Fragmentos
1.
El Miércoles de Ceniza me mancha la frente
mientras retiro el polvo
del agua fuerte de la isla,
el regalo de cumpleaños que me diste.
Debajo del vidrio,
fragmentos de tierra
flotan en mares infinitos,
reflejan tu regalo de la última Pascua
de ese jardín de agonía.
11.
prendo esta vela para vos.
Su alta llama brilla.
Cera caliente se derrama
en mis manos,
fragmentos de tu vida.
Naturaleza muerta
Debajo de las sombras amoratadas
de su caballete
yacen los restos.
Díez días atrás,
enaguas amarillas que se levantan,
miraron y miraron
en puntas de pie
los pechos descubiertos en éxtasis
bajo el sol.
A un paso de distancia en la tela
su amante terrenal
las dibuja,
pincelada a pincelada,
en latidos amarillos.
Neutros miembros desabridos,
pechos secos
se convierten en alimento de gusano,
vivirán en Ámsterdam
con los girasoles del año próximo.
Chamuscado
Geraldine me trae su retrato,
víctima de la casa incendiada en navidad,
'Chica con Guitarra', óleo sobre tabla.
Mis pinceladas, ya no son luminosas,
un batik tizne de agua podrida,
con incrustaciones de pintura quemada.
Cocida hace siglos en el caldero de la tierra,
los volcanes hicieron manar, cromáticos pigmentos
transformados una vez más por la intensidad del calor.
Raspo el barniz de la frente,
de la nariz, del mentón,
descubro visos de luz en los pómulos.
A través de una bruma carmesí cenicienta,
siena crudo, amarillo cadmio, cerúleo,
la chica y la guitarra asoman.
Cuerdas vocales y dedos recobran su movimiento,
ella rasguea un acorde de rock-an'-roll,
juntas afinamos su canción.
Tomado de:
https://14poetasirlandesas.blogspot.com/2013/12/irlandesas-14-poetas-contemporaneas_2.html
Hacer visible el árbol
Este es el lugar de la traición.
Retira las piedras
que hay detrás de los muros azules de Madonna.
Haz visible el árbol.
Por encima del percusionismo de los motores
desde la penumbra de las catacumbas,
a través de un resplandor de oración,
un murmullo de cánticos,
se hace visible el árbol,
sus ramas desgarradas
por los lienzos deslavados
de un sudario blanqueado.
En este paisaje destrozado,
las afiladas lenguas
de las excavadoras de color amarillo azufre
cortan los vientres
de generaciones empapadas de sangre.
Éste es el lugar
donde Verónica,
abandonada,
mira y mira fijamente
una toalla en blanco.
triste
Exiliados
Recuerdan las formas de las montañas,
masas óseas que sobresalen
de los pantanos de color negro ocre.
Recuerdan las sombras lilas
que se mueven sobre las rocas macizas.
Aplastados entre rascacielos,
cocidos en vagones subterráneos,
ensordecidos en discotecas,
recuerdan lagos celestes
ásperos por las lágrimas.
Recuerdan
el incienso
de azafrán.
Espinas viridianas envuelven
el granito y la piedra caliza,
donde halos salvajes de color
se disuelven sobre el valle de Maam.
Fosilizada y transformada
en el círculo de la vida,
la arcilla de los antepasados,
su propia arcilla los llama.
Tomado de:
https://thegalwayreview.com/2013/04/26/patricia-burke-brogan-three-poems/
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