viernes, 12 de mayo de 2023

POEMAS DE MIHALIS PIERIS


Ciudad del sueño

 

Me desperté y estaba en el sueño. Los lugares parecían

conocidos, aunque no los reconociera. En algún lado

los he visto antes, pensaba. He andado

en estos caminos. Recuerdo aquel

recodo, los árboles, el río. El puente

donde me detuve para que me fotografiaras.

 

Cómo es posible que vea ahora y no vea.

O tal vez no los haya visto en realidad. Tal vez

los soñé. Y ahora estas ciudades parecen

ser un paso. A aquello que creo haber visto.

 

 

 

El placer maduro

 

Cae la lluvia y soy un hombre maduro, gris

y cansado. Por mi cuerpo pasan

las edades. Cambian los lugares. Estoy

en una ciudad desconocida, rara, marcada. Cae la lluvia

y sigo siendo el de ayer. No he salido

al nuevo día. Y entonces dijiste.

“Este lugar es escabroso y es oscuro.

Incluso en sueños. Es como si yo

fuese una extraña en mi cuerpo. Como si estuviese

prisionera de mi vida. Me agita el viento

como entre los cipreses cuando andaba

el año pasado junto a ti

y te tenía y te perdí. En un instante

pasas de este lado al otro lado.”

 

La miraba y pensaba en el miedo

del amor, en la oscuridad salvaje

del deseo ya marchito. Me quedaré

siempre joven, decías, y sin embargo envejeces

y yo envejezco, encanece, se cae

el cabello, se hacen más profundas las arrugas.

Crujen las rodillas oxidadas, me matan

las coyuntas y el dolor de los riñones.

 

Pero tú con toda la ternura

de una pasión bendecida me ofreces a cambio

un placer maduro. Tendré que juntar

fuerzas, pues, tendré

que regresar y sin embargo tengo miedo

del regreso. Qué transporte elegir

para que no naufrague el cuerpo a la mitad

de ese camino. Tengo miedo

del regreso. De que me traicione el lugar.

 

 

 

Ciudad perro fiel

 

Solo la ciudad es de veras

perro fiel. La ciudad compañera

y la ciudad acompañante. Te perdona

toda traición, te recibe de nuevo

en sus brazos. Para que te libres

del cuerpo que deseas

y no tienes.

 

 

 

Café matutino en Ledra

 

Tengo cuarenta y siete años y soy

feliz. Porque estoy sentado aquí

en un rincón privilegiado y dentro de este día

que no es ayer ni es mañana.

 

Estoy aquí, en este día que es

hoy, no fue ayer ni será mañana

y estoy en la ciudad en una calle peatonal, en esta

ciudad, aquí (la, digamos, dividida)

y estoy sentado y a través de la ventana veo la lluvia

a la gente que se mueve y la mesera

es bonita (y lo sabe)

y tiene la sonrisa fácil.

 

Soy de verdad tan, pero tan

(aunque solo sea por poco tiempo) feliz.

 

 

 

La palabra “teamo”

 

Al decir la palabra “teamo”

no solo digo esa palabra.

Por eso callo. Cómo decirte

esa palabra sin que

sea la palabra “teamo”. Cómo decirte

la palabra “teamo” sin que sea

como ésas que cada día

deshonran los rufianes.

 

Por eso callo.

 

Porque si digo la palabra “teamo”

digo que ya no soy yo

y tú ya no eres tú

y la gente alrededor

ya no es la misma.

 

Eso significa la palabra “teamo”.

 

 

 

Antes de que llegaras tuve un sueño

 

Antes de que llegaras tuve un sueño y en el sueño

un precipicio y de pronto el mar, el agua tibia

nos recibió densa, como un cristal

de leche antes de cuajarse, cristalina

qué mar es éste, susurraste

no es mar te dije es un viaje

al sueño, ¿no ves que todo ocurre

como si la tierra fuese nueva, como si cada cosa

fuese creada para este momento solo?

Y no preguntes qué ocurrirá mañana

porque despertarás del sueño

y otra vez estarás en el tiempo mortal

préndete a mí con fuerza, préndete

te susurré besando tu cuello

y entonces te volviste ave y volaste

y entonces volaste al cielo

hojas, alas y pelusa te volviste

palabras, palabritas, sílabas y lágrimas

de la nostalgia, muchas lágrimas

me mojaron mientras desaparecías…

 

 

 

Siempre habrá un poema

 

Siempre habrá un poema

para que lo mires, para que lo lidies.

Siempre estará delante de ti ese

sonido, para que te despiertes, para que te adormiles

de un modo nuevo a un ritmo

 

a un ritmo febril como

granizo y lluvia contra una pobre

choza con tejado de zinc

y que estés quieras o no

en el corazón de la tormenta.

 

Siempre habrá un poema

para que esté todo en el poema.

Lo presente, lo pasado, lo futuro,

lo ausente y lo encontrado.

Todo está presente en el poema.

Tomado de:

https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/lo-ausente-y-lo-encontrado/

 

 

Ciudad clandestina

 

Y entonces salí del sueño cuando dormía.

Despierto estaba en un país sin fronteras,

 

sin delatores. En una calle hecha para mí

 

caminé sin el honor, el orden y la seguridad

 

del estado. Como si yo fuera eterno

 

tal como forjé mi ciudad clandestina,

 

ciudad dulce y acogedora para todo inmigrante

 

y de pronto allí donde miraba sin distinguir

 

las razas, las lenguas y las religiones, sentí

 

que era un pájaro y sabía volar. Estaba

 

libre, sin correa, sin cuerda, perro

 

callejero vagando sin temor de resbalar

 

en lo de antaño. Completamente desnudo, sin

 

faja y sin cadenas, tal como forjé

 

mi ciudad exenta de toda ley.

 

Y entonces salí del sueño

 

 

 

Del fin del mundo

 

líneas de escrituras y versos. Motivos y narraciones,

 

asentamientos de población y ahorros

 

de tiempo. Migraciones de pueblos,

 

herencias, pérdidas, éxodos de amistades.

 

·

 

Y de pronto los lugares se transformaron en un lugar.

 

·

 

Vinieron los lugares que caminé, ciudades,

 

barrios y calles. Miles de sitios

 

norteños, meridianos, del sur. Con canícula,

 

con niebla, con nieve. Monzones tropicales

 

y borrascas. Sol, sol resplandeciente y lluvia,

 

lugares de placer, de peligro inesperado.

 

Salvajes, oscuros y otros serenos.

 

·

 

Entonces el lugar se extinguió como lugar

 

de la patria. Paisaje mítico se cimbraba ahora

 

en mi interior. Se trazaban sus calles

 

puertas se abrían al tiempo, mujeres

 

desnudas sudaban en sábanas sucias.

 

·

 

Todo cabe en el escrito. Ríos

 

puentes, montañas. Llanuras y barrios.

 

Lugar amplio, tu forma de hablar.

 

Tiempo sin grilletes, sin barreras sin muros.

 

Como en los sueños. Todo junto y separado.

 

Yo estoy y no estoy en este mismo lugar. Estoy

 

en todas partes y en cualquier lugar. Tomo lápiz

 

me pierdo se abre un agujero en el papel

 

y las formas se arremolinan, se mezclan

 

escritos, voces, expresiones de ríos

 

lagos y lagunas de mar, se arrojan

 

los lugares al vacío, las ciudades se tocan,

 

decenas de ciudades sostienen mi cuerpo

 

me duermen, despierto sin saber dónde despierto,

 

duermo no duermo, deambulo y

 

despierto en el cielo, en el agua, en la tierra,

 

piso en el suelo y no piso, vuelo, bailo

 

en vigilia. Como en los sueños.

 

·

 

Todo junto y separado.

 

 

 

Cuando se vaya el amor

 

Cuando se vaya el amor

me olvidarás tanto que casi

 

temo alegrarme de esto que nos está pasando

 

·

 

Cuando se vaya el amor será el vacío

 

un espacio que hará recordar un crimen.

Tomado de:

https://msur.es/2019/03/11/mihalis-pieris-poesia/

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