lunes, 22 de mayo de 2023

POEMAS DE LOLA RODRÍGUEZ DE TIÓ

 



¡Vuestros dioses tutelares!…

 

¡Vuestros dioses tutelares

Han de ser también los míos!

Vuestras palmas, vuestros ríos

repetirán mis cantares…

Culto rindo a estos hogares

Donde ni estorba ni aterra

El duro brazo que cierra

Del hombre los horizontes…

¡Yo cantaré en estos montes

Como cantaba en mi tierra!

 

Cuba y Puerto Rico son

De un pájaro las dos alas,

Reciben flores y balas

Sobre el mismo corazón…

¡Qué mucho si en la ilusión

Qué mil tintes arrebola,

Sueña la musa de Lola

Con ferviente fantasía,

¡De esta tierra y la mía,

Hacer una patria sola!

 

Le basta al ave una rama

Para formar blando lecho:

Bajo su rústico techo

¡Es dichosa porque ama!

Todo el que en amor se inflama

Calma en breve su hondo anhelo:

Y yo plegando mi vuelo,

Como el ave en la enramada,

Canto feliz, Cuba amada,

¡Tu mar, tu campo y tu cielo!

 

Dulces cantares del pueblo!…

Dulces cantares del pueblo!

Cantarcitos de mi patria!

En vosotros vierto yo,

Mis alegrías, mis lágrimas.

 

Que gran influencia ejercen

Los cantares en mi alma

Ya me anuncien desengaños,

Ya me anuncien esperanzas!

 

Los cantarcitos me alivian

Y mis sufrimientos calman,

Porque nunca me abandonan,

Porque siempre me acompañan.

 

Esté triste o esté alegre

Mis sentimientos retratan,

Que ellos son los compañeros

De mi dicha o mi desgracia.

 

¡Cantarcitos de mi pueblo!

¡Cantarcitos de mi alma!

Vosotros sois los heraldos

De las épocas pasadas.

 

En vosotros se conserva

Esa tradición sagrada,

Que no se pierde el recuerdo

Cuando en vosotros se guarda.

 

Por eso es que tanto quiero

Los cantares de mi patria,

¡Ya me anuncien desengañitos!

¡Ya me anuncien esperanzas!

 

 

Soneto inconcluso

¿Por qué he de amar? Si la existencia mía

se va acabando en silencioso duelo

como puesta de sol en la onda fría

al juntarse el azul del mar y el cielo.

 

¿Por qué he de amar? Si no merece tanto

esta lóbrega cárcel que aprisiona

un corazón que se sumerge en llanto

y un pensamiento que el dolor corona.

 

Al morir la ilusión y la esperanza

nada puede la fe, viene el marasmo

que es solo lo que el hombre alcanza

 

Nota: Se dice que la poeta

murió mientras dictaba este soneto.

 

Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas

Cuba, Cuba, a tu ribera

llego triste y desolada,

al dejar la patria amada

donde vi la luz primera!

Sacude el ala ligera

la radiante inspiracion,

responde mi corazón

en nobles afectos ricos,

la hija de Puerto Rico

lanza al viento su canción!

 

Mas las nieblas del olvido

no han de empañar los reflejos

del hogar que miro lejos

tras de los mares perdido!…

Otro aquí vengo a formar

y ya no podré olvidar

que el alma llena de anhelo,

encuentra bajo este cielo

aire y luz para cantar!

 

¿Cómo no darme calor

la hermosa tierra de Tula,

donde al horizonte azula

y da a los campos color?

¿Cómo no encontrar amor,

para colmar el poeta

las ansias de su alma inquieta,

aquí, donde esplende el arte

y en abundancia reparte

las tintas de su paleta?

 

¡Nieble pléyade cubana

que entre sombras centellea!

Dulce musa de Zenea,

flor que se agotó temprana!

Tras de la estela lejana

mi inspiracion adivina,

la figura de Cortina

que con acento vibrante

dice a tu patria ¡adelante!

no te detengas: ¡camina!…

 

Yo no me siento extranjera:

bajo este cielo cubano

cada ser es un hermano

que en mi corazón impera.

Si el cariño por do quiera

voy encontrando a mi paso,

¿Puedo imaginar acaso

que el sol no me dé en ofrenda,

un rayo de luz que encienda

los celajes de mi ocaso?

 

Vuestros dioses tutelares

han de ser también los míos!

Vuestras palmas, vuestros ríos

repetirán mis cantares…

Culto rindo a estos hogares

donde ni estorba ni aterra

el duro brazo que cierra

del hombre los horizontes…

Yo cantaré en estos montes

como cantaba en mi tierra!

 

Cuba y Puerto Rico son

de un pájaro las dos alas,

reciben flores o balas

sobre el mismo corazón…

 

¡Que mucho si en la ilusión

que mil tintes arrebola,

sueña la musa de Lola

con ferviente fantasía,

de esta tierra y de la mía

hacer una patria sola!

 

Le basta al ave una rama

para formar blando lecho;

bajo su rústico techo

es dichosa porque ama!

Todo el que en amor se inflama

calma en breve su hondo anhelo;

y yo plegando mi vuelo,

como el ave en la enramada,

canto feliz, Cuba amada,

tu mar, tu campo y tu cielo!

 

 

El poeta

¿Poeta? No. Sobre el macizo idioma

en que su huella el ideal estampa,

domo mis versos cual el gaucho doma

sus salvajes corceles en la pampa.

 

Salta el mármol, fragmento por fragmento,

al golpe del cincel que lo domeña,

y luce al fin su forma el pensamiento;

mas no la forma que el artista sueña.

 

Intento a veces esculpir la espuma

en que Venus emerge sonreída,

y, aunque su torso la belleza esfuma,

falta el nervio, la pasión, la vida.

 

Mi estrofa, dura y desigual, rebota

como el corcel del gaucho en la vertiente;

ansío recobrarla y esta rota,

y surge a chorros su perfume ardiente.

 

Quiero la rima que solloce y cante;

que exprese la nostalgia y el deseo;

que quiebre le mode de Virgilio y Dante;

que se burle de Pindar y Tirteo

 

Y esa eterna maniática, que abreva

siglos y siglos en la misma onda,

no logra modular la nota nueva

que a mis antojos íntimos responda.

 

Ya no vivimos en los grandes días

que poblaron las ninfas y los Hados:

las ánforas de Chipre están vacías

y los plintos de Atenas soterrados.

 

Y en esta edad, y en siglo como este,

partido en dos entre Mercurio y Marte,

aun no asoma la fimbria de su veste

la soberana encarnación del arte.

 

De frente al sol, sobre el macizo idioma

en que su huella el ideal estampa,

domo mis versos cual el gaucho doma

sus salvajes corceles en la pampa.

 

 

Blanco rayo de luna…

Blanco rayo de luna,

desciende ya, ilumina

las horas de tristeza

que oscurecen mi vida.

 

Desciende en la onda clara

de tu lumbre tranquila

y québrate en mi seno

donde el dolor se abriga.

Mis húmedas miradas

en ti solo se fijan,

y un misterioso anhelo

consume el alma mía.

 

Al fulgor de tu lumbre,

de la mente indecisa

visiones vagarosas

se alzan y me acarician,

y con helados besos,

con lánguida sonrisa,

de mis sueños me hablan

y luego se disipan.

 

Blanco rayo de luna,

desciende ya, ilumina

la noche de los tristes

que por amor suspiran.

Tomado de:

https://ciudadseva.com/autor/lola-rodriguez-de-tio/poemas/

 

 

LA BORINQUEÑA

 

¡Despierta, borinqueño

que han dado la señal!

¡Despierta de ese sueño

que es hora de luchar!

 

A ese llamar patriótico

¿no arde tu corazón?

¡Ven! Nos será simpático

el ruido del cañón.

 

Mira, ya el cubano

libre será,

le dará el machete

su libertad...

le dará el machete

su libertad.

 

Ya el tambor guerrero

dice en su son,

que es la manigua el sitio,

el sitio de la reunión,

de la reunión...

de la reunión.

 

El Grito de Lares

se ha de repetir,

y entonces sabremos

vencer o morir.

 

Bellísima Borinquen,

a Cuba hay que seguir,

tú tienes bravos hijos

que quieren combatir.

 

Ya por más tiempo impávidos

no podemos estar,

ya no queremos, tímidos

dejarnos subyugar.

 

Nosotros queremos

ser libres ya,

y nuestro machete

afilado está...

y nuestro machete

afilado está.

 

¿Por qué entonces, nosotros

hemos de estar,

tan dormidos y sordos

y sordos a esa señal?

a esa señal, a esa señal?

 

No hay que temer, riqueños

al ruido del cañón

que salvar a la patria

¡es deber del corazón!

 

Ya no queremos déspotas,

caiga el tirano ya,

las mujeres indómitas

también sabrán luchar.

 

Nosotros queremos

la libertad,

y nuestros machetes

nos la dará....

y nuestros machetes

nos la dará...

Vámonos, borinqueños,

vámonos ya,

que nos espera ansiosa,

ansiosa la libertad.

 

¡La libertad, la libertad!

 

 

A CUBA

 

Cuba, Cuba, a tu ribera

Llego triste y desolada,

¡Al dejar la patria amada

Donde vi la luz primera!

Sacude el ala ligera

La radiante inspiración,

Responde mi corazón

En nobles afectos rico,

¡La hija de Puerto Rico

Lanza al viento su canción!

 

Mas las nieblas del olvido

No han de empañar los reflejos

Del hogar que miro lejos

¡Tras de los mares perdido!...

Si ausente lloro mi nido,

Otro aquí vengo a formar,

Y ya no podré olvidar

Que el alma llena de anhelo,

Encuentra bajo este cielo

¡Aire y luz para cantar!

 

¿Cómo no darme calor

La hermosa tierra de Tula,

Donde el horizonte azula

Y da a los campos color?

¿Cómo no encontrar amor,

Para colmar el poeta

Las ansias de su alma inquieta,

Aquí, donde esplende el arte

Y en abundancia reparte

Las tintas de su paleta?

 

¡Noble pléyade cubana

Que entre sombras centellea!

¡Dulce musa de Zenea,

Flor que se agotó temprana!

Tras de la estela lejana

Mi inspiración adivina,

La figura de Cortina

Que con acento vibrante,

Dice a la patria: ¡adelante!

No te detengas; ¡camina!...

       Yo no me siento extranjera:

Bajo este cielo cubano

Cada ser es un hermano

Que en mi corazón impera.

Si el cariño por do quiera

Voy encontrando a mi paso,

¿Puedo imaginar acaso

Que el sol no me dé en ofrenda,

Un rayo de luz que encienda

Los celajes de mi ocaso?

 

¡Vuestros dioses tutelares

Han de ser también los míos!

Vuestras palmas, vuestros ríos

Repartirán mis cantares...

Culto rindo a estos hogares

Donde ni estorba ni aterra

El duro brazo que cierra

Del hombre los horizontes...

¡Yo cantaré en estos montes

Como cantaba en mi tierra!

 

Cuba y Puerto Rico son

De un pájaro las dos alas,

Reciben flores o balas

Sobre el mismo corazón...

¡Qué mucho si en la ilusión

Que mil tintes arrebola

Sueña la musa de Lola

Con ferviente fantasía,

¡De esta tierra y de la mía

Hacer una patria sola!

 

Le basta al ave una rama

Para formar blando lecho;

Bajo su rústico techo

¡Es dichosa porque ama!

Todo el que en amor se inflama

Calma en breve su hondo anhelo;

Y yo plegando mi vuelo,

Como el ave en la enramada,

Canto feliz, Cuba amada,

¡Tu mar, tu campo y tu cielo!

 

 

Muerta en Alta Mar

 

(A María Adriana Giberga, hija de Eliseo Giberga Gali)

 

Ven a llorar conmigo,

Oh Musa! que al dolor no eres ajena:

Ven, y serás testigo,

de la profunda pena,

que de luto y de llanto el alma llena!

 

Ven ceñida de flores

que guarden puro el matinal rocío;

capullos soñadores,

que con el canto mío

su aroma llevan a un hogar vacío...

 

Hogar infortunado,

que vio perderse con amargo duelo,

al ángel adorad,

que al remontar su vuelo,

dejo huérfano el nido, por el cielo!

 

Que corta fue su estancia,

en este triste y engañosa vida;

y a que larga distancia,

de su patria querida,

lanzo el adiós de eterna despedida!

 

Por que, por que a deshora,

la azucena en botón, que se nutria,

con néctar de la aurora,

murió al nacer el día,

cuando apenas sus pétalos abría!

 

Yo vi, yo vi el encanto,

con que cuidaban el botón naciente!

Y su amor era tanto,

que no habrá quien intente,

contener de sus lagrimas la fuente!

 

Como han de estar serenos

los desolados padre de María?

Como no echar de menos

la luz de su alegría,

en esa noche lóbrega y sombría?...

 

Tal parece que el ruido,

y al gemir de la olas y del viento,

vienen a herir mi oído;

y el lastimado acento

de su madre infeliz, también lo siento!...

 

Pero a que de esta suerte

el recuerdo enlutar, si no consigo,

Ay! el volver a verte

en el hogar amigo,

donde te dio el Amor tan blando abrigo!

 

En vano el pecho exhala

hondo suspiro de mortal anhelo;

en vano tiende el ala,

para alcanzar tu vuelo;

Si nunca has de tornar del alto cielo!

 

Oh Musa! Pliega el canto!

no mas lastimes un dolor profundo!...

Y de la madre en tanto,

corra el llanto fecundo,

que ha quien llora con ella en este mundo!

14 de marzo de 1985

Tomado de:

http://www.proyectosalonhogar.com/escritores/LolaRodriguez.htm

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