lunes, 15 de julio de 2024

POEMAS DE CARMEN ALARDÍN


Otras navajas

Qué lástima mi amor que las navajas

se utilicen con fines asesinos,

porque podrían relucir al cabo

de una noche brillante y oportuna

delineando la curva de tus senos

y haciendo un viaje utópico a la isla

donde se oculta inmerso mi pasado.

Qué lástima mi amor que las navajas

tengan tan mala fama en las novelas,

pues con ellas se graban iniciales

de un amante que triste se despide

junto a su amada en un atardecer.

Qué lástima mi amor que las navajas

no recuerden tu sangre ni mi sangre

porque el pacto de luna hace ya mucho

que tras una muralla se ocultó.

 

 

Inesperada sangre

Tan inmersa en la vida parecías

que nadie imaginó que se abrirían

tus alas más allá del corazón.

Tan inmersa en la vida te cruzabas

con ballenas de luz y alegres peces,

que nadie te advirtió que las escamas

del dolor circundaban tu futuro.

Tan inmersa en la luz, tan dibujada

la corta línea de tu vida,

se apagó y nos dejó frente a los ojos

la sangre que fluyó sin anunciarse.

 

 

Señales

Elegiste su alma y la llenaste

de naranjas ingrávidas,

de tazas de café junto a los puertos,

de simulacros, de ángeles dormidos.

Elegiste su nombre y lo mezclaste

con las letras del tuyo,

con médulas de buey

y semen de serpiente,

hasta dar con el cuerpo requerido

para cruzar el muro de otros mundos.

Elegiste un espacio y lo llenaste

con la humareda de tu ausencia.

Fue así como el amor te dio la fuerza

para volar sobre la muerte.

Tomado de:

https://hjck.com/libros/cinco-poemas-de-carmen-alardin-ex40

 

 

Muerte precoz

 

No murió por su rabia

ni en el punto

que la muerte deseara

su silencio.

Murió por un designio

inexplicable.

Sin ver los cielos

nuevos.

Sin despegar sus alas

del misterio.

 

 

Inconclusa

 

Hemos cerrado el libro de la noche

todavía con páginas en blanco.

Todavía con ávidas luciérnagas

que te envolvían con su luz.

 

Hemos cerrado el libro de la noche

todavía con hijos en el vientre,

con la humedad de aquellos besos

que no alcanzaron a entregarse.

 

Hemos cerrado el libro con los dedos

quemados, por la rabia del adiós.

 

 

Muerte cotidiana

 

Tú también desordenaste el viento

y echaste atrás el sol,

no solamente por haberte muerto,

sino que alguna vez desordenamos

nuestras venturas íntimas.

Y tú también equivocaste el rumbo

no solamente por haberte ido,

sino por todos los que derramaron

sangre y amor en una sola llaga.

Tú también deshojaste mis empeños

antes de la violencia del otoño;

tú también has marcado con el vértigo

de tu ausencia la curva de mis brazos.

Se han cubierto de sombra mis rincones

no solamente porque te hayas muerto,

sino porque morimos cada día,

sobre la ruta de un asombro falso.

 

 

Transformación

 

Dejaste de contar con la sorpresa

o sin duda fue ella

quien dejó de asomarse

por los huecos del tiempo.

Dejaste de atisbar a la sorpresa

por los minutos insolubles

y todo se fue haciendo más profundo

como si descubrieran tus pesquisas

algún país abandonado

bajo el rumor de los instantes.

 

 

Inesperada sangre

 

Tan inmersa en la vida parecías

que nadie imaginó que se abrirían

tus alas más allá del corazón.

Tan inmersa en la vida te cruzabas

con ballenas de luz y alegres peces,

que nadie te advirtió que las escamas

del dolor circundaban tu futuro.

Tan inmersa en la luz, tan dibujada

la corta línea de tu vida,

se apagó y nos dejó frente a los ojos

la sangre que fluyó sin anunciarse.

 

 

Incoherencia

 

Dime qué madrugada congeló

nuestra máxima noche de esplendor.

A qué hora pude ver bajar la noche

sin extinguirse el sol

de tu entusiasmo.

¿A qué hora pude vislumbrar el rayo

que cegaría tu memoria?

Dame por fin el polen o la savia

para entender tu desencuentro en flor.

 

 

Instantánea

 

Quién pudiera decir que están presente

aunque tu audiencia duerma en las ventanas,

aunque tu ausencia siempre inexplicable

te convierta en pasado repentino.

Quién pudiera decir que estamos juntos

celebrando el milagro de las bodas,

aunque un fúnebre viento nos transporte

donde el camino es grieta que devora.

Quién pudiera decir que en un recodo

de la existencia nos sorprende el rápido

copular de una cámara instantánea

y estemos juntos, ¡ah! concomitantes,

y encadenada en el papel tu cara.

 

 

Luz en el desierto

 

Para dejar de amar,

se convirtió dudando

en su propio desierto.

Fue removiendo las arenas

y renunciando a las raíces

ya calcinadas y amarillas.

Para dejar de amar,

pintó la soledad de varios tonos,

y se salió a brillar

consigo misma.

 

 

Quiero que me expliques

 

Quiero que me expliques la diferencia que existe

entre besarte ahora mismo,

y los gorriones desplazándose bajo la sombra de las

palomas por la Plaza de España.

A veces la barcarola sueña

con la estaca clavada contra el mar infernal,

pero tú estás despierto y quiero que me expliques

cómo es que cabalgabas diluido en la niebla

mientras tus ojos se multiplicaban vertiginosamente

como piedras que ruedan sobre los campos de Castilla.

Tú estás despierto y quiero que me dejes

sentir los aleteos de tu capa

que oscila suavemente, blandamente,

dentro de una nostalgia sin final.

De cuando en cuando la primavera sueña dormida bajo

[la nieve

en forma de pequeño lirio que brotará después.

Pero ahora tú y yo llegamos cruelmente a despertarla

como dos pájaros que de pronto irrumpen para cantar

[la hora.

 

 

ERA TODO TAN LEVE COMO EL PUNTO

más liviano del sol cuando amanece.

Era todo tan suave como el higo

picoteado de pájaros con sueño.

Era luz que se quiebra en tu sonrisa

suspendiendo sus frutos en la sombra.

Era todo tan tenue que cabía

en un adiós o en una bienvenida.

Era todo tan tuyo y tan ajeno

que se fue dispersando con la vida.

 

 

TU MODO IMPERSONAL ABARCA TODOS

los nombres de la tierra,

cuando se dice "llueve" simplemente,

nadie piensa en tú y yo,

o en él o en ella...

todo se deja así correr de pronto

como si tus palabras fueran una

frase común con rumbos de infinito.

 

 

VIENES LLUVIA, ES VERDAD, PERO LOS RÍOS

jamás se posesionan de tu aroma.

Llegas sonora y apareces triste,

con ritos de nostalgia al despertar.

Después de que el relámpago libera

con su pasión tus cárceles moradas,

vienes Lluvia, te vas y nos devuelves

más luminoso el cielo que robaste.

Yergues tu vara mágica de trigo

modelando el milagro del sendero,

y escribes en el lago profecías

de interminables círculos cautivos.

Llegas interrogando lo que sabes

y no te deja de asombrar la tierra.

Lluvia de pozos tristes que contempla

la cicatriz del mundo:

¿cuántas heridas faltan al silencio

para sentirse mar?

 

 

SIN PALABRAS QUIERO GUARDARTE,

sin memoria, sin espectros,

sin ningún más allá que nos pregunte,

sin ningún más acá que nos conteste.

Guardarte elemental y simplemente

como un poco de lluvia en el tejado,

o el caracol retiene, según cuentan,

el sonido del mar.

 

 

LLÉVAME ALLÁ DONDE LA FUENTE ES FUENTE,

no palabra o dolor que se renueva.

Llévame donde son nubes tus nubes

y no la vaguedad inalcanzable.

Llévame, te lo digo,

donde con la nostalgia de tus brisas

vuelve a nacer el mundo,

donde jamás se esconda entre la niebla

tu verdadero puerto.

 

 

NO BUSCARÉ EN TU MANO LA TRISTEZA

que hacia la gran tiniebla te remonta.

Porque un día vendrán todos los vientos

reclamando tu música increíble.

La lluvia pedirá todas tus voces

para viajar detrás del arco iris.

Sorprenderá la tierra el continente

invicto donde ocultas tus jardines...

y las grandes cortezas solitarias

envolverán el árbol de tu vida.

Desfilarán todas las manos muertas

y ante tu asombro implorarán ternura.

Pero yo guardaré de tu mirada

los enigmas de mundos imprevistos,

que aquella tarde arrebaté a la muerte.

 

 

POR LO QUE YA NO HA DE VOLVER,

por lo que nunca ha sido ni será.

Por el viento sin árbol,

por el árbol sin lluvia y sin sustento.

Por el ayer, mañana y otros días

que cayeron al pozo de los sueños.

Por las cartas perdidas, por aquellas

desoladoras lágrimas sin eco,

por la mínima luz de la esperanza,

guardo un manto invisible con tu imagen,

como guardó Verónica en su lienzo

la figura sagrada del Maestro.

 

 

EN VERDAD QUE NO QUISE DESPERTARTE

al despeinado amanecer que el tiempo

eligió como esclavo.

En el fondo callé sin cerciorarme

de lo que mi silencio te ocultaba...

iba hacia el valle de una muerte lenta

donde sólo tu amor era montaña.

...y la luz ante el mar calló el secreto

de hacer verdes las aguas.

Las palomas volvieron a tu alero

sin mojarse las alas,

y el sendero fue el único destino

para la sed de todas las palabras.

 

 

¿POR QUÉ TE EMPEÑAS LLUVIA?

en quedarte en los ojos

y navegar sonriendo en las almohadas?

¿Por qué te empeñas lluvia en esconderte

en corolas de sueño y despertarte

convertida en rocío?

¿Por qué te ocultas siempre en sugestivos

puntos de mar perdido entre la hierba?

Nada sabe tu canto transparente

pero avanzas y esperas,

y estás pensando que jamás la muerte

secará tus caminos.

 

 

PARA QUE LAS ESTRELLAS TE RECUERDEN,

colocaré tu imagen esta noche

mirando a la ventana;

para que llegue el tiempo de tus pasos,

haré que con tus ojos simplifiques

y enciendas las mañanas.

Llamaré con tus nombres a los días,

para que todos lleven los distintos

matices que despiden tus palabras.

Navegaré las horas río abajo,

hasta que por las playas del retorno

aparezca el velero de tu canto.

Y al padre olvido escribiré una carta,

diciendo que ya es tiempo, que descanse,

y esta vez deje libres nuestras almas.

 

 

TE PREGUNTÉ LA DIRECCIÓN DEL MAR

pero lloraste aquí sobre mi pecho

y olvidé mi camino y mi dolor.

Después quise mirar el horizonte

y en tus brazos había más destino.

Quise saber en dónde nace el aire,

pero sólo en ti pude respirar.

Te pregunté dónde nació la lluvia

y pusiste ante mí tu manantial.

Quise subir al monte más lejano

y eras tú superior en majestad.

Iba hacia el mundo, y el amor contigo

nuevos mundos habrá de transformar.

 

 

¿PERO QUÉ HICISTE AL FIN PARA QUE EL MUNDO

se poblara de sueños nuevamente?

¿Qué hiciste, dios amor, para que el tiempo

niño otra vez llorando me escribiera

una infinita carta en las pupilas?

De blanco las paredes de mi templo

comulgan en la gracia de los días

que multiplican todo este milagro.

Bendice el sol, el agua de esta tierra

y llénala de peces que recuerden

el color de sus ojos en la tarde.

 

 

MUCHO LLORASTE LLUVIA LOS SECRETOS

que te quitó la roca en tu caída,

casi te destruiste al entregarte

a los barcos ávidos de ti.

Hablaste ayer despedazada en brisa

y te fuiste entre el miedo y el misterio.

Sólo dejaste verdes iniciales

que pudieran tu idioma germinar.

Vuelve al fresco perfil de tu recuerdo

y sentirás tu ayer multiplicado,

y escucharás en ti cantar al tiempo

su canción de caer y florecer.

 

 

¡QUÉ PASOS ANDUVE, LLUVIA

para llegar hasta ti...!

¡Cuánta nube distraída

equivocó mi camino!

¿Qué nombre tendrás mañana,

cuando hayan quedado solos

los guijarros de la tarde?

¿En qué secretos ramajes

vendrán a morar tus frutos?

¿Qué sueño vendrá a esperarme

debajo de la tristeza

para cubrirme de sol?

 

 

CON TANTO MAR Y ME QUEDÉ SIN ESE

ondular de tus ojos en mi alma,

con tanta luz y anocheció el contorno

de aquellas tus facciones fugitivas...

Con tanto tiempo y me quedé sin esos

instantes que apresaban tus palabras.

Con tantas como fueron tus palabras

para ahogarme en silencio.

Tomado de:

https://materialdelectura.unam.mx/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/311-162-carmen-alardin?showall=1

 

 

El pan de la Oscuridad

 

Amaso el mismo pan todas las noches

mas no lo desayuno al día siguiente,

su levadura carece de energía

para llevarme al sitio de tus ojos.

El pan toca el misterio

de lobreguez y de hermosura.

Amaso el pan con manos incorpóreas.

para no contaminarlo con el error

de cada día.

Lo cierno con los silencios que me agreden,

lo comparto con cientos de noticias

sobre la muerte del guerrero.

Por algo el pan divino no tiene levadura,

sin duda El ya sabía desde antaño,

que eso no constituye el requisito

para que el pan se eleve.

 

 

La libertad inútil

 

Antes de morir

la vida se te vuelve fácil

como cuando en un empleo aprendes la estrategia

y al día siguiente te despiden.

Algunas horas antes de morir

te sientes libre.

Perdiste ya los brazos

entre máquinas.

Impregnaste tus penas en los muros antiguos.

Te quitaste la capa en que escondías

los abrazos de ayer.

Te despojaste apenas del misterio.

Tu historia es transparente.

Pueden verse guijarros al fondo de tu alma.

Tomado de:

https://desdemmonterrey.blogspot.com/2007/07/entre-mi-seleccin-de-poemas-bellos.html

 

 

*

¡Qué distintas miradas de los ojos abiertos

 

a lo que ven los ojos que se cierran!

 

¿Será que se dibuja un paralelo

 

que equilibra por fin

 

muerte con vida?

 

 

Tal vez irás cruzando tu desierto

 

mientras que más allá de la retina

 

tus árboles despiertan.

 

 

¿Serán cosas que anuncian lo que pasa

 

cuando se apaga el mundo para siempre?

 

 

*

Al cerrar el libro

 

prisionero quedó el lector.

 

 

Salió a la calle sonámbulo;

 

pero el poeta que aún bajo las letras

 

respiraba,

 

no se dejó ganar.

 

 

Hoy marchan sus miradas paralelas

 

no sólo por las calles,

 

también entre la mente de quien vive

 

o está por renacer.

 

 

*

Los hijos no nacidos

 

siguen creciendo dentro de mí,

 

sin reclamar la falta de ese cuerpo

 

que a veces es estorbo, o bien, deleite.

 

 

Me sorprenden al fondo de las aguas

 

y al nadar me sostienen

 

como se hubieran ellos sostenido

 

en el agua del vientre.

 

 

Sonríen con la espuma de ese mar

 

que siempre llega a nuestro encuentro.

 

Se encogen con mi sed,

 

se alargan en la pausa de un suspiro.

 

 

Los hijos no nacidos

 

que un día nacerán en otro cuerpo,

 

que llegarán para romper esa barrera

 

donde se dan la mano vida y muerte.

 

 

Árbol del ahorcado

 

 

Te invoco a ti, semilla

 

del árbol del ahorcado,

 

y al frotarte me otorgas

 

un estado de gracia,

 

gracia de aquél,

 

dentro del cual

 

yo vivo sin matarlo.

 

 

Tú crecerás mientras que yo

 

seguiré siendo polvo,

 

mas polvo perseguido por las hojas,

 

y el viento habrá de levantarnos

 

como jugando con las aves.

Tomado de:

https://www.elnorte.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=234474&md5=d1d8fa63de6b830637e1e8fe3b62e9bb&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe

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