan con manos
incorpóreas.
para no contaminarlo con el error
de cada día.
Lo cierno con los silencios que
me agreden,
lo comparto con cientos de noticias
sobre la muerte del guerrero.
Por algo el pan divino no tiene
levadura,
sin duda El ya sabía desde
antaño,
que eso no constituye el
requisito
para que el pan se eleve.
La libertad inútil
Antes de morir
la vida se te vuelve fácil
como cuando en un empleo aprendes
la estrategia
y al día siguiente te despiden.
Algunas horas antes de morir
te sientes libre.
Perdiste ya los brazos
entre máquinas.
Impregnaste tus penas en los
muros antiguos.
Te quitaste la capa en que
escondías
los abrazos de ayer.
Te despojaste apenas del
misterio.
Tu historia es transparente.
Pueden verse guijarros al fondo
de tu alma.
Tomado de:
https://desdemmonterrey.blogspot.com/2007/07/entre-mi-seleccin-de-poemas-bellos.html
*
¡Qué distintas miradas de los ojos
abiertos
a lo que ven los ojos que se
cierran!
¿Será que se dibuja un paralelo
que equilibra por fin
muerte con vida?
Tal vez irás cruzando tu desierto
mientras que más allá de la
retina
tus árboles despiertan.
¿Serán cosas que anuncian lo que
pasa
cuando se apaga el mundo para
siempre?
*
Al cerrar el libro
prisionero quedó el lector.
Salió a la calle sonámbulo;
pero el poeta que aún bajo las
letras
respiraba,
no se dejó ganar.
Hoy marchan sus miradas paralelas
no sólo por las calles,
también entre la mente de quien
vive
o está por renacer.
*
Los hijos no nacidos
siguen creciendo dentro de mí,
sin reclamar la falta de ese
cuerpo
que a veces es estorbo, o bien,
deleite.
Me sorprenden al fondo de las
aguas
y al nadar me sostienen
como se hubieran ellos sostenido
en el agua del vientre.
Sonríen con la espuma de ese mar
que siempre llega a nuestro
encuentro.
Se encogen con mi sed,
se alargan en la pausa de un
suspiro.
Los hijos no nacidos
que un día nacerán en otro
cuerpo,
que llegarán para romper esa
barrera
donde se dan la mano vida y
muerte.
Árbol del ahorcado
Te invoco a ti, semilla
del árbol del ahorcado,
y al frotarte me otorgas
un estado de gracia,
gracia de aquél,
dentro del cual
yo vivo sin matarlo.
Tú crecerás mientras que yo
seguiré siendo polvo,
mas polvo perseguido por las
hojas,
y el viento habrá de levantarnos
como jugando con las aves.
Tomado de:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario